que_pasa_conner
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Un diagnóstico aterrador<br />
Poco después de <strong>que</strong> los Beish regresaran<br />
a su casa tras el accidente del<br />
rayo, Conner ingresó un par de veces<br />
al hospital debido a convulsiones tonicoclónicas,<br />
caracterizadas por la<br />
pérdida de la consciencia y por violentas<br />
contracciones de las extremidades.<br />
Los médicos le diagnosticaron<br />
una forma de epilepsia infantil. Hollie<br />
se sintió aliviada. Ahora al menos tenía<br />
una respuesta.<br />
Conner acababa de cumplir cuatro<br />
años. En la etapa previa al segundo<br />
grado de preescolar, comenzó a tomar<br />
varias combinaciones de anticonvulsivos;<br />
los médicos estaban intentando<br />
hallar un régimen eficaz. En ocasiones,<br />
el niño gritaba al no poder recordar<br />
alguna palabra, lo cual empezó a<br />
suceder cada vez con mayor frecuencia.<br />
Luego, las piernas comenzaron a<br />
temblarle al caminar.<br />
Ese otoño, un análisis de sangre reveló<br />
la posible fuente de todo: quizá<br />
Conner careciera de una enzima especial<br />
llamada tripeptidil-peptidasa<br />
1 (TPP1). Un segundo examen sanguíneo<br />
confirmaría <strong>que</strong> padecía un<br />
inusual trastorno genético: la enfermedad<br />
de Batten. Aun<strong>que</strong> el médico<br />
le recomendó a Hollie no buscar nada<br />
en Internet, ella lo hizo en cuanto<br />
colgó el teléfono. Lo <strong>que</strong> descubrió le<br />
resultó espeluznante. Haber nacido<br />
sin la enzima TPP1 era una sentencia<br />
de muerte lenta. El retraso en el desarrollo<br />
del habla suele ser el primer<br />
síntoma perceptible. Después se presentan<br />
crisis convulsivas, regresiones<br />
en el lenguaje, disfunción motriz y<br />
ceguera. La esperanza de vida de los<br />
pacientes oscila entre los 8 y 12 años.<br />
No había cura ni tratamiento. Hollie<br />
vio videos de niños en edad preescolar<br />
incapaces de hablar o controlar sus<br />
extremidades. Empezó a sollozar.<br />
A medida <strong>que</strong> el otoño daba paso<br />
al invierno, Conner dejó de correr<br />
por ahí con su hermano y apenas si<br />
podía hablar. Luego, ambas manos le<br />
empezaron a temblar. Hollie tenía <strong>que</strong><br />
sostenerle el vaso al pe<strong>que</strong>ño cuando<br />
este <strong>que</strong>ría beber.<br />
Para diciembre, Conner comenzó<br />
a asirse de la mano de alguno de sus<br />
padres con el propósito de poder caminar.<br />
Hollie envió un correo electrónico<br />
a los médicos solicitando <strong>que</strong>, de<br />
ser desfavorable, no le comunicaran<br />
lo <strong>que</strong> habían arrojado los estudios<br />
sanguíneos sino hasta después de Navidad.<br />
Quería <strong>que</strong> la felicidad reinara<br />
durante las fiestas. Los Beish adoptaron<br />
un cobrador de Labrador color<br />
arena, al <strong>que</strong> nombraron Joy, como<br />
regalo para Conner. El infante gritó de<br />
júbilo cuando vio al cachorrito.<br />
EL 19 DE ENERO DE 2017, Hollie<br />
se comunicó por teléfono con<br />
los especialistas para recibir<br />
el informe. Alguien había puesto los<br />
resultados de los estudios de Conner<br />
en un sitio incorrecto de la historia<br />
clínica. Un miembro del personal la<br />
contactaría al día siguiente para comentar<br />
la información obtenida.