You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
inclinarse en uno u otro sentido ante impresiones subjetivas basadas en el
prejuicio. "Declararlo justo" no era más que la expresión pública de
reconocer la inocencia del acusado como resultado de la investigación
realizada.
Salomón esperaba que el Señor justificara "al justo para darle conforme
a su justicia" (1 Reyes 8:32). Sería redundante "declarar justo" a alguien del
que se sabe ya que es justo. Está presente la idea de examinar las pruebas y
reconocer la inocencia del acusado (si bien en realidad no hay una sola alma
que sea inocente ante Dios). "¡Ay de … los que por soborno declaran justo al
culpable, y al justo le quitan su derecho!" (Isaías 5:22-23).
El sentido de justificar es aquí examinar las pruebas y declarar lo que
corresponda, sin ceder a intentos de soborno o conveniencias. Por
descontado, no debemos deducir que haya alguien en la tierra que pueda
considerarse intrínsecamente justo ante Dios, o bien que pueda aportar el
mérito que sea. Pero ese lenguaje y procedimiento judicial nos prepara para
comprender el significado de la justificación por la fe según el Nuevo
Testamento.
2. En la idea del Nuevo Testamento sobre la justificación vemos de
nuevo que su sentido primario es reconocer que la evidencia de las pruebas
demanda un veredicto de absolución. Pero se introduce ahora un nuevo
elemento que nunca está presente en un tribunal terrenal. Hay algo que se
acredita en lugar de la justicia, que permite en justicia que Dios reconozca y
declare justa a la persona culpable. Pero Dios jamás hace juicios apresurados
basados en sentimientos subjetivos o en acepción de personas. Tal como era
el caso con el juez hebreo, está sujeto al peso de la evidencia probatoria.
Examinemos varios ejemplos del Nuevo Testamento sobre la idea de la
justificación: "El pueblo entero … lo escuchó, incluso los publicanos
justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan" (Lucas 7:29). Ese
10