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cuentas en favor de todos y cada uno, sea que lo sepan o no. Dios ha
acreditado ya en su cuenta la vida y muerte de Otro que es justo. Esa vida
perfecta y ese carácter inmaculado-- en nuestra carne--es la esencia de la
justicia de Cristo. La Biblia declara enfáticamente que la justificación
puramente legal (o forense) fue hecha, no solamente en favor de quienes
creerían, sino de todos: "Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la
gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia mediante la
redención que es en Cristo Jesús" (Romanos 3:23-24). La versión de la
Biblia New English lo expresa así: "Todos han pecado por igual … y todos
son justificados solamente por la gracia gratuita de Dios". Él provee su
gracia a todos de forma gratuita, sin distinción. Puesto que es gratuita, la
gracia no puede descansar sobre logro, mérito u obra alguna de nuestra parte.
"Para que todo el mundo quede bajo el juicio de Dios" (Romanos 3:19), y
mediante su muerte Cristo efectúa en favor de todo el mundo una
justificación legal gratuita: "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al
mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados" (2 Corintios
5:19). "La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los
hombres" (Tito 2:11). "Como por la transgresión de uno vino la condenación
a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de Uno vino a todos
los hombres la justificación de vida" (Romanos 5:18).
Las buenas nuevas consisten en que esa obra ya se ha efectuado. Dios no
tiene nada en contra de nadie, por más pecaminoso que pueda ser. Hubo Uno
que murió por todos. Cristo hizo algo en favor de cada ser humano que
puebla el mundo. "Nuestro Salvador Jesucristo … sacó a luz la vida" para
todos, "y la inmortalidad por el evangelio" para los que creen (2 Timoteo
1:10).
Lo que "todo hombre" debe a Cristo
Al valorar sus dimensiones reales comprendes que es una verdad
sorprendente: la causa por la que todo ser humano puede seguir respirando,
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