You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
sacrificio mutuo es tan genuino y notorio que los demás no pueden negarlo
ni dejar de percibirlo. Nuestro hogar fragmentado ha producido una
sensación de traición e indignidad que solo las amistades más íntimas y
profundas pueden comenzar a sanar. Los creyentes individuales que viven
la vida de Cristo hombro a hombro con las personas escépticas del mundo
darán credibilidad a nuestro mensaje. Debemos comprometernos a ayudar
a los pobres, apoyar la causa de los oprimidos y dedicar nuestras energías
para beneficio de los que han descartado el cristianismo por considerarlo
irrelevante.
Los argumentos intelectuales por sí solos no ganarán a una generación
educada con la noción de que las cosmovisiones no deben ser juzgadas con
arreglo a su solidez racional o las evidencias a su favor. El cristianismo,
arraigado en el suelo de la historia y la razón, tiene dificultad para
competir en una era entregada a la irracionalidad. Por otro lado, una vida
consagrada al mejoramiento de los demás es difícil de refutar. Como
Francis Schaeffer solía decirnos, la iglesia local “no solo debería ser
íntegra, sino también hermosa”. El amor los conquistará.
En tercer lugar, Jesús oró por la santidad de la iglesia. “No ruego que los
quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es
verdad” (Jn. 17:15-17).
La iglesia ha de ser “santificada”, es decir, debe convertirse en una
comunidad de creyentes que acogen la integridad, la pureza y el amor
apasionado por Dios. Los valores del mundo deben ser rechazados en su
interior, porque la Biblia afirma sin ambages lo siguiente acerca de aquel
que ama al mundo: “el amor del Padre no está en él” (1 Jn. 2:15).
Tenga esto muy en cuenta: el amor dentro de la iglesia atrae al mundo y
la santidad dentro de la iglesia convence al mundo de pecado. En la iglesia
primitiva siempre venía un gran temor sobre las personas tan pronto veían
a la iglesia comprometida a vivir en disciplina y santidad. Es lamentable
que el mundo observe a la iglesia en la actualidad y aunque pueda ver un
compromiso de amar (el cual interpreta como tolerancia incondicional),
dudo que vea un compromiso serio con la vida en santidad. En realidad,
24