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Géneros musicales/procesos y problemáticas socioculturales ...

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Otro de los factores de integración considerado por<br />

Odilio, “la contribución francesa representada en la contradanza,<br />

adquirió gran significación histórica en el proceso<br />

morfológico de la música cubana, resultando el germen<br />

fundamental que fecundó la creación de la única forma calificada<br />

que poseemos: el danzón”. 7<br />

Sobre el valor funcional de esta contribución francesa,<br />

plantea la interesante idea de que la contradanza fungió<br />

como un “freno al desbordamiento creador algo rapsódico<br />

de los criollos” (un freno positivo), cuando los creadores<br />

nativos comenzaron a plasmar sus expresiones <strong>musicales</strong><br />

dentro del canon francés, propiciando así una mutación<br />

que condujo a la aparición del género danzón –aunque<br />

obviamente es desmedida la afirmación de que este sea<br />

nuestra única “forma calificada”. Por esa vía Urfé llega a<br />

la formulación de un importantísimo corolario que contundentemente<br />

expresa:<br />

La circunstancia de que la contradanza, la danza y<br />

el danzón fueron los vehículos utilizados preferentemente<br />

por los músicos para transmitir sus ideas y para<br />

“sonar” en una orquesta tradicionalmente compuesta<br />

de diez músicos –incluyendo la percusión–, ocasionó<br />

las primeras presencias gráficas y sonoras de la música<br />

cubana integrada en los primeros veinte años del siglo<br />

xix. Y he aquí la dualidad histórica que presenta la<br />

música criolla: los géneros instrumentales integraron<br />

la música cubana a principios del xix y los vocales hacia<br />

los finales del propio siglo, más bien en los inicios<br />

del xx. 8<br />

con lo que se develó el intríngulis de un proceso básico<br />

en el desarrollo de la música nacional.<br />

Como ya dije, en el trabajo citado, Odilio simplificó<br />

considerablemente la “contribución que África aportó a<br />

través de sus naturales” a la integración musical cubana.<br />

De hecho, dedicó a este acápite cuatro pequeños e insustanciales<br />

párrafos, en los que alude, entre las etnias de esa<br />

procedencia, a la supremacía que ejercieron “los grupos<br />

denominados lucumí, carabalí y congos”, de donde se derivan<br />

las “dos expresiones <strong>musicales</strong> africanas [...] que más<br />

han influenciado la rítmica cubana: la lucumí (santería y<br />

bembé) y las de los misteriosos ñáñigos.” 9<br />

Reconoció también unos aportes modales de las supervivencias<br />

africanas mediante giros melódicos, que<br />

según su percepción se hacen presentes en “realizaciones<br />

cubanas” desde la contradanza hasta el son montuno, la<br />

danza, el danzón, la comparsa carnavalesca, la clave y la<br />

rumba. 10<br />

En correspondencia con su noción de las prioridades,<br />

en este escrito Urfé otorgó al factor español absoluta preponderancia.<br />

Resumiendo: sus principales ideas al respecto<br />

son tres, a mi juicio. Una califica al zapateo, la guajira,<br />

el punto y los romances como supervivencias hispanas, no<br />

los considera auténticamente cubanos, pues ellos son, “géneros<br />

supervivientes donde la influencia española se hace<br />

sentir en la música cubana. La famosa cadencia guajira y<br />

0 C l a v e<br />

Musicología y Género<br />

ciertos giros melódicos de raigambre folklórica española,<br />

unidos a otros populares provenientes del teatro lírico costumbrista<br />

hispánico, constituyen el mejor y mayor aporte<br />

a nuestro acervo”. 11<br />

La segunda idea (aunque en el texto aparece de primera)<br />

precisa que un grupo numeroso de manifestaciones y<br />

géneros <strong>musicales</strong> cubanos –por no decir todos– presentan<br />

de algún modo una sustanciación particular en torno a la<br />

influencia española.<br />

Y la tercera, y de mayor argumentación, designa “entre<br />

los géneros cubanos más influidos por los elementos<br />

<strong>musicales</strong> hispánicos directos [...] la clave, el pregón popular<br />

callejero, la guajira-son y especialmente la rumba,<br />

en sus tres principales variantes: el yambú, la columbia y<br />

el guaguancó”. 12<br />

Sobre todos ellos el autor expone sus razonamientos.<br />

El trabajo concluye con un esquema o cuadro de géneros<br />

por tipos de música, con el título de “Nomenclatura<br />

general de la música folklórica, popular y vernácula cubana<br />

y sus supervivencias españolas y africanas”, 13 en la que<br />

son listados cincuenta géneros, sus variantes y otras manifestaciones,<br />

subordinadas a categorías de mayor alcance,<br />

de manera que –en correspondencia con el texto argumental,<br />

donde se hacen referencias a la Nomenclatura– está<br />

implícito que los géneros y manifestaciones surgen y se<br />

desarrollan como parte o dentro de esas otras magnitudes<br />

socio<strong>musicales</strong> mayores a las que Odilio designa con los<br />

siguientes nombres:<br />

• supervivenCias españolas<br />

• supervivenCias afriCanas<br />

• [músiCa] folklóriCa<br />

• [músiCa] popular<br />

- i géneros instrumentales<br />

- ii el CanCionero<br />

- iii Danzas CantaDas<br />

• [músiCa] vernáCula<br />

• vivenCias haitianas<br />

Su análisis detallado nos llevaría a la observación de<br />

algunas incongruencias y ambigüedades, amén de cierto<br />

error de consideración. Pero no es posible limitarse sólo a<br />

la valoración de la Nomenclatura, pues ésta desempeñó en<br />

el pensamiento de Urfé el tránsito hacia la elaboración de<br />

un cuerpo de ideas, de principios categoriales y clasificatorios<br />

más completo, veraz y consecuente con el panorama<br />

de la praxis musical de su tiempo.<br />

La culminación de ese cuerpo de ideas está inseparablemente<br />

ligada a una acción gestada y ejecutada por<br />

Urfé que tuvo enorme significación y consecuencias para<br />

la vida musical cubana en la segunda mitad del siglo xx.<br />

Me refiero al Primer Festival Nacional de Música Popular<br />

Cubana, celebrado en 1962.<br />

Durante los diez años precedentes, Odilio había trabajado<br />

intensamente, casi sin apoyo oficial, en la organización<br />

de conciertos y pequeñas jornadas que él llamó<br />

“tandas” o festivales con el objetivo de mostrar al público

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