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El Asegurador 31 Oct 22

En la publicación del 31 de octubre, El Asegurador presenta una cobertura especial de la segunda Cumbre Iberoamericana de La Alianza del Seguro: el seguro en la agenda 2030, en la cual se planteó cómo el entorno cambiante actual pone a prueba los escenarios que se tenían pensados para el futuro de la industria. Además, se presentan los detalles de la tercera edición presencial de LAMP Latam, celebrada por GAMA Internacional en Quintana Roo. Adicionalmente, información sobre el inicio del proyecto de migración lunar de la NASA y el desafío para lograr su aseguramiento.

En la publicación del 31 de octubre, El Asegurador presenta una cobertura especial de la segunda Cumbre Iberoamericana de La Alianza del Seguro: el seguro en la agenda 2030, en la cual se planteó cómo el entorno cambiante actual pone a prueba los escenarios que se tenían pensados para el futuro de la industria.

Además, se presentan los detalles de la tercera edición presencial de LAMP Latam, celebrada por GAMA Internacional en Quintana Roo.

Adicionalmente, información sobre el inicio del proyecto de migración lunar de la NASA y el desafío para lograr su aseguramiento.

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Ciudad de México / <strong>Oct</strong>ubre <strong>31</strong>, 20<strong>22</strong>. 19<br />

La necesaria desconexión<br />

#DesarrolloHumano<br />

Reflexiones<br />

Carlos Molinar Berumen<br />

www.carlos-molinar.com<br />

La vida actual no nos permite<br />

desconectarnos fácilmente.<br />

La tecnología nos ha facilitado<br />

mucho la vida, pero también hemos<br />

tenido que pagar un precio muy<br />

alto, y me parece que no siempre somos<br />

tan conscientes de ello.<br />

Sí, todas estas ventajas de contar<br />

con la tecnología son indiscutibles;<br />

y no sólo en el ámbito familiar y<br />

personal, sino también en el laboral.<br />

Pero ese precio que hemos tenido<br />

que pagar por una parte nos ha<br />

vuelto esclavos de la tecnología.<br />

Sin embargo, por la otra, lo cual<br />

es el punto medular de esta reflexión,<br />

la tecnología no nos permite<br />

desconectarnos del mundo virtual,<br />

y eso no es sano para nuestra vida,<br />

porque requerimos desconectarnos<br />

de las cosas para poder descansar<br />

mentalmente. De lo contrario, las<br />

consecuencias pueden ser terribles.<br />

Todas las cosas nos traen oportunidades<br />

y riesgos. La terrible pandemia<br />

que hemos vivido se llevó muchas<br />

vidas valiosas y minó a mucha<br />

gente en su salud; de hecho, aún no<br />

alcanzamos a comprender en su<br />

total dimensión los posibles daños,<br />

pero una de las cosas positivas que<br />

trajo fue el hecho de que nos diéramos<br />

cuenta de que tenemos que<br />

cambiar la forma de trabajar y que<br />

no es necesario resolver las cosas de<br />

manera presencial si podemos sacar<br />

ventaja de la tecnología.<br />

La gente se habituó<br />

a ello y ahora ha comprendido<br />

que es igual<br />

de valiosa una junta en<br />

videoconferencia que de<br />

manera presencial, y eso<br />

va a aliviar en gran medida<br />

parte del daño que<br />

le hemos ocasionado al<br />

planeta por nuestra necesidad<br />

de no abrirnos a<br />

la modernidad.<br />

Sin embargo, el meollo<br />

de esta reflexión es<br />

que el ser humano requiere<br />

hacer cortes en<br />

sus actividades y dedicar tiempo al descanso,<br />

a sus aficiones (hacer ejercicio,<br />

leer, escuchar música, ver películas o<br />

series o cualquier otra afición) y, por qué<br />

Hagamos<br />

conciencia de<br />

esa necesidad<br />

de desconexión y<br />

no arriesguemos<br />

nuestras<br />

relaciones<br />

familiares ni<br />

nuestra salud<br />

no decirlo, también al ocio.<br />

No obstante, pareciera que la<br />

tecnología nos ha abrazado de<br />

tal manera que nos hemos dejado<br />

llevar y no lo entendemos<br />

y traspasamos “de manera inconsciente,<br />

impunemente,” esa<br />

frontera entre el trabajo y el descanso.<br />

Y digo a propósito “de manera<br />

inconsciente, impunemente,”<br />

porque no nos damos cuenta de<br />

los riesgos que eso conlleva y del<br />

altísimo precio que terminaremos<br />

pagando si no cuidamos ese<br />

aspecto.<br />

Hoy en día, aprovechando la<br />

tecnología, nos hemos acostumbrado<br />

a mezclar peligrosamente<br />

trabajo y descanso. <strong>El</strong> otro día<br />

escuchaba a un buen amigo entrevistar<br />

a un intermediario por<br />

la web, cuando de pronto le preguntó si<br />

andaba de vacaciones. Y la respuesta fue:<br />

“Una mezcla”. Y el entrevistador sólo<br />

mencionó: “Sí, es correcto, así vivimos<br />

hoy, todo es un mazacote”.<br />

Me llamó la atención que ambos lo<br />

dieron por un hecho, tal como lo vemos<br />

la mayoría de las personas; y quizás de<br />

manera correcta, y con tal de aprovechar<br />

el tiempo de la entrevista, se enfrascaron<br />

en el tema, sin mayor comentario.<br />

Sin embargo, los riesgos de no ser<br />

conscientes de esa necesidad de establecer<br />

fronteras entre el trabajo y el descanso,<br />

haciendo claros cortes para desconectarse<br />

de las labores en el tiempo<br />

de inactividad, son muy altos, tanto en<br />

nuestras relaciones familiares como en<br />

nuestra salud.<br />

En la parte de nuestras relaciones familiares<br />

es importante gozar de tiempo<br />

de calidad (sin interferencias), porque<br />

inconscientemente, para nuestra gente,<br />

el hecho de que no le otorguemos el<br />

ciento por ciento de nuestra atención<br />

en esos espacios envía un mensaje muy<br />

fuerte en relación con nuestras prioridades<br />

en la vida.<br />

Y, en el tema de nuestra salud, nos<br />

ponemos en riesgo de sufrir un colapso,<br />

lo que los estadounidenses han llamado<br />

burn out o síndrome del trabajador quemado,<br />

que hace referencia a la cronificación<br />

del estrés laboral.<br />

Éste se manifiesta mediante<br />

un estado de agotamiento<br />

físico y mental<br />

que se prolonga en el<br />

tiempo y llega a alterar la<br />

personalidad y autoestima<br />

del trabajador. Implica<br />

también una ausencia<br />

de la sensación de logro<br />

y pérdida de la identidad<br />

personal.<br />

Existen casos de burn<br />

out en los que el trabajador<br />

nunca se repone del<br />

todo de un episodio de<br />

esta naturaleza.<br />

Las vacaciones son imprescindibles,<br />

y debemos tomarlas de manera que podamos<br />

desconectarnos. En países como<br />

Suiza y Alemania, las vacaciones son<br />

sagradas, y la gente se toma periodos de<br />

cuatro y hasta seis semanas sin remordimiento<br />

alguno, y todo el mundo lo ve de<br />

manera natural. Los negocios se cierran<br />

sin mayor empacho, y sólo se deja un<br />

letrero en la puerta o en la página web:<br />

“Cerrado por vacaciones del día tal al día<br />

tal”.<br />

Antes, en seguros, al menos en el corporativismo,<br />

estábamos más acostumbrados<br />

a hacer cortes de viernes al medio<br />

día al lunes temprano. Ese tiempo<br />

era sagrado para la familia.<br />

Incluso cuando renuncié<br />

a Allianz para irme a GNP,<br />

además de percibir una mayor<br />

posibilidad de desarrollo,<br />

había una regla no escrita que<br />

me pareció sumamente atractiva:<br />

“Si teníamos todo en orden<br />

y no había algo urgente que<br />

atender, podíamos tomarnos<br />

la tarde del miércoles”; así que<br />

sabíamos que lunes, martes y<br />

jueves era a morir, pero miércoles<br />

en la tarde, viernes en la<br />

tarde y sábados y domingos<br />

eran de nuestra familia.<br />

La desconexión temporal es<br />

necesaria. Vaya, hasta los aparatos<br />

electrónicos de pronto<br />

se colapsan y, como dicen los<br />

jóvenes, “se bugean”, y entonces<br />

lo que nos recomiendan<br />

es apagarlos por completo y dejarlos<br />

descansar unos minutos, y al prenderlos<br />

nuevamente vuelven a estar bien.<br />

Hagamos conciencia de esa necesidad<br />

de desconexión y no arriesguemos nuestras<br />

relaciones familiares ni nuestra salud.<br />

<strong>El</strong> trabajo es importante, pero debe<br />

ser un vehículo de desarrollo y para progresar,<br />

mas no el fin único en la vida.<br />

Hay quien vive para trabajar y quien trabaja<br />

para vivir. En lo personal siempre<br />

preferiré la segunda opción.

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