B-UIC 17

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Miguel Ángel Ariño
Profesor ordinario del Departamento de Análisis de Decisiones de IESE Business School
y miembro del Patronato de UIC Barcelona
La universidad
como transformadora
de la sociedad
El rey Alfonso X el Sabio, del siglo XIII, en Las siete partidas definió la institución
universitaria como el “Ayuntamiento de maestros y de escolares, que es hecho
en algún lugar con voluntad y entendimiento de aprender los saberes”.
Ochocientos años después podemos decir que la universidad
es el lugar de generación y difusión de conocimientos. El lugar
donde se hace avanzar la frontera del conocimiento y donde se
difunden los conocimientos de más alto nivel. El lugar donde se
generan las ideas que darán lugar a las futuras transformaciones
sociales que van a influir y configurar el mundo. Es por esto
por lo que la universidad no debe limitarse a las dimensiones
técnicas del conocimiento. La universidad ha de aspirar a
educar a las generaciones que van a configurar el mundo. Y
educar es enseñar a ejercer la libertad.
Para poder ejercer la libertad hacen falta, efectivamente,
conocimientos técnicos. Las técnicas propias de cada
especialización. Sin esos conocimientos técnicos se dispondría
de muy pocas alternativas entre las que poder escoger y, por
tanto, de muy limitada capacidad de influir. Pero no es suficiente
con esto. Es misión de la universidad formar de modo que
estos conocimientos técnicos no se pongan exclusivamente al
servicio del propio interés. Deben servir para que cada uno, y en
grupo, mejoremos el entorno social en el que nos ha tocado vivir.
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