B-UIC 17

Iñaki Vélaz
Vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de UIC Barcelona
Años 1997-2006
septiembre maquetando y fotocopiando los programas de las
asignaturas para el primer día de clase. La convicción de estar
empezando algo grande hacía que en el campus se palpase
un especial entusiasmo. Todo estaba por hacer.
Recuerdos de los comienzos
en UIC Barcelona
UIC Barcelona comenzó como comienzan todas las cosas
valiosas: pequeña y con pocos recursos. En el campus de
Iradier la plantilla de la Facultad de Ciencias Económicas y
Empresariales se agotaba en Juan Francisco Corona, David
Tanganelli y yo mismo, la llamada “junta”. Por fortuna, poco
después se unió Mabel Diez-Caballero, una bendición. El
claustro inicial de profesores se completaba con docentes
de otras universidades y un buen número de profesionales
que apostaron por colaborar en esta aventura.
Recuerdo llegar a Barcelona la víspera de la Mercè de 1997, en
pleno ambiente festivo. Fueron días muy intensos con muchas
tareas por delante: conocer a los profesores, recibir a los
primeros estudiantes, coordinar asignaturas, ajustar horarios…
Recuerdo encerrarme con David el último fin de semana de
Poco antes, Teófilo Sánchez y Marc Escolá contactaron
conmigo para explicarme el proyecto. En aquel momento,
estaba recién doctorado y dedicaba mis esfuerzos al Instituto
Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra, a
donde he regresado. El panorama era más que atractivo:
una universidad de inspiración cristiana en la ciudad de las
olimpiadas, llena de vibración, historia, cultura, innovación
y espíritu emprendedor. Para hacerlo irresistible, me
aseguraron que no tendría que ocuparme de atraer alumnos
ni buscar profesores, solo de diseñar y dirigir el Grado en
Administración de Empresas. Un lujo. Con lo que no contaba
era con la existencia de un programa llamado Inede y de un
Bachelor’s degree, que había que reconvertir en ADE. Un
nuevo reto, que a David y a mí nos consumió muchas horas,
pero que supuso un auténtico máster en gestión académica.
En octubre comenzaron las clases. La energía de los
estudiantes llenaba el campus por estrenar, con las aulas
aún sin puertas y cables colgando. Los primeros claustros de
profesores, con muchas ideas y propuestas, en un ambiente
de generosa colaboración. Al poco, me llamó el Dr. Cervós,
el primer rector, para conocerme. Le saludé en mi escaso
catalán: “Bon dia”. Él me contestó en el mismo idioma y
continuó explicándome el porqué de UIC Barcelona y los
planes de futuro. Traté de entenderle, pero estaba perdido y
me limitaba a sonreír. Me preguntó: “Quant temps fa que ets
a Catalunya?”. “Una setmana”. Su reacción no se me olvidará
nunca: “Ah, doncs parles molt bé el català”.
Esa semana se alargó diez intensos años. Me alegra ver que
ahora UIC Barcelona es una realidad cuajada y reconocida.
¡Moltes felicitats a tota la gran família de la Universitat!
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