oponente, mientras otras escuelas se especializaban en técnicas de ...

aspectos de la existencia humana. Una observación es aquí particularmente
intrigante: la lengua japonesa en los tiempos feudales no contenía ningún
término equivalente de la palabra inglesa «curiosidad», ni lo tiene en la
actualidad (Dore[2], 51).
Con la singular intuición de los líderes militares de todo el mundo, los
miembros de alto rango de los buke (es decir, los señores y jefes de los
diversos clanes militares) habían comprendido desde el principio que un
amplio abanico de conocimientos era un prerrequisito para una elección,
evaluación y decisión acertadas en cualquier campo de la actividad humana.
Esto, a su vez, suponía la admisión de una cierta individualidad de opinión
como fundamento de la acción independiente –aun cuando la rígida estratificación
de la cultura de clan era una directa negación tanto práctica como
teórica de tal libertad de pensamiento o acción. La condición comparativamente
igualitaria disfrutada por los nobles de la corte (kuge) durante el período
Heian y, hasta cierto punto, por los líderes de los caballeros militares (buke)
durante períodos sucesivos no fue más fácil de asimilar en Japón de lo que lo
había sido en Grecia durante la era clásica de aquel país. Los nobles de la corte
de Nara y Kioto habían sido notablemente facciosos y beligerantes en sus
relaciones entre ellos, como lo fueron los barones feudales de los clanes
militares de las provincias, que hundieron el país en su propia versión de caos
antes de verse forzados finalmente a adherirse a la inestable tregua iniciada
por Ieyasu en el siglo XVII (que abrogaron con prontitud después de 1868, una
vez quebrado el dominio del clan Tokugawa y de sus aliados sobre la nación).
Plenamente conscientes de los efectos centrífugos del conocimiento sin
trabas, todos los señores solían tratar de limitar el desarrollo intelectual de sus
sirvientes hasta aquellos nivels que procurasen su eficiencia en el desarrollo de
las funciones y obligaciones que les habían sido asignadas por otros. La
preparación intelectual de los guerreros de cada clan, en consecuencia, se
restringía de modo creciente conforme se descendía de rango de los niveles
superiores a los inferiores. Más allá del conocimiento y la capacidad en el uso
de armas específicas que se esperaba poseyesen los sirvientes de cada clan,
recibían una instrucción especializada en varias funciones administrativas que,
al ser hereditarias en gran medida, no solían proporcionar ninguna posibilidad
para las innovaciones creativas. Hacia comienzos del siglo XVII, cada señor
provincial había condicionado a sus servidores militares de un modo tan
especializado que, en lugar del antiguo hombre de clan espontáneo y creativo
126 EXPONENTES DEL BUJUTSU