COMUNICAÇÕES - Unimep

de vista económico, cada vez es mayor la producción de bienes intangibles que circulan
a través de sistemas virtuales, interconectados en la red mundial. En el ámbito político,
aumenta el número de organizaciones supranacionales. Socialmente, el panorama es
heterogéneo, fragmentado con múltiplos estilos y formas de vida y las desigualdades
sociales son cada día más drásticas. Desde el punto de vista cultural, hay una
aceleración vertiginosa de la producción cultural, social y económica. La postmodernidad
representa un giro social a gran escala, un proceso de cambio y evolución que se
desarrolla a través de nuevos estilos de vida, en los que el ocio comienza a reivindicar
un papel protagonista. El ocio se incorpora a nuestra vida cotidiana, a nuestro estilo de
vida. El ocio es un derecho del hombre.
Por lo tanto, con más intensidad, a partir de los años 1970, la noción de
postmodernidad entra en el escenario. Aunque no haya un consenso con relación a
ese fenómeno, los estudiosos señalizan algunas características marcantes: la pérdida
de expectativas con relación a un futuro provisor, la rápida expansión del consumo y
de la comunicación de masa, el conocimiento como mercancía, la descreencia en las
metas narrativas, la valorización de la cultura, etc. A partir de los años 1990, con el
derrocamiento histórico global de la izquierda, del desarrollo tecnológico de la mídia,
del triunfo de la tecnología genética, de la globalización liberal, de la desregulamentación
de la economía, del inchazo de las actividades financieras y de la bolsa, el rótulo
postmodernidad gana aliento. Hoy en día se habla en hipercapitalismo, hiperclase,
hiperpotencia, hiperterrorismo, hiperindividualismo, hipermercado, hipertexto. La
educación, para atender a una modernidad elevada a la potencia superlativa, busca
retomar la legitimidad, a través de un discurso de calidad y excelencia. Diferentes
mecanismos de acompañamiento y de control son utilizados para que las universidades
encuentren salidas para atender a una demanda que tiene miedo de la desvalorización
del diploma y de no encontrar lugar en el universo de trabajo.
POSTMODERNIDAD Y UNIVERSIDAD
22 COMUNICAÇÕES • Revista do Programa de Pós-Graduação em Educação da UNIMEP • Ano 13 • Nº 2 • p. 15-27 • nov. de 2006
La universidad, principal gestora de ciencia, precisa estudiar, reflexionar sobre
esa nueva cultura; lograr salidas viables y confiables para el desencantamiento y
admirar la pluralidad ideológica, sin cerrar la puerta para ninguna modalidad de entender
el mundo. Con relación a esa problemática, Lampert (2001) señala que la universidad
dentro de la nueva visión de mundo, precisa estar abierta a las innovaciones y
contradicciones que la triade, ciencia/tecnología/industria, desarrolla. La universidad
no puede ser una torre de marfíl, obsoleta, dirigida solamente al pasado. Además de
la reproducción de conocimiento, su incumbencia principal es generar ciencia y
tecnología, al mismo tiempo que tendrá la tarea de concebir y trabajar la complejidad
de los fenónemos y la pluralidad ideológica. La universidad no puede enfocar la
unilateralidad, mas considerar la bipolaridad como forma de analizar el desarrollo que,
de un lado, trae beneficios, conforto y bienestar a pocos, y, por otro, desterró la
naturaleza, la mayor riqueza de la humanidad, y produce la atomización de los individuos,
que pierden su identidad, tornándose objetos manipulados y dominados por la máquina.
La universidad, que es tributaria de los principios modernos de la razón y del
estado, está siendo cuestionada, pues tanto el poder político-económico del estadocapitulo1.pmd
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11/13/2007, 10:44 AM