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(incluida la sobre-reacción a largo plazo), éste falla a la hora de explicar los beneficios del momentum.<br />
A esta evidencia previa debe añadirse el trabajo de Fama (1998) en el cual se concluye, después de un<br />
profundo análisis de la robustez de las metodologías empleadas en el análisis de las distintas<br />
anomalías a largo plazo, que sólo dos anomalías permanecen bajo sospecha: la tendencia postbeneficios<br />
y el momentum.<br />
La incapacidad tanto del CAPM como del modelo de tres factores de Fama- French a la hora<br />
de explicar los beneficios del momentum plantea la posibilidad de que la rentabilidad de esta<br />
estrategia refleje realmente una compensación por riesgo no recogida en estos modelos. 6 En este<br />
sentido, Conrad y Kaul (1998) comprueban, sin utilizar ningún modelo de valoración explícito y<br />
apoyándose en experimentos de simulación, que los beneficios de momentum son totalmente<br />
explicados por la dispersión en la sección cruzada de las rentabilidades esperadas. Sin embargo, los<br />
resultados de este trabajo han sido ampliamente refutados. Así, la evidencia de reversión a largo plazo<br />
de los beneficios del momentum ya detectada en el trabajo inicial de Jegadeesh y Titman (1993) y<br />
posteriormente confirmada en Lee y Swaminathan (2000) y Jegadeesh y Titman (2001) es<br />
inconsistente con esta explicación. Además, Grundy y Martin (2001) y Jegadeesh y Titman (2002)<br />
observan que los beneficios del momentum permanecen estadística y económicamente significativos<br />
después de utilizar la propia rentabilidad media de cada título como variable de control. Asimismo,<br />
Jegadeesh y Titman (2002) demuestran que los experimentos de simulación realizados por Conrad y<br />
Kaul (1998) sufren un sesgo de muestra pequeña que una vez solventado deja sin validez las<br />
conclusiones obtenidas por éstos.<br />
Por lo que respecta al segundo componente, Jegadeesh y Titman (1993) descartan la<br />
posibilidad de que el origen del momentum se encuentre en una autocorrelación positiva en el factor<br />
que genera las rentabilidades. No obstante, pueden plantearse procesos de generación de la<br />
rentabilidad con más de un factor. En este último caso, la evidencia obtenida indica que cuando los<br />
factores elegidos son los del modelo de Fama y French (1993) la autocorrelación en éstos no puede<br />
explicar la existencia de momentum (Fama y French (1996), Moskowitz y Grinblatt (1999), Grundy y<br />
Martin (2001) y Chordia y Shivakumar (2002)).<br />
Sin embargo, estos resultados cambian cuando se consideran factores de industria. Así,<br />
Moskowitz y Grinblatt (1999) comprueban la existencia de un fuerte momentum a nivel de índices<br />
industriales, robusto a ajustes por tamaño, book-to-market y momentum en los títulos individuales.<br />
Además demuestran, que el momentum en los títulos individuales es ampliamente capturado por el<br />
momentum en la industria 7 . Trabajos posteriores han confirmado la robustez del momentum en la<br />
6 Como indica Fama (1970), uno no puede contrastar la eficiencia del mercado sin contrastar simultáneamente algún modelo<br />
de rentabilidades esperadas.<br />
7 Estos autores sostienen que después de controlar por el momentum a través de las industrias, no hay momentum en los<br />
títulos individuales excepto cuando es utilizado un horizonte de 12 meses a la hora de construir la las carteras de momentum.<br />
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