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E N E R G Í A Y M E D I O A M B I E N T E
Generación de energía eólica off shore en 2010 en Europa. Fuente: EWEA
donde pasa lo contrario, apenas se mueve el
mercado porque el Gobierno no ha promovido
este sector”. Una cifra esclarecedora es la
previsión de instalación de potencia de aquí a
2020. En Reino Unido ascenderá a 25.000 MW
frente a los raquíticos 750 MW de España.
En nuestro país, Gamesa es el líder de la eólica
off shore, pero como las nucleares locales, ha
desarrollado su tecnología fuera de España,
donde sí hay proyectos. Por eso otras corporaciones
europeas como Vestas y Siemens
van muy por delante. “La única manera de
invertir esta tendencia es primar su instalación,
pero sin sorpresas posteriores. España y las
empresas españolas están perdiendo el tren
de esta modalidad energética”.
España está en desventaja
La energía eólica off shore se muestra como
una fuente más regular de electricidad que
los parques instalados en tierra, puesto que el
viento en el mar es más continuo y más fuerte.
Además, la producción se maximiza mediante
molinos mucho más grandes, capaces de
generar cada uno 6 MW, mientras que la
mayoría del parque terrestre está formado por
torres de 2 MW. El gran problema de España
es que la placa continental que la rodea tiene
sólo tres kilómetros de ancho de media. Y más
allá de esa distancia de la costa los fondos
caen por debajo de los 50 metros, mientras
que las tecnologías disponibles ahora mismo
no pueden operar por debajo de los 40 o 45
metros. A ese problema se suma la naturaleza
turística del país, protegido con leyes que
impiden instalar estos aparatos a menos de
ocho kilómetros de tierra firme para no afear el
paisaje, entre otras muchas condiciones.
Para salvar esos problemas, encontramos
una iniciativa digna de alabanza: el clúster
Sodercan, creado por la Agencia Cántabra de
Desarrollo Local, que apuesta por un I+D entre
empresas, institutos tecnológicos y Gobierno
cántabro. Investigan la eólica flotante y la undimotriz
(producida por las olas) y han construido
un tanque de simulación, además de tener en
proyecto centros de pruebas en el mar a escala
real. Todo para aprovechar el apetecible viento
del Cantábrico. De momento, Sodercan ya
tiene algunos prototipos en fase preindustrial.
INFOINDUSTRIAL IV TRIMESTRE 2011 41