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E N E R G Í A Y M E D I O A M B I E N T E
y se introdujeran en el sistema. En 2012 los
ciclos combinados funcionaron únicamente al
18,8% de la disponibilidad de las centrales,
lo que en principio hubiera supuesto una
inversión ruinosa para sus propietarios.
Incentivos a la inversión
De acuerdo con los datos y la legislación
publicada por la Administración, cada MW de
capacidad de los ciclos combinado se ha retribuido
con 23.400 euros/año hasta la reforma
del sistema eléctrico, independientemente de
la producción de la central, durante sus diez
primeros años de funcionamiento. Después
de la reforma se paga a 10.000 euros/año
cada MW, pero durante 20 años. El concepto
es “incentivos a la inversión” por potencia
instalada.
La factura eléctrica diferencia dos conceptos
básicos: el precio de la energía, donde se
incluyen los pagos por capacidad y las restricciones
técnicas del sistema, y los costes
fijos: primas de las renovables –a la generación
y no a la potencia instalada–, el pago a
la red de distribución, el pago al gestor del
sistema (Red Eléctrica de España), el pago
de los intereses y de la deuda acumulada
por los déficits de tarifa –empezaron antes de
tener generación renovable en España– o los
pagos por moratoria nuclear, a la minería y al
carbón. Es decir, el saco donde entran todos
aquellos costes que en teoría hacen funcionar
el sistema.
Rentabilidades desorbitadas
El déficit de tarifa se crea en el momento en
que el Estado establece una contabilización
diferente de sus componentes y liberaliza la
generación eléctrica y la comercialización, pero
no la distribución, que está regulada. La liberalización
en la generación eléctrica permite
que todas las centrales de generación entren
a competir al mismo precio, independientemente
de si la instalación está amortizada o
no. Instalaciones hidráulicas de gran potencia,
que pertenecen por concesión a las grandes
compañías y casi todas amortizadas, obtienen
rentabilidades por encima del 1000 %. También
están amortizadas las centrales nucleares,
algunas de las cuales han visto ampliado
su periodo de funcionamiento o vida útil sin
ninguna contrapartida para el sistema. Estas
centrales obtienen rentabilidades por encima
del 200 %.
Las inversiones en ciclos
combinados en España
sobreestimaron la demanda
actual
Antes de la Ley del sector eléctrico de 1997,
este tipo de centrales (gran hidráulica y
nuclear) recibían un pago fijo por cada MWh
entregado al sistema, lo que les garantizaba
una rentabilidad suficiente para amortizar
dichas centrales. A partir de entonces entran
a competir con el resto de centrales de generación,
con la ventaja de ser instalaciones
donde el coste variable es prácticamente nulo,
frente a otras centrales donde éste es muy importante
(GN en ciclos combinados, carbón) y
están prácticamente amortizadas.
Las centrales de ciclo
combinado cuestan a los
españoles entre 1.000 y 1.500
millones de euros al año, pero
como mucho se utiliza el 10%
de su capacidad
Las nuevas centrales de generación de energía
renovable tienen un coste de operación muy
reducido. Pero hasta que sean amortizadas
necesitan ingresos estables, como los tuvieron
las hidráulicas y nucleares en su momento. El
Gobierno debe trabajar para crear un marco
de competencia justo que equilibre las reglas
de juego para lograr la mayor eficiencia y
ahorro posibles.
INFOINDUSTRIAL IV TRIMESTRE 2013 29