No. 14 - Its Gran Canaria Magazine
Rutas, recomendaciones y noticias de Gran Canaria Routes, tips and news about Gran Canaria
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Routes, tips and news about Gran Canaria
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Nº <strong>14</strong> GET TO KNOW GRAN CANARIA I CONOCE GRAN CANARIA<br />
33<br />
Por Cayetano Sánchez<br />
Una ciudad entre riscos<br />
Junto a imágenes de los barrios históricos -como<br />
Vegueta y Triana- o la playa de Las Canteras, una<br />
de las estampas más reconocibles de Las Palmas<br />
de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> es la de las lomas que rodean su<br />
casco antiguo, poblados de pintorescas y coloridas<br />
casas. Las fotografías y postales de ellos son habituales<br />
desde comienzos del pasado siglo de estos<br />
barrios -conocidos por sus habitantes como “Riscos”,<br />
evidencia que desde hace muchos años llaman<br />
la atención de los turistas que visitaban la ciudad;<br />
una combinación de exotismo y curiosidad. La<br />
fascinación de estos singulares asentamientos permanece<br />
en la actualidad gracias a la utilización, por<br />
parte de una gran mayoría, de dispositivos audiovisuales.<br />
San José, San Juan, San Roque, San Nicolás,<br />
San Lázaro y San Antonio son los nombres de estos<br />
Riscos, que pese a que algunos aún los ignoran, o<br />
miran con desdén, son parte de la historia de esta<br />
ciudad desde el siglo XVIII. En las líneas siguientes,<br />
una invitación a conocerlos y a disfrutar de su singularidad.<br />
Una historia de siglos<br />
Ya en el plano de 1686, obra de Pedro Agustín del<br />
Castillo, aparecen los riscos en la iconografía de Las<br />
Palmas de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>. Las primeras construcciones,<br />
como otras de la ciudad, se realizan dentro de<br />
las murallas que trataban de defenderla de ataques<br />
piratas; una agresiones que fueron una constante<br />
en su pasado pues en numerosas ocasiones fue<br />
víctima del acoso y la destrucción. La más feroz de<br />
todas fue la que se produjo el 26 de junio de 1599,<br />
por la armada holandesa al mando de Van der<br />
Does.<br />
Pronto muchos dirigieron su mirada hacia los riscos<br />
que bordeaban la ciudad baja; un lugar perfecto<br />
como refugio, principalmente por la dificultad de<br />
acceso. Las clases más pudientes de la incipiente<br />
sociedad se negó a desplazar sus casas allí, por lo<br />
que pronto empezaron a proliferar las viviendas<br />
de los artesanos y los más humildes en moradas<br />
auto-construidas, e incluso en casas-cueva. Otras<br />
medidas -absolutamente clasistas contribuyeron al<br />
desplazamiento de las clases populares hacía esos<br />
lugares, principalmente a partir de la segunda mitad<br />
del siglo XVII.<br />
Auge y marginación<br />
Las nobles construcciones se sucedían con la mejora<br />
económica de sus habitantes y se construyeron<br />
también pequeñas iglesias de loable arquitectura.<br />
La decadencia de los riscos comienza en la<br />
segunda mitad del siglo XX, cuando la inmigración<br />
de otras islas llega a <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong> en busca de un<br />
futuro mejor y encuentran en estos emplazamientos<br />
suelos más baratos. Pronto las viviendas de<br />
auto-construcción comienzan a proliferar en detrimento<br />
de las de mayor calidad.<br />
Curiosamente, tal y como sucede en emplazamientos<br />
hechos fuera de planificación urbanística<br />
-de arquitectura sin arquitectos- han conferidos a<br />
los riscos un sello propio; calles en pendientes que<br />
parecen imposibles de sortear, callejones entrecortados<br />
por elementos inverosímiles: son la belleza<br />
dentro del caos. Sus fachadas de bellos colores,<br />
y el orgullo de sus gentes “risqueras”, no pueden<br />
ocultar que las administraciones públicas deben<br />
acometer necesarias intervenciones intervenciones<br />
urbanísticas y socioeconómicas. Entretanto,<br />
nuevas generaciones han descubierto el encanto<br />
de vivir en plena ciudad en un entorno familiar y<br />
entrañable. Muchos artistas tienen -tal y como sus<br />
antepasados ya plasmaron en pinturas su orografía-<br />
allí sus estudios, y activos colectivos luchan con<br />
entusiasmo por su revitalización.<br />
San Juan<br />
Las fotografías y estampas de este emplazamiento<br />
lo convierten en el más fotografiado y popular de<br />
toda la ciudad; sus coloridas casas atraen la vista de<br />
todos los visitantes. Situado a la sombra del Barrio<br />
de Vegueta, su entramado urbano lo hace único y<br />
accesible. Entre los lugares a conocer destaca la ermita<br />
de San Juan Bautista, construida en 1616 y es<br />
un ejemplo de la arquitectura religiosa de tradición<br />
mudéjar,<br />
El barrio disponía de dos antiguas batería de defensa,<br />
la primera de ella de 1741, de la que aun restos<br />
del bunquerizado, conocida como Batería de San<br />
Juan. Menos restos quedan, de la aún visible y llamada<br />
Batería de San Fernando.<br />
Pero sin duda, su edificio más destacado es el antiguo<br />
Hospital de San Martín. Su origen se remonta a<br />
<strong>14</strong>81 -el primero de la ciudad, que fue reconstruido<br />
en 1775. Una impresionante construcción, en obras<br />
en la actualidad, y que será sede, en breve, del Museo<br />
de Bellas Artes de <strong>Gran</strong> <strong>Canaria</strong>.<br />
San José<br />
También una parte de Vegueta vive la bajo la mirada<br />
de este populoso barrio. Tres zonas, con nombres<br />
propios, configuran el entramado de sus calles: “El<br />
Moñigal”, “La Portadilla” y San José propiamente dicho.<br />
La iglesia, en honor al santo que le da nombre,<br />
está catalogada como monumento histórico-artístico;<br />
un templo neoclásico de finales del siglo<br />
XVIII. Construido en 1824, de estilo ecléctico, es el<br />
Cementerio de los Ingleses. Allí descansan los restos<br />
de personajes ingleses y alemanes relacionados<br />
con la actividad comercial y portuaria de la ciudad.<br />
Fue construido ante la ausencia de recintos no destinados<br />
al descanso eterno de los protestantes.<br />
San Nicolás<br />
Resulta imposible no ver sus escarpadas lomas, llenas<br />
de construcciones, cuando se mira hacia arriba<br />
desde el Barrio de Triana. El entramado de sus<br />
callejones, sus empinadas escaleras y sus próximas<br />
fincas que aún subsisten de plataneras. Desde los<br />
puntos más altos, una vista única de edificios señeros<br />
de la ciudad: la Catedral, las Casas Consistoriales,<br />
los margenes del barranco del Guiniguada, o<br />
los riscos colindantes: San Juan y San Roque. Muy<br />
recomendable un paseo por su calle Real, de nobles<br />
construcciones, su Ermita de San Nicolás de<br />
Bari, del siglo XVII, o el Castillo de San Francisco.<br />
Perderse por su laberínticas callejuelas es también<br />
una experiencia única.<br />
San Roque<br />
Ermita de San Nicolás<br />
De estilo mudejar, renacentista y barroco es la Iglesia<br />
de San Roque -del siglo XVIII- a los pies de este<br />
risco. Un paseo por su calle Real, su vía principal,<br />
supone encontrarse con las casas más antiguas de<br />
la zona, con interesantes fachadas. En lo más alto<br />
está la Casa de los “Tres Picos”, una construcción<br />
de carácter ecléctico. Las leyendas y misterios han<br />
sido una constante desde su construcción en 1868,<br />
cuando en ella vivían vecinos del barrio. En la actualidad<br />
es de uso comunitario. Impresionantes son<br />
sus vista sobre los cascos antiguos de la ciudad y<br />
de los margenes del barranco de Guiniguada.