SE RUEGA DIFUNDIR - El avisador malagueño

con el arzobispo y limosnero de los reyes, Pedro de Toledo a la cabeza, presidido por la imagen de Ntra.
Sra. de los Reyes, a la que seguían los monarcas con sus caballeros y hombres de armas para entrar triunfalmente
en la ciudad el 19 de agosto de 1487.
En la tarea que les supuso a los conquistadores la reorganización de la ciudad, dispusieron que en
ese arrabal de la Puerta de Granada o de la Victoria, se estableciese un mercado público, declarado franco
y feriado durante un día a la semana, por R. C. de 28 de septiembre de 1498, delimitándose por este motivo
el terreno que debía quedar como plaza, a la que se llamó del Mercado y también de los Álamos.
Entre las donaciones que recibió el primer corregidor de Málaga, Garci Fernández Manrique tras
la toma de la ciudad, estaba un solar a la derecha de la Puerta de Granada, aproximadamente donde estuvo
el cine Victoria y los edificios cercanos, donde edificó un mesón destinado a albergar a los moros que
llegaban a la ciudad y que durante la noche no
podían permanecer en su interior por motivos
de seguridad al estar la guerra con Granada
aún sin finalizar.
Una vez acabada la contienda, y con
ella las medidas restrictivas, el mesón no tuvo
razón de continuar por lo que fue cedido por
la familia propietaria, ante la solicitud de dos
ermitaños llamados Pedro Pecador y Álvaro
Alvarado, en 1493 para convertirlo en hospital
donde recoger a los enfermos de enfermedades
vergonzosas, bajo la advocación de
Santa Ana. Este hospital existió hasta comienzos
del siglo XX, siendo demolido cuando
el proyecto de unión de las vías urbanas
Alcazabilla-Victoria. Pasado unos años, aunque
no muchos, en 1502 se realizaron importantes
repartos de solares desde la plaza hasta
el convento de la Victoria, señalándose las
calles que habrían de dejarse y anchura de
ellas por lo que debió quedar definitivamente
delimitado el ámbito de la plaza, con las proporciones
que actualmente la conocemos.
En el año 1507 los mercedarios obtuvieron
un gran solar en esta plaza del mercado,
donde ese mismo año quedaría edificada la iglesia y algo más tarde el convento. La iglesia sería construida
de nuevo en el año 1792 con unas bellas proporciones a las que acompañaría su artística decoración
interior. En 1835, tras la desamortización, el convento dejó de serlo para convertirse en cuartel, quedando
sólo la iglesia con parte del antiguo huerto a sus espaldas. A pesar de haber sido denominada en el transcurso
de los años con diferentes nombres, fue de este convento de la Orden Mercedaria de donde tomaría
definitivo nombre la plaza. Apoyadas en las murallas de la ciudad, a ambos lados de la Puerta de Granada,
se construyeron casas, así como en el lateral que se extiende desde la calle San Juan de Letrán hasta la
de Álamos, muchas de ellas pertenecientes a gente de la mejor clase social de la época, de hecho el Teniente
del Rey en el siglo XVIII habitaba en la casa que forma la esquina derecha de la calle Madre de
Dios. Otro convento de religiosas se instalaría en esta plaza en el año 1565, el ya mencionado anteriormente
de Santa María de la Paz, cuyo verdadero fundador fue el padrino del emperador Carlos V, Gutierre
Gómez de Fuensalida, fue reconstruido en 1745, aunque una centuria más tarde la desamortización
también tendría sus efectos en este lugar y la iglesia de la Paz fue cerrada y el convento sería transformado
una parte en almacén y otra en viviendas.
Corrían los primeros años del siglo XVIII y Gaspar Ramírez de Arrellano, corregidor de la ciudad,
en cabildo de 7 de enero de 1704 acordó adornar la plaza en todo su entorno por una doble hilera de árboles
que protegiesen del sol a los que allí fuesen en busca de esparcimiento y levantar un estanque o similar
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