SE RUEGA DIFUNDIR - El avisador malagueño
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DE CHUPITIRA<br />
De Juan José Palop<br />
EL ÚLTIMO DESTINO DEL VICTORIANO MONO PERICO<br />
Por estos días, la Plaza de la Victoria, nombre oficial del entorno<br />
que en toda Málaga es más bien conocido como Jardín de los Monos, registra<br />
obras de reformas y mejoras por lo que se refiere a su configuración<br />
y, sobre todo, a la conducción, distribución y reciclaje de las aguas que<br />
abastecían a las dos fuentes que quedan en dicha plaza o jardín. Una de<br />
ellas, la central y de mayor envergadura, es heredera de la que en el mismo sitio, sobre 1785, recibía las<br />
aguas que desde el Guadalmedina, llegaban<br />
al centro de Málaga a través del histórico<br />
acueducto de San Telmo. Aquella primitiva<br />
fuente fue trasladada al lugar donde se encuentra<br />
en la actualidad, en la mediación de<br />
la Alameda de Capuchinos.<br />
¿Por qué esa plaza es más bien conocida,<br />
en Málaga, como Jardín de los Monos,<br />
nombre popular, que como Plaza de la<br />
Victoria, nombre oficial? Hasta la reforma<br />
de ese entorno victoriano en el año 1962, en<br />
la plaza o jardín se exhibían, en su jaula,<br />
dos monos que llegaron a ser famosos en<br />
toda Málaga, por sus “hazañas”. Sus nom-<br />
bres eran Perico y Rosita (otros llamaban a<br />
la mona, Pilita). Por aquella época, la plaza<br />
o jardín en cuestión, que también albergaba la “casita” del jardinero y su numerosa familia, venía a ser<br />
una especie de recreo escolar para los niños y niñas de los<br />
colegios y las “amigas” del entorno victoriano. Hasta tal<br />
punto que al recinto sólo podían acceder las mujeres y los<br />
niños, las madres con sus hijos; los hombres tenían prohibida<br />
la entrada. Los niños se divertían echando a los monos dentro<br />
de la jaula los papelines de las envolturas de los caramelos,<br />
pero conteniendo chinos del jardín; cuando Perico masticaba<br />
el falso caramelo y descubría que era un chino, arremetía<br />
como podía contra los niños; infeliz al que cogiera de<br />
los pelos, porque le arrancaba un hermoso mechón. Otra de<br />
las frecuentes “hazañas” de Perico era el dedicarse a la mas-<br />
turbación, con lo que ello suponía de rechifla general.<br />
Jardín de los Monos, año 1930<br />
Con la reforma de la Plaza de la Victoria o Jardín de<br />
los Monos en 1962, por el alcalde de Málaga don Francisco<br />
García Grana, los monos fueron donados al Ayuntamiento<br />
del pueblo <strong>malagueño</strong> de Humilladero. Y allí permanecieron,<br />
como se dice en el libro “Historias del Barrio de Chupa y<br />
Tira (Barrio de la Victoria)”, hasta que una devolución de<br />
visita, del Ayuntamiento de Humilladero, en los primeros <strong>El</strong> famoso mono Perico.<br />
años 60 a la ciudad de Santo Domingo, capital de la República<br />
Dominicana, por vinculación histórica con la familia Trujillo, entonces en el poder, incluyó el regalo<br />
original de Perico al Zoo de la capital dominicana, por consejo del mencionado alcalde de Málaga don<br />
Francisco García Grana.<br />
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