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Raquel Bañuls<br />
Directora eDipsicologos.<br />
Profesora asociada al Departamento<br />
de psicología evolutiva y de<br />
la educación. <strong>con</strong>sultora en la uoc<br />
www.edipsicologos.com<br />
El faro<br />
interior<br />
Existe un momento en la vida en el que nos<br />
sentamos en la orilla de nuestra vida. Aletargados,<br />
<strong>con</strong>templamos las olas del mar.<br />
Nos parecen cansadas, llenas de partículas<br />
de recuerdos. Las vemos estremecerse en las<br />
proas de los barcos y desahogarse en rocas de<br />
la experiencia, ¿porqué chocan, incansables,<br />
sin arrastrar <strong>con</strong>sigo a los navegantes?<br />
En ese instante nos damos cuenta que a<br />
nuestro lado, gigante y poderoso, siempre<br />
está presente un faro. Esa gran linterna emite<br />
un punto de luz brillante. Nos parece un sabio<br />
destello que muestra el camino y protege<br />
de los peligros cercanos a los marineros que<br />
navegan en el mar bravo. Un pensamiento<br />
único: mientras esté presente el faro, las<br />
furiosas olas nunca podrán llevarse el barco<br />
<strong>con</strong>tra las rocas.<br />
¿Quién es ese faro? En nuestra piel quedan<br />
pequeños destellos: me ayudaba a levantarme<br />
cuando me caía, me daba la mano para ver el<br />
camino, me secaba las lágrimas de angustia,<br />
me hablaba sin pronunciar palabra. Ya no<br />
está, se ha ido, pero su luz sigue alumbrando<br />
y guiándome, ¿cómo es posible? Hay un<br />
momento en la vida en el que entendemos la<br />
verdadera función del faro: guiar desde fuera<br />
para guiar desde dentro “Estar para Ser”.<br />
lucía íscaR<br />
nutricionista<br />
Dra. especialista en Medicina familiar<br />
y comunitaria. nutrióloga.<br />
www.iscarsalud.es<br />
La importancia de la<br />
ALiMentACiÓn<br />
Comer para crecer. Quizás sea el primer<br />
pensamiento que nos inspira la alimentación<br />
de nuestros hijos. Pero, si nos paramos a<br />
reflexionar sobre ello, también deberíamos<br />
preguntarnos: ¿estamos evitando carencias<br />
nutricionales? ¿Prevenimos enfermedades?<br />
¿Promovemos hábitos alimentarios correctos<br />
y una buena <strong>con</strong>vivencia en torno a la mesa?<br />
Para <strong>con</strong>seguir estos objetivos hay que tener<br />
en cuenta algo que puede parecer obvio: es<br />
nuestra responsabilidad guiarles en lo que más<br />
les <strong>con</strong>viene (aunque a veces nos pueda generar<br />
algún <strong>con</strong>flicto). De los 3 a los 12 años, se<br />
adquieren hábitos alimentarios que perduran<br />
para siempre y aunque nuestros hijos puedan<br />
opinar, nosotros decidimos ya que somos los<br />
maestros. Es a<strong>con</strong>sejable priorizar la variedad<br />
de alimentos frente a la cantidad, buscar<br />
alternativas llamativas ante posibles dificultades<br />
y atajar la tendencia al sobrepeso que<br />
puedan presentar los niños. No hay alimentos<br />
buenos y malos, sino cantidades y frecuencias<br />
de <strong>con</strong>sumo adecuadas e inadecuadas. Si nos<br />
<strong>con</strong>sideramos un modelo para nuestros hijos<br />
también debemos serlo en la forma que tenemos<br />
de alimentarnos. Tus hijos agradecerán tu<br />
esfuerzo siempre.<br />
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