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Teoria_de_la_Relatividad_Economica

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positivismo-, y el no tener una teoría a<strong>de</strong>cuada implica bucear en un terreno totalmente <strong>de</strong>sconocido,<br />

don<strong>de</strong> <strong>la</strong>s conclusiones se van sacando según el camino que se presenta; por eso surge lo intrincado.<br />

Después <strong>de</strong> estas observaciones fundamentales, compren<strong>de</strong>rá el lector porqué escogí este capítulo para<br />

centrar <strong>la</strong> comparación <strong>de</strong> mis teorías con <strong>la</strong>s <strong>de</strong> Keynes: precisamente porque era su expresión más<br />

teórica sobre el tratamiento <strong>de</strong>l tiempo económico, y porque mezc<strong>la</strong> el dinero y el interés bajo el título<br />

“Las propieda<strong>de</strong>s esenciales <strong>de</strong>l interés y el dinero”, lo que no hace más que encerrar con precisión el<br />

embrollo en que se encuentra <strong>la</strong> teoría económica en general.<br />

Siguiendo en su camino, Keynes intenta explicar que el dinero es el bien que presenta <strong>la</strong>s características<br />

“especiales” que limitan el logro <strong>de</strong>l pleno empleo y <strong>la</strong> producción, pero introduce explicaciones<br />

totalmente contradictorias para ava<strong>la</strong>r dicha propuesta; contradicciones que van <strong>de</strong> <strong>la</strong> mano <strong>de</strong> referirse a<br />

veces al dinero como bien económico presente y otras al crédito como dinero, con lo cual redon<strong>de</strong>aríamos<br />

<strong>la</strong> diferencia sustancial <strong>de</strong> mis teorías con <strong>la</strong> <strong>de</strong> Keynes, que es simi<strong>la</strong>r a <strong>la</strong>s <strong>de</strong> sus “rivales”. Veamos (p.<br />

268):<br />

“Por lo tanto, al atribuir un significado especial al tipo <strong>de</strong> interés <strong>de</strong>l dinero estamos suponiendo -<strong>de</strong> manera<br />

implícita- que <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> dinero a <strong>la</strong> que estamos acostumbrados tiene alguna característica singu<strong>la</strong>r que hace<br />

que su tasa intrínseca <strong>de</strong> interés se resista a <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r más que <strong>la</strong> <strong>de</strong> los restantes activos cuando su existencia<br />

aumenta (<strong>la</strong> vetusta riqueza). ¿Está justificada esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> supuestos? (luego asiente y pasa a <strong>de</strong>scribir<strong>la</strong>s).<br />

1 – La primera <strong>de</strong> esas características que nos llevan a esa conclusión es que, <strong>de</strong> hecho, <strong>la</strong> e<strong>la</strong>sticidad <strong>de</strong><br />

producción <strong>de</strong>l dinero, cuando consi<strong>de</strong>ramos su producción en régimen <strong>de</strong> mercado (mi bien económico<br />

presente, endógeno) por oposición a <strong>la</strong> <strong>de</strong> su producción por parte <strong>de</strong> una autoridad pública (cartal o exógeno,<br />

que da origen al PM y los MF), es, a corto y <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo, cero o muy pequeña”.<br />

Nos encontramos frente al caso <strong>de</strong>l dinero <strong>de</strong> mi teoría, al que <strong>de</strong>fino como un bien económico presente<br />

(metal y/o CDI) que satisface <strong>la</strong> liqui<strong>de</strong>z. De este dinero es <strong>de</strong>l que Keynes <strong>de</strong>riva <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que, aunque<br />

aumente su valor, <strong>la</strong> gente querrá seguir poseyéndolo y <strong>la</strong> producción nunca podrá revertir dicha<br />

ten<strong>de</strong>ncia. De allí <strong>de</strong>riva directamente que esa situación hará que no se llegue a <strong>la</strong> plena ocupación, en<br />

virtud <strong>de</strong> que el dinero es el bien <strong>de</strong> cambio por excelencia y su uso común hace que afecte más que<br />

ningún otro a <strong>la</strong> economía en su conjunto. En otras pa<strong>la</strong>bras, el oro va a ser cada vez más caro a <strong>la</strong> vez<br />

que va a ser cada vez más necesario; luego, es un callejón sin salida que no se podrá evitar con <strong>la</strong><br />

liberación <strong>de</strong> dinero (baja <strong>de</strong> los factores que afectan su <strong>de</strong>manda) mediante <strong>la</strong> baja <strong>de</strong> los precios en<br />

dinero <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más bienes económicos -que se l<strong>la</strong>ma rigi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los precios a <strong>la</strong> baja-, especialmente el<br />

<strong>de</strong>l trabajo. Según Keynes, esta circunstancia es <strong>de</strong>bida a <strong>la</strong> característica esencial <strong>de</strong>l dinero como bien<br />

económico presente que satisface <strong>la</strong> liqui<strong>de</strong>z. Evi<strong>de</strong>ntemente, “este dinero” lleva a un callejón sin salida,<br />

hipótesis <strong>de</strong> <strong>la</strong> cual <strong>de</strong>riva aquello <strong>de</strong> <strong>la</strong> “vetusta riqueza”. Luego Keynes continúa en el intento <strong>de</strong> salvar<br />

los problemas que su teoría le presenta y sigue adoptando teorías ad hoc (p. 269):<br />

“2- Es evi<strong>de</strong>nte, no obstante, que <strong>la</strong> condición anterior se satisface no sólo por el dinero sino por todos los<br />

factores productores <strong>de</strong> rentas puras, cuya producción es absolutamente inelástica y por tanto necesitamos una<br />

segunda característica que permita distinguir el dinero <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más factores productores <strong>de</strong> renta.<br />

La segunda característica diferenciadora es que <strong>la</strong> e<strong>la</strong>sticidad <strong>de</strong> sustitución <strong>de</strong>l dinero es igual o próxima a<br />

cero. Es <strong>de</strong>cir, que cuando el valor <strong>de</strong> cambio <strong>de</strong>l dinero (Nota <strong>de</strong>l Editor: El po<strong>de</strong>r adquisitivo <strong>de</strong>l dinero o<br />

precio re<strong>la</strong>tivo <strong>de</strong>l dinero sobre otros bienes) se eleva no se manifiesta ten<strong>de</strong>ncia alguna a sustituirlo por otra<br />

cosa salvo, quizás, cuando se trata <strong>de</strong> un dinero-mercancía que cabe <strong>de</strong>dicar a otros usos y aun en estos casos<br />

el efecto será en proporción poco significativo (no advierte el uso <strong>de</strong>l crédito para satisfacer <strong>la</strong> liqui<strong>de</strong>z, así<br />

como no pue<strong>de</strong> explicar el cambio en el tiempo <strong>de</strong> distintos bienes económicos presentes usados como dinero;<br />

sí lo hace <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong>l dinero <strong>de</strong> Menger aquí <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>da). Esto es una consecuencia <strong>de</strong> una característica<br />

peculiar <strong>de</strong>l dinero y es que su utilidad <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> su valor <strong>de</strong> cambio (¿discípulo directo <strong>de</strong> Mises?, tema sobre<br />

el cual ya he dado respuesta en mi teoría, y que corrobora el origen común <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s teorías monetarias<br />

vigentes), <strong>de</strong> manera que ésta se eleva o cae pari passu, y cuando el valor <strong>de</strong> cambio <strong>de</strong>l dinero se eleva no hay<br />

motivo o ten<strong>de</strong>ncia a sustituirlo por otro, como suce<strong>de</strong> en el caso <strong>de</strong> los factores productores <strong>de</strong> renta (no<br />

visualiza el crédito como alternativa más propicia y general al dinero para satisfacer <strong>la</strong> liqui<strong>de</strong>z). Por tanto, no<br />

sólo es imposible emplear más trabajo en producir dinero cuando su precio en unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> trabajo se eleva<br />

sino que el dinero viene a ser como una especie <strong>de</strong> pozo sin fondo para el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> compra, cuando su<br />

<strong>de</strong>manda se incrementa no llega un momento en que el aumento <strong>de</strong> su valor hace que <strong>la</strong> <strong>de</strong>manda se dirija<br />

hacia otra c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> bienes, como suce<strong>de</strong> en el caso <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más factores (pido al lector que retenga todo este<br />

concepto que refiere al cuello <strong>de</strong> botel<strong>la</strong> que se le presenta al ser humano por tener dinero constantemente más<br />

caro, el cual dará lugar inmediatamente a lo que doy en l<strong>la</strong>mar “<strong>la</strong> paradoja <strong>de</strong> Keynes”)”.<br />

Luego Keynes p<strong>la</strong>ntea <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> que sus conclusiones se sostengan si se presentan situaciones<br />

distintas a <strong>la</strong>s consi<strong>de</strong>radas hasta ahora, lo que comienza a presentarle el camino cada vez más espinoso y<br />

lo lleva a recurrir a teorías ad hoc más profundas (p. 270):<br />

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