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comercio y los servicios tienen que prepararse para
este gran salto que le significa a Colombia pasar de
tener siete Tratados a tener cerca de 15 en menos
de tres años y de tener exportaciones hacia 460
millones de personas a 1.500 millones de personas.
Ese cambio se va a ver reflejado en los próximos
años positivamente si sabemos anticiparnos.
Advertido y dicho esto, lo que uno aspira es que
las empresas en su planeación visualicen esto y lo
vuelvan realidad.
Todo eso es cierto, pero en materia de
infraestructura, el país por ejemplo está por
debajo del promedio latinoamericano en número
de vías ¿Cómo se está anticipando el Gobierno
en este sentido para que todo no quede, como
usted dice, en buenos deseos?
S.D.G: El Gobierno tiene claro desde hace muchos
años que la infraestructura es uno de los grandes
cuellos de botella que tenemos, no sólo en vías
sino en disponibilidad de puertos, costo de fletes
de la carga terrestre o en los costos inclusive de
la operación aérea; de ahí que tenemos que hacer
un proceso cada vez mayor de mejoras y ¿cómo lo
estamos haciendo? Pues aumentando los recursos
del presupuesto para infraestructura. Lo otro es que
estamos estimulando la inversión privada por vía de
alianzas público-privadas para vías, aeropuertos,
puertos y la recuperación de ferrocarriles, entre
otros... todo eso integrado va a hacer que el país esté
preparado para lo que viene. Una buena noticia en
este sentido es sin duda la apertura del aeropuerto
El Dorado, a mediados de este año, en una primera
fase que nos va a comenzar a marcar el camino de
renovación total de esa Terminal.
Pero esa buena noticia no ha sido tan positiva
para algunos Presidentes de aerolíneas que
insisten en que para cuando se inaugure, El
Dorado ya será demasiado pequeño...
S.D.G: Claro, cuando se inaugure en agosto va
a ser pequeño porque le faltarán dos fases más
de construcción. Cuando se termine en el 2014
será suficiente para la demanda de ahora y de ese
momento. Pero tenemos que pensar en el aeropuerto
hasta el 2050 y no hasta el 2020, porque tenemos
que ser mucho más visionarios y prepararnos para
la fase siguiente. En este sentido ya la Aeronáutica
Civil está ejecutando un plan maestro para El Dorado
que puede influir en la apertura de una nueva
terminal y dejar el actual para vuelos nacionales e
internacionales como lo tiene México o Sao Paulo.
De manera que la primera fase de El Dorado estará
lista este año y en el 2014 cuando termine la obra
completa, vamos a tener un aeropuerto casi cuatro
veces más grande; pero coincidimos en que tenemos
que seguir pensando y actuando más rápido en
el sentido de lo que sigue después, porque este
aeropuerto va a servir por una época pero muy
corta y si las cosas salen como creemos que van a
salir, y si esto sigue creciendo como está creciendo,
vamos a necesitar uno más grande y no podemos
tomarnos 50 años, que fue lo que se tomó Colombia
discutiendo si se merecía o no una segunda pista
para El Dorado, una discusión que comenzó a finales
de los 60 y sólo fue realidad a mediados de los 90.
Uno de los sectores que más ha crecido, de la
mano de la política de exención del impuesto
de Renta para la construcción de este tipo de
establecimientos, ha sido la hotelería ¿Esa
política se va a extender por más años pensando
precisamente en que se necesitarían más
camas para la anhelada llegada de viajeros que
generará el TLC?
S.D.G: La exención ha funcionado. Yo tuve la feliz
coincidencia de ser el ponente en la Cámara de
Representantes de la Reforma Tributaria en el 2002
que creó esa exención; mucha gente creyó que eso
no iba a funcionar y ha funcionado correctamente
y le ha generado al país un número de habitaciones
importantes, más de 20.000 nuevas habitaciones.
Este año entrarán en funcionamiento al menos 2.500.
Pero sumado a ello, también estamos trabajando
con sentido de urgencia, no solo en apoyar la
construcción de nuevos hoteles, sino además en
asegurar su ocupación. Nos satisface que este año,
con más habitaciones, la ocupación hotelera ha
crecido en un 11% en los meses de enero y febrero
y son reportes que han dado los propios hoteleros
que dicen que la ocupación va por buen camino y
eso genera más empleo en el sector y ayuda a que
los hoteles sean empresas más rentables. ¿Qué va a
pasar hacia adelante con la exención? se mirará en
su momento. Yo creería que sí vale la pena extenderla
porque Colombia sigue estando por debajo de la
competencia en América Latina en número de camas
por habitante y particularmente en las ciudades
intermedias en donde aún hay espacio para crecer.
¿Pero algunos hoteleros insisten en que desde
ya existe una sobreoferta de camas por cuenta
de la mencionada exención?
S.D.G: Yo no creo que haya sobreoferta porque uno
ve tasas de ocupación de hoteles hasta del 90%,
y de hoteles nuevos, con tecnología y que están
supliendo las expectativas de los viajeros. Pero creo
que ese es un tema que lo define el mercado y no
el Gobierno. Es decir, será el mercado el que defina
hasta dónde podrán llegar los nuevos hoteles y hasta
dónde no. Lo importante es que el país entienda que
vamos hacia un proceso de crecimiento y que los
TLC van a dar esa oportunidad de crecimiento y que
lo que tenemos que hacer es conectarnos para lograr
mantener las tasas de ocupación que es lo que nos
interesa.
¿Hay algún indicativo sobre el número de
empleos que podría generar el TLC en el sector?
S.D.G: Lo que sabemos es que el comercio va a
beneficiarse de una oportunidad de crecimiento
sin precedentes. Estados Unidos es por ejemplo
nuestro principal mercado y todos los pronósticos
indican que nuestras exportaciones hacia ese país
aumentarán a un 35%; además vamos a tener el
otro año Cielos Abiertos con esa nación, con lo cual
cualquier aerolínea de los dos países podrá volar a
cualquier ciudad de los mismos. Por eso aspiramos a
que todo eso sirva como aliciente para que tengamos
más presencia, más viajeros de negocios y de ocio, y
estoy convencido que eso se va a ver reflejado en un
crecimiento en la ocupación hotelera y en el número
de visitantes.
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