02.04.2013 Views

La Historia empieza en Sumer

La Historia empieza en Sumer

La Historia empieza en Sumer

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Samuel Noah Kramer <strong>La</strong> <strong>Historia</strong> Empieza En <strong>Sumer</strong><br />

espíritu humano descubrió «el arte de dirigir bi<strong>en</strong> el propio p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to y de razonar bi<strong>en</strong><br />

sobre las cosas». De todos modos, resulta sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que no se pueda <strong>en</strong>contrar nada <strong>en</strong><br />

<strong>Sumer</strong> que se asemeje al tipo de obras históricas tan ext<strong>en</strong>didas <strong>en</strong>tre hebreos y griegos.<br />

Los sumerios crearon y cultivaron numerosos géneros literarios: mitos y cu<strong>en</strong>tos épicos,<br />

himnos y lam<strong>en</strong>taciones, <strong>en</strong>sayos y proverbios, y aquí, allá y acullá (especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las<br />

epopeyas y <strong>en</strong> las lam<strong>en</strong>taciones) se pued<strong>en</strong> distinguir ciertos datos históricos. Pero no<br />

existe un género literario que pueda considerarse como propiam<strong>en</strong>te histórico. Los únicos<br />

docum<strong>en</strong>tos que se aproximan algo a ello son las inscripciones votivas de las estatuas, de<br />

las estelas, de los conos, de los cilindros, de las vasijas y de las tabletas, y aun éstas son<br />

brevísimas y están influ<strong>en</strong>ciadas netam<strong>en</strong>te por el deseo de propiciarse las divinidades.<br />

En g<strong>en</strong>eral, los hechos que relatan son hechos contemporáneos y aislados. Sin embargo,<br />

algunas de estas inscripciones se refier<strong>en</strong> a acontecimi<strong>en</strong>tos anteriores y revelan un<br />

s<strong>en</strong>tido del detalle histórico que <strong>en</strong> esta época lejana (alrededor del año 2400 a. de J. C.)<br />

no ti<strong>en</strong>e equival<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la literatura universal.<br />

Todos esos «historiadores» primitivos, al m<strong>en</strong>os todos los que han llegado a<br />

nuestro conocimi<strong>en</strong>to, vivían <strong>en</strong> <strong>La</strong>gash, ciudad meridional de <strong>Sumer</strong> que repres<strong>en</strong>tó<br />

durante más de un siglo, hacia la mitad del tercer mil<strong>en</strong>io, un papel político y militar<br />

preponderante. <strong>La</strong>gash era <strong>en</strong>tonces la sede de una activísima dinastía de soberanos,<br />

fundada por Ur-Nanshe. Realzó el brillo de esta dinastía su nieto, Eannatum el<br />

Conquistador, qui<strong>en</strong> logró hacerse dueño durante un breve período de todo el país de<br />

<strong>Sumer</strong> (la célebre «estela de los buitres» es suya); la dinastía prosiguió brillantem<strong>en</strong>te con<br />

los reinos de Enannatum, hermano del preced<strong>en</strong>te, y de Entem<strong>en</strong>a, hijo de Enannatum. A<br />

continuación empezó a palidecer la estrella de <strong>La</strong>gash y, después de una época de<br />

disturbios, terminó por apagarse <strong>en</strong> el reinado de Urukagina, el octavo soberano después<br />

de Ur- Nanshe. Urukagina, que fue un sabio y sagaz reformador, no pudo hacer fr<strong>en</strong>te a la<br />

ambición del rey de Umma, Lugalzaggisi, que lo derrotó definitivam<strong>en</strong>te, antes de<br />

sucumbir él mismo bajo el recio empuje del gran Sargón de Accad.<br />

Pues bi<strong>en</strong>, lo que nos restituy<strong>en</strong> los historiógrafos de <strong>La</strong>gash es la historia política<br />

o, mejor dicho, la sucesión de acontecimi<strong>en</strong>tos políticos de este período, desde el reino de<br />

Ur-Nanshe hasta el de Urukagina. Sus relaciones son para nosotros tanto más preciosas<br />

cuanto que, a lo que parece, esos personajes eran los archiveros adscritos al Palacio y al<br />

Templo y habían de t<strong>en</strong>er acceso a informes de primera mano sobre los sucesos que nos<br />

describ<strong>en</strong>.<br />

Entre estos relatos hay uno, especialm<strong>en</strong>te, que se distingue por la abundancia del<br />

detalle y la claridad de la exposición. Es obra de uno de los archiveros de Entem<strong>en</strong>a y<br />

relata la restauración del foso que formaba la frontera <strong>en</strong>tre los territorios de <strong>La</strong>gash y de<br />

Umma, destruido <strong>en</strong> el curso de una guerra anterior <strong>en</strong>tre ambas ciudades. El escriba,<br />

preocupado por exponer y describir la perspectiva <strong>en</strong> la que se inscribe el acontecimi<strong>en</strong>to,<br />

ha juzgado necesario evocar el fondo político de la cuestión. Sin ext<strong>en</strong>derse demasiado,<br />

como ya puede suponerse, nos informa de ciertos episodios notables de la lucha <strong>en</strong>tre<br />

<strong>La</strong>gash y Umma, remontándose a la época más lejana sobre la que posee informes, es<br />

decir, la correspondi<strong>en</strong>te al reinado de Mesilim, rey de Kish y soberano de <strong>Sumer</strong>, hacia<br />

el año 2600a. de J. C.<br />

A despecho de esta loable int<strong>en</strong>ción, hay que comprobar, sin embargo, que su<br />

relato anda muy lejos de pres<strong>en</strong>tar el carácter objetivo que cabría esperar de un<br />

historiador. Al contrario, todos sus esfuerzos consist<strong>en</strong> <strong>en</strong> hacer <strong>en</strong>cuadrar el desarrollo<br />

sucesivo de los acontecimi<strong>en</strong>tos d<strong>en</strong>tro de la explicación que les impone a priori su<br />

concepto teocrático del mundo. De ahí el estilo literario originalísimo de esta historia<br />

donde se <strong>en</strong>tremezclan inextricablem<strong>en</strong>te las hazañas de los hombres y de los dioses. De<br />

ahí también la dificultad con que nos <strong>en</strong>contramos de poder separar los acontecimi<strong>en</strong>tos<br />

48

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!