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Comentario sobre “Hechos de Apóstoles” - The Bible / Regresando ...

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(27) porque el corazón <strong>de</strong> este pueblo se ha engrosado, y <strong>de</strong> los oídos oyeron<br />

pesadamente, y sus ojos taparon; porque no vean con los ojos, y oigan con los<br />

oídos, y entiendan <strong>de</strong> corazón, y se conviertan y yo los sane. (28) Séaos pues<br />

notorio que a los gentiles les es enviada esta salud <strong>de</strong> Dios; y ellos oirán.” Era tan<br />

hábil predicador Pablo que no habría terminado su plática con advertencia como ésta, si<br />

no hubiera visto u oído algo en su auditorio que exigía tales palabras can<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l<br />

Capítulo 6 <strong>de</strong> Isaías. Este pasaje ya había sido citado por Jesús, y lo aplicó a los judíos<br />

<strong>de</strong>screídos <strong>de</strong> Galilea (Mateo 13:14,15), y <strong>de</strong>spués lo usó el apóstol Juan que explicó la<br />

incredulidad <strong>de</strong> los que oían a Jesús en Jerusalén (Juan 12:40). Da la fiel explicación <strong>de</strong><br />

por qué el evangelio falla en ganarse a algunos que lo oyen proclamar plenamente, y la<br />

explicación esta contradice la doctrina que en un tiempo fue popular, a saber, que el<br />

Espíritu Santo <strong>de</strong>be regenerar el alma con ejercer su po<strong>de</strong>r inmediato antes que pueda<br />

recibir el evangelio. Según tal doctrina, la razón <strong>de</strong> que algunos <strong>de</strong> los oyentes <strong>de</strong> Pablo<br />

se fueran sin creer fue que la divina influencia se contuvo <strong>de</strong> llegar a ellos, pero a otros<br />

les fue concedida. Pero según la i<strong>de</strong>a que se expresa en este pasaje, el Señor tanto en<br />

favor <strong>de</strong> una clase como <strong>de</strong> otra hace mucho, y la razón <strong>de</strong> que algunos creyeran<br />

y otros no, fue que éstos no oían con los oídos ni veían con los ojos. No tenían<br />

tapados ojos ni oídos por un po<strong>de</strong>r encima <strong>de</strong> ellos, pues expresamente se les<br />

acusa <strong>de</strong> tapárselos. Si voluntariamente los cerraron, tenían el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> tenerlos<br />

abiertos y se <strong>sobre</strong>ntien<strong>de</strong> que si hubieran hecho tal, el resultado habría sido lo<br />

inverso —que habrían visto la verdad, que con favor la habrían oído, que la<br />

habrían entendido y se habrían vuelto al Señor para ser salvos. Tal fue<br />

precisamente la experiencia <strong>de</strong> la parte <strong>de</strong> ellos que creyeron. Previamente habían<br />

tenido el corazón engrosado, <strong>de</strong> los oídos oían pesadamente y cerraban los ojos para<br />

no ver lo <strong>de</strong> otros predicadores en Roma, pero ahora abrieron ojos y oídos a lo que les<br />

presentó Pablo, y en consecuencia entendieron <strong>de</strong> corazón, se volvieron y fueron<br />

sanados. En tal or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> cosas Dios no hace acepción <strong>de</strong> personas, ni pue<strong>de</strong> nadie<br />

atribuir su ruina final a que se hayan contenido influencias salvadoras por parte <strong>de</strong>l<br />

Espíritu Santo.<br />

3. Lo que duró su prisión, y sus labores continuadas.<br />

Hechos 28:30-31.<br />

Versículos 30 y 31. De una manera abrupta termina aquí el relato. (30) “Pablo<br />

empero, quedó dos años enteros en su casa <strong>de</strong> alquiler, y recibía a todos los que<br />

a él venían, (31) predicando el reino <strong>de</strong> Dios y enseñando lo que es <strong>de</strong>l Señor<br />

Jesucristo con toda libertad, sin impedimento.” Esta casa alquilada es la que se<br />

menciona en el Versículo 16, don<strong>de</strong> se dice que a Pablo le fue permitido estar por sí<br />

"con un soldado que le guardase". Este soldado, como veremos en la expresión <strong>de</strong>l<br />

Versículo 20, "estoy ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> esta ca<strong>de</strong>na", estaba enca<strong>de</strong>nado a él <strong>de</strong> día y <strong>de</strong><br />

noche. El guarda se cambiaba por costumbre universal cada tres horas, a no ser que se<br />

exceptuaran las horas <strong>de</strong> sueño en este caso particular. De esta manera no menos <strong>de</strong><br />

cinco o seis soldados tenían el privilegio <strong>de</strong> estar presentes y oír su predicación y<br />

enseñanza. Como esto se prolongó por dos años enteros, no es sorpresa oír lo que<br />

Pablo en Filipenses 1:13 dice: "Mis prisiones han sido célebres en el Señor en todo<br />

el pretorio y a todos los <strong>de</strong>más". La guardia pretoriana era un cuerpo <strong>de</strong> soldados<br />

que se tenía en Roma, en campamento fuera <strong>de</strong> la ciudad, con objeto <strong>de</strong> hacer guardia<br />

al emperador y cuidar a los prisioneros que aguardaban juicio <strong>de</strong> la corte imperial.<br />

Como cada soldado, <strong>de</strong> guardar a Pablo, volvía al campamento, llevaba una historia<br />

extraña que contar en oídos <strong>de</strong> sus compañeros, y así esto corrió <strong>de</strong> boca en boca.

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