Comentario sobre “Hechos de Apóstoles” - The Bible / Regresando ...
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la ciudad, le apedreaban: y los testigos pusieron sus vestidos a los pies <strong>de</strong> un<br />
mancebo que se llamaba Saulo; (59) Y apedreaban a Esteban, invocando él y<br />
diciendo: Señor Jesús, recibe mi espíritu. (60) Y puesto <strong>de</strong> rodillas, clamó a gran<br />
voz: Señor, no les imputes este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió. (8:1) Y<br />
Saúl consentía en su muerte.” Fue extraña la manera <strong>de</strong> levantar la sesión <strong>de</strong> un<br />
tribunal; todo el cuerpo <strong>de</strong> setenta rabinos graves, cuyo <strong>de</strong>ber oficial era cuidar <strong>de</strong>l fiel<br />
cumplimiento <strong>de</strong> la ley, brincando <strong>de</strong> sus asientos y abalanzándose en loco populacho y<br />
horrorosos alaridos, a la repentina ejecución sumaria <strong>de</strong> un prisionero, que no se había<br />
juzgado ni con<strong>de</strong>nado. (No tenía <strong>de</strong>recho el Sinedrio <strong>de</strong> ejecutar a nadie; pero esto no<br />
fue ejecución, fue un linchamiento, la violencia <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> hombres hirviendo <strong>de</strong><br />
rabia solo porque se les habían dicho verda<strong>de</strong>s muy amargas. Críticos enemigos alegan<br />
que el Sinedrio no podía ejecutar un reo sin permiso <strong>de</strong>l gobernador romano, y por lo<br />
tanto este relato <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Esteban es increíble. Pero este relato muestra que no<br />
hubo nada legal en el linchamiento <strong>de</strong> Esteban. Fue violencia <strong>de</strong>l populacho azuzado<br />
por directores astutos y malignos. La narración misma muestra que esta ejecución fue<br />
un procedimiento esencialmente ilegal. Negar como lo hacen estos críticos enemigos<br />
que el relato sea creíble es negar credibilidad a toda relación <strong>de</strong> violencia <strong>de</strong>l populacho<br />
solo porque es algo que se hizo fuera <strong>de</strong> la ley.) Pero se presencian las más terribles<br />
locuras cuando los malvados se ponen en terca oposición a Dios y a los suyos.<br />
La visión que a Esteban se le concedió, como las <strong>de</strong> Juan en Patmos, no se necesita<br />
tomarla como si hubiera rasgado el espacio para lograr ver lo <strong>de</strong> más allá, sino como<br />
representación simbólica. Fue concedida para su propio aliento a la hora <strong>de</strong> la muerte, y<br />
para beneficio <strong>de</strong> sus amigos y enemigos en lo futuro. A los oídos <strong>de</strong> los sacerdotes en<br />
jefe las palabras <strong>de</strong> Esteban, "al Hijo <strong>de</strong>l hombre que está a la diestra <strong>de</strong> Dios",<br />
fueron como un eco <strong>de</strong> las que Jesús habló al estar ante ellos en el juicio. Cuando<br />
menos hubo uno en aquel auditorio en quien, según creemos con toda razón, la<br />
impresión que le hizo todo este procedimiento fue profunda y dura<strong>de</strong>ra. El joven Saulo<br />
jamás olvidó sino que muchos años <strong>de</strong>spués, doblado bajo la carga <strong>de</strong> los años, hizo<br />
triste mención <strong>de</strong> la escena. (Véase Hechos 22:18, 20; 1 Timoteo 1:12-17).<br />
Hechos 8: 1 - 4. Los enemigos <strong>de</strong> la iglesia en vano habían probado ya todos los<br />
métodos ordinarios <strong>de</strong> oponerse a la verdad. Bajo la dirección <strong>de</strong> los saduceos probaron<br />
primero las amenazas, luego la prisión y <strong>de</strong>spués los azotes. Iban a seguir con la<br />
muerte <strong>de</strong> los doce, cuando los consejos <strong>de</strong> los fariseos, que aun no llegaban a la<br />
exasperación, prevalecieron y se tuvo recurso a la discusión. Pero la causa, que bajo la<br />
presión <strong>de</strong> sus primeros adali<strong>de</strong>s prosperaba, ahora que se puso el pueblo en <strong>de</strong>bate<br />
libre, avanzó con nuevo ímpetu, y los fariseos se vieron impulsados a seguir a los<br />
saduceos por la vía <strong>de</strong> la violencia. Propósito suyo era proce<strong>de</strong>r en su obra sanguinaria<br />
con todas las formalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la ley, pero en un momento <strong>de</strong> frenesí perdieron los<br />
estribos y <strong>de</strong>spacharon a su víctima escogida con la violencia <strong>de</strong> un motín. Una vez<br />
entregados a carrera tal tan <strong>de</strong>senfrenada, nada podía satisfacerles que no fuera el<br />
exterminio <strong>de</strong> la iglesia. (1) “Y en aquel día se hizo una gran<strong>de</strong> persecución en la<br />
iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras <strong>de</strong><br />
Ju<strong>de</strong>a y <strong>de</strong> Samaria, salvo los apóstoles. (2) Y llevaron a enterrar a Esteban<br />
varones piadosos, e hicieron gran llanto <strong>sobre</strong> él. (3) Entonces Saulo asolaba la<br />
iglesia entrando por las casas: y trayendo hombres y mujeres, los entregaba en la<br />
cárcel. (4) Mas los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando la<br />
palabra.” La tristeza <strong>de</strong> los buenos es siempre gran<strong>de</strong> cuando pier<strong>de</strong>n a un buen<br />
hombre en una comunidad, pero es más intensa si la muerte es fruto <strong>de</strong> la violencia y<br />
<strong>de</strong> la injusticia. No sorpren<strong>de</strong> pues, que el sepelio <strong>de</strong> Esteban fuera acompañado <strong>de</strong>