12.04.2013 Views

el intelectual y el estadista: reflexiones sobre ... - Aníbal Romero

el intelectual y el estadista: reflexiones sobre ... - Aníbal Romero

el intelectual y el estadista: reflexiones sobre ... - Aníbal Romero

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Crear un equilibrio de poder no significa alcanzar la paz universal, sino<br />

simplemente lograr un "armisticio tolerable", establecer un código de conducta<br />

que posibilite la limitación de los conflictos y la negociación de los antagonismos.<br />

En un orden estable los Estados no alcanzan la "seguridad total"; ésta es una<br />

meta imposible, y es un hecho que la inseguridad es tan endémica a un sistema<br />

de Estados soberanos como la mortalidad a la vida d<strong>el</strong> individuo: "El fundamento<br />

de un orden estable es la seguridad r<strong>el</strong>ativa -y por lo tanto la inseguridad<br />

r<strong>el</strong>ativa- de sus miembros. Su estabilidad no refleja la ausencia de reclamaciones<br />

insatisfechas, sino la ausencia de una insatisfacción de tal magnitud que se<br />

busque <strong>el</strong> remedio en la destrucción d<strong>el</strong> arreglo antes que mediante un ajuste<br />

dentro d<strong>el</strong> marco d<strong>el</strong> mismo". 55 La seguridad absoluta de un Estado significaría<br />

la inseguridad absoluta de todos los demás. En cuanto a este problema, la<br />

diferencia entre un orden legítimo y un orden revolucionario estriba en que, en <strong>el</strong><br />

primer caso, los asuntos de seguridad mutua se manejan en forma controlada, y<br />

en <strong>el</strong> segundo caso, sin controles. El orden "legítimo" no busca la "justicia" ni la<br />

"perfección", más bien, trata de evitar la catástrofe. No impide la reforma, pero<br />

esto debe ser producto d<strong>el</strong> orden, no de la voluntad.<br />

Como <strong>estadista</strong>, Kissinger buscó generar un consenso básico que le<br />

permitiese constituir un orden "legítimo" aún en una época revolucionaria, y bajo<br />

las condiciones de tecnología militar y conflicto ideológico -político existentes.<br />

Para lograrlo, tenía que dar tres pasos fundamentales: en primer lugar,<br />

transformar la concepción predominante <strong>sobre</strong> la política exterior en su propio<br />

país, los Estados Unidos. En segundo lugar, adoptar una nueva actitud hacia los<br />

principales adversarios de Estados Unidos en la arena internacional: la Unión<br />

Soviética y China Popular. Por último, en tercer lugar, crear una red de contactos,<br />

compromisos, acuerdos y obligaciones que produjesen entre las principales<br />

potencias un consenso <strong>sobre</strong> la naturaleza y limites d<strong>el</strong> orden.<br />

El primer paso era quizás <strong>el</strong> más difícil de llevar a cabo, pues chocaba<br />

profundamente con la visión que <strong>el</strong> pueblo y las <strong>el</strong>ites estadounidenses han<br />

tenido tradicionalmente de sí mismos y d<strong>el</strong> rol de su país en <strong>el</strong> mundo: "Nuestro<br />

éxito -escribe Kissinger- nos convenció de que podíamos moldear <strong>el</strong> planeta de<br />

acuerdo a nuestros deseos. Nuestro poder nos daba un amplio margen de error,<br />

y nos hizo creer que podíamos avasallar los problemas con <strong>el</strong> enorme peso de<br />

nuestros recursos Ninguna otra nación poseía tanta seguridad frente a tan<br />

diversas contingencias. En un período en que todo era aparentemente blanco o<br />

negro abrigábamos muy pocas dudas acerca de la validez de nuestra causa". 56 '<br />

Las <strong>el</strong>ites norteamericanas estaban acostumbradas a actuar dentro de la política<br />

exterior en base a objetivos "totales", contra enemigos "absolutos"; la mentalidad<br />

de "cruzada" había caracterizado la participación estadounidense en las dos<br />

guerras mundiales; la política exterior y la guerra eran vistas y sentidas<br />

"proféticamente", con espíritu de "conquistadores", y como caminos para lograrlo<br />

"todo o nada". El compro-miso, la limitación de objetivos, <strong>el</strong> autocontrol, la<br />

flexibilidad política la aceptación de que la guerra entre Estados no es una<br />

cruzada moral sino un instrumento político, eran rechazados en base a un<br />

_______________________________________________________________<br />

55. Ibid, p. 190.<br />

56. H.A. Kissinger: "American Foreign Policy", ob. cit. p. 202.<br />

17

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!