el intelectual y el estadista: reflexiones sobre ... - Aníbal Romero
el intelectual y el estadista: reflexiones sobre ... - Aníbal Romero
el intelectual y el estadista: reflexiones sobre ... - Aníbal Romero
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
tensiones en nombre de una filosofía común, sino de circunscribirlas en nombre<br />
de un interés común". 65 En otras palabras, en vista de las grandes diferencias<br />
entre la URSS y China como "poderes revolucionarios" por un lado, y Estados<br />
Unidos como "poder conservador" por otro lado, <strong>el</strong> "mod<strong>el</strong>o" de Kissinger sólo<br />
podía funcionar como balance de poder, en base a acuerdos muy limitados.<br />
Sin embargo, esta perspectiva convencional no agota <strong>el</strong> proyecto de Kissinger, y<br />
no es exagerado afirmar que para <strong>el</strong> momento de poner en práctica su proyecto<br />
de "legitimizar" <strong>el</strong> orden interrracional contemporáneo, Kissinger había dejado de<br />
ver a la URSS como una potencia revolucionaria y estaba dispuesto a apostar<br />
al fondo esencialmente conservador d<strong>el</strong> poder soviético.<br />
En efecto, la así llamada "doctrina Brezhnev" es la expresión de un<br />
legitimismo supranacional "que recurre al internacionalismo proletario al igual<br />
que Mettemich recurría a la solidaridad de los tronos". 66 Luego de alcanzar<br />
"paridad estratégica" con los Estados Unidos, y habiendo solidificado, al menos<br />
formalmente, su dominio <strong>sobre</strong> los países de Europa d<strong>el</strong> Este, la Unión Soviética<br />
ha dejado de ser una verdadera "potencia revolucionaria". La URSS es un<br />
Estado que se siente débil interiormente, la mentalidad de sus dirigentes es<br />
fundamentalmente defensiva, y viven acosados por <strong>el</strong> temor de una progresiva<br />
desintegración interna de su vasto imperio. Esta es de hecho la percepción<br />
subyacente a la actividad de Kissinger como <strong>estadista</strong> entre 1969 y 1977. La<br />
misma apertura hacia China corresponde al proyecto de transformar un mero<br />
"balance de poderes" en un "concierto de poderes" que implica <strong>el</strong> surgimiento de<br />
convenciones, presuposiciones e intereses comunes a partir de una actitud<br />
básicamente satisfecha en cuanto a los intereses vitales de cada poder se<br />
refiere.<br />
Desde luego, no sería justo atribuir a Kissinger <strong>el</strong> deseo de reproducir en<br />
condiciones tan diferentes <strong>el</strong> "sistema de Mettemich"; no hay que perder de<br />
vista, además, que Kissinger no es propiamente un entusiasta aerifico d<strong>el</strong> gran<br />
diplomático austríaco. No obstante, Kissinger reserva sus principales críticas a<br />
Bismarck, pues como explica Garrucció, <strong>el</strong> "sistema bismarckiano", al subordinar<br />
la seguridad de los demás países a la seguridad germánica "incitaba a formar<br />
constantemente nuevas coaliciones antigermanas y simultáneamente no estaba<br />
en condiciones de absorber las crisis y las tensiones internacionales al carecer<br />
de flexibilidad. La visión egocéntrica d<strong>el</strong> imperio de los Hohenzollem bloqueaba<br />
cualquier modificación d<strong>el</strong> sistema por vía de negociaciones, no podía ser<br />
aceptada universalmente, careciendo por tanto de legitimidad". 67 Bismarck, dice<br />
Kissinger, "proponía fundar <strong>el</strong> Concierto de Europa en cálculos concretos de<br />
poder; cuando entraban en conflicto con <strong>el</strong> orden existente, éste debía ceder o<br />
ser derribado". 68 ; la inseguridad de tal mod<strong>el</strong>o, que preservaba <strong>el</strong> equilibrio<br />
gracias esencialmente a la visión política y la destreza diplomática de un gran<br />
hombre, pero que carecía de cimientos institucionales y compromisos "morales"<br />
______________________________________________________________<br />
65» L. Garrucio: ob. cit. p. 128.<br />
66. Ibid, p. 66.<br />
67. Ibid, p. 34.<br />
68. ,H.A. Kissinger: "The White Revolutionary", ob. cit. p. 909.<br />
22