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el intelectual y el estadista: reflexiones sobre ... - Aníbal Romero

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entre las fuerzas d<strong>el</strong> mal y las fuerzas d<strong>el</strong> bien, entre la tiranía y la libertad,<br />

entre la democracia y la opresión...". 60 La empresa Kissinger podría definirse,<br />

un tanto retóricamente, como la "superación d<strong>el</strong> maniqueísmo" dentro de la<br />

política exterior norteamericana; la introducción de un juego más flexible, de una<br />

diplomacia más pragmática, menos rígida, menos sujeta a los dogmas de un<br />

profetismo político que en la era nuclear sólo podía entrañar graves riesgos<br />

para la humanidad. En 1976, ya como Secretario de Estado, Kissinger<br />

continuaba insistiendo en lo mismo: "Debemos aprender a conducir la política<br />

exterior como otras naciones lo han tenido que hacer por muchos siglos: sin<br />

escapatoria y sin respiro, con <strong>el</strong> 1 conocimiento de que lo que es alcanzable no<br />

satisface plenamente nuestro ideal, convencidos <strong>sobre</strong> las exigencias de la<br />

autopreservación, conscientes de que <strong>el</strong> ímpetu de nuestro propósito nacional<br />

'tiene sus límites. Esta es una nueva experiencia para los norteamericanos, que<br />

suscita la nostalgia por un pasado más simple...". 61 Los Estados Unidos debía<br />

aceptar que, aún siendo un superpoder, no era <strong>el</strong> único en <strong>el</strong> mundo: que la<br />

superioridad estratégica norteamericana había dado paso aun balance<br />

estratégico con la URSS; que su predominio político y económico había<br />

disminuido en tanto que Europa Occidental y Japón aumentaban <strong>el</strong> suyo; que la<br />

economía norteamericana se hacía cada vez más dependiente de la economía<br />

mundial; y, en fin, que <strong>el</strong> margen de seguridad estadounidense se había<br />

reducido. Entender esto y aceptarlo no era una receta para la parálisis, sino un<br />

camino para comprender que la era nuclear no sólo ofrece riesgos sino también<br />

oportunidades; lo importante es saber qué tipo de oportunidades, y hasta<br />

dónde es posible llegar. Como Bismarck, en otro tiempo, Kissinger comprendió<br />

que una acertada evaluación d<strong>el</strong> poder debía llevar a una doctrina de<br />

autolimitación: "Vietnam -expresó Kissinger en 1977- fue una catarsis. Nos<br />

enseñó que nuestro poder, aunque muy grande, es finito; que nuestra<br />

influencia, aunque es crucial, puede ser efectiva sólo si entendemos nuestras<br />

prioridades y <strong>el</strong> mundo en que vivimos". 62 Con estas frases, hablaba <strong>el</strong><br />

estudioso de Spengler y de Toynbee, <strong>el</strong> historiador consciente de la decadencia<br />

de las civilizaciones y de la finitud de lo humano.<br />

El segundo paso d<strong>el</strong> proyecto de Kissinger estaba orientado hacia los<br />

principales adversarios de Estados Unidos en la escena internacional: la Unión<br />

Soviética y China Popular. Para precisar con mayor claridad en qué consistió <strong>el</strong><br />

cambio de visión de Kissinger es importante comprender qué es una "potencia<br />

revolucionaria" y qué significa una 'situación revolucionaria". Según Kissinger, <strong>el</strong><br />

rasgo distintivo de una "potencia revolucionaria" no es que se sienta amenazada,<br />

sino que nada puede tranquilizarla: "Sólo la seguridad absoluta -la neutralización<br />

d<strong>el</strong> oponente- se considera una garantía suficiente, y por lo tanto <strong>el</strong> deseo i de<br />

una potencia de contar con una seguridad absoluta significa la inseguridad<br />

absoluta para todas las demás". 63 La búsqueda de "seguridad absoluta" es lo<br />

que produce una "situación revolucionaria". Ahora bien, Kissinger asumía para <strong>el</strong><br />

_______________________________________________________________<br />

60. L. Garruccio: ob. cit. p. 31 (Véase también: pp. 25, 29).<br />

61. H.A. Kissinger: "American Foreign Policy", ob. cit. p. 302.<br />

62. Conferencia de H.A. Kissinger en la Universidad de Nueva York, Septiembre de 1977.<br />

63. H.A, Kissinger: "Un Mundo Restaurado", ob. cit. p. 12.<br />

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