15.04.2013 Views

ISIS SIN VELO - masoneria activa biblioteca

ISIS SIN VELO - masoneria activa biblioteca

ISIS SIN VELO - masoneria activa biblioteca

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

el clero fanático, hayan atribuido a diabólicas influencias los fenómenos psíquicos; y por otra parte, las terribles<br />

torturas inquisitoriales retrajeron de la manifestación de sus facultades a los filósofos ocultistas, quienes dijeron<br />

en sus obras esotéricas, que “la magia es la aplicación de causas naturales y <strong>activa</strong>s a las cosas pasivas, para<br />

determinar efectos prodigiosos, pero completamente naturales”.<br />

El fenómeno de la música y de los aromas que Rogerio Bacon opero en la corte de Inglaterra, se ha<br />

repetido con frecuencia en nuestra época. Prescindiendo de nuestras personales experiencias, diremos que,<br />

según informes de los corresponsables ingleses de la Sociedad Teosófica, hubo casos en que oyeron músicas<br />

y percibieron fragancias, sin que nada señalase su procedencia, por cual motivo atribuyeron el fenómeno a la<br />

influencia de los espíritus. Uno de dichos corresponsales informó diciendo, que en cierta ocasión la casa donde<br />

se celebraban reuniones espiritistas de carácter íntimo quedó impregnada durante muchas semanas de intenso<br />

aroma de sándalo. Otro corresponsal describe el fenómeno que llama toque musical. Las mismas potencias<br />

capaces de producir hoy estos fenómenos debieron existir y tener idénticas facultades en la época de Bacon.<br />

Respecto a las apariciones espectrales, baste decir que también hoy ocurren en las sesiones espiritistas y, por<br />

lo tanto, no cabe dudar de los prodigios atribuidos a Bacon en este punto.<br />

En su tratado de Magia Natural, enumera Bautista Porta un catálogo de fórmulas secretas para obtener<br />

extraordinarios efectos de las fuerzas ocultas de la naturaleza, pues aunque los magos creían tan firmemente<br />

como los espiritistas de hoy en los espíritus invisibles, no fiaban las operaciones mágicas a su entera dirección<br />

y auxilio, pues de sobre sabían cuán difícil es ahuyentar a los elementales una vez que se les hayan abierto las<br />

puertas de par en par. Aun la misma magia de los antiguos caldeos consistía tan sólo en el profundo<br />

onocimiento de las propiedades químicas de las substancias minerales, y únicamente se comunicaban,<br />

mediante ceremonias religiosas, con las puras entidades espirituales, cuando el teurgo requería el divino auxilio<br />

en asuntos de moral o material interés. Pero tan sólo subjetivamente y por efecto de su pureza de vida y<br />

continuadas oraciones podían evocar los espíritus invisibles que despiertan los extáticos sentidos de<br />

clarividencia y clariaudiencia. Producían los fenómenos psíquicos mediante la aplicación de las fuerzas<br />

naturales y en modo alguno por las artes de prestidigitación de que se valen hoy día los hechiceros.<br />

Quienes conocen las secretas fuerzas naturales y emplean con paciente parsimonia las facultades<br />

dimanantes de tal conocimiento, laboran por algo superior a la deleznable gloria de una fama efímera, pues sin<br />

apetecerla logran la inmortalidad reservada a cuantos olvidándose de sí mismos se entregan por entero al bien<br />

del género humano. Iluminados por la luz de la verdad eterna, aquellos rico-pobres alquimistas iban más allá<br />

de la común penetración, y sólo diputaban por inescrutable la Causa primera. Su norma constante estaba<br />

trazada de consuno por la intrepidez, el deseo de saber, la firme voluntad y el absoluto sigilo. Sus espontáneos<br />

impulsos eran la beneficencia, el altruismo y la moderación. La sabiduría era para ellos de mayor estima que el<br />

logro mercantil, el lujo, riqueza, pompa y poderío mundano, al paso que no les asustaban ni hambres ni<br />

pobrezas ni fatigas ni desprecios humanos, con tal de llevar a cabo su tarea. Pudieron haber reposado en<br />

blandos lechos de aterciopeladas colchas, y prefirieron morir en los hospitales y en las márgenes de los<br />

caminos, antes que envilecer sus almas cediendo a la nefanda concupiscencia de quienes intentaban hacerles<br />

quebrantar sus sagrados votos. Ejemplo de ello nos dan las vidas de Paracelso, Cornelio Agripa y Filaleteo.<br />

EL ESPECTRO <strong>SIN</strong> ALMA<br />

Si los espiritistas quieren mantener la recta noción del mundo espiritual, no deben consentir que los<br />

científicos investiguen fenómenos con estricto propósito de experimentación, pues seguramente daría por<br />

resultado un parcial redescubrimiento de la magia de Moisés y Paracelso. Bajo la engañosa belleza de sus<br />

apariciones espectrales, podrían encubrirse las sílfides y ondinas de los rosacruces, jugueteando en las<br />

corrientes de fuerza psíquica y de fuerza ódica.<br />

Crookes reconoce que la aparición espectral de Catalina King es una entidad, pero recela que no tenga<br />

alma y esté animada aquella figura de hermoso cutis por el médium y los concurrentes. También los eruditos<br />

autores de El universo invisible dan de mano a su hipótesis electrobiológica y vislumbran la posibilidad de que<br />

el éter universal sea el álbum fotográfico de En-Soph, el infinito Ser.<br />

Muy lejos estamos de asegurar que todos los espíritus comunicantes de las sesiones espiritistas<br />

pertenezcan a los órdenes de elementales y elementarios, pues muchos de ellos, sobre todo los que hablan<br />

por boca y escriben por mano del médium, aparte de otras operaciones, son espíritus de difuntos cuya bondad<br />

o malicia depende del carácter moral del médium, del ambiente colectivo de los circunstantes y, mucho más<br />

todavía, de la intensidad e índole del propósito. Nada serio puede esperarse cuando la sesión no tiene otro<br />

objeto que satisfacer la curiosidad y pasar el tiempo; pero tampoco crea nadie que un espíritu sea capaz de<br />

materializarse en carne y hueso, pues lo más que pueden hacer es proyectar su imagen etérea en las ondas<br />

atmosféricas, de modo que tanto el cuerpo como el traje causarán al tacto una sensación semejante a la brisa y<br />

no la de un objeto densamente material. Es inútil atribuir naturaleza humana a los “espíritus materializados en<br />

quienes se advertían los latidos del corazón, y que hablaban con voz sonora, unas veces valiéndose de<br />

trompetilla y otras sin haber de recurrir a este instrumento. Difícilmente se olvidan una vez oídas las voces, si<br />

cabe darles este nombre, de las apariciones espectrales. La voz de los espíritus puros semeja el trémulo<br />

murmullo de una lejana arpa eólica. La voz de un espíritu en pena, y por lo tanto impuro, si no maligno, puede<br />

compararse a la voz humana que saliese del fondo de un tonel vacío.<br />

46

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!