Descargar - Centre d'Estudis Siddharta

una madre y dependerá del trabajo interno de la mujer
el grado de madurez con que recibimos al hijo. Con
el primer hijo dejamos de ser niñas para ser madres.
Dejamos de ser personas demandantes para ser seres
entregados.
Preparar un buen recibimiento
a nuestro hijo
Los grupos de yoga para embarazadas nos ayudan a
compartir con otras mujeres que están igual que nosotras,
nos dan la oportunidad de trazar el camino que
cada una quiere seguir, desde la conciencia. Son un
espacio temporal donde sólo existe la madre conectada
con su bebé. Un espacio donde la madre puede
relajarse, sincerarse con su hijo y con ella misma, a la
vez que trabaja con el cuerpo físico y sutil. Por encima
de todo son clases alegres a ritmo de embarazada.
Si la mujer se entrega a cada sesión su enraizamiento
irá creciendo, aprenderá a escuchar los mensajes que
le da el bebé y aumentará en fluidez con el porvenir.
Tres cosas importantes para crear un buen recibimiento
a nuestro hijo. Nos tenemos que enraizar para conectar
con nuestro propio poder y así coger las riendas
de nuestra vida.
Muchas mujeres llegan infantilizadas en el momento
del parto y después se sienten heridas porque no vivieron
lo que habían proyectado. La conexión con el bebé
también es muy importante para entender que el parir
es cosa de dos y que si vamos los dos a la una todo irá
mejor. La fluidez con la vida nos sirve para no distraernos
en autolamentos una vez vividos los hechos. ¡Los
bebés sólo necesitan padres disponibles! Padres que
estén presentes, con el corazón abierto.
La huella profunda del yoga
en las embarazadas
Las herramientas que nos aporta el yoga son muy
valiosas. Al principio de las sesiones siempre dejo un
espacio para que las embarazadas hablen entre ellas.
Cada sesión tiene un objetivo concreto (conectar con
el bebé, la respiración, conciencia corporal, relajar la
mente y el cuerpo, conectar con el útero...) Personalmente
me gusta utilizar las pelotas para sentarnos
e iniciar las sesiones. Una breve relajación de
conexión con el bebé y nuestro interior a través de
la respiración y de la conciencia corporal. Después
nos activamos bailando con el bebé, haciendo el saludo
a la Tierra, haciendo un calentamiento articular
sentadas en las pelotas u otras movilizaciones. La
parte central de la clase puede ser vivida a través del
Hatha o del Kundalini Yoga.
Después se pueden trabajar los diferentes pranayamas
o trabajar el canto para aprender a canalizar la energía.
Las relajaciones siempre son guiadas, para trabajar el
pensamiento positivo, la conexión con el bebé, el parto
y el saber recargarnos de energía nosotras mismas.
Para muchas mujeres el yoga entra por primera
vez en sus vidas en el embarazo y me llena de gratitud
sentir que el yoga deja huella profunda en las
madres y los bebés.
Hari Om Tat Sat Om Shanti
Judith Basols, Dhaya
Madre de Alan, Profesora de Yoga
para embarazadas y mamás y bebés y Doula.
Co-fundadora del Centro Ananda Ioga de Lleida.
www.anandaioga.com
info@anandaioga.com
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FOTO de Lluís Jou; Dhaya, Ricard y el pequeño Alan