24.04.2013 Views

MAQUETACION DICIEMBRE 2005 - Diverdi

MAQUETACION DICIEMBRE 2005 - Diverdi

MAQUETACION DICIEMBRE 2005 - Diverdi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La Novena de Beethoven con Walter y el Requiem de Mozart con Böhm<br />

No todo fue ópera<br />

El pasado 5 de noviembre tuvo lugar en la Staatsoper de Viena<br />

un Festkonzert en celebración del cincuenta aniversario de la<br />

reapertura del famoso teatro del Ring. Se trataba de<br />

conmemorar un aniversario contando con los principales<br />

directores y cantantes del momento vinculados con la Ópera<br />

vienesa (Ozawa, Mehta, Gatti, Thielemann, Gruberova, Urmana,<br />

Domingo, Terfel o Hampson), pero también de emular en un sólo<br />

concierto lo sucedido medio siglo atrás cuando los vieneses<br />

pudieron escuchar en cuatro semanas Fidelio, Don Giovanni, Die<br />

Frau ohne Schatten o Wozzeck bajo la dirección del responsable<br />

musical del teatro, Karl Böhm, una Aida con Rafael Kubelik en el<br />

foso, Die Meistersinger von Nürnberg con Fritz Reiner o incluso un<br />

Der Rosenkavalier con Hans Knappertsbusch.<br />

En los últimos años ha habido varias ediciones de algunas de<br />

aquellas extraordinarias producciones vienesas de<br />

noviembre de 1955, pero ha sido en relación con el<br />

referido aniversario cuando sello bávaro ORFEO se<br />

ha propuesto rememorar aquel evento en toda su<br />

dimensión y con las mejores condiciones técnicas<br />

posibles. Para ello ha empezado editando un triple<br />

CD conmemorativo que incluye selecciones de las<br />

siete óperas cuyas cintas ha exhumando de los<br />

archivos de la Radio Austriaca a lo que ha seguido<br />

la edición íntegra de dos inéditos correspondientes<br />

al Die Frau ohne Schatten de Böhm (punto de<br />

partida de la famosa grabación en estudio de<br />

Decca) y Die Meistersinger von Nürnberg de<br />

Reiner.<br />

Pero no todo fue ópera en aquel festival de<br />

reapertura del coso vienés de 1955. Para las<br />

matinales dominicales de los días 13 y 20 de<br />

noviembre se programaron dos conciertos<br />

sinfónico-corales con programas de gran<br />

significado político, pues no olvidemos que Austria<br />

había vuelto a ser independiente tras la firma del<br />

Tratado de Estado que tuvo lugar el 15 de mayo de<br />

ese año. El primero de ellos incluyó el Te Deum de<br />

Bruckner y la Novena de Beethoven, convertidas<br />

ambas obras en verdadera música de Estado, y el segundo se<br />

centró, por su parte, en una interpretación del Requiem de Mozart<br />

bajo el título de «Im gedenken an unsere Toten» que pretendía<br />

recordar a las victimas austriacas durante la Segunda Guerra<br />

Mundial. De esos dos conciertos, Orfeo lanza ahora dos CDs que<br />

recuperan por vez primera tanto esa Novena política como ese<br />

Requiem conmemorativo.<br />

Al diseñar el programa de aquel festival vienés, Karl Böhm quiso<br />

contar con Bruno Walter para una de las óperas. No por<br />

casualidad, Walter le había precedido al frente del teatro vienés<br />

entre 1936 y 1938 e incluso había sido su maestro durante su etapa<br />

al frente de la Ópera Estatal de Múnich a comienzos de los años<br />

veinte. Sin embargo, el anciano director que contaba por entonces<br />

79 años, no estaba ya para los rigores del foso y prefirió participar<br />

con un concierto sinfónico en el magno festival de reapertura del<br />

teatro. Por ello, Böhm le cedió el concierto más representativo con<br />

el Te Deum y la Novena.<br />

Precisamente una semana antes de su concierto, el día 6, Walter<br />

actuó en la Musikverein con la Filarmónica de Viena en un<br />

programa que incluía la «Prager Symphonie» de Mozart y la Cuarta<br />

de Mahler junto a una selección de lieder con la soprano Hilde<br />

Güden como solista. Parte de ese concierto fue editado hace años<br />

por Deutsche Grammophon y ahora se encuentra disponible en lo<br />

que toca a Mahler en el sello Andante (AND 4973) y debo<br />

reconocer que siempre lo he tenido en una alta consideración,<br />

pues Walter y la Filarmónica de Viena forman un tándem ideal<br />

tanto para Mozart como para Mahler. Sin embargo, de su<br />

Beethoven con la Filarmónica de Viena tan sólo se habían editado<br />

hasta ahora sus grabaciones de los años treinta de la Pastoral, la<br />

tercera obertura Leonore y del quinto concierto para piano, por lo<br />

que el CD de Orfeo resulta indispensable para conocer cómo era<br />

su Beethoven vienés de los años de madurez.<br />

Como era de esperar, la versión de Walter de la Novena supera<br />

la dimensión histórica del evento vienés para convertirse en un<br />

disco de gran interés y desde luego indispensable para todos los<br />

admiradores del gran director americano de origen alemán. Su<br />

( 18 )<br />

lectura conjuga a la perfección un aire lírico y refinado con detalles<br />

expresivos que añaden fuerza y dramatismo a su Beethoven. Ya en<br />

los primeros compases podemos verificar también la precisión que<br />

consigue de la cuerda vienesa con unos enunciados de fusa y negra<br />

del tema inicial del primer movimiento realizados con una<br />

perfección inusitada. A ello se une además un sutil y elegante uso<br />

del rubato con el que subraya, por ejemplo, el final de la primera<br />

exposición completa del referido primer tema (corte 1; 0:33). Su<br />

forma de dirigir tiene un vigor impresionante y continúa en el<br />

Molto vivace, aunque sin renunciar nunca a la precisión y la<br />

transparencia.<br />

El Adagio molto e cantabile permite a Walter lucir su faceta más<br />

expresiva que lejos del puro sentimentalismo ahonda en la<br />

elegancia camerística vienesa que tiene esta música. Escuchen<br />

cómo cantan los violines comandados por el gran<br />

Willi Boskovsky en el Andante moderato o incluso<br />

dialogan con la madera, por ejemplo, en la coda<br />

final (corte 3; 12:38). El cuarto movimiento actúa<br />

de verdadero resumen de todo lo anterior y aquí<br />

escuchamos un equipo de solistas que incluye a<br />

tres destacados cantantes de la Ópera vienesa del<br />

momento, es decir, Hilde Güden, Elisabeth Höngen<br />

y Gottlob Frick, junto a un miembro del coro del<br />

teatro en la época en que Walter fue director<br />

artístico del mismo, el tenor Erich Majkut, que<br />

según nos cuenta Gottfried Kraus en sus<br />

fundamentales notas fue alistado por Böhm como<br />

homenaje al viejo Walter. El conjunto funciona<br />

bien, aunque Frick pase algunos apuros con los<br />

pasajes más agudos de su parte o a Majkut se le<br />

note su condición de secundario, si bien el coro de<br />

la Ópera resulta mejor que los solistas. La<br />

presentación y la calidad del sonido monoaural<br />

redondean este CD, pues las cintas utilizadas por<br />

Orfeo se han conservado en un estado excepcional<br />

en los Archivos de la Staatsoper, lo que permite<br />

escuchar con nitidez muchos detalles de esta<br />

extraordinaria interpretación.<br />

Karl Böhm se reservó para sí mismo el otro concierto con el que<br />

se recordaba a las víctimas de la Guerra a través del Requiem de<br />

Mozart. Para la ocasión contó con un cuarteto vocal de excepción<br />

formado por algunos de los mejores cantantes mozartianos de la<br />

Staatsoper, pero también con la declamación del Himno a la<br />

Humanidad de Johann Christian Friedrich Hölderlin que fue escrito<br />

el mismo año que el Requiem y que funcionó como prólogo en la<br />

voz del veterano actor del Burgtheater vienés, Raoul Aslan, quien<br />

precisamente acababa de rodar en esas fechas una de sus últimas<br />

películas que trataba sobre Mozart bajo la dirección de Karl Hartl.<br />

La versión de Böhm es a primera audición bastante similar a sus<br />

otras grabaciones más conocidas de los setenta para Deutsche<br />

Grammophon. Ello se debe a la natural capacidad que tenía el<br />

director de Graz para dotar de un tempo natural a todo lo que<br />

dirigía y especialmente a las composiciones de Mozart. Siempre se<br />

habla de su claridad como director, pero donde reside la clave del<br />

arte de Böhm es en su tempo lleno de tensión que no deja de fluir<br />

de principio a fin y ello en pocas composiciones puede verse tan<br />

claro como en el Requiem. Quizá esta versión se distinga de las<br />

posteriores por la fuerza dramática que consigue Böhm en esta<br />

obra de Mozart, algo que según parece aprendió del mismísimo<br />

Richard Strauss.<br />

La claridad y continuidad de su discurso musical permite tanto<br />

al coro como a los solistas saborear sus intervenciones y hacerlas<br />

disfrutar sobremanera al oyente. En el primer caso, el coro de la<br />

Ópera vienesa tiene dimensiones colosales y ello permite que<br />

desde su primera entrada cause gran impresión o que en los tutti<br />

nos deje literalmente boquiabiertos (por ejemplo, en el tremendo<br />

«Rex»). Sin embargo, también está perfectamente equilibrado<br />

como lo demuestra el Confutatis donde Böhm consigue representar<br />

a la perfección la oposición entre el mundo infernal y el celestial,<br />

o incluso funciona compacto como un solo cantante en esa<br />

extraordinaria aria coral que es la Lacrimosa.<br />

Los solistas son también algo destacado en esta versión tanto<br />

por separado como en conjunto. Empezando desde abajo hay que<br />

decir que Gottlob Frick aquí sí que luce una voz perfectamente

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!