MAQUETACION DICIEMBRE 2005 - Diverdi

El pianista y director alemán prosigue su integral
de Concietos para piano en MDG
La espléndida madurez
de Christian Zacharias
Pocas carreras tan rectilíneas, coherentes,
medidas y desarrolladas tan inteligentemente
como la de ese músico de una pieza
que es el alemán, nacido en la India en 1950,
Christian Zacharias. Lo recordamos hace más de
20 años en un recital en el Teatro de la Zarzuela
de Madrid, alto, espigado, melenudo y muy
concentrado ante el teclado; y haciendo buena
música, que es lo importante. Estaba todavía un
poco bravío el artista, se abalanzaba sobre el
piano con una violencia y una decisión casi juveniles. Pero aquello
sonaba divinamente, aunque, quizá, algo falto de pulimento, de
matización.
Han pasado los años y hoy nos encontramos, en un proceso de
continuo crecimiento, al mismo artista bastante cambiado. Ha sido una
evolución muy bien llevada, pausada y sin fisuras. En los últimos lustros
hemos podido advertir, en efecto, en España o en el extranjero, los cauces
por los que discurre Zacharias, que ha ido
paulatinamente ganando en sobriedad y
profundizando en lo que hace. Sigue
conservando aquel característico modo de
echarse sobre las teclas y mantiene el vigor
rítmico que hace de sus interpretaciones algo
siempre muy vivo. Sabe enlazar, ligar los
distintos pasajes sin que se produzcan cesuras
inconvenientes y procura, sin perder nunca la
nitidez de digitación, la pureza de ataque a la
nota, que el discurso se desenvuelva dentro
de una línea muy clara. El sonido, menos
muelle que el de alguno de sus colegas, es en
ocasiones un punto agresivo, como impulsado por un nerviosismo
imparable, pero está dotado de un brillo nuclear, en el que destaca
siempre un centro, una base perceptible, que no desaparece, incluso en
los momentos en los que se exige el pianísimo más escalofriante.
Hace ya tiempo que el pianista viene dedicando sus esfuerzos a
clarificar la música de Mozart, tanto el de las sonatas como el de los
conciertos. En la Quincena de San Sebastián nos desveló con claridad
alguno de los misterios que siempre parecen envolver a estos últimos
pentagramas a lo largo de una valiosa integral. Un camino que está
teniendo reflejo en el disco, al que sus concepciones están pasando. En
esta oportunidad con la Orquesta de Cámara de Lausana, a la que está
ligado como director, una actividad en la que se viene desempeñando,
como músico integral que quiere ser. Las interpretaciones que ofrece en
estos años Zacharias emparentan, naturalmente, con aquellas que hace
cuatro lustros grabara para EMI junto a tres orquestas y tres directores
diferentes. Ahora percibimos una mayor sutileza, un cuidado más notorio
en la diferenciación de dinámicas y un fraseo más ceñido; características
que, tratadas de otra manera, lo han convertido asimismo en un gran
schubertiano y schumaniano.
El delicado Concierto nº 9, Jeunehomme, la primera obra maestra de
Mozart dentro del género, es sin duda una piedra de toque. Zacharias
consigue un milagroso equilibrio teclado-orquesta (bien que ésta no sea
excepcional, incluso un tanto áspera de timbres) y una limpieza general
de texturas que nos brinda la partitura libre de gangas, cantada con una
naturalidad sin mácula y fraseada elegantemente. El pianista muestra una
proverbial fantasía para adornarse muy discretamente. Sin perder nunca
el respeto por el estilo, sin abandonar en ningún instante la vitalidad y la
frescura de exposición. Los contrastes dinámicos, los diálogos están
juiciosamente establecidos. Magnífica la forma, sin caer en el abandono
excesivo y amanerado, en la que se produce el cambio de clima en el
centro del Rondó, con la aparición de ese mágico Menuetto cantabile,
que Zacharias desgrana con mucha finura.
Más saltarín y claro, más soleado y vivaz, el Concierto nº 11 K 413
encuentra también en esos dedos y esa sensibilidad la respuesta
adecuada. Versión alegre, juvenil, sonriente y espléndidamente tocada.
Estupenda la grabación de ambas obras.
Papageno
WOLFGANG AMADEUS MOZART (1756-1791): Conciertos para piano, vol. 2: Concierto para
piano No. 9 & No. 11 / Orchestre de Chambre de Lausanne. Christian Zacharias, piano y
dirección / MDG / Ref.: MDG 1298 (1 CD) D2
( 4 )
¡
Sus obras religiosas para el Salzburgo de Colloredo
Mozart, sacro y radiante
Caramba, qué grande es siempre Mozart!, tal como nos
recuerda el Kölner Kammerchor con la inestimable
colaboración del Collegium Cartusianum, dirigidos por
Peter Neumann, en estas tres obras de música sacra
compuestas en Salzburgo tras regresar de sus viajes a
Mannheim y París. A propósito: tanto la portada como el
libreto anuncian claramente CUATRO obras, pero lo cierto
es que se nos ha escamoteado la
publicitada Sonata KV 336. ¿A
qué mozartiano limbo habrá ido
a parar? Misterio. Pero a lo que
vamos: ¡qué rotundidad tan
sensual, incluso en unas piezas
escritas para señaladas ocasiones
religiosas! ¡Qué catedralicia
concepción de la arquitectura
sonora, verdadero derroche de
luminosidad, flexibilidad y
ligereza! Las alturas alcanzadas
en Vesperae solenne de
confessore KV 339, Missa
solemnis KV 337 y Regina Coeli KV 276 son de vértigo,
arrastrando siempre al oyente en una elevación que funde
cualquier diferencia entre ingravidez espíritual y plena
carnalidad, y en lo musical integrando a la perfección las
secciones instrumentales, las voces solistas y el coro,
trazando las más efectivas y cromáticas progresiones
vocales, los más hermosos intervalos melódicos.
Las presentes versiones se nos antojan realmente
suntuosas. Los diversos planos sonoros han sido elaborados
con equilibrio y homogeneidad ciertamente exquisitos,
dejando por otra parte que brille fulgurante un extenso
catálogo de timbres. Citemos por su refinamiento vocal sin
fisuras y amplia sabiduría técnica los nombres de los
solistas, varios de ellos ya bien conocidos por sus trabajos
con Konrad Junghänel, Trevor Pinnock o Jean-Claude
Malgoire, entre otros: Cornelia Samuelis, Ursula Eittinger,
Benoît Haller o Markus Flaig. Magníficas prestaciones por
lo demás del Kölner Kammerchor, un coro de gran
versatilidad capaz de hacer no sólo gala de una impactante
energía, sino sobre todo de una ya menos habitual sutileza
melódica, de una indesmayable tendencia al lirismo y a la
más radiante musicalidad.
Luis José Rodríguez Viejo
WOLFGANG AMADEUS MOZART (1756-1791): Música Sacra de
Salzburgo (Vesperae solennes de confessore KV 339; Missa solemnis KV 337;
Regina coeli KV 276) / Cornelia Samuelis. Ursula Eittinger. Benoît Haller.
Markus Flaig. Kölner Kammerchor. Collegium Cartusianum. Dir.: Peter
Neumann / MDG / Ref.: MDG SACD 1346 (1 SACD) D6 x 2
WOLFGANG AMADEUS MOZART
(1756-1791): The Supreme
Decorator. Arias y arreglos de ópera
/ Diana Montague. Elizabeth Futral.
Majella Cullagh. The Hanover
Band. Dir.: Charles Mackerras /
NAÏVE / Ref.: ORR 232 (1 CD) D1
WOLFGANG AMADEUS MOZART
(1756-1791): Conciertos para
instrumentos de viento / Jacob Slagter,
trompa. Emily Beynon, flauta. Gustavo
Nuñez, fagot. Alexei Ogrintchouk, oboe.
Concertgebouw Chamber Orchestra.
Henk Rubingh, concertino (Grabación
del 20-22 de Septiembre de 2005,
Amsterdam) / PENTATONE / Ref.: PTC
5186079 (1 CD) D1