MAQUETACION DICIEMBRE 2005 - Diverdi
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B O L E T Í N D E I N F O R M A C I Ó N D I S C O G R Á F I C A<br />
143<br />
Wolfgang Amadeus Mozart<br />
250 años muy bien llevados<br />
Medio siglo de la reapertura de la Ópera de Viena<br />
El Burgués Gentilhombre, primer DVD ALPHA<br />
Tito Manlio, nueva ópera en la Edición Vivaldi<br />
Shelf-Life, el nuevo Uri Caine<br />
Accentus Savall Zacharias Vivanco Leclair Suzuki Karajan Szell Klemperer Ghiaurov Walter Ropartz Erdmann Lindberg Eisler Bussotti Bezaly
Sellos en<br />
distribución exclusiva<br />
(Diciembre <strong>2005</strong>)<br />
Los sellos señalados con un ✺<br />
poseen un catálogo gratuito a<br />
disposición de nuestros lectores<br />
ACCENT✺<br />
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ALIA VOX✺<br />
ALMAVIVA✺<br />
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CDM<br />
CHALLENGE<br />
CHRISTOPHORUS✺<br />
COL LEGNO<br />
COLUMNA MÚSICA<br />
CPO<br />
DUX✺<br />
DYNAMIC✺<br />
E LUCEVAN LE STELLE✺<br />
ENCHIRIADIS<br />
ENSAYO✺<br />
ETCETERA✺<br />
EUFODA<br />
GAUDEAMUS<br />
GEBHARDT<br />
GLOBE<br />
GLOSSA<br />
GOLDEN MELODRAM<br />
GUILD<br />
IDEALE AUDIENCE<br />
IDIS<br />
INMORTAL<br />
INA✺<br />
IVM<br />
KAIROS✺<br />
KLARA<br />
L’EMPREINTE DIGITALE<br />
LINDORO<br />
DABRINGHAUS & GRIMM✺<br />
MELODIYA<br />
MODE✺<br />
MONTAIGNE✺<br />
MUSUQUE EN WALLONIE<br />
MYTO✺<br />
NAÏVE ✺<br />
NAR<br />
NEW WORLD RECORDS<br />
NIGHTINGALE<br />
NMC<br />
NUOVA ERA✺<br />
OLIVE MUSIC<br />
ONDINE✺<br />
OPERA RARA✺<br />
OPERA TRES✺<br />
OPUS 111✺<br />
ORFEO✺<br />
PENTATONE<br />
PIONEER DVD<br />
PONTO<br />
PREISER✺<br />
RAMÉE<br />
REGIS✺<br />
ROYAL CONCERTGEBOUW O.<br />
SOLI DEO GLORIA<br />
STRADIVARIUS<br />
SUPRAPHON✺<br />
SYMPHONIA✺<br />
TAHRA<br />
TESTAMENT✺<br />
TIMPANI✺<br />
VERSO<br />
VMS<br />
WERGO✺<br />
WINTER & WINTER✺<br />
ZIG ZAG✺<br />
BOLETÍN DE INFORMACIÓN DISCOGRÁFICA<br />
AÑO XIV ~ Nº 143 ~ <strong>DICIEMBRE</strong> <strong>2005</strong><br />
DIVERDI, S.L. ~ ELOY GONZALO, 27 - ENTRADA POR SANTÍSIMA TRINIDAD ~ 28010 MADRID<br />
TEL.: 91 447 77 24 ~ FAX: 91 447 85 79<br />
http://www.diverdi.com ~ e-mail: diverdi@diverdi.com<br />
Este mes en diverdi . com<br />
Agenda de conciertos<br />
Información actualizada día a día sobre las actividades concertísticas en territorio español de los solistas,<br />
agrupaciones y orquestas de nuestros sellos discográficos<br />
Encuentros: Jean Paul Combet, director de ALPHA & Anne Gastinel<br />
Selección de regalos navideños<br />
Una serie de propuestas musicales para estas fiestas<br />
Michel Bernstein: Memorias capítulo VI<br />
En exclusiva para diverdi.com, y en la mejor tradición del folletín por entregas,<br />
la autobiografía del gran productor francés, una de las grandes figuras<br />
en el mundo de la fonografía durante las últimas décadas<br />
El legado de Ángel-Fernando Mayo<br />
Recuperamos mes a mes los artículos, trabajos y traducciones del gran especialista wagneriano<br />
El sello del mes: ALPHA<br />
α<br />
La Edición Vivaldi de Naïve/Opus 111 a precio muy especial<br />
Dossier Wilhelm Furtwängler<br />
Anunciado hace un año y mantenido en el congelador durante todos estos meses, he aquí por fin el esperado<br />
dossier dedicado a la gran figura de la dirección de orquesta del siglo XX. Nunca es tarde...<br />
Y toda la información, actualizada día a día,<br />
sobre las novedades discográficas y videográficas de nuestros sellos<br />
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EL TELETIPO<br />
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El sello catalán gestionado por la incansable Nuria Viladot edita un<br />
interesantísimo monográfico dedicado a una de las más importantes<br />
figuras de la musica española de hoy en día, el gaditano (de Algeciras) José María Sánchez Verdú<br />
(n.1968). El programa incluye obras para orquesta, para conjunto de cámara y para instrumentos<br />
solistas, y entre los intérpretes destaca el célebre Octeto de Violonchelos comandado por Elías<br />
Arizcuren.<br />
René Tremine y Miriam Scherchen lanzan otro de sus célebres «discos analíticos», en los que<br />
se propone el acercamiento desde ópticas distintas a una misma obra. En este caso se trata<br />
de la Novena de Beethoven en tres versiones protagonizadas por su más emblemático<br />
traductor, el berlinés Wilhelm Furtwängler. A las lecturas de Berlín (1942), Bayreuth (1951) y<br />
Lucerna (1954)-magníficamente reprocesadas por Charles Eddi y Sami Habra- se añade un cuarto cd<br />
propiamente analítico en el que, a través de pequeños extractos, se comparan las lecturas de Furt con<br />
las de otros grandes de la batuta como Toscanini, Abendroth o Stokowski.<br />
Antonio Armet y David Martí, responsables del veterano catálogo Ensayo, presentan un CD<br />
protagonizado por uno de los grupos españoles de cámara que han logrado mayor proyección<br />
en estos últimos años, el Trío Arbós, integrado por Juan Carlos Garvayo, Miguel Borrego y José<br />
Miguel Gómez. El trabajo, que lleva el título genérico de "Danzones", está compuesto por<br />
piezas de Brouwer, Albéniz, Piazzolla, Fernández Arbós y Gianneo.<br />
Confirmando el estupendo momento por el que atraviesa el sello español, dos de las más<br />
importantes revistas europeas, las francesas Le Monde de la Musique y Diapason, han<br />
incluido entre sus prestigiosos galardones anuales a dos de las últimas producciones de la<br />
marca: el fantástico Dufay del grupo Cantica Symphonia (Diapason de Oro del Año) y al Sexto Libro de<br />
Madrigales de Monteverdi por La Venexiana (Choc del Año de Le Monde de la Musique). Enhorabuena<br />
a Carlos Céster y a todos los responsables de GLOSSA.<br />
( 2 )<br />
J.P. Combet<br />
Fondo de la Contraportada: Díptico de Santiago Serrano
Mozart: 250 años muy bien llevados<br />
Dentro de unas pocas semanas, el 27 de enero de 2006 para<br />
ser exactos, se cumplirá un cuarto de milenio del<br />
nacimiento en Salzburgo de Wolfgang Amadeus Mozart,<br />
quizá el mayor genio artístico (no sólo musical) de la historia. Los<br />
aniversarios están de moda, qué duda cabe. Son la excusa perfecta<br />
para poner en movimiento la gigantesca maquinaria<br />
del consumo, asociado en estos casos -y en extrañas<br />
nupcias- al recuerdo. Y como sucede siempre cuando<br />
de consumo se trata, la saturación acecha.<br />
¿Sobreviviremos al Año Mozart? O quizá la pregunta<br />
debería formularse de otra manera: ¿sobrevivirá<br />
Mozart a su propio cumpleaños? Porque, frente a la<br />
que se va a organizar con el músico austríaco, el Año<br />
Quijote que ahora finaliza parecerá una broma.<br />
Tendremos Mozart hasta en la sopa. No es para<br />
menos, dirán algunos. Con toda justicia, dirán otros,<br />
entre los cuales, obviamente, nos encontramos los<br />
que fabricamos este humilde boletín. Y es que, en un<br />
mundo que se desliza peligrosamente por<br />
inquietantes pendientes de violencia, impulsado por<br />
imparables tsunamis de indiferencia y mal gusto,<br />
quizá podamos encontrar el bálsamo, el remedio o al menos el<br />
necesario consuelo en las obras inmortales de ese joven que poseía<br />
el extraño secreto, el más milagroso de todos, de hablar al corazón<br />
del hombre con los más dulces sonidos. Nadie que se haya<br />
adentrado mínimamente en el subyugante catálogo del autor de La<br />
Flauta mágica dejará de reconocer que, con permiso de Bach, de<br />
Beethoven, de Shakespeare, de Velázquez o de Cervantes, lo de<br />
Mozart se sale de norma. La unanimidad, el consenso que su<br />
música genera es total y sin precedentes. Mozart favorece los<br />
partos, Mozart apacigua a los violentos, Mozart duerme a los niños<br />
WOLFGANG AMADEUS MOZART<br />
(1756-1791): Trilogía Lorenzo da<br />
Ponte (Le nozze di Figaro; Don<br />
Giovanni; Così fan tutte) / Laura<br />
Polverelli, Nicolas Rivenq,<br />
Véronique Gens...La Grande Ècurie<br />
et la Chambre du Roy. Dir.: Jean-<br />
Claude Malgoire / NAÏVE / Ref.: E<br />
8904 (8 CD) D10 x 2<br />
PAUL BADURA-SKODA interpreta<br />
WOLFGANG AMADEUS MOZART<br />
(1756-1791): Sonatas para piano /<br />
Paul Badura-Skoda, pianoforte<br />
Johann Schantz ca. 1790 / NAÏVE /<br />
Ref.: E 8905 (6 CD) D10 x 2<br />
Las circunstancias de composición de la Misa en do menor KV 427 conforman un espacio con lagunas tan<br />
apreciables como la propia obra, de hecho, inacabada. Parece que Mozart se comprometió a escribir esta<br />
misa para su enlace con Costanze Weber cuando, tiempo antes, ésta atravesaba una enfermedad. La boda,<br />
que finalmente tuvo lugar en agosto de 1782, no pudo, sin embargo, engalanarse con los dramáticos ecos<br />
barrocos de esta página, planteada en la siempre densa tonalidad de do menor, y<br />
que sería presentada un año más tarde en Salzburgo, aún sin completar, como,<br />
tristemente, quedaría para la posteridad. Muchos son los ingredientes que, a buen<br />
seguro, condicionaron y acompañaron la escritura de esta misa, cuya propia<br />
existencia desdice la idea de un Mozart empachado por los encargos litúrgicos<br />
del Arzobispo Colloredo, a quién había decidido abandonar un año antes.<br />
Demuestra Mozart en esta página que su «distanciamiento» del fervor religioso no<br />
era la causa de que sus anteriores misas (incluida la de la Coronación) fueran muy<br />
inferiores, en todos los sentidos, a ésta, sino la asfixiante situación a la que el<br />
Arzobispo llevó a un autor aplaudido en toda Europa, y cuyas miras se dirigían<br />
por entonces a los escenarios teatrales mucho más que a los altares.<br />
El por qué Mozart no terminó nunca esta Misa es algo que podríamos explicar<br />
observando proyectos coyunturales a los que destinaría su atención en aquellos<br />
años, como los cuartetos dedicados a Haydn o la composición del Rapto del Serrallo. Pero todo ello no hace<br />
sino aplazar una pregunta que, a la luz del monumental edificio que supone esta misa, sigue quedando sin<br />
respuesta. En esos años Mozart se entusiasmó de los contrapuntos de Bach y Haendel y así ambos están, en<br />
espíritu, en esta misa (véase la fuga del «Cum Santo Spirito»). ¿Qué mejor modo de rendirles homenaje que<br />
con una gran obra vocal sacra?<br />
Como es lógico, es ésta una misa grabada e interpretada con frecuencia, hasta los límites que ha permitido<br />
el Réquiem (su página religiosa más celebrada y sublime). Con instrumentos originales -como en este casopasan<br />
de media docena las versiones disponibles, pero no por ello esta nueva grabación ha dejado de<br />
entusiasmarnos. La orquesta suena como un torrente contundente y al tiempo cristalino, sobre el que ninguno<br />
de los solistas ha podido evitar cantar con la expresión que propicia tan cómoda senda sonora. Resulta<br />
inevitable citar el «Et incarnatus est», momento superior del legado mozartiano, en el que la soprano debe<br />
mostrar todas sus armas. Así lo hace Sandrine Piau, a quién a estas alturas no hace falta presentar. Emmanuel<br />
Krivine convence, emociona, y lo hace sin fisuras, con el talento de un buen orador, de uno de esos recitantes<br />
de sólida base escénica, que ante un absorto y silencioso auditorio, revive los versos de algún clásico. La<br />
Historia se quedó sin un «Agnus Dei» para esta misa, pero pudo conservar y atesorar los espirituales trazos de<br />
un compositor que, si bien apenas habló con Dios en su música, sí supo, cumplidos los 25, hablar de Él a los<br />
hombres. Que ustedes lo disfruten.<br />
( 3 )<br />
y rejuvenece a los ancianos. Hasta existen estudios acerca de los<br />
benéficos efectos de su música sobre animales y plantas. Mentes<br />
preclaras se han interrogado -y lo siguen haciendo- acerca del<br />
aparente carácter divino o sobrenatural de su fabulosa y precoz<br />
inspiración. Su talento continúa siendo un enigma, ya que parece<br />
dictado por una fuerza superior que su propio<br />
destinatario descontrolaba. Todo un genio como<br />
Kierkegaard dedicó uno de sus más importantes<br />
ensayos (El erotismo musical) a intentar demostrar<br />
científicamente porqué el Don Giovanni de Mozart<br />
era la obra maestra absoluta de la Historia del Arte, no<br />
sólo insuperada en su tiempo, sino insuperable en<br />
cualquier tiempo por venir. Boutades aparte, el caso<br />
es que Mozart está aquí para quedarse. Su música está<br />
presente, en nuestros corazones y también en<br />
nuestros teléfonos móviles, más joven y lozana que<br />
nunca, entre otras cosas gracias a la pléyade de<br />
artistas que año tras año se encargan de ajustarla y<br />
ponerla al día. Por supuesto, ante la avalancha que se<br />
avecina será muy importante separar el grano de la<br />
paja. Muy atentos estaremos en <strong>Diverdi</strong> durante todo<br />
este 2006 mozartiano para filtrar y hacer llegar a nuestros lectores<br />
y clientes aquellas propuestas discográficas que realmente<br />
merezcan la pena, bien por su calidad musical o por lo interesante<br />
o novedoso de su visión. Presentamos aquí este mes algunas de las<br />
primeras, si bien anunciamos sorpresas, algunas de ellas de gran<br />
calado, para los próximos meses. Aconsejamos no obstante<br />
prudencia y moderación. El riesgo de empacho está siempre<br />
presente, hasta en el caso de todo un Amadeus. Pero saborearlo en<br />
su justa medida es el mejor antídoto contra cualquier adversidad,<br />
por dura que sea. Que a ustedes les aproveche.<br />
NAÏVE edita una versión de referencia de la fabulosa Misa en do menor<br />
Un inconcluso pero colosal regalo de boda<br />
Caronte<br />
WOLFGANG AMADEUS MOZART (1756-1791): Gran Misa en do menor, KV 427 / Sandrine Piau & Anne-Lise Sollied, sopranos. Paul Agnew,<br />
tenor. Frédéric Caton, bajo. Accentus. Laurence Equilbey, dirección coral. La Chambre Philharmonique. Emmanuel Krivine, dirección / NAIVE<br />
/ Ref.: V 5043 (1 CD) D1
El pianista y director alemán prosigue su integral<br />
de Concietos para piano en MDG<br />
La espléndida madurez<br />
de Christian Zacharias<br />
Pocas carreras tan rectilíneas, coherentes,<br />
medidas y desarrolladas tan inteligentemente<br />
como la de ese músico de una pieza<br />
que es el alemán, nacido en la India en 1950,<br />
Christian Zacharias. Lo recordamos hace más de<br />
20 años en un recital en el Teatro de la Zarzuela<br />
de Madrid, alto, espigado, melenudo y muy<br />
concentrado ante el teclado; y haciendo buena<br />
música, que es lo importante. Estaba todavía un<br />
poco bravío el artista, se abalanzaba sobre el<br />
piano con una violencia y una decisión casi juveniles. Pero aquello<br />
sonaba divinamente, aunque, quizá, algo falto de pulimento, de<br />
matización.<br />
Han pasado los años y hoy nos encontramos, en un proceso de<br />
continuo crecimiento, al mismo artista bastante cambiado. Ha sido una<br />
evolución muy bien llevada, pausada y sin fisuras. En los últimos lustros<br />
hemos podido advertir, en efecto, en España o en el extranjero, los cauces<br />
por los que discurre Zacharias, que ha ido<br />
paulatinamente ganando en sobriedad y<br />
profundizando en lo que hace. Sigue<br />
conservando aquel característico modo de<br />
echarse sobre las teclas y mantiene el vigor<br />
rítmico que hace de sus interpretaciones algo<br />
siempre muy vivo. Sabe enlazar, ligar los<br />
distintos pasajes sin que se produzcan cesuras<br />
inconvenientes y procura, sin perder nunca la<br />
nitidez de digitación, la pureza de ataque a la<br />
nota, que el discurso se desenvuelva dentro<br />
de una línea muy clara. El sonido, menos<br />
muelle que el de alguno de sus colegas, es en<br />
ocasiones un punto agresivo, como impulsado por un nerviosismo<br />
imparable, pero está dotado de un brillo nuclear, en el que destaca<br />
siempre un centro, una base perceptible, que no desaparece, incluso en<br />
los momentos en los que se exige el pianísimo más escalofriante.<br />
Hace ya tiempo que el pianista viene dedicando sus esfuerzos a<br />
clarificar la música de Mozart, tanto el de las sonatas como el de los<br />
conciertos. En la Quincena de San Sebastián nos desveló con claridad<br />
alguno de los misterios que siempre parecen envolver a estos últimos<br />
pentagramas a lo largo de una valiosa integral. Un camino que está<br />
teniendo reflejo en el disco, al que sus concepciones están pasando. En<br />
esta oportunidad con la Orquesta de Cámara de Lausana, a la que está<br />
ligado como director, una actividad en la que se viene desempeñando,<br />
como músico integral que quiere ser. Las interpretaciones que ofrece en<br />
estos años Zacharias emparentan, naturalmente, con aquellas que hace<br />
cuatro lustros grabara para EMI junto a tres orquestas y tres directores<br />
diferentes. Ahora percibimos una mayor sutileza, un cuidado más notorio<br />
en la diferenciación de dinámicas y un fraseo más ceñido; características<br />
que, tratadas de otra manera, lo han convertido asimismo en un gran<br />
schubertiano y schumaniano.<br />
El delicado Concierto nº 9, Jeunehomme, la primera obra maestra de<br />
Mozart dentro del género, es sin duda una piedra de toque. Zacharias<br />
consigue un milagroso equilibrio teclado-orquesta (bien que ésta no sea<br />
excepcional, incluso un tanto áspera de timbres) y una limpieza general<br />
de texturas que nos brinda la partitura libre de gangas, cantada con una<br />
naturalidad sin mácula y fraseada elegantemente. El pianista muestra una<br />
proverbial fantasía para adornarse muy discretamente. Sin perder nunca<br />
el respeto por el estilo, sin abandonar en ningún instante la vitalidad y la<br />
frescura de exposición. Los contrastes dinámicos, los diálogos están<br />
juiciosamente establecidos. Magnífica la forma, sin caer en el abandono<br />
excesivo y amanerado, en la que se produce el cambio de clima en el<br />
centro del Rondó, con la aparición de ese mágico Menuetto cantabile,<br />
que Zacharias desgrana con mucha finura.<br />
Más saltarín y claro, más soleado y vivaz, el Concierto nº 11 K 413<br />
encuentra también en esos dedos y esa sensibilidad la respuesta<br />
adecuada. Versión alegre, juvenil, sonriente y espléndidamente tocada.<br />
Estupenda la grabación de ambas obras.<br />
Papageno<br />
WOLFGANG AMADEUS MOZART (1756-1791): Conciertos para piano, vol. 2: Concierto para<br />
piano No. 9 & No. 11 / Orchestre de Chambre de Lausanne. Christian Zacharias, piano y<br />
dirección / MDG / Ref.: MDG 1298 (1 CD) D2<br />
( 4 )<br />
¡<br />
Sus obras religiosas para el Salzburgo de Colloredo<br />
Mozart, sacro y radiante<br />
Caramba, qué grande es siempre Mozart!, tal como nos<br />
recuerda el Kölner Kammerchor con la inestimable<br />
colaboración del Collegium Cartusianum, dirigidos por<br />
Peter Neumann, en estas tres obras de música sacra<br />
compuestas en Salzburgo tras regresar de sus viajes a<br />
Mannheim y París. A propósito: tanto la portada como el<br />
libreto anuncian claramente CUATRO obras, pero lo cierto<br />
es que se nos ha escamoteado la<br />
publicitada Sonata KV 336. ¿A<br />
qué mozartiano limbo habrá ido<br />
a parar? Misterio. Pero a lo que<br />
vamos: ¡qué rotundidad tan<br />
sensual, incluso en unas piezas<br />
escritas para señaladas ocasiones<br />
religiosas! ¡Qué catedralicia<br />
concepción de la arquitectura<br />
sonora, verdadero derroche de<br />
luminosidad, flexibilidad y<br />
ligereza! Las alturas alcanzadas<br />
en Vesperae solenne de<br />
confessore KV 339, Missa<br />
solemnis KV 337 y Regina Coeli KV 276 son de vértigo,<br />
arrastrando siempre al oyente en una elevación que funde<br />
cualquier diferencia entre ingravidez espíritual y plena<br />
carnalidad, y en lo musical integrando a la perfección las<br />
secciones instrumentales, las voces solistas y el coro,<br />
trazando las más efectivas y cromáticas progresiones<br />
vocales, los más hermosos intervalos melódicos.<br />
Las presentes versiones se nos antojan realmente<br />
suntuosas. Los diversos planos sonoros han sido elaborados<br />
con equilibrio y homogeneidad ciertamente exquisitos,<br />
dejando por otra parte que brille fulgurante un extenso<br />
catálogo de timbres. Citemos por su refinamiento vocal sin<br />
fisuras y amplia sabiduría técnica los nombres de los<br />
solistas, varios de ellos ya bien conocidos por sus trabajos<br />
con Konrad Junghänel, Trevor Pinnock o Jean-Claude<br />
Malgoire, entre otros: Cornelia Samuelis, Ursula Eittinger,<br />
Benoît Haller o Markus Flaig. Magníficas prestaciones por<br />
lo demás del Kölner Kammerchor, un coro de gran<br />
versatilidad capaz de hacer no sólo gala de una impactante<br />
energía, sino sobre todo de una ya menos habitual sutileza<br />
melódica, de una indesmayable tendencia al lirismo y a la<br />
más radiante musicalidad.<br />
Luis José Rodríguez Viejo<br />
WOLFGANG AMADEUS MOZART (1756-1791): Música Sacra de<br />
Salzburgo (Vesperae solennes de confessore KV 339; Missa solemnis KV 337;<br />
Regina coeli KV 276) / Cornelia Samuelis. Ursula Eittinger. Benoît Haller.<br />
Markus Flaig. Kölner Kammerchor. Collegium Cartusianum. Dir.: Peter<br />
Neumann / MDG / Ref.: MDG SACD 1346 (1 SACD) D6 x 2<br />
WOLFGANG AMADEUS MOZART<br />
(1756-1791): The Supreme<br />
Decorator. Arias y arreglos de ópera<br />
/ Diana Montague. Elizabeth Futral.<br />
Majella Cullagh. The Hanover<br />
Band. Dir.: Charles Mackerras /<br />
NAÏVE / Ref.: ORR 232 (1 CD) D1<br />
WOLFGANG AMADEUS MOZART<br />
(1756-1791): Conciertos para<br />
instrumentos de viento / Jacob Slagter,<br />
trompa. Emily Beynon, flauta. Gustavo<br />
Nuñez, fagot. Alexei Ogrintchouk, oboe.<br />
Concertgebouw Chamber Orchestra.<br />
Henk Rubingh, concertino (Grabación<br />
del 20-22 de Septiembre de <strong>2005</strong>,<br />
Amsterdam) / PENTATONE / Ref.: PTC<br />
5186079 (1 CD) D1
U<br />
La crítica internacional ya comienza a aclamar la aproximación de Savall al universo cervantino<br />
La más hermosa locura<br />
na antigua grabación de 1977 publicada en EMI, Canciones<br />
y Danzas de España en la Época de Miguel de Cervantes,<br />
con un Hespèrion XX por entonces acabado de formar,<br />
demuestra que el interés de Jordi Savall y Montserrat Figueras por la<br />
dimensión musical del universo cervantino viene de lejos. Un<br />
interés que ahora, con ocasión del cuarto centenario de la<br />
publicación del Quijote, ha alcanzado la mejor y más hermosa<br />
expresión posible en el presente disco, Don Quijote de la Mancha.<br />
Romances y músicas. ¿Hemos dicho disco? En realidad estamos<br />
ante uno de los objetos discográficos más bellos y cuidados que se<br />
hayan visto en mucho tiempo, un fastuoso disco-libro con dos<br />
compactos de generoso minutaje (dos SACD de transparente, de<br />
suntuosa sonoridad) y un magnífico libreto que reúne letras de<br />
romances y canciones, fragmentos de la novela y varios textos de<br />
indudable calado, entre otros los del gran estudioso de la literatura<br />
y especialista cervantino Francisco Rico, Paloma Díaz-Mas o el<br />
propio Savall, enriquecido el conjunto, además, por una profusa<br />
iconografía. Se trata a buen seguro del trabajo editorial más<br />
ambicioso de ALIA VOX hasta la fecha, lo cual no es ciertamente<br />
poco teniendo en cuenta el nivel de excelencia alcanzado a lo largo<br />
de los años por el sello; pero la presente publicación, desde luego,<br />
se nos revela deslumbrante.<br />
Con todo, claro está, no es esto lo más significativo. Y es que<br />
Jordi Savall, al frente de Hespèrion XXI, de La Capella Reial de<br />
Catalunya y de un fantástico elenco de solistas encabezados por la<br />
gran Montserrat Figueras, nos traslada al núcleo de la obra de<br />
Cervantes, al corazón y a la entraña poética e intemporal del<br />
Quijote, allá donde las palabras se amalgaman con la música, con<br />
la emoción más profunda, con el espíritu. Es sabida la importancia<br />
que en la obra adoptan las músicas -al igual que los sonidos e<br />
incluso los silencios, como nos hace ver Rico-, ya sea para<br />
interpelar líricamente a los personajes, ayudar al avance de la trama<br />
o establecer vínculos entre los diversos niveles ficcionales de la<br />
novela. Por doquier se canta en el Quijote, en especial esos<br />
romances viejos que a comienzos del siglo XVII seguían gozando de<br />
enorme popularidad entre todas las gentes, pero también algunos<br />
romances nuevos, unos cuantos de ellos compuestos por un Alonso<br />
Quijano que se precia por lo demás de ser un avezado tañedor de<br />
vihuela. Pues bien, son estos romances, a la vez que una muestra de<br />
pavanas, gallardas y chaconas, canciones, seguidillas y folías, amén<br />
de diversas piezas instrumentales, los que Savall y los suyos<br />
recuperan con exquisita delicadeza y gracia. La empresa no debe<br />
entenderse tanto a manera de simple reconstrucción como de<br />
animación y vivificación, de avivación más bien de los rescoldos de<br />
emoción todavía ardientes en esas composiciones bajo las cenizas<br />
depositadas por los siglos para que irradien su calor, sortilegio y, por<br />
qué no, consuelo a las por tantos motivos, ay, maltrechas<br />
sensibilidades de los hombres contemporáneos. De este modo<br />
cualquier distancia temporal entre estas obras y nosotros parece<br />
quedar definitivamente superada.<br />
Una gran mayoría de estas músicas se ha conservado en<br />
cancioneros y tratados de época; otras veces, sin embargo, han<br />
podido restaurarse a partir de informaciones sobre melodía y<br />
armonía contenidas en las notaciones de vihuelistas, como es el<br />
caso por ejemplo de los espléndidos romances de Don Beltrán o del<br />
Conde Claros. En aquellas circunstancias en que no se había<br />
transmitido la música, por no haber referencia histórica o por ser<br />
romances compuestos por Cervantes, se ha recurrido a las técnicas<br />
de «contrafacta» tan habituales en aquella época, eligiéndose pues<br />
las melodías del mismo periodo «más apropiadas y<br />
correspondientes al mismo carácter y métrica poética»,<br />
interpretadas siempre con los instrumentos descritos, como la<br />
vihuela, el arpa o el rabel. Se nos brinda así un excelso programa<br />
que reúne autores anónimos y nombres bien conocidos como Luys<br />
de Narváez, Luys Milán, Alonso Mudarra, Diego Pisador, Juan<br />
Vásquez, Francisco Peñalosa o Enríquez de Valderrábano, entre<br />
otros, es decir, la plana mayor de la creación musical de la España<br />
del Siglo de Oro. Un programa, por cierto, que se despliega con<br />
singular coherencia dramática gracias a las intervenciones (con<br />
delicioso acompañamiento instrumental) de un narrador que lee<br />
fragmentos bien seleccionados del Quijote, adaptados por Manuel<br />
Forcano, que de algún modo sirven de presentación a las piezas al<br />
tiempo que las sitúa de forma idónea dentro de un espacio musical<br />
que va avanzando según las etapas del relato cervantino.<br />
( 5 )<br />
Savall ha optado a menudo en estas versiones de romances y<br />
canciones por el despojamiento y el intimismo, por las atmósferas<br />
nocturnas y melancólicas de rara y muy matizada luminosidad, de<br />
gran poder evocador, por los tiempos serenos y de rítmica<br />
apaciguada, reservando la viveza y la<br />
alegría contagiosa para las danzas,<br />
como por ejemplo la arrebatadora<br />
seguidilla De tu vista celoso o el<br />
precioso tema Un sarao de la Chacona.<br />
Sea como fuere, las sonoridades de<br />
todas estas interpretaciones destacan<br />
siempre por su transparencia y<br />
brillantez tímbrica, por su equilibrado<br />
cromatismo y refinada expresividad.<br />
Aquí y allá se perciben además aromas<br />
orientales, en especial en esas<br />
sugestivas presencias del arpa (Andrew<br />
Lawrence-King y Ariadna Savall) y el<br />
psalterio (Begoña Olavide) o en ciertos<br />
colores vocales (gran Furio Zanasi), al<br />
igual que los toques sefardíes<br />
(Marinero soy de amor -cantada con frescura por Ferran Savall- y<br />
Nunca fuera caballero de damas tan bien servido), lo que tiene algo<br />
de sutil celebración de ese ámbito musical mediterráneo tan<br />
querido por nuestro violagambista y a la vez tan en boga hacia<br />
aquella época. Los instantes caracterizados por el más alto<br />
encantamiento sonoro, en resumen, son muchos, pero apuntemos al<br />
menos unos pocos: la folia Yo soy la locura (cantada con<br />
estremecedora belleza por Montserrat Figueras), los romances<br />
Medianoche era por filo (de exacerbado y enérgico lirismo) o Mala<br />
la hubistes franceses... (de pasmosa intensidad emocional), los aires<br />
de danza, el majestuoso y conmovedor final con el réquiem de<br />
Cristóbal de Morales Pie Jesu Domine...<br />
Decía una vez el filósofo Emil Cioran que «la música debe<br />
volverte loco; si no, no es nada»; pues bien, sólo añadiremos que el<br />
presente Don Quijote. Romances y Músicas nos hace acercarnos a<br />
la hermosa locura del Ingenioso Hidalgo por uno de los mejores<br />
modos posibles, los sones de su tiempo en extraordinarias versiones.<br />
Stephanie Marshall<br />
DON QUIJOTE DE LA MANCHA: Romances y Música. Obras musicales de Luys de<br />
Narváez, Luys Milán, Juan Vasquez, Francisco Guerrero, Alonso Mudarra y<br />
compositores anónimos. Romances anónimos. Recitaciones de fragmentos de Don<br />
Quijote de la Mancha / Jesús Fuente, Francisco Rojas & Josep Piera, recitantes.<br />
Montserrat Figueras, soprano. Begoña Olavide, psalterio. Andrew Lawrence-King, arpa<br />
barroca. Xavier Díaz-Latorre, vihuela de mano, guitarra. Arianna Savall, arpa doppia.<br />
Hespèrion XXI. La Capella Reial de Catalunya. Jordi Savall, dirección / ALIA VOX / Ref.:<br />
AV 9843 (1 Libro + 2 SACD) P.V.P.: 34,95 euros.-<br />
Y ahora, Boccherini<br />
Recién salido del horno, y con el Quijote recibiendo todo tipo de<br />
premios y parabienes por todo el mundo, ya está aquí el que<br />
probablemente está llamado a<br />
convertirse en el disco de cabecera<br />
para todo aquel que quiera saber de<br />
verdad quién fue ese gran músico<br />
italiano afincado en España llamado<br />
Luigi Boccherini, del que aún<br />
celebramos en este <strong>2005</strong> su 200<br />
aniversario. Al frente del Concert des<br />
Nations, y con solistas de la talla de<br />
Rolf Lislevand, Manfredo Kraemer,<br />
Bruno Cocset, Pablo Valletti o Juan de<br />
Udaeta integrando un auténtico Dream<br />
Team musical, Jordi Savall ofrece<br />
lecturas literalmente arrebatadoras de<br />
las obras más celebradas del<br />
compositor de Lucca, entre ellas, como no podía ser de otro modo, el<br />
famosísimo Fandango y la Música Nocturna de Madrid. Chispeantes,<br />
vibrantes, técnicamente perfectas, pletóricas de ritmo y color, las<br />
versiones de Savall y sus huestes marcarán época. En el próximo boletín<br />
se dará cuenta en profundidad de este antológico trabajo.<br />
LUIGI BOCCHERINI (1743-1805): Fandango, Sinfonie & La Musica Notturna di<br />
Madrid / Rolf Lislevand, guitarra. José de Udaeta, castañuelas. Le Concert Des<br />
Nations. Bruno Cocset, violonchelo. Manfredo Kraemer, concertino, violín. Pablo<br />
Valetti, 2º. violín. Dir.: Jordi Savall / ALIA VOX / Ref.: AV 9845 (1 CD) D2
El regreso de uno de los grandes polifonistas españoles en el sello GAUDEAMUS<br />
Vivanco en el Siglo de Oro<br />
L<br />
a catedral de Ávila ostenta el honor de haber sido la primera<br />
española en cuya construcción se aplicaron claramente<br />
soluciones del arte gótico, la mayor aportación arquitectónica<br />
de la baja Edad Media. A comienzos de la última década del siglo<br />
XII, el maestro Fruchel había dado un vuelco al inicial comienzo de<br />
la catedral abulense en estilo románico y antes de acabar el siglo<br />
estaba terminada la girola, con sus capillas y la imponente<br />
cabecera, cuyo ábside forma parte de la famosa muralla, sin duda la<br />
más extensa y fuerte que puede contemplarse en nuestro país.<br />
Concluida la catedral en la primera mitad del siglo XIV, fue a finales<br />
del XV y a lo largo del XVI cuando su interior comenzó a<br />
enriquecerse con incomparables obras de arte. Entre ellas destacaré<br />
el retablo mayor, iniciado en 1499 por el insigne pintor Pedro<br />
Berruguete (c.1450-1503), no ha mucho establecido en Italia, donde<br />
había trabajado en el Urbino de los Montefeltro, junto al genial<br />
Piero della Francesca. Lo terminó a su muerte Juan de Borgoña al<br />
mismo nivel que el maestro castellano. Trabajan allí por entonces<br />
escultores como Lucas Giraldo, Isidro de Villoldo, Bautista Vázquez<br />
y Vasco de la Zarza. Este último realizó el magnífico sepulcro del<br />
obispo Alonso de Madrigal el Tostado (de quien nunca he creído<br />
que escribiese más que yo) y el hermoso sagrario plateresco del altar<br />
mayor.<br />
A mediados del siglo XVI, la catedral de Avila resplandecía en<br />
obras de arte, pero no menos de música. Hasta finales de siglo<br />
tenemos como maestros de capilla en Avila a Jerónimo de Espinar<br />
(1552-58), Bernardino de Ribera (1559-63), Juan Navarro (1564-66),<br />
Hernando de Isasi (1567-87) y Sebastián de Vivanco (1587-1602).<br />
Al menos de tres de ellos, Ribera, Navarro y Vivanco, nos consta<br />
fueron grandes polifonistas, en especial Sebastián de Vivanco<br />
(c.1551-1622), cuya importancia era tal como cantor y compositor<br />
en la España de Felipe II y Felipe III que, como dice el ilustre<br />
musicólogo e hispanista Robert Stevenson, Vivanco made a record<br />
as distinguished as any archieved solely in Spain during his lifetime<br />
(Vivanco consiguió el máximo de distinciones que alguien podía<br />
alcanzar solo en España durante su vida).<br />
De hecho, como su paisano y seguramente niño cantor, como él,<br />
en la catedral de Avila, Tomás Luis de Victoria, Vivanco realizó al<br />
final de su vida una serie de publicaciones. Salieron del taller<br />
salmantino del impresor Artus Taberniel; el primero fue un Liber<br />
magnificarum cuyos cánones, a juicio de Stevenson, se aproximan<br />
a los límites extremos de destreza y complejidad. En este lujoso<br />
Libro de Magnificat, dieciocho en total, demuestra Vivanco ser un<br />
gran dominador de los recursos técnicos de la polifonía de su<br />
tiempo, haciendo incluso uno de los primeros conatos de<br />
politonalidad, asignando a la sección Gloria Patri a 8 voces de uno<br />
de los Magnificat, un tono diferente para cada una de las voces.<br />
El disco que comentamos no contiene Magnificat, sino una de<br />
sus misas y nueve motetes. Existía un disco monográfico que la<br />
Orchestra of Renaissance que Richard Cheetham y Michael Noone<br />
dedicaron a Vivanco el año 2002 (Glossa). Y sin duda lo ha tenido<br />
BONGIOVANNI edita un disco con inéditos vivaldianos dirigidos por F. Ammetto<br />
Vivaldi inédito<br />
( 6 )<br />
en cuenta David Trendell, director de<br />
The Choir of King’s College London a<br />
la hora de incluir otra misa y diferentes<br />
motetes en este monográfico Vivanco<br />
del sello Gaudeamus.<br />
En aquel disco de Glossa se grabó<br />
la Missa in manos tuas, a 8; aquí la<br />
Missa Cruz fidelis, a 6 voces. Tanto en<br />
este compacto como en aquél se incluyen cada uno de los motetes<br />
de Vivanco que él mismo utiliza en las respectivas misas parodia.<br />
Además, en ambos casos se intercalan motetes entre las distintas<br />
partes de la misa. Solo coinciden uno y otro en dos motetes, pero en<br />
el disco de la Orchestra of the Renaissance uno de ellos se da en<br />
versión instrumental, cosa aquí imposible ya que el Coro King’s<br />
College actúa sin instrumentos.<br />
Solo coinciden en el motete Circumdederunt me aunque<br />
Cheetham-Noone emplea instrumentos y eso diferencia cualquier<br />
versión. Lo que no parece conocer David Trendell, es que<br />
Cheetham-Noone había grabado el motete a 8 voces Veni dilecte<br />
mi, en un disco de Glossa dedicado al Canticum Canticorum, pero<br />
siempre usando de ministriles para alguna de las voces. En cualquier<br />
caso nos encanta y sorprende la escucha de este motete<br />
madrigalesco, de una sensualidad y brillantez muy apropiada a su<br />
bellísimo texto. No es de extrañar que, entre los muchos motetes de<br />
ilustres autores renacentistas sobre el Cantar de los Cantares, el de<br />
Vivanco preceda en ese disco a Févin, Morales, Gombert, Ceballos,<br />
Guerrero, Victoria…<br />
Todos los motetes incluidos en el CD que comentamos provienen<br />
del Liber Motectorum, excepto el motete mariano Assumpta est<br />
Maria. Samuel Rubio fue un adelantado de nuestro tiempo al<br />
publicar allá por 1954 y 1956 los motetes a 4 y a 5 de Vivanco. Los<br />
aquí grabados por The Choir of King’s College de Londres, han sido<br />
tomados de las transcripciones de Luis Dean Nuerenberger,<br />
publicadas en Londres en 1985. Los hay a 4,5,6,8 y 12 voces.<br />
En cuanto a la Missa Cruz fidelis, procede del Missarum Liber<br />
(Artus Taberniel, Salamanca, 1608), y en ella utiliza, de modo muy<br />
libre y limitado, el tema del motete del mismo nombre.<br />
Son muchas las aportaciones de Vivanco en la Misa y en los<br />
motetes, tanto en el uso de los motivos imitativos como en el<br />
manejo del ritmo y el carácter a través de los valores de las notas.<br />
Es admirable su contrapuntismo, así como las elegantes líneas<br />
melódicas con las que logra, en ocasiones, momentos de sublime<br />
dulzura y expresividad, no inferiores a los alcanzados por su excelso<br />
paisano Tomás Luis de Victoria. Estamos ante una grabación que<br />
justifica aquel sobrenombre que a tanto obliga: Siglo de Oro.<br />
Andrés Ruiz Tarazona<br />
SEBASTIAN DE VIVANCO (c. 1551-1622): Crux Fidelis; Misa Crux Fidelis; Motetes /<br />
The Choir of King’s College, London. Dir.: David Trendell (Primeras grabaciones<br />
mundiales) / ASV / Ref.: GAU 346 (1 CD) D2<br />
Más de uno se extrañará al ver la expresión First Recording estampada en la portada de este disco dedicado<br />
a los conciertos y sinfonías para cuerda y bajo continuo de Vivaldi. Es, no obstante, rigurosa y<br />
absolutamente cierta por lo que se refiere a algunas de las obras en él recogidas: las sinfonías RV 802 o<br />
Anh. 4 y 93, por ejemplo. La primera, muy breve y denominada en la partitura anónima en que se conserva<br />
Improvisata, ha sido estudiada, fechada (hacia 1720) y autentificada por Michael Talbot, a quien su muy peculiar y<br />
libre estructura le lleva a pensar que nació para ser interpretada en algún concierto más que como introducción a<br />
una ópera. Las otras dos también son de reciente atribución, aunque en ambos casos las dudas sobre su autoría no estén plenamente<br />
despejadas (la Anh. 4 podría ser de Hasse y la Anh. 93 de Albinoni). Pero han sido incluidas en el catálogo vivaldiano, son bellas y, en<br />
cualquier caso, merecen ser conocidas. Con el resto de las obras recogidas en este disco (RV 111, 122, 135...) lo de primera grabación<br />
requiere una matización: es tal si se tiene en cuenta que está basada, mayoritariamente, en las fuentes manuscritas y en algunos casos<br />
en su más reciente edición crítica. La novedad, pues, se refiere, sobre todo, a los detalles, pero es novedad, no lo olvidemos. No debe<br />
extrañarnos el cuidado quasi-religioso con que se han seleccionado las fuentes. Fabrizio Ammetto, el director de L’Orfeo Ensemble di<br />
Spoleto, es también un esforzado musicólogo que tiene en su haber notables estudios sobre la música del siglo XVIII, uno de ellos,<br />
precisamente, sobre algunas de las obras que ahora graba. El rigor estilístico, lógicamente, está plenamente garantizado. Y también la<br />
vitalidad que imprime a las notas que interpreta.<br />
Mariano Acero Ruilópez<br />
ANTONIO VIVALDI (1678-1741): Conciertos y sinfonías para cuerdas y bajo continuo / L’Orfeo Ensemble di Spoleto. Fabrizzio Ammetto, violín y dirección (Primera grabación<br />
discográfica) / BONGIOVANNI / Ref.: GB 5620-2 (1 CD) D2
ARCANGELO CORELLI (1653-<br />
1713): 12 Sonatas para violín, op.<br />
V Nos. 1-12 / Stefano Montanari,<br />
violín. Accademia Bizantina. Dir.:<br />
Ottavio Dantone / ARTS / Ref.:<br />
47724-8 (2 SACD) D2 x 2<br />
SEICENTO ITALIANO: Obras de<br />
Johann Hieronymus Kapsberger,<br />
Giovanni Maria Trabaci, Girolamo<br />
Frescobaldi, Andrea Falconiero,<br />
Tarquinio Merula, Biagio Marini,<br />
Dario Castello, Giovanni Batista<br />
Buonamente, Giovanni Picchi &<br />
Bernardo Storace / Accademia<br />
Bizantina. Ottavio Dantone, clave<br />
y dirección / ARTS / Ref.: 47707-2<br />
(1 CD) D5<br />
Ottavio Dantone se incorpora a la Edición Vivaldi de NAÏVE con un admirable Tito Manlio.<br />
Una obra maestra fatta in 5 giorni<br />
Mantua, Navidad de 1718. El gobernador imperial, landgrave Philipp de Hesse-Darmstadt, viudo y maduro, anuncia<br />
repentinamente su inminente boda con Eleonora de Guastalla, viuda del Gran Duque de Toscana. Los preparativos de los fastos<br />
pertinentes comenzaron de inmediato. Una representación operística era obligada, que no en balde el novio era apasionado<br />
melómano y compositor diletante. Y dado que Antonio Vivaldi llevaba algunos años trabajando para él, le<br />
correspondió componerla. El Prete eligió Tito Manlio, un viejo libreto de Matteo Noris inspirado en T. Livio,<br />
ambientado en la Roma Antigua y rebosante de luchas, drama, intrigas y pasiones desatadas y con un padre<br />
fiero e inhumano condenando a muerte a su propio hijo (no teman, no, que los barrocos tenían plenamente<br />
asumido lo del happy end) y se puso manos a la obra. Y dando rienda suelta a su característica furia<br />
compositiva (el presidente De Brosses dixit), dejó la ópera lista en un abrir y cerrar de ojos, estampando<br />
orgullosamente en la portada del manuscrito: Musica del Vivaldi fatta in 5 giorni.<br />
Conociendo las habituales prácticas de la época, sería demasiado pedir que fuera original de cabo a rabo.<br />
Pero no deja de asombrar que sólo 7 de los 41 números que la integran se hayan identificado con fragmentos<br />
de obras anteriores. Algunos más, sin duda, se basarían en fuentes perdidas o desconocidas. Aun así,<br />
convendremos en lo formidable del empeño. Más si tenemos en cuenta que el resultado -sólo un genio podía<br />
lograrlo- fue una verdadera obra maestra, repleta de arias magníficas, de gran dificultad técnica y de<br />
variadísimo carácter -el libreto ofrecía situaciones muy contrastadas y jugaba ampliamente con los affetti- con<br />
una orquestación desbordante de fantasía -¡no era nadie mosén en tales menesteres...!-, en la que no menos de ocho instrumentos saltan<br />
a la palestra como solistas. Lamentablemente, no brilló como se pretendía: tan súbitamente como se había anunciado, el casorio se anuló,<br />
suspendiéndose los festejos. Tito Manlio se estrenó, con menos boato del previsto, en el inmediato carnaval de 1719. Pero aunque su<br />
autor utilizó algunos fragmentos el año siguiente para un pasticcio romano y en 1739 quiso reponerla en Venecia, su trayectoria<br />
escenográfica se vio tan frustrada como la boda que debió solemnizar, durmiendo el sueño de los justos hasta nuestros tiempos: fue la<br />
primera ópera del Cura Pelirrojo en grabarse íntegramente (1977), grabación, por cierto, bastante desigual vocalmente y ya envejecida.<br />
Su aparición ahora en la «Edición Vivaldi» de NAÏVE es una excelente noticia para todos los melómanos y no sólo para los<br />
barroquizantes. Porque al rigor musicológico propio de la colección, añade una realización musical espléndida. Se incorporan con ella<br />
a este magno proyecto discográfico Ottavio Dantone y su Accademia Bizantina. El director, dotado de un agudo sentido de la teatralidad,<br />
maneja la batuta con energía y seguridad. Y su grupo instrumental -con un nutrido y variado continuo- resulta idóneo para la<br />
interpretación vivaldiana. Los recitativos, llevados con ritmo y garra, suenan vivos, lógicos y con sentido. Y del octeto vocal sobresalen<br />
un imponente Nicola Ulivieri (Tito), una Marijana Mijanovic espléndida de principio a fin (Vitelia), una deslumbrante Ann Hallenberg<br />
(Servilia) y una encantadora Karina Gauvin (Manlio). ¡Qué magnífico regalo navideño esta ópera compuesta precisamente en Navidades!<br />
La obra para teclado de un eximio madrigalista, en MDG<br />
Peter Philips y los caprichos del tiempo<br />
Hay veces en que el filtro del tiempo es tan absolutamente caprichoso que resulta muy difícil de<br />
entender. Por ejemplo, el londinense Peter Philips (1560/61-1628) fue en su época uno de los más<br />
célebres autores europeos de motetes y madrigales, que dejó escritos por<br />
centenares (en concreto, alrededor de 350 de los primeros y 52 de los segundos).<br />
Sin embargo, a fecha de hoy sólo un motete y diez madrigales se encuentran<br />
editados y disponibles, mientras que el músico ha pasado a ser conocido casi<br />
exclusivamente por su obra para tecla, de la que se ocupó bastante poco (32<br />
piezas confirmadas y otras seis atribuidas, todas ellas de notable brevedad), y más<br />
en concreto por una sola de esas obras, la Pavana Dolorosa, escrita en 1593,<br />
mientras su autor se encontraba preso en una cárcel de La Haya. Así que aquél que<br />
en el siglo XVII era comparado sin ningún complejo con Palestrina, Lasso o<br />
Gabrieli hoy es visto apenas como un compositor inglés de segunda fila, al que<br />
simplemente le tocó compartir época con el gran William Byrd.<br />
Siegbert Rampe pretende desmentir esta idea y para ello ha grabado la integral<br />
de la música para teclado de Philips en dos discos, de los cuales el primero incluye<br />
pavanas, gallardas, alemandas, fantasías y versiones para la tecla de canciones y motetes de otros<br />
compositores (Lasso, Striggio, Marenzio, Vecchi). Las interpretaciones se benefician del empleo de hasta seis<br />
instrumentos históricos diferentes (dos órganos, dos clavicordios, un virginal y un clave), lo que asegura una<br />
impresionante variedad tímbrica, pero además cuentan con una minuciosidad en el detalle y una intensidad<br />
en los contrastes en verdad extraordinarias. Resulta difícil sustraerse al profundo encanto de la Pavana<br />
Dolorosa, al virtuosismo de la Fantasía en fa, a la sensual ligereza de Margotte Laborez de Lasso, a la<br />
delicadísima elegancia de la Alemande d’amor o a los sutiles cambios expresivos de Deccio dunque partire<br />
de Marenzio. El final, con un transparente Benedicam Dominum de Orazio Vecchi sonando en un magnífico<br />
órgano alemán del primer tercio del siglo XVII, pone un punto de solemne majestuosidad en uno de los<br />
recitales para tecla más entretenidos qua hayamos oído en años. Tal vez algún día podamos acceder a la<br />
música vocal de Peter Philips. Será un acto de justicia. Mientras tanto, este disco (y el segundo volumen de<br />
la colección, que esperamos ansiosos) es el mejor retrato que el mercado puede ofrecernos hoy de su talento.<br />
( 7 )<br />
M.A.R.<br />
ANTONIO VIVALDI (1678-1741): Tito Manlio / Nicola Ulivieri, bajo-barítono. Karina Gauvin, soprano. Debora Beronesi, mezzo-soprano. Ann Hallenberg, mezzo-soprano.<br />
Marijana Mijanovic, contralto. Barbara Di Castri, mezzosoprano. Mark Milhofer, tenor. Christian Senn, bajo-barítono. Accademia Bizantina. Dir.: Ottavio Dantone / NAIVE<br />
OPUS 111 / Ref.: OP 30413 (3 CD) D6 x 3 [PRECIO ESPECIAL DE LANZAMIENTO 26,00 euros]<br />
Toda la Edición Vivaldu a precio especial en www.diverdi.com<br />
Pablo J. Vayón<br />
P. PHILIPS: Obras completas para teclado. Vol. 1. Siegbert Rampe, órgano, clavicordio, virginal y clave / MDG / Ref.: MDG 1257 (1 CD) D2
Jan Van Elsacker, Guillemette Laurens y Akadêmia firman uno de los grandes discos monteverdianos de todos los tiempos<br />
Un combate para la Historia<br />
Podemos considerar a Monteverdi como el gran inventor de la ópera, por más que haya títulos líricos que antecedan a su inmortal<br />
Orfeo. Pero no sólo se expresó el talento dramático del compositor en obras estrictamente operísticas (de las que, como se sabe,<br />
sólo han sobrevivido tres), sino también en otras piezas encuadrables dentro de aquello que se llamó género representativo y que<br />
incluye desde el Combattimento di Tancredi e Clorinda, presentado por primera vez en Venecia en 1624 y luego incluido en sus<br />
Madrigali guerrieri et amorosi de 1638, hasta el Lamento della ninfa, un madrigal de apenas cinco minutos de duración que con razón<br />
podría ser considerado la ópera más corta (y puede que más hermosa) jamás escrita. Monteverdi<br />
consiguió el milagro de superar la polifonía sin acabar en realidad con ella, de crear auténticos dramas<br />
musicales sin sobrepasar los límites del género madrigalístico. Ese genio para el teatro sin salirse de la<br />
forma, vetusta ya, del madrigal se libera de forma definitiva a partir del Libro VI y alcanza el paroxismo<br />
en el VII y, sobre todo, en el VIII, sin duda los dos más conocidos y visitados por los intérpretes.<br />
Este nuevo disco de la Akadêmia de Françoise Lasserre para ZIG ZAG nos ofrece del Libro VII<br />
(titulado genéricamente Concerto) Interrote speranze, un dúo para tenores verdaderamente mágico, y<br />
Con che soavità, una delicia para soprano concertada con violines; y del VIII (Madrigali guerrieri et<br />
amorosi) algunas de sus piezas más significativas: además del Combattimento y el Lamento della Ninfa,<br />
Altri canti d’Amor, Altri canti di Marte y Hor che’l ciel e la terra. Los resultados son excepcionales por<br />
muchos conceptos. Empezando porque nos presenta al que tal vez sea el mejor tenor monteverdiano<br />
de la historia, Jan van Elsacker, el Testo del Combattimento. La pureza lírica del timbre, la claridad y el<br />
refinamiento de la emisión, el dominio absoluto de las difíciles técnicas de disminución de la época y<br />
un control excepcional de los más diversos registros expresivos hacen de van Elsacker un intérprete<br />
único para esta música. Su demostración en el Combattimento es de las que marcan época. A su lado, los veteranos Hervé Lamy y<br />
Guillemette Laurens se dejan arrastrar al terreno de las emociones y de los contrastados estados de ánimo, resaltados de forma<br />
excepcional por un conjunto instrumental y una dirección que lleva hasta sus últimas consecuencias la fuerza expresiva del estilo<br />
concitato. Pese a la durísima competencia, el mejor Combattimento jamás grabado.<br />
El resto del programa luce a altura similar, por más que se hayan escuchado lamentos de ninfas más quejumbrosos, pero difícilmente<br />
mejor acompañados. En este sentido, merece especial atención la riqueza del continuo, que combina tiorba, guitarra, violas, lirone,<br />
violone, arpa, clave, órgano y espineta para enmarcar de forma absolutamente convincente el terreno expresivo de los textos, realzados<br />
igualmente por el contrastado tratamiento del color y las dinámicas y por una cuidadísima transparencia de texturas, que resalta de forma<br />
especialmente vívida en el petrarquiano Hor che’l ciel e la terra, que suena en una lectura tan majestuosa como cálida. Sería injusto no<br />
citar al resto del equipo vocal: Céline Vieslet, Jean-Michel Fumas, Matthew Baker y Jean-Claude Sarragosse. Ahí queda. Una maravilla.<br />
CLAUDIO MONTEVERDI (1567-1643): Combattimento di Tancredi e Clorinda; Lamento della ninfa; Altri madrigali / Jan Van Elsacker, texto. Guillemette Laurens, Clorinda.<br />
Hervé Lamy, Tancredi. Céline Vieslet, soprano. Jean-Michel Fumas, alto. Matthew Baker & Jean-Claude Saragosse, bajos / Akadêmia. Dir.: Françoise Lasserre / ZIG ZAG / Ref.:<br />
ZZT 051003 (1 CD) D2<br />
Le Tombeau, emocionante aproximación de Patrick Cohën-Akenine a la figura de Leclair<br />
Muerte de un violinista<br />
El 22 de octubre de 1764, Jean-Marie Leclair fue asesinado en un barrio de París. El violinista y compositor lionés, que contaba en<br />
aquel momento 67 años, se había distinguido no sólo como uno de los más virtuosos intérpretes de su tiempo, sino también como<br />
uno de los más conscientes y refinados experimentadores en la búsqueda de un estilo de composición internacional, que aglutinara<br />
lo mejor del estilo francés y del italiano. Pero, tan desgraciada como inevitablemente, el músico también había ido acumulando en su<br />
larga vida envidias y enemigos, algunos encarnizados, como los hechos confirmarían aquella fatídica noche. Aunque los dedos de la<br />
Historia apuntan con verosimilitud hacia François-Guillaume Vial, un sobrino, compositor mediocre, al que Leclair no pudo (o no quiso)<br />
colocar con su mecenas, el duque de Gramont, lo cierto es que el crimen quedó sin resolver, y aquella impunidad aún nos concierne.<br />
Es por ello que Patrick Cohën-Akenine dedica este disco a Leclair, colocándolo bajo la protección de un<br />
título de tan antiguas y emotivas resonancias en la música francesa como el de Le Tombeau, que fue el<br />
que recibió la Sonata VI de su Tercer libro de sonatas para violín y continuo publicado como Op.5 en<br />
1734, por haber sido la obra que se interpretó, en orquestación de uno de sus alumnos, en el Concert<br />
Spirituel un año después de la muerte del músico y como sentido homenaje a su figura. La obra puede<br />
ponerse como ejemplo de la obsesión de Leclair por la reunión de gustos. En una estructura típicamente<br />
corelliana, conviven un Grave de acordes disonantes y ecos afrancesados con una gavota de neto sabor<br />
italiano y el uso del spiccato, técnica de arco típicamente transalpina. La sonoridad brillante, la técnica<br />
deslumbrante no pueden negar su procedencia italiana, pero la música francesa también reclama su<br />
presencia, como en la Sarabanda y la Chacona de la Sonata IV, que, pese a la italianización de los<br />
nombres, no ocultan su origen genuinamente parisino, o como en el rondeau que cierra la Sonata VII,<br />
que, curiosamente figura en la edición como tempo di gavotta, un gesto más del compositor por destacar<br />
la comunión de estilos. Una comunión por la que Cohën-Akenine se ha preocupado hasta en la<br />
estructura de su disco, pues cortejando a las tres sonatas figuran la Obertura Op.13 nº3 (versión para dos violines y continuo de la<br />
obertura de Scylla et Glaucus, única ópera del músico), lo más francés de todo el CD, y el Concierto para violín, cuerdas y continuo<br />
Op.10 nº6, tan vivaldiano en la forma (rápido-lento-rápido) como en la brillantez expresiva y en sus exigencias virtuosísticas. A todo ello<br />
responde de forma admirable el arco ágil, sensual y luminoso de Patrick Cohën-Akenine, su imaginación ornamental y la elegancia de<br />
su fraseo, que encuentran una réplica ideal, vitalista, flexible y precisa en Les Folies Françoises, conjunto en el que sobresale el nombre<br />
de la jovencísima y exquisita violinista francesa de origen español Leonor de Recondo.<br />
JEAN-MARIE LECLAIR (1697-1764): Le Tombeau / Patrick Cohën-Akenine, violín solo & dirección. Léonor de Recodo, violín. François Poly, violonchelo. Béatrice Martin, clave.<br />
Orchestre des Folies Françoises / ALPHA / Ref.: ALPHA 083 (1 CD) D2<br />
( 8 )<br />
P.J.V.<br />
P.J.V.
ALPHA inicia su andadura audiovisual con una soberbia puesta en imagen de El burgués gentilhombre de Molière & Lully<br />
Toda la magia del teatro barroco<br />
El burgués gentilhombre no es sólo una de las comedias más célebres de Molière y, al mismo tiempo, de la literatura universal.<br />
Ciertamente, constituye también una suerte de manifiesto barroco que aboga por el fértil diálogo entre las artes, y en concreto por la<br />
colaboración del teatro, la música y la danza en el alumbramiento de un fastuoso divertimento, un espectáculo para el real<br />
esparcimiento de Luis XIV; con toda la distancia que se quiera, se trata, pues, de un precedente de la «obra de arte total» wagneriana pero<br />
en versión siglo XVII, esto es, resaltando el aspecto de ilusión y mascarada de la representación y sin desmelenamiento místico-estético de<br />
por medio. Ahora, y por primera vez en varios siglos, tenemos oportunidad de disfrutar, gracias al DVD, de Le Bourgeois Gentilhomme tal<br />
como fuera concebido para su estreno de 1670, con el texto de Molière acompañado por la música de Jean-Baptiste Lully y por una<br />
magnífica recreación de esos ballets que aportaran originalmente dinamismo y un delicioso punto de delirio<br />
a la obra. Estamos sin duda ante uno de los proyectos más ambiciosos hasta el momento del sello ALPHA,<br />
saldado, digámoslo en seguida y sin reparos, con el mayor éxito artístico. Claro está que lo contrario hubiera<br />
sido sorprendente, puesto que los responsables musicales no son otros que Vincent Dumestre y Le Poème<br />
Harmonique, aquí flanqueados, y con maestría, por el conjunto instrumental checo Musica Florea. Las bellas<br />
partituras de Lully, por tanto, son ejecutadas en esta interpretación con un derroche de colorido, con<br />
emocionante y exultante profusión tímbrica, con unas ornamentaciones orquestales iluminadas por la filosofía<br />
de la «claridad y distinción» -como preconizara aquel otro representante del espíritu barroco, René Descartes.<br />
Muy bien igualmente el capítulo vocal, encomendado a cantantes de tan eficaz declamación como, por<br />
ejemplo, Arnaud Marzorati, Claire Lefilliâtre o Serge Goubioud, bien conocidos por otras grabaciones junto<br />
a Le Poème Harmonique, cuya experiencia, cuya juventud sobre todo en este caso, sirve para aportar al<br />
conjunto encomiables dosis de ardor y vigor.<br />
Pero ya lo hemos dicho: no todo es música en esta obra y en esta versión del director Benjamin Lazar, que<br />
busca acercarse todo lo posible, o al menos en la medida de lo posible, a su concepción inicial. Y de esta<br />
forma, sumergiéndose en el espíritu barroco del género comedia-ballet en el que brillaran Molière y Lully (Le<br />
Bourgeois Gentilhomme supondría su undécima y última colaboración, y también la más gloriosa), se crea<br />
ante nuestros ojos un espectáculo enormemente atractivo para el espectador contemporáneo. El texto es<br />
interpretado en francés antiguo (hay subtítulos en castellano) por un puñado de actores entusiastas,<br />
comprometidos a fondo con el impulso hilarante pero siempre lírico de la obra; cada detalle gestual, tanto actoral como coreográfico, ha<br />
sido cuidado al extremo atendiendo a la iconografía de comienzos del XVII, si bien, en el caso de los ballets, en donde prácticamente ésta<br />
resulta inexistente, se ha apostado por la creación de un lenguaje propio, por una estilizada mixtura de danza barroca, mimo y juego<br />
clownesco. La representación respeta por completo las reglas de la época, incluso esa absoluta frontalidad que quiere que los actores miren<br />
hacia el público constantemente. La extraordinaria iluminación, por otra parte, ha sido conseguida con más de quinientas velas que sumen<br />
el escenario en una extraña atmósfera de ilusión, dotando a la vez de inusuales recursos expresivos a nuestra barroca troupe. Todo destila<br />
sofisticación, pero la apariencia es de absoluta espontaneidad; el tratamiento del protagonista, ese gentilhombre rico, ignorante y cegado<br />
por el ansia de ascenso en el escalafón social, se nos muestra por ejemplo lleno de matices, nunca como mero pelele zafio y ridículo. Al<br />
mismo tiempo muchos momentos aparecen animados por el más alado de los delirios, por un insospechado frenesí que poco tiene que<br />
ver con el adocenado acartonamiento al que nos han acostumbrado generaciones enteras de admiradores del genio inmortal de Molière:<br />
bellísimos instantes de locura se apoderan de la escena, sin ir más lejos, durante esa especie de «fantasía turca» elaborada para engañar a<br />
nuestro gentilhombre y que acceda a casar a su hija con su enamorado pero no demasiado aristocrático pretendiente. Por lo demás, la obra<br />
llega a su feliz culminación con el llamado Ballet de las Naciones, un vibrante repaso a las danzas y músicas españolas, italianas y francesas<br />
de ese periodo, de gran animación y a la vez altamente respetuoso con las creaciones de Lully.<br />
Un espectáculo hermosísimo capaz de fascinar por completo al público de nuestros días; y un sutil ejercicio sobre el arte de sublimar<br />
las bajezas humanas en profunda comprensión, en elevada y onírica poesía.<br />
( 9 )<br />
Norberto Tauste<br />
JEAN BAPTISTE LULLY (1632-1687): Le Bourgeois Gentilhomme (Comèdie-ballet de Molière & Lully) / Olivier Martin Salvan, Nicolas Vial, Louise Moaty, Benjamin Lazar, Anne-<br />
Guersande Ledoux. Lorenzo Charoy, Alexandra Rübner, Jean-Denise Monory, Julien Lubeck / Le Poème Harmonique. Dir.: Vincent Dumestre / ALPHA / Ref.: ALPHA 700 (1 DVD)<br />
P.V.P.: 35,95 euros.-<br />
Soberbia lectura de Jean-Pierre Nicolas y el Ensemble Fitzwilliam de la versión de Walsh para flauta de las<br />
Sonatas opus V<br />
Y Corelli se hizo carne<br />
Aparecida en Roma en 1700, la Op.V de Corelli es una de las publicaciones más influyentes de la historia<br />
de la música. Más de cincuenta ediciones a lo largo del siglo XVIII conoció esta colección de doce<br />
sonatas para violín y continuo que marcaría el camino a seguir para los compositores del tardobarroco en<br />
toda Europa. Muchas de esas ediciones presentaban arreglos para otros instrumentos, como la que hizo John<br />
Walsh para la flauta dulce en Inglaterra, donde Corelli era absolutamente idolatrado. Walsh escogió sólo la segunda parte de la serie, las<br />
seis sonatas da camera, y las adaptó, aun a fuerza de algunas deformaciones, para la flauta contralto tradicional (en fa).<br />
Llevadas en esta forma al disco en bastantes ocasiones (¿quién no recuerda las interpretaciones pioneras de Brüggen?), Jean-Pierre<br />
Nicolas ha mirado con algún recelo los arreglos de Walsh y por eso para su acercamiento a la colección ha tenido presente la edición<br />
original de Corelli, empleando una flauta contralto en re (que era bien conocida en la Inglaterra del XVIII como voice flute) para las<br />
Sonatas IX y X, las que más problemas ocasionaron a Walsh. Acompañado por Michèle Dévérité (clave y órgano), Bruno Cocset<br />
(violonchelo, viola da gamba y violonchelo piccolo) y Yasunori Imamura (tiorba y guitarra), Nicolas nos convence de la bondad de las<br />
soluciones adoptadas por la carnalidad de un sonido que en las danzas y los movimientos lentos nos acaricia con una sensualidad<br />
demoledora y en los rápidos nos impulsa irremediablemente al movimiento, como ejemplifica a la perfección el paso del Adagio al<br />
Tempo di Gavotta de la Sonata IX. El virtuosismo, convenientemente demostrado a lo largo de toda la colección, llega al paroxismo en<br />
las variaciones sobre La Follia, de asombrosas flexibilidad, precisión y agilidad. Acompañamiento exquisito, variado y muy participativo.<br />
Uno de esos discos que uno no puede dejar de ponerse varias veces seguidas la primera vez que cae en su sus manos (yo voy ya por la<br />
cuarta; por cierto, qué delicadeza de trazo en la Giga, controladísima, de la Sonata VIII).<br />
ARCANGELO CORELLI (1653-1713): Sonatas opus V n°7 - 12; La Follia / Ensemble Fitzwilliam. Bruno Cocset, J.P. Nicolas, Michèle Dévérité, Yasunori Imamura / ZIG ZAG /<br />
Ref.: ZZT 050903 (1 CD) D2<br />
P.J.V.<br />
α
Las Suites orquestales de J.S. Bach por M. Suzuki en BIS<br />
Elegancia aristocrática<br />
Cuatro años después de dejarnos unos notabilísimos Conciertos de<br />
Brandemburgo (Boletín, septiembre de 2001), Masaaki Suzuki prosigue la<br />
serie de la música orquestal de su J.S. Bach con una excepcional<br />
interpretación de las cuatro Suites-Oberturas (BWV 1066-1069) destinada a<br />
convertirse, en un panorama discográfico más que saturado, en una referencia<br />
indiscutible.<br />
Sus virtudes son, ciertamente, muchas y no pretendemos enumerarlas<br />
exhaustivamente. Pero podemos comenzar señalando la plenitud de sonido y riqueza de texturas de una<br />
orquesta relativamente nutrida (únicamente en la Suite nº 2 se reduce a un instrumento por parte), pero siempre de cristalina<br />
transparencia, que obedece a la batuta como un instrumento de precisión. Es, además, una interpretación que seduce por su aristocrática<br />
elegancia, especialmente perceptible en las oberturas iniciales (alejadas por igual de la pesantez pomposa y de la urgencia jadeante),<br />
pero presente incluso en los movimientos de danza, por lo demás sabiamente caracterizados en sus peculiaridades rítmicas. Porque<br />
Suzuki, aunando solemnidad y divertimiento, recrea cuidadosamente los contrastes internos, rítmicos y de carácter, que animan y dan<br />
vida a las Suites. Quedan igualmente reflejadas las diversas influencias estilísticas, sobre todo el evidente italianismo de ciertos<br />
movimientos abstractos o de la Suite nº 2 en su conjunto. Mención especial merecen los solistas. Natsumi Wakamatsu, cuya figura se ha<br />
ido agrandando concierto a concierto, disco a disco, sin apenas hacer ruido, firma un Air en la Suite nº 3 de una exquisitez sin límites -<br />
exquisitez japonesa, diríamos-, serena, que no plana, y preñada de poesía. Por su parte, Liliko Maeda, una flautista conocida de sobra<br />
por los seguidores de la integral cantatística, desgrana una Suite nº 2 sobria, refinada, señorial... sencillamente memorable. La discreta,<br />
pero eficaz labor del propio Suzuki en el clave no debería pasarse por alto. Y para rematar un disco soberbio, la toma de sonido (SACD)<br />
es inmejorable, el folleto explicativo, completísimo y el precio, de lo más competitivo.<br />
¿Se puede pedir más? Si por pedir fuera... No habría estado mal haber incluido alguna de las hipotéticas versiones primigenias de las<br />
partituras. Por ejemplo, la Suite nº 2 con violín solista y en su tonalidad de la menor. No sería una primicia absoluta (hay ya una buena<br />
interpretación en disco en MDG, sello también distribuido por esta casa), pero es legítimo presumir que con Natsumi Wakamatsu<br />
habríamos tenido una versión esplendorosa. ¿Que somos insaciables? Tal vez. Pero de lo bueno, sólo de lo bueno.<br />
( 10 )<br />
M.A.R.<br />
JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750): Oberturas (Suites orquestales) / Liliko Maeda, flauta travesera / Bach Collegium Japan. Dir.: Maasaki Suzuki / BIS / Ref.: BIS SACD<br />
1431(1 SACD) D2<br />
Obras sacras de J.S. y C.P.E. por Bernius en CARUS<br />
En el nombre del Padre,<br />
del Hijo...<br />
Resulta altamente estimulante encontrarnos en un mismo<br />
cd obras de Bach, «el padre», y de Carl Philipp Emanuel<br />
«el hijo». Y lo es, no ya solo por apreciar lo mucho que<br />
el segundo aprendió del primero, sino porque ese cambio<br />
generacional también lo fue,<br />
en muchos sentidos, el del<br />
tránsito entre dos estilos, uno<br />
-el Barroco- finiquitado,<br />
agotado por el maestro, el<br />
otro -el clasicismo- sugerido,<br />
anunciado, por su vástago.<br />
Además las obras escogidas<br />
no son cualquier cosa. Nada<br />
menos que el maravilloso<br />
Oratorio de Pascua BWV 249,<br />
que, entre otras virtudes, tiene<br />
la de obsequiar a las sopranos<br />
y a los tenores bachianos de<br />
este mundo -y aun de otros<br />
que pudieran existir- con dos de las arias más subyugantes<br />
escritas para su voz: «Seele, deine Spezereien» y «Sanfe soll<br />
mein Todeskummer».<br />
Tanto las obras de C.P. E. Bach como la interpretación del<br />
siempre eficiente Frieder Bernius, ayudan a redondear un<br />
disco impecable, con un grupo de solistas de primerísimo<br />
orden (verbigracia: ¡Joanne Lunn!). 80 minutos, en suma, de<br />
un suculento manjar, preparado en los acogedores fogones<br />
del hogar de los Bach, que saciará a los más voraces<br />
gourmets.<br />
Caronte<br />
JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750): Oratorio de Pascua, BWV 249.<br />
CARL PHILIPP EMMANUEL BACH (1714-1788): Danket dem Herrn, Wq deest;<br />
Heilig, Wq 217 / Joanne Lunn, soprano. Elisabeth Jansson, atlo. Jan Kobow,<br />
tenor. Gotthold Schwarz, bass / Kammerchor Stuttgart. Barockorchester<br />
Stuttgart. Dir.: Frieder Bernius / CARUS / Ref.: CARUS 83.212 (1 CD) D2<br />
CARUS sigue revelando los tesoros de un inmenso compositor<br />
hasta ahora desconocido<br />
Explorando a Homilius<br />
Cronológicamente situado en el paso entre el Barroco y el<br />
Clasicismo, Gottfried August Homilius expone a los perplejos<br />
oídos actuales la más brillante y sólida esencia de la tradición<br />
cantatística alemana. Y digo «perplejos» porque es Homilius un<br />
autor de más que reciente descubrimiento discográfico.<br />
Considerado durante décadas un<br />
m ú s i c o<br />
adormecido<br />
bajo la larga<br />
sombra de Bach,<br />
la labor editorial<br />
del sello Carus<br />
nos está descubriendo a un<br />
compositor inmenso. Algo<br />
purificado ya del cientificismo<br />
contrapuntístico propio del autor<br />
de la Misa en si menor, en<br />
Homilius se asoman con<br />
particular timidez rasgos de un<br />
preclasicismo sereno y elegante.<br />
Esto es, más o menos, el estilo<br />
mixto que nombres como Carl Philipp Emmanuel Bach se<br />
encargaron de sancionar.<br />
La interpretación es otra de las grandes bazas de este disco,<br />
segundo de la serie destinada a las cantatas de Homilius, pero<br />
tercero si contamos el primero dedicado a sus preciosos motetes.<br />
Voces e instrumentos de fortaleza y limpieza encomiables,<br />
sabiamente dirigidos por Peter Kopp, nos regalan una versión<br />
fulgurante de estas obras, que por su temática navideña y festiva<br />
resultan altamente optimistas y enérgicas.<br />
Caronte<br />
GOTTFRIED AUGUST HOMILIUS (1714-1785): Navidad en Frauenkierche Dresdner<br />
(Cantatas, vol. 2) / Katja Fischer, soprano. Alexander Schneider, alto. Martin Petzold,<br />
tenor. Jochen Kupfer, bajo / Körnerscher Sing-Verein Dresden. Dresdner Instrumental-<br />
Concert. Dir.: Peter Kopp (Primera grabación discográfica) / CARUS / Ref.: CARUS<br />
83.170 (1 CD) D2
Kay Johannsen dirige obras para Adviento y Navidad de Telemann, en CARUS<br />
Cuando lo sacro no excluye la sencillez<br />
Si echamos un vistazo al pequeño gran catálogo discográfico del sello CARUS<br />
(www.carus-verlag.com) nos daremos cuenta mejor de su política,<br />
expresamente declarada en la web: se trata del gran valedor de la música<br />
espiritual para coro de todos los tiempos, y en especial, añadámoslo, de la<br />
compuesta en tierras germanas. Así entonces, la presencia de Telemann era más<br />
que lógica; de hecho, el que ahora comentamos es ya el cuarto compacto<br />
dedicado a su obra sacra. El mes pasado, sin ir más lejos, Mariano Acero nos<br />
presentaba uno de salmos y motetes. Pero, ¿el cuarto? Tiempo al tiempo, que<br />
somos jóvenes. Si por ventura la idea fuese grabar una integral... pues tendríamos<br />
que echarle paciencia, ya lo saben: se trata del compositor del Guinness, aquel<br />
que supera el millar de piezas con sólo contar sus<br />
cantatas religiosas.<br />
La enorme difusión que éstas alcanzaron en<br />
tiempos de Georg Philipp contrasta con el<br />
póstumo desprecio a causa de su propia magnitud,<br />
como si el ser prolífico estuviese reñido con la<br />
calidad artística. Eso sí, hay que señalar que<br />
muchas de ellas son obras breves de<br />
instrumentación reducida, lo que disminuiría el<br />
papel y la tinta gastada. Habrá que poner este<br />
hecho en relación con el ascenso del estilo galante<br />
menos pretencioso y con la voluntad de mostrar<br />
piezas de calidad accesibles en iglesias con pocos<br />
medios.<br />
Pues bien, entre manos tenemos dos cantatas de Adviento y dos de Navidad, las<br />
cuatro bien características de lo que acabamos de decir. En In deinem Wort und<br />
Sakrament, Susanne Rydén nos aporta un aria preciosa alternada con un coral que<br />
canta ella misma. La soprano sueca se hace cargo de la parte solista de Lauter<br />
Wonne, lauter Freude, cuyo final destaca por un hermoso motivo de melismas<br />
entrecortados sobre una palabra alusiva a la risa: ¿No parece música sacada de<br />
una ópera barroca? Por su parte, la breve cantata de Navidad Göttlichs Kind, Lass<br />
mit Entzücken destaca por el delicado uso de los dos instrumentos concertantes,<br />
el oboe y el violín. Y de Allein Gott in der Höh sei Ehr nos quedamos con el florido<br />
ritornello de O Freudengetöne y la posterior intervención del bajo Sebastian<br />
Noack.<br />
Pero el rasgo más telemanniano del disco no está en una cantata, sino en el<br />
Magnificat Meine Seele erhebt den Herrn, cuyos fragmentos corales transmiten<br />
una paz solemne incluso en los momentos de mayor nervio rítmico. De alguna<br />
manera, el magdeburgués siempre logró que el contrapunto no sólo no encubriese<br />
las palabras, sino que hasta las realzase. Además, este equilibrio transparente<br />
queda subrayado por el coro del Ensemble Stimmkunst, fenomenal en todas sus<br />
intervenciones.<br />
Pablo del Pozo<br />
GEORG PHILIPP TELEMANN (1681-1767): Göttlichs Kind: Música para Adviento y Navidad / Susanne<br />
Rydén, soprano. Brita Schwarz, contralto. Andreas Karasiak, tenor. Sebastian Noack, bajo /<br />
Solistenensemble Stimmkunst. Ensemble 94. Dir.: Kay Johannsen / CARUS / Ref.: CARUS 83.180 (1 CD)<br />
D2<br />
GIROLAMO FRESCOBALDI (1583-1643): Fantasie<br />
& Canzoni / Liuwe Tamminga, órgano / ACCENT /<br />
Ref.: ACC 24169 (1 CD) D2<br />
GEORG MUFFAT (1653-1704): Armonico<br />
tributo (Cinco sonatas de cámara al estilo<br />
concerto grosso) / Les Muffatti. Dir.: Peter<br />
van Heyghen / RAMÉE / Ref.: RAM 0502 (1<br />
CD) D2<br />
ANTONIO CALDARA (c.1670-1736): Cantatas,<br />
Sonatas & Arias / La Gioia Armonica / RAMÉE / Ref.:<br />
RAM 0405 (1 CD) D2<br />
( 11 )<br />
Doble disco de Les Buffardins dedicado a obras<br />
para flauta de Boismortier, en ACCENT<br />
Terciopelo musical<br />
«<br />
Bienaventurado Boismortier, cuya fértil pluma<br />
puede todos los meses, sin dolor, parir un<br />
volumen». Son los versos que un teórico francés<br />
del XVIII asegura que circulaban con cinismo al<br />
respecto de la habilidad creadora de este<br />
Telemann a la francesa. Habilidad y visión<br />
comercial, claro, que para qué castigar al público<br />
con obras fuera de moda o difíciles de tocar si<br />
además no producirían dinero de la misma<br />
manera.<br />
Las críticas de<br />
entonces, como<br />
en otros tantos<br />
casos, siempre<br />
nos llaman la<br />
atención cuando<br />
escuchamos la<br />
música referida.<br />
Debe de ser que<br />
el reguetón y sus<br />
antecedentes han<br />
conseguido que<br />
lo que en otros<br />
tiempos se sintió<br />
como una melodía tonta nos parezca ahora de la<br />
más profunda introspección y complejidad<br />
liberadora.<br />
Tal vez por eso no mostraremos pudor alguno al<br />
describir las obras incluidas en la presente<br />
grabación como piezas de indiscutible madurez<br />
artística. Particularmente, los preludios del Opus<br />
35, donde la flauta se nos transforma en una viola<br />
da gamba de viento que parece ensoñarse entre<br />
alguna melancolía de Marais.<br />
Estos preludios se disponen en la grabación<br />
justo antes del comienzo de cada una de las seis<br />
sonatas para flauta del Opus 91, compuestas en<br />
1741. Por arte de magia, dado que se respetan las<br />
tonalidades en cada caso, las sonatas pasan de<br />
tener tres a cuatro movimientos con toda la<br />
naturalidad del mundo. Lícita licencia si apelamos<br />
a las improvisaciones con las que se sabe que era<br />
costumbre comenzar a tocar estos repertorios y de<br />
las que se hizo eco Hotteterre en su L´Art de<br />
Préluder. Se añade al conjunto una suite para<br />
clave cuya primera pieza, La veloutée, aparece<br />
propuesta en la portada como título general del<br />
registro. Y al final, a modo de «bonus track», la<br />
aterciopelada reaparece en una versión para<br />
flauta, gamba y clave arreglada por los propios<br />
intérpretes.<br />
Damos por sentado que en tratándose de Les<br />
Buffardins no hará falta extenderse mucho sobre la<br />
idoneidad, experiencia y soltura de sus miembros.<br />
Martín Bauer con la viola, Ewald Demeyere al<br />
clave y sobre todo, Frank Theuns y su traverso,<br />
quienes son los dos sólo uno. Por cierto que<br />
Accent ya tenía otro disco de Boismortier en el que<br />
el flautista belga participaba junto a su maestro<br />
Barthold Kuijken: los sorprendentes seis conciertos<br />
para cinco flautas (ACC 24161). Y si hablamos de<br />
Accent, tampoco habrá que insistir en la lujosa<br />
presentación o en la cuidada toma de sonido, tan<br />
cercana y nítida que hasta se escuchan las<br />
respiraciones.<br />
P.d.P.<br />
JOSEPH BODIN DE BOISMORTIER (1689-1755): La Veloutée: 6<br />
Sonatas para flauta y clave, Op.91. Obras para flauta y obras para<br />
clave / Frank Theuns, flauta travesera. Martin Bauer, viola da<br />
gamba. Ewald Demeyere, clave / ACCENT / Ref.: ACC 24168 (2<br />
CD) D10 x 2
ANDANTE rescata en óptimas condiciones técnicas una de<br />
las versiones míticasde la ópera de Bizet<br />
La famosa Carmen<br />
vienesa de Karajan<br />
La relación del director austriaco con la partitura<br />
bizetiana ha sido pródiga: dos grabaciones completas en<br />
estudio, separadas por dos decenios, una disfrutable<br />
filmación cinematográfica en 1967 y varias ejecuciones en<br />
vivo. Pero es la velada en la Ópera de Viena del 8 de octubre<br />
de 1954 la que ha entrado en la mitología del catálogo<br />
pirata, dada la multitud de ediciones, y que ahora nos llega<br />
grabada a partir de las fuentes originales. De nuevo gozamos<br />
de la personalidad de Karajan, de su trabajo orquestal<br />
detallista hasta la exageración, con sus impresionantes<br />
contrastes, con tempi a veces algo caprichosos y una<br />
presencia instrumental puede que por momentos excesiva,<br />
todo ello fruto de un<br />
talento pleno de fuerza,<br />
brillo y emoción, que a<br />
nadie puede dejar<br />
indiferente. Karajan<br />
contó con un equipo<br />
vocal de «reparto»<br />
italiano al completo<br />
(que nadie se sulfure: la<br />
obra se canta en<br />
francés, con los diálogos<br />
musicados por<br />
Guiraud, como entonces<br />
era norma), en el<br />
que destacan todos,<br />
desde el Morales de Enzo Sordello a la Frasquita (¡qué<br />
derroche!) de la deliciosa Graziella Sciutti. El cuarteto vocal<br />
es excelente: Giulietta Simionato, es cierto, hace una<br />
Carmen muy a la italiana, en la línea de sus eximias<br />
predecesoras Aurora Buades (que era, en realidad,<br />
valenciana), la Besanzoni, la Pederzini o la Stignani (nada<br />
que ver, por ejemplo, con la sublime Supervia), pero es un<br />
auténtico placer, puede que hasta un privilegio, disfrutar de<br />
esta voz sana, exuberante, rica y timbrada, manejada por<br />
una artista inteligente y generosa, de matización clara y<br />
directa. Hilde Gueden, quizás la más sensible e imaginativa<br />
cantante de opereta vienesa de todos los tiempos, además de<br />
óptima intérprete straussiana y mozartiana, es la Micaela<br />
delicada, femenina y un poco simple a que se nos tiene<br />
acostumbrados. Escamillo es el sólido barítono «martin»<br />
francés Michel Roux, que domina, por nacimiento casi, el<br />
estilo y los modales del torero bizetiano. Pero es -y puede<br />
que a quien escribe le traicione su admiración por el<br />
cantante- el Don José de Nicolai Gedda el que sobresale<br />
brillando con especialísima luz propia. El versátil tenor<br />
interpreta en la mejor tradición de canto francés, pasando<br />
del seductor lirismo del primer acto al dramatismo y tensión<br />
de los últimos, con una dicción exquisita a la vez que<br />
expresiva, el concepto de una valentía de planteo y de unos<br />
recursos expositivos de inatacable valía musical y teatral.<br />
Sólo tiene que envidiar a otros grandes Josés anteriores<br />
(Georges Thill) contemporáneos (Di Stefano, Del Monaco,<br />
Corelli o Vickers) y sucesivos (Domingo) la indudable<br />
supremacía del colorido instrumental. Como artista, el Don<br />
José de Gedda tiene escasos rivales. Aquí está la prueba, en<br />
vivo y directo, casi mejor que en sus posteriores versiones de<br />
estudio, con dos cármenes de antología, cada una a su<br />
manera: Victoria de los Ángeles y Maria Callas.<br />
Fernando Fraga<br />
KARAJAN dirige GEORGES BIZET: Carmen (ópera en cuatro actos) / Giulietta<br />
Simionato, Nicolai Gedda, Hilde Güden, Michel Roux, Graziella Sciutti, Luisa<br />
Ribacchi, Gino del Signore, Mario Carlin, Enzo Sordello, Frederick Guthrie /<br />
Kinderchor des Konservatorium der Stadt Wien. Singverein des Gesellschaft<br />
der Musikfreunde in Wien. Wiener Symphoniker. Dir.: Herber von Karajan<br />
(Grabación en directo, Musikverein, Viena, GrosserSaal, 8 de Octubre 1954) /<br />
ANDANTE / Ref.: AN 3100 (2 CD) D1<br />
( 12 )<br />
BONGIOVANNI presenta Clotilde, una gran partitura belcantista<br />
Coccia renace en Novara<br />
Carlo Coccia, una década mayor que Rossini al cual<br />
sobreviviría en cinco años, tuvo que sufrir durante su larga<br />
carrera operística la influencia y el dominio del compositor<br />
pesarense como la mayoría de los colegas musicales<br />
contemporáneos. Protegido por Paisiello, trabajó en Nápoles antes<br />
de trasladarse a Lisboa y luego a Londres, ampliando así su<br />
experiencia y su prestigio internacional. Acabó sus días en Novara,<br />
donde fue maestro de capilla de su catedral, y donde hoy la ciudad<br />
piamontesa que ha dado a su teatro, a su orquesta y a su coro el<br />
nombre del compositor, mantiene<br />
en la memoria lírica su presencia.<br />
El teatro novarés ha traído a la luz,<br />
en noviembre de 2003, la obra<br />
quizá más representativa de su<br />
talento cocciano: Clotilde, ópera<br />
semiseria (o del género larmoyant),<br />
estrenada en el Teatro San<br />
Benedetto de Venecia en 1815, año<br />
en que veían la luz dos productos<br />
rossinianos considerables, Elisabetta<br />
(que abre la lista de los<br />
sabrosos títulos escritos para la<br />
Colbrand y para el San Carlo de<br />
Nápoles, ciudad natal por cierto de<br />
Coccia) y Torvaldo y Dorliska (obra semiseria también ésta).<br />
Clotilde lleva libro de Gaetano Rossi (autor de varios textos<br />
rossinianos, entre ellos la magistral Semiramide) y narra las<br />
vicisitudes de su noble protagonista, la hija del conde de Cosenza,<br />
que se ve obligada a servir en una posada bajo el nombre de Rosa<br />
para huir de la ambiciosa Isabella, quien con sus cómplices (el<br />
hermano Sivaldo y su esbirro Tartuffo) quiere quitarle esposo<br />
(Emerico) y posición. El lieto fine pone las cosas en su sitio y<br />
permite a Clotilde-Rosa, a la manera de la Angelina rossiniana,<br />
perdonar a sus enemigos al mismo tiempo que recuperar posición y<br />
esposo. Bonita partitura, donde Paisiello y Rossini (sobre todo<br />
Rossini) parecen convivir cómodamente bajo el alentador modelo<br />
mozartiano. De Coccia ya tuvimos oportunidad de conocer su<br />
Caterina di Guisa (gracias asimismo al catálogo Bongiovanni) y<br />
Opera Rara nos había adelantado como aperitivo un fragmento de<br />
esta Clotilde (parte del dúo de la protagonista con Jacopone en el<br />
acto I). Clotilde merece situarse entre las más representativas<br />
partituras del momento, gracias a un sinfín de cualidades que pasan<br />
por la facilidad con que la música se adapta a las situaciones, por<br />
la gracia melódica y por la oportunidad de lucimiento para los<br />
intérpretes. Porque, además, no hay ni un momento muerto o en el<br />
que decaiga interés o tensión. Sin embargo, puede destacarse<br />
alguna que otra página por su inmediato impacto: el dúo ya citado<br />
entre soprano y bajo, Io venia d’assai lontano (que aquí escuchamos<br />
al fin completo), donde cada personaje está perfectamente<br />
caracterizado en su diferente personalidad aunque finalmente se<br />
integren en un canto común, el movido y por ello rico primer final,<br />
así como el delicioso y ecológico coro Allegri cantiamo (el coro<br />
tiene mucha presencia en la partitura) que permite la jugosa<br />
presentación del personaje bufo de Jacopone, quien, con Tartuffo,<br />
comparte la parte cómica de la obra. También llaman la atención<br />
las dificultosas páginas destinadas al tenor (Emerico, por supuesto)<br />
por su escritura de canto de coloratura y di sbalzo, a la manera de<br />
la ópera seria. La protagonista titular tiene sus momentos de brillo,<br />
como el de su gran instante solista del acto II, exigida en variadas<br />
formas de canto y de expresividad, poco antes de que se enzarce en<br />
un dúo con Tartuffo escrito dentro de la mejor tradición bufa<br />
italiana. Una trabajada dirección (Fabrizio Dorsi) y un valiente<br />
equipo de cantantes, entre los que destaca el protagonismo de la<br />
recuperada Adelina Scarabelli (que fuera Despina para Muti y Solti),<br />
aseguran que los valores de esta música lleguen con todo su<br />
esplendor a los oyentes.<br />
CARLO COCCIA (1782-1873): Clotilde / Adelina Scarabelli, Amedeo Moretti, Daniele<br />
Cusari, Ornella Vecchiarelli, Davide Rocca. Orchestra Sinfonica Carlo Coccia. Coro<br />
Lirico Polifonico Carlo Coccia. Gianmario Cavallaro, dirección coral. Fabrizio Dorsi,<br />
dirección / BONGIOVANNI / Ref.: GB 2381/82-2 (2 CD) D2 x 2<br />
F.F.
Revisión musicológicamente definitiva de Pia de´Tolomei, en otra fastuosa edición OPERA RARA<br />
All about Pia<br />
C<br />
on ésta son ya tres las versiones de Pia de´Tolomei que he<br />
tenido ocasión de comentar en las páginas de este Boletín:<br />
en el número 65 (noviembre de 1998) la de la RAI milanesa<br />
dirigida por el moderno recuperador de la partitura, Bruno Rigacci,<br />
con Lella Cuberli como protagonista, versión recordada en junio<br />
de este mismo año (boletín 138) con motivo de su reedición en<br />
Bongiovanni; y, más recientemente aún (boletín 145, octubre de<br />
<strong>2005</strong>), la versión de La Fenice protagonizada por Patricia Ciofi bajo<br />
la batuta de Arrivabeni, que Fernando Fraga ha revisado en su<br />
edición en DVD. A estas versiones se sumarían la primera de<br />
Rigacci en Siena (1967), con la Meneguzzer, hoy inencontrable,<br />
más otra de extractos con narración interpolada, con idénticas<br />
batuta e intérprete, procedente de la Radio Suiza Italiana.<br />
¿Qué caracteriza, pues, a esta nueva grabación de un título<br />
hasta hace poco infrecuente y ofrecido en ediciones, o bien<br />
amputadas e incompletas, o bien mezcla de diversas versiones de<br />
la misma obra, realizadas por el propio Donizetti para sucesivas<br />
representaciones? Pues precisamente eso: que por primera vez nos<br />
permite conocerlo todo sobre el proceso compositivo de esta obra<br />
de madurez del bergamasco, encargada por La Fenice pero<br />
estrenada en el Teatro Apollo de la ciudad de los canales por el<br />
incendio que el 12 de diciembre de 1836 destruyera la primitiva<br />
fábrica de aquél. Pocas obras dieron a Donizetti tanto trabajo de<br />
adaptación y en tantas ocasiones sucesivas. La grabación de<br />
OPERA RARA parte de ofrecernos completa la creación original del<br />
18 de febrero de 1837 -protagonizada por la creadora de Lucia,<br />
Fanny Tacchinardi Persiani, con el tenor Poggi y el barítono<br />
Ronconi-, que no es ninguna de las versiones que conocíamos de<br />
la mano de Rigacci o Arrivabene. Pero ya en los días<br />
inmediatamente sucesivos al estreno Donizetti modificó el finale<br />
primo con una nueva versión de la stretta conclusiva, que<br />
mantiene la misma línea melódica, pero más clara y aligerada por<br />
alteraciones de tempo y compás. Una segunda ocasión la<br />
proporcionó el estreno en Senigallia el 31 de julio sucesivo, con<br />
Eugenia Tadolini (la futura creadora de Linda di Chamonix y Maria<br />
di Rohan), el tenor Napoleone Moriani (llamado «el tenor de las<br />
bellas muertes», que aquí tuvo una formidable ocasión de<br />
lucimiento con la de su personaje) y de nuevo Ronconi. Consciente<br />
de que, pese a las modificaciones operadas tras el estreno, el finale<br />
primo seguía sin suscitar el entusiasmo del público, Donizetti<br />
escribió otro nuevo (aprovechando en parte material de Ugo, conte<br />
di Parigi), que es el que ahora se incluye en las modernas versiones<br />
de la obra.<br />
Yla tercera y última modificación tuvo lugar con el estreno de<br />
la obra en Nápoles cuando, tras la prohibición de Poliuto, y para<br />
cumplir con su contrato de suministrar en tiempo una obra nueva,<br />
Donizetti se vio obligado a adaptar Pia a las exigencias de la<br />
Dame Janet Baker se erige en protagonista de este Alceste recuperado por PONTO<br />
Gluck francés a la inglesa<br />
En el invierno de 1745-1746 un treintañero Christoph Willibald Gluck, aún distante su tarea renovadora de las costumbres<br />
operísticas de la época, visitaba Londres en la que resultaría, a la postre, su única visita a Inglaterra. Bastantes años<br />
después, en 1981, el Covent Garden de la capital inglesa ponía en pie, en francés, una de sus obras reformistas más<br />
representativas: Alceste. La visita del músico, pues, encontraba allá un postergado pero indudable reconocimiento. Porque<br />
los cantantes dispuestos a poner en pie tan definitiva obra gluckiana eran todos ingleses o de órbita anglosajona: Robert Tear,<br />
John Shirley-Quirk, Matthew Best, Jonathan Summers y Maldwin Davies (poco después un buen Oronte al lado de la<br />
maravillosa Alcina de Arleen Augèr), dirigidos por el australiano de vocación inglesa Sir Charles Mackerras. Con el añadido de una protagonista<br />
titular de excepción: Dame Janet Baker, quien por aquellas fechas grababa para su sello Philips un impresionante recital con arias del compositor<br />
bohemio y cantaba un magnífico Orfeo en el Festival de Glyndebourne, del que se ha tenido el acierto de conservar tanto en vídeo como en audio.<br />
El sello Ponto con esta Alceste tiene la intención de recuperar otras interpretaciones de la insigne cantante, proyecto al que ya desde aquí se le da<br />
la necesaria y ansiosa bienvenida. Gluck planteó su sólida reforma lírica en contra de los excesos o de las carencias de la ópera barroca y todos<br />
los cantantes ingleses de esta velada se formaron cantando a Haendel. Lógica la elección: Gluck hizo lo propio en su tiempo, pues no le quedó<br />
otro remedio que echar mano para su revuelta lírica de los intérpretes en rodaje «barroco». De hecho, el primer Orfeo fue un evirato, Gaetano<br />
Guadagni. Su lejana sucesora, Janet Baker aplica al canto reformista los mismos criterios musicales y dramáticos que cimentaron su fama:<br />
musicalidad impoluta, clara descripción del personaje y sentido dramático del texto, en una espléndida diferenciación entre el expresivo recitato<br />
y las maravillosas oportunidades del variado cantabile. Así, escuchamos a la gran mezzosoprano pasar por los diferentes estados de ánimo que<br />
definen a esta heroína, desde la angustia y la rebelión, a la esperanza, la renuncia y la final satisfacción. Baker no deja al azar ninguna frase ni<br />
ninguna página solista a ella encomendada, marca de calidad que sólo exhiben las intérpretes auténticamente grandes, elevándose por encima de<br />
unos compañeros, aunque honestos y aplicados, de inferior impacto canoro. Una aceptable toma en directo colabora al disfrute de esta preciosa<br />
entrega discográfica.<br />
CHRISTOPH WILLIBALD GLUCK (1714-1787): Alceste / Baker, Tear, Summers, Shirley-Quirk / Orchestra and Chorus of the Royal Opera House, Covent Garden. Dir.: Charles<br />
Mackerras (Londres, 12 de Diciembre de 1981) / PONTO / Ref.: PO 1035 (2 CD) D5 x 2<br />
( 13 )<br />
censura dotándola de un final feliz<br />
absolutamente incongruente con el<br />
modo trágico que respira toda la obra,<br />
pero que de nuevo le proporcionó la<br />
ocasión de añadir más retoques y algo<br />
de nueva música a la trabajada<br />
partitura -lo que no evitó que encima fuera multado por no cumplir<br />
con su contrato (¡cómo no iba a abandonar Nápoles en esas<br />
circunstancias!)-, que fue creada sin gran aplauso el 30 de<br />
septiembre de 1838 en el San Carlo con la Ronzi de Begnis, el<br />
tenor Basadonna y el barítono Barroilhet (los mismos que un año<br />
atrás obtuvieran allí un inmenso éxito con Roberto Devereux).<br />
Hasta aquí la historia que la grabación de Opera Rara nos<br />
ejemplifica minuciosamente. Los diversos artículos citados al<br />
comienzo de estas líneas nos dispensan de volver sobre el tema y<br />
las características de la ópera. Baste decir que esta nueva edición,<br />
sin privar de valor a las versiones arriba comentadas, supone un<br />
esfuerzo de la benemérita editora discográfica británica a la altura<br />
de sus mejores trabajos precedentes, también por los mimbres<br />
reunidos para la ocasión: la extraordinaria Majella Cullagh, una de<br />
las más firmes luminarias del universo donizettiano actual, que<br />
descubrimos en Zoraida di Granata; la joven contralto Manuela<br />
Custer, hoy ya una habitual de Pésaro, que brinda timbre<br />
apropiadísimo y perfección interpretativa al personaje de Rodrigo,<br />
el hermano de Pia; el tenor Bruce Ford, a quien no vamos a<br />
descubrir a estas alturas, como el repulsivo/atractivo Nello, y un<br />
Roberto Frontali eficaz, pese a ciertas tosquedades, como Ghino,<br />
el marido ofuscado y vengativo, que hoy sería un buen exponente<br />
del violento de género; y, junto a ellos, excelentes nombres de la<br />
nueva generación como Marco Vinco o Mirco Palazzi constituyen<br />
un lujo increíble para sus personajes secundarios. De nuevo el gran<br />
David Parry toma la batuta para dirigir a la London Philharmonic y<br />
al Geoffrey Mitchell Choir en la presente edición, dotada, como se<br />
podrán imaginar, de la documentación más rica en análisis, datos<br />
e ilustraciones entre cuantas pueblan el universo de la edición<br />
discográfica. ¡Ojalá el trabajo del reciente y tristemente<br />
desaparecido Patric Schmid (Texas, 1944-Londres <strong>2005</strong>), a quien<br />
desde aquí deseamos rendir tributo de admiración y<br />
reconocimiento por su labor de más de tres décadas, continúe en<br />
manos tan competentes y entusiastas como las suyas! Hagamos<br />
votos porque así sea.<br />
Santiago Salaverri<br />
GAETANO DONIZETTI (1797-1848): Pia de’ Tolomei / Serville, Cullagh, Custer,<br />
Ford, Palazzi / Geoffrey Mitchell Choir. London Philharmonic Chorus. Dir.: David<br />
Parry, (Versión original de 1837. BONUS: Todas las revisiones de Donizetti incluído el<br />
Final feliz) / OPERA RARA / Ref.: ORC 30 (3 CD) D1 x 3<br />
F.F.
Raros conjuntos operísticos del siglo XIX,<br />
otra miscelánea OPERA RARA<br />
Italia canta con varias voces<br />
Suele hacer misceláneas OPERA RARA reuniendo<br />
interesantes monográficos del Ottocento italiano<br />
extraídos de su incalculable catálogo. Ahora presenta<br />
una nueva propuesta que titula Vocal Teamwork (trabajo<br />
vocal en equipo), subtitulado «raros conjuntos<br />
operísticos». Se trata, como ya habrá adivinado el lector,<br />
de una selección de fragmentos cantados por varias voces,<br />
partiendo del simple dúo hasta alcanzar al conjunto de un<br />
final de cuadro o acto. Se trata de fragmentos de óperas<br />
estrenadas entre 1813 y 1847, una rica treintena de<br />
producción italiana,<br />
que vio nacer toda la<br />
obra de Rossini y<br />
Bellini, parte de la de<br />
Donizetti y los<br />
inicios verdianos.<br />
Como el adjetivo<br />
«raros» del título<br />
antes indicado ya<br />
limita un tanto la<br />
elección, no encontramos<br />
aquí fragmentos<br />
de las partituras<br />
más representativas<br />
de los<br />
compositores del<br />
periodo; en su lugar o a cambio, sí hay momentos<br />
decisivos de algunas de sus obras menos frecuentadas, así<br />
como de las de otros compositores a menudo<br />
simplemente recordados por referencias enciclopédicas.<br />
De Verdi aparece el cuarteto con coro Sangue a me (en<br />
realidad un verdadero finale) del Macbeth florentino de<br />
1847 antes de la revisión definitiva de 1865, y de Rossini,<br />
entre otros destacados ejemplos más, el del estupendo<br />
dúo de la pareja protagonista de Bianca e Falliero, obra<br />
excelente que ha recibido este verano en Pésaro un<br />
necesario y puede que decisivo espaldarazo. Donizetti<br />
está representado por un sexteto (Gianni di Calais) y un<br />
noneto (L’assedio di Calais), dando cuenta por si necesario<br />
fuere de la capacidad del compositor para la escritura<br />
contrapuntística. Meyerbeer excede un tanto los límites<br />
«naturales» de la entrega al ofrecerse un acabado duetto<br />
de Dinorah (ópera estrenada en 1859 y en francés), mas<br />
compensa, entrando así en la filosofía que preside esta<br />
collana, con sus italianísimos terceto de L’esule di Granata<br />
y quinteto de Margherita d’Anjou. De la excelente Medea<br />
en Corinto de Mayr, estrenada el mismo año (1813) que el<br />
rossiniano Tancredi, tenemos oportunidad de disfrutar del<br />
magnífico quinteto que opone a los principales<br />
protagonistas Medea, Creusa, Giasone, Creonte y, al otro<br />
tenor, Egeo. No se olvida a Paer, presente por el settimino<br />
de Agnese, ni a Mosca, con un cómico sexteto de Li sposi<br />
in cimento, ni tampoco a Coccia a través de una intensa<br />
escena de Maria Stuarda, obra anterior en siete años a la<br />
homónima donizettiana. Mercadante no podía faltar en el<br />
recuento y el terceto elegido de Emma D’Antiochia da<br />
cuenta de su categoría y valor compositivos. Los solistas<br />
encargados de poner en pie tan rico contenido canoro<br />
pasan por nombres tan sabrosos como los de Rockwell<br />
Blake, Majella Cullagh, Bruce Ford, Annick Massis,<br />
William Matteuzzi, Nelly Miricioiu, Jennifer Larmore,<br />
Raúl Giménez... y tantos otros, más o menos capaces de<br />
dar cuenta de las exigencias nada fáciles de sus<br />
respectivas encomiendas.<br />
F.F.<br />
VOCAL TEAMWORK: Agrupaciones operísticas infrecuentes de Donizetti,<br />
Mayr, Rossini, Meyerbeer, Verdi, Coccia & Mosca / Annick Massis, Bruce<br />
Ford, Majella Cullagh, Alastair Miles, Jennifer Larmore, Mirco Palazzi,<br />
Laura Claycomb. London Philharmonic Orchestra. BBC Concert Orchestra,<br />
Philharmonia Orchestra. David Parry, James Judd, Giuliano Carella,<br />
dirección / OPERA RARA / Ref.: ORR 233 (1 CD) D1<br />
Sin lugar a dudas, la voz de Nicolai Ghiaurov ha sido una de las más<br />
hermosas que han podido escucharse en los teatros líricos durante<br />
las últimas décadas del siglo XX. Incluso, de una manera bastante<br />
injusta, se llegó a afirmar que sus dotes interpretativas no estaban a la<br />
misma altura que el poderío tímbrico de ese instrumento lleno y<br />
homogéneo en toda la tesitura y de una turbadora belleza. Es posible,<br />
pero el público de la Staatsoper vienesa, que siempre ha sido gourmet<br />
de las buenas voces, lo consagró como uno de sus artistas favoritos,<br />
como podemos apreciar en este compacto formado a partir de algunos<br />
de los momentos mejores del artista<br />
búlgaro en dicho escenario. Nicolai<br />
Ghiaurov tuvo la suerte de legar<br />
prácticamente todo su repertorio para las<br />
mejores firmas cuando se encontraba en<br />
su más rotunda plenitud. Y, como todo<br />
artista inteligente, cuando se presentó el<br />
inevitable desgaste vocal fue sustituyendo<br />
el poderío de los medios físicos por una<br />
mayor penetración psicológica, lo cual<br />
hizo que sus últimos Boris, Filippo o<br />
Fiesco (como pudo comprobarse en<br />
Barcelona o en Bilbao) tuvieran una<br />
humanidad conmovedora. También en los<br />
últimos años incorporó a su repertorio rarezas como el Arkel del Pelléas<br />
(en una emocionante creación en el Teatro Comunale de Bolonia) o<br />
cameos como el Papa de Benvenuto Cellini (en el que fue uno de sus<br />
últimos hogares, la Opernhaus de Zurich).<br />
La voz de Ghiaurov reunía el color y la pátina eslavos con una<br />
emisión y un fraseo a la italiana, lo cual le daba una personalidad muy<br />
atractiva. El presente disco incluye algunos de sus papeles fetiche,<br />
comenzando por el Fiesco de Simon Boccanegra, procedente de una<br />
representación de 1969 al mando de Josef Krips, con un vigoroso<br />
Eberhard Waechter como el dux genovés, y el Filippo II del Don Carlo<br />
de 1970 con Horst Stein, recientemente editado al completo, al igual<br />
que el Attila de 1980 con Giuseppe Sinopoli (este último, uno de los<br />
escasos grandes papeles que, lamentablemente, no llevó al disco). En<br />
todos ellos, al igual que en el Banquo de Macbeth de 1982 -también con<br />
el maestro italiano- podemos apreciar esa proverbial nobleza en la<br />
emisión, aparte de la arrebatadora belleza sonora antes mencionada.<br />
No podían faltar el Basilio de Il barbiere di Siviglia (de 1979, con<br />
Gómez Martínez), uno de los roles que le permitieron prolongar su<br />
carrera, ni la amorosa aria de Gremin (cantada siempre pensando en su<br />
esposa, la adorable Mirella Freni) en el Eugenio Onieguin con Seiji<br />
Ozawa de 1998 (asimismo existente en su integridad). Para terminar, la<br />
gran escena del acto II y la muerte de Boris Godunov, tal vez lo más<br />
grandioso del recital, dirigido por un maestro polaco no demasiado<br />
conocido pero muy eficiente, Robert Satanowski, en 1976. En suma, un<br />
disco para disfrutar de un artista único en plenitud y sin concesiones.<br />
( 14 )<br />
Homenaje de ORFEO al gran Nicolai Ghiaurov<br />
Una voz en plenitud<br />
Rafael Banús Irusta<br />
NICOLAI GHIAUROV canta grabaciones de ópera de Giuseppe Verdi, Giacchino Rossini,<br />
Piotr Ilych Tchaikovsky & Modest Mussorgsky / Chor und Orchester der Wiener Staatsoper.<br />
Josef Krips, Horst Stein, Giuseppe Sinopoli, Miguel Gómez Martínez, Robert Satanowsky,<br />
dirección (Grabado entre 1969-1982) / ORFEO / Ref.: C671051B (1 CD) D4<br />
FESTIVAL DE LA ÓPERA DE VIENA 1955:<br />
Selección de Fidelio (Mödl, Dermota,<br />
Schöffler, Weber, Seefried, Böhm); Don<br />
Giovanni (London, Della Casa, Dermota,<br />
Jurinac, Seefried, Kunz, Böhm); Aida (Rysanek,<br />
London, Hopf, Madeira, Frick, Kubelik); Die<br />
Meistersinger von Nürnberg (Seefried, Beirer,<br />
Schöffler, Kunz, Reiner); Wozzeck (Berry,<br />
Goltz, Böhm); Der Rosenkavalier (Reining,<br />
Jurinac, Güden, Knappertsbusch); Die Frau<br />
ohne Schatten (Rysanek, Höngen, Hopf, Goltz,<br />
Weber, Böhm). Coro y Orquesta de la Ópera de<br />
Viena, 1955 / ORFEO / Ref.: C666053D (3 CD)<br />
D4 x 3
CPO publica El duendecillo de Navidad una<br />
deliciosa ópera de Hans Pfitzner<br />
Un precioso cuento de<br />
Navidad<br />
Estrenada en 1906 y<br />
representada en una<br />
nueva versión en<br />
1917, Das Christelflein<br />
(El elfo de Navidad)<br />
constituye una de las<br />
partituras más inspiradas<br />
de Hans Pfitzner, quien<br />
sentía una especial<br />
debilidad por ella. La<br />
obra mezcla la realidad y<br />
la fantasía en torno a una<br />
escéptica familia que<br />
será redimida por el espíritu de la Navidad. El<br />
propio gnomo que da título a la obra adquirirá su<br />
dimensión<br />
sobrenatural<br />
cuando, después<br />
de curar a una<br />
niña enferma,<br />
acompañe al<br />
Niño Jesús en su<br />
camino al Paraíso.<br />
La versión que<br />
nos presenta<br />
CPO (que ya ha<br />
editado varios<br />
registros<br />
dedicados al<br />
compositor, entre ellos una excelente integral<br />
liederística) fue recogida en vivo en la<br />
Philharmonie am Gasteig de la capital bávara en<br />
diciembre de 2004, y es a todas luces magnífica.<br />
Está llena de convicción y entusiasmo por parte<br />
de todos los que en ella intervienen. Claus Peter<br />
Flor obtiene un estupendo rendimiento de la<br />
Orquesta de la Radio de Munich, resaltando la<br />
riquísima orquestación, que reúne lo mejor de<br />
Lortzing y de Humperdinck, de Richard Strauss y<br />
Siegfried Wagner, salpicado con alegres danzas y<br />
canciones populares tamizadas por una<br />
armonización elaborada pero que en ningún<br />
momento resulta farragosa.<br />
El elenco vocal es impecable. Las dos<br />
sopranos, Marlis Petersen y Martina Rüping, están<br />
ambas deliciosas en sus respectivas<br />
encarnaciones del Elfo y el Niño Jesús. Michael<br />
Volle da mucho carácter al criado Ruprecht, un<br />
personaje clásico de la tradición alemana, que<br />
premia a los niños buenos y da cariñosos golpes a<br />
los que se portan mal. Y Friedemann Röhlig<br />
confiere la adecuada dignidad al Anciano de los<br />
Abetos en este «Parsifal de bolsillo» (como lo<br />
calificó su autor) que tiene también un trasfondo<br />
ecológico, ya que la naturaleza tiene una misión<br />
fundamental en la redención final. Para terminar,<br />
los muchachos de Bad Tölz son una garantía<br />
absoluta en este tipo de proyectos, y la actriz<br />
Andrea Sokol va enlazando los números<br />
musicales como si estuviera relatando un cuento<br />
infantil. Los niños disfrutarán, pero los mayores<br />
aún más.<br />
R.B.I.<br />
HANS PFITZNER (1869-1949): Das Christ-Elflein / Marlis<br />
Petersen, soprano. Martina Rüping, soprano. Kevin Connors,<br />
tenor. Christian Bauer, tenor. Michael Volle, bajo. Andreas Hörl,<br />
barítono. Friedemann Röhlig, bajo. Richard Salter, bajo / Tölzer<br />
Knabenchor. Münchner Rundfunkorchester. Dir.: Claus Peter<br />
Flor / CPO / Ref.: 777155-2 (2 CD) D2 x 2<br />
ORFEO edita, por fin, la esperada Mujer sin sombra de Böhm en Viena (1955)<br />
Ensayo para una grabación mítica<br />
Hay un puñado de grabaciones operísticas en estudio (casi) perfectas,<br />
incuestionables, que han alcanzado categoría de leyenda. La Tosca de de<br />
Sabata-Callas-di Stefano (EMI) es una de ellas. Entre el 29 de noviembre y<br />
el 10 de diciembre de 1955 la Filarmónica de Viena y un extraordinario equipo de<br />
cantantes, a las órdenes del obstinado Karl Böhm, registraron La mujer sin sombra<br />
en la Grosser Saal de la Musikverein. El resultado fue uno de esos raros milagros<br />
discográficos, un hito de la fonografía (¡y en estéreo!), que Decca debería reeditar<br />
con urgencia o ceder a Testament. La grabación fue un empeño personal del<br />
director de Graz, cuya insistencia acabó por arrastrar a los directivos del sello<br />
británico a una aventura de incierto futuro. A ello contribuyeron también los<br />
cantantes, que renunciaron temporalmente a sus emolumentos (1). Años después,<br />
gracias al inesperado éxito de la grabación, Decca les compensó<br />
económicamente. Con la única excepción de Paul Schöffler, el mismo equipo<br />
había interpretado la ópera de Strauss el mes de noviembre en la Staatsoper<br />
vienesa, en el marco de la irrepetible temporada<br />
que Böhm, director de la institución, preparó<br />
para celebrar la reapertura del coliseo de la<br />
Ringstrasse, destruido por las bombas aliadas en<br />
marzo de 1945. Salvo error, ya habían sido<br />
publicados todos los títulos del Wiener<br />
Opernfest de 1955 excepto La mujer sin sombra,<br />
que Orfeo edita al fin, de manera oficial y con<br />
muy buen sonido, a partir de las cintas<br />
conservadas en los archivos de la Staatsoper.<br />
Esta compleja partitura fue uno de los grandes<br />
amores de Böhm, que la dirigió con frecuencia<br />
en Dresde, Berlín, Viena, Salzburgo, París,<br />
Nueva York y San Francisco. Su contrastada y<br />
diáfana lectura constituye una referencia con la que deben medirse las demás. Los<br />
interludios son espléndidos, atmosféricos. Por ejemplo, la música de la<br />
transformación del primer acto, ese epigonal «descenso al Nibelheim», es lo que<br />
debe ser, un viaje alucinante, lleno de temores, en el que lo terrorífico y lo grotesco<br />
se dan la mano. La respuesta de la Filarmónica de Viena es de un virtuosismo,<br />
precisión, belleza de sonido y entrega admirables. En conjunto, el imponente<br />
reparto vocal, cuidado hasta en los papeles más breves (en ellos encontramos los<br />
nombres de Kurt Böhme, Alfred Poell, Eberhard Wächter, Murray Dickie o Hilde<br />
Rösl-Majdan) es posiblemente el más apropiado jamás reunido para esta obra. El<br />
Ama fue una de las grandes creaciones straussianas de Elisabeth Höngen, quien ya<br />
lo cantó en Munich en 1939 con Clemens Krauss. El Emperador de Hans Hopf es<br />
heroico, viril, poco refinado pero muy expresivo. Es «un cazador y un amante»,<br />
como le define el Ama. La voz es voluminosa, brillante y timbrada arriba, donde<br />
adquiere una firmeza y redondez ausentes en el centro, permanentemente<br />
engolado y de emisión fluctuante. Leonie Rysanek dejó una huella indeleble como<br />
Emperatriz, criatura del aire y de la luz. Durante veinticinco años la heredera de<br />
Maria Jeritza monopolizó un papel ideal para su iridiscente registro agudo y su<br />
centro carnoso. La suya es una exhibición de técnica, seguridad, fortaleza,<br />
sensibilidad e inteligencia interpretativa. La Tintorera de la eminente straussiana<br />
Christel Goltz convence plenamente -no así su Salomé-. Domina el papel, al que<br />
presta dureza, acritud, buenas dosis de histeria y un punto de sadismo y crueldad.<br />
Exhibe una camaleónica habilidad para adecuar el color vocal a la expresión,<br />
reflejando la transformación del personaje, de la actitud irónica y desafiante a la<br />
vulnerabilidad. Ludwig Weber, con su voz noble, de respetable hombre de edad,<br />
carácter apacible y bonachón, es un notable Barak. Aunque el papel está escrito<br />
para barítono-bajo, -más lo primero que lo segundo- y la tesitura no debía<br />
resultarle cómoda, sortea con éxito todas las dificultades (abundan los Fa3, hay<br />
incluso un Sol3). Como era habitual en los teatros -ahora también, pero se<br />
practican con más moderación- y sucede en la grabación de estudio antes<br />
mencionada, hay cortes: leves en los dos primeros actos, considerables en el<br />
tercero. Esto no resta un ápice de interés a la histórica velada, cuya preservación y<br />
recuperación justifican la existencia de un medio que hay quien considera<br />
agotado.<br />
( 15 )<br />
Miguel Ángel González Barrio<br />
Notas:<br />
(1) En plena posguerra Decca asumió el riesgo financiero por una cuestión de prestigio<br />
empresarial, y el elenco aceptó, gratis, la remota posibilidad de hacer historia. Cincuenta<br />
años después, con su decisión de no volver a grabar ópera en estudio después del Tristán de<br />
Plácido Domingo, EMI ha escenificado la muerte anunciada del disco inaugurando una<br />
nueva era llena de interrogantes.<br />
RICHARD STRAUSS (1864-1949): Die Frau ohne Schatten (La Mujer sin sombra, ópera en tres actos) /<br />
Hans Hopf, Leonie Rysanek, Elisabeth Höngen, Kurt Böhme, Karl Terkal, Ludwig Weber, Murray Dickie /<br />
Chor und Orchester der Wiener Staatsoper. Dir.: Karl Böhm (Grabación en directo, Viena 1955) / ORFEO<br />
/ Ref.: C668053D (3 CD) D4 x 3
Alos cincuenta años del acontecimiento, al<br />
fin se editan con buen sonido (1) los<br />
Maestros Cantores que Fritz Reiner dirigió<br />
en Viena el 14 de noviembre de 1955, en la<br />
primera temporada de la reconstruida Staatsoper.<br />
En menos de un mes, los vieneses pudieron<br />
presenciar siete producciones nuevas de Fidelio<br />
(Böhm, editado en CD por Melodram), Don<br />
Giovanni (Böhm, RCA), Aida (Kubelik, Myto), La<br />
mujer sin sombra (Böhm, Orfeo), Maestros Cantores (Reiner), El<br />
caballero de la Rosa (Knappertsbusch, RCA) y Wozzeck (Böhm,<br />
Andante). La restauración de Orfeo es excelente, el sonido es<br />
nítido, cercano, natural y hace justicia a la interpretación, que<br />
desde ahora habrá que contar entre las mejores de la obra. El<br />
reparto vocal fue verdaderamente estelar. Con su bella voz, recia y<br />
noble, Paul Schöffler, en el papel de su vida, demostró por qué era<br />
el Sachs favorito de los vieneses, que recibieron su entrada en la<br />
escena de la pradera con una ovación. Quizá le falte algo de<br />
poesía y hondura en los monólogos -sobre todo el «Wahn!»-, pero<br />
domina el sprechgesang y es un actor consumado, lo que convierte<br />
sus escenas con Eva, Beckmesser y Walther en piezas antológicas.<br />
La arenga final de Sachs es memorable. Schöffler canta con<br />
intensidad, emoción, convicción y sin rastro de fatiga. Él y Reiner<br />
elevan el final hasta la apoteosis. La Eva de Irmgard Seefried es<br />
ideal en los dos primeros actos. Con su voz aniñada, reacciones<br />
(enfado, ternura…) extremas y al mismo tiempo creíbles, perfila un<br />
personaje tan rico en matices como bien cantado, aderezado con<br />
detalles de gran actriz. Por ejemplo, cuando Magdalene la llama al<br />
final de la cuarta escena del segundo acto, da la impresión de estar<br />
llorando realmente, afligida por el fracaso de Walther en la<br />
pretensión. En el tercer acto, en particular en «O Sachs! Mein<br />
Freund!», se echa en falta una voz con más cuerpo, más ancha. El<br />
punto débil de la función es el Walther del vienés Hans Beirer,<br />
tenor heroico auténtico, que cantó indispuesto y en estado de gran<br />
nerviosismo. La emisión es sofocada, se le nota inseguro, y el<br />
oyente sufre con él esperando un desastre que roza pero que no<br />
llega a suceder. Es expresivo y tiene algunos detalles de calidad,<br />
sobre todo en el primer acto y cuando no tiene que usar la media<br />
voz, escollo insalvable para él. Después se viene abajo, y además<br />
de liarse con el texto en varias ocasiones los problemas de voz se<br />
hacen cada vez más palpables. A la canción del premio llega muy<br />
justo de fuerzas. Erich Kunz es un estupendo Beckmesser. Sin<br />
desdeñar la vis cómica del personaje, no cae en la parodia<br />
exagerada y nunca pierde la línea de canto. El Pogner de Gottlob<br />
Frick, de voz noble y rocosa, es vocalmente ajustado, un burgués<br />
que infunde respeto. Magnífica la pareja cómica formada por<br />
Rosette Anday y el escocés Murray Dickie, lírico-ligero de voz<br />
grata, dicción impecable y técnica pulida. Cumple con solvencia<br />
el resto del elenco, del que cabe destacar el Kothner del habitual<br />
RICHARD STRAUSS (1864-<br />
1949): Feuersnot / Gundula<br />
Janowitz, John Shirley-Quirk,<br />
Helmut Krebs, Helmut Berger-<br />
Tuna / Orquesta Sinfónica de la<br />
Radio de Berlín, Coro de Niños<br />
de Tölz, Coro de Cámara RIAS.<br />
Dir.: Erich Leinsdorf (Berlín, entre<br />
el 5 y el 15 de mayo de 1978) /<br />
PONTO / Ref.: PO 1034 (2 CD)<br />
D5 x 2<br />
Los maestros de Reiner en Viena<br />
El amigo Fritz, Meisterdirigent<br />
LUCIA POPP y JORMA<br />
HYNNINEN cantan Cantatas y<br />
Arias con acompañamiento de<br />
trompeta de Johann Sebastian<br />
Bach, Georg Frideric Haendel &<br />
Georg Philipp Telemann / Lucia<br />
Popp, soprano. Jorma Hynninen,<br />
bajo. Carole Dawn Reinhart,<br />
trompeta / Amsterdam Chamber<br />
Orchestra. Dir.: Marinus Voorberg<br />
/ ARTS / Ref.: 43015-2 (1 CD) D5<br />
( 16 )<br />
Hans Braun y el Sereno del joven estadounidense Frederick<br />
Guthrie, de cálidos graves.<br />
Sorprende leer en las notas de Gottfried Krauss que la dirección<br />
de Reiner no gustó a un sector del público, que la encontró<br />
desacostumbrada, quizá por alejarse de los estándares de la gran<br />
tradición. Conviene recordar aquí las palabras de Sachs en el<br />
primer acto: «La canción y la melodía del caballero las hallé<br />
nuevas, pero no equivocadas: si él abandonó nuestras vías, avanzó<br />
firme y sereno. Si queréis medir según reglas lo que no sigue el<br />
curso de las vuestras, olvidados del propio rastro, buscad primero<br />
las reglas de éste.» Reiner<br />
diferencia perfectamente las<br />
distintas atmósferas que hay en la<br />
obra, y siempre con su enfoque<br />
objetivo, basado en la fidelidad<br />
absoluta al texto, precisión<br />
obsesiva en la ejecución (los<br />
grupos de notas breves están<br />
perfectamente articulados), sonido<br />
transparente, dejando oír todas las<br />
voces de la orquesta, puede ser<br />
efusivo, romántico -sin excesos ni<br />
manierismos-, ligero, alegre,<br />
cómico, o majestuoso. Todo está<br />
expuesto con claridad y maravillosamente tocado por una<br />
Filarmónica de Viena consciente de la significación de la<br />
temporada de la reapertura de la Staatsoper. La batuta destaca<br />
detalles de la partitura que habitualmente pasan desapercibidos. En<br />
el primer acto, cuando Kothner interroga a Stolzing acerca de sus<br />
maestros («…welch Meisters seid Ihr Gesell», pista 9, 2’52’’) hay un<br />
forte sobre la palabra «Meister»: la música aguijonea tanto como la<br />
pregunta de Kothner. Sorprende el ff seco en la cuerda que precede<br />
al comienzo del «Jerum! Jerum!». En el coral «Wach auf!» del<br />
tercer acto -anticipa a Thielemann, aunque éste exagera la pausasorprende<br />
haciendo oír cosas (trinos y semicorcheas en la cuerda<br />
alta) que nunca se oyen. Lectura ágil, vital, optimista, no reñida<br />
con los guiños a la tradición, como la retención del tiempo al final<br />
de la obra, que concluye con grandeza y pompa, y nos mueve a<br />
exclamar: «Heil, Meister Reiner!»<br />
M.Á.G.B.<br />
Notas:<br />
(1) Melodram los editó en CD, aunque esa edición no se menciona en la<br />
Guía Wagner de Ángel Mayo. Agradezco a Manuel Pérez de Rozas la<br />
información.<br />
RICHARD WAGNER (1813-1883): Die Meistersinger von Nürnberg / Schöffler, Frick,<br />
Terkal, Waechter, Kunz / Chor der Wiener Staatsoper. Orchester der Wiener Staatsoper.<br />
Dir.: Fritz Reiner (Grabación en directo, Viena 14 de Noviembre de 1955. Primera<br />
grabación de esta representación) / ORFEO / Ref.: C667054L (4 CD) D4 x 4<br />
ANTONIO SACCHINI (1730-1786):<br />
Oedipe à Colone / Manon Feubel,<br />
Fabrice Mantegna, Daniel Gálvez-<br />
Vallejo, Sviatoslav Smirnov, Raphaëlle<br />
Farman, Jacques Gay, Géraldine<br />
Casey / Choeur de Chambre et<br />
Orchestre de la Camerata de<br />
Bourgogne. Dir.: Jean-Paul Penin<br />
(Grabado en la Sala Jacques Fornier,<br />
Dijon, los días 5 y 6 de Junio y el 17<br />
de Septiembre de 2004) / DYNAMIC /<br />
Ref.: CDS 494/1-2 (2 CD) D2 x 2<br />
GRAND PAS IN THE WHITE NIGHT: Selecciones de Romeo<br />
y Julieta, Suite Grecque, La Bayadére, Notre Faust, Don<br />
Quixote...(Documental) / Ballet del Siglo XX. Maurice Béjart,<br />
coreografía y dirección . Ballet Kirov. Oleg Vinogradov,<br />
coreografía y dirección / INMORTAL / Ref.: IMM 960005 (1<br />
DVD) D4 x 2<br />
CESARE PUGNI (1805-1870): Esmeralda (Ballet) / Elvira<br />
Khabibullina, Kirill Myasnikov, Angella Kondrashova, Andrei<br />
Kuligin. Ballet company and Symphony Orchestra of the St.<br />
Petesburg Mussorgsky State Academic Opera and Ballet<br />
Theatre. Andrei Anikhanov, dirección musical. Nikolai<br />
Boyarchikov, dirección artística. / INMORTAL / Ref.: IMM<br />
960006 (1 DVD) D4 x 2
Szell en Europa:<br />
un Beethoven histórico<br />
Hace exactamente un año escribía sobre George Szell<br />
como intérprete beethoveniano (Sinfonías 8 y 9, BBC<br />
Legends) en tono entusiasta, que también conviene a<br />
estos registros del Festival de Salzburgo fechados en 1961 y<br />
1965. El primer CD recoge íntegro el concierto ofrecido el 6<br />
de agosto de 1961 al frente de la Staatskapelle de Dresde,<br />
acontecimiento inolvidable<br />
para quien tuvo la fortuna de<br />
presenciarlo. Esta apoteosis<br />
del Beethoven heroico se<br />
abre con una impresionante<br />
versión de la Obertura de<br />
Coriolano, fiel hasta el límite<br />
a la letra y al espíritu de la<br />
obra, con unos ataques<br />
precisos, cortantes y un<br />
control de la dinámica que<br />
dejan sin aliento. Sigue un<br />
espléndido Concierto Emperador,<br />
sexta versión -al<br />
menos- oficial de Szell, que<br />
también grabó esta obra con Moiseiwitsch, Curzon, Gulda,<br />
Fleisher y Gilels, estos dos últimos dentro de las respectivas<br />
integrales. Como en la Obertura, y como en la Quinta<br />
Sinfonía que sigue, Szell despliega una energía de la mejor<br />
ley, genuinamente beethoveniana, que arrastra a los músicos<br />
y al oyente de principio a fin: la vitalidad del fraseo, la<br />
dinámica contrastadísima, la constancia del pulso rítmico, el<br />
relieve de los solos de madera y metal, todo ello se integra a<br />
la perfección, en un equilibrado diálogo, con la estupenda<br />
labor del pianista Nikita Magaloff, un fino artista a quien su<br />
casa de discos, Philips, no trató según su calidad le hacía<br />
acreedor. En esta ocasión deja constancia de su clase,<br />
particularmente en el tiempo lento, en el que el delicadísimo<br />
diálogo con la orquesta alcanza muy altas cotas de<br />
expresividad. Tan solo en el final echamos en falta algo de<br />
fuerza para equilibrarse con el vigoroso acompañamiento.<br />
Una Quinta Sinfonía en la que se transparentan todas las<br />
líneas musicales, perfecta de ejecución, absolutamente<br />
excepcional en todo sentido, comparable a las más grandes<br />
versiones (Furtwängler, Kleiber padre e hijo), culmina este<br />
concierto con broche de oro y desata un justificadísimo<br />
entusiasmo del público: el enlace de los tiempos tercero y<br />
cuarto que Szell consigue de sus músicos de Dresde es<br />
antológico.<br />
Del segundo concierto, que tuvo lugar el 2 de agosto de<br />
1965 falta, por razones de espacio, el Cuarto Concierto de<br />
Beethoven con Clifford Curzon. Dado el óptimo<br />
entendimiento del pianista inglés con Szell, esperemos poder<br />
disfrutarlo en el futuro. Soberbia la Obertura de Egmont: otra<br />
vez Szell nos obliga a (re)descubrir una partitura que<br />
creíamos conocer bien pero que él hace sonar como si fuera<br />
nueva. Tremenda la Tercera de Bruckner (versión «final» de<br />
1889), aunque para escucharla uno debe olvidar las<br />
referencias de otros brucknerianos más auténticos -creo yo-,<br />
más cálidos, más amplios de tempi y de sonoridades menos<br />
agresivas (Celibidache y Wand, por citar solo a dos). El de<br />
Szell es otro Bruckner muy diferente: nervioso, incisivo, casi<br />
violento en los contrastes y muy rápido de «tempi», tal vez<br />
en exceso. En el Adagio falta algo de calor, de expansión y<br />
de espontaneidad, aunque todo suena muy bello. Pero la<br />
hora y media de Beethoven químicamente puro hace<br />
indispensable esta publicación de Andante.<br />
Roberto Andrade<br />
GEORGE SZELL dirige BEETHOVEN: Obertura Coriolano en Do Menor;<br />
Concierto para piano y orquesta No. 5 en Mi bemol Mayor, Emperador;<br />
Sinfonía No. 5 en Do menor, op. 67; Obertura Egmont. BRUCKNER: Sinfonía<br />
No. 3 en Re menor / Sächsische Staatskapelle Dresden. Dir.: George Szell<br />
(Grabaciones del Grosses Festspielehaus de Salzburgo, 1961 & 1965) /<br />
ANDANTE / Ref.: AN 2180 (2 CD) D1<br />
Primeras entregas de la nueva serie a precio medio de ANDANTE<br />
El regreso del «joven» Klemperer<br />
Seguramente, entre los grandes directores del siglo XX, solo Otto<br />
Klemperer (1885-1973) tuvo una carrera tan azarosa y un<br />
reconocimiento oficial de sus méritos tan tardío. Sus éxitos en el<br />
Berlín de entreguerras, 1927-1933, en las Operas Kroll y Unter den<br />
Linden, y la medalla Goethe recibida en 1933 por sus servicios al arte<br />
alemán, quedaron apenas en un recuerdo a poco de subir Hitler al poder<br />
en ese año: Klemperer hubo de exiliarse unas semanas más tarde. A<br />
partir de entonces, y aunque halló refugio<br />
primero en Suiza y luego en Norteamérica,<br />
le esperaban dos decenios de penas, graves<br />
enfermedades y muy serias dificultades<br />
económicas. Su difícil carácter, maniacodepresivo,<br />
no mejoraba precisamente la<br />
situación. En la posguerra erró por todo el<br />
mundo: Estocolmo, Budapest, Buenos<br />
Aires, Norteamérica, Australia… Finalmente<br />
llegó en 1951 a Londres, donde<br />
Walter Legge le invitó a dirigir su Orquesta<br />
Filarmonia. La calidad excepcional de los<br />
conciertos y la acogida triunfal de público,<br />
crítica y colegas -Szell y Schnabel, nada<br />
menos- movió al productor a ofrecerle un contrato que Klemperer firmó<br />
en 1952 y cuyos primeros frutos concretos se recogieron en Octubre de<br />
1954: tras un frustrado intento de grabar el Concierto de trompa de<br />
Hindemith con Dennis Brain, Klemperer y la Filarmonia concluyeron<br />
felizmente las Variaciones Haydn de Brahms y Nobilissima Vissione de<br />
Hindemith (1939), estupenda obra que el maestro de Breslau admiraba<br />
y dirigía de modo espléndido, como comprobamos en este oportuno<br />
registro -el de EMI es inencontrable- que ha conservado la Radio de<br />
Colonia con buen sonido.<br />
En ese mismo concierto Klemperer ofreció su «tarjeta de visita», la<br />
Sinfonía Heroica de Beethoven, bien documentada (dos versiones<br />
oficiales para EMI) y conocida de todos los aficionados. Posiblemente<br />
esta era la sinfonía beethoveniana que mejor convenía a Klemperer y de<br />
la que, junto a Furtwängler, ha sido el intérprete más grandioso que el<br />
fonógrafo conserva. Esta versión de Colonia, si bien con Orquesta y<br />
toma de sonido lógicamente inferiores a las que en Londres ofrecía<br />
Legge -aunque no hay pero que poner ni al conjunto alemán ni a la<br />
labor de los técnicos de la radio- es magnífica de principio a fin,<br />
especialmente la Marcha fúnebre, cuyo clímax (minuto 6 y siguientes) es<br />
sobrecogedor. Así lo reconoció hasta el mismo Karajan que, a instancias<br />
de Legge, acudió expresamente a Londres a escuchar la Heroica de<br />
Klemperer y, acabado el concierto, le felicitó, expresándole su deseo de<br />
poder alcanzar un día tales resultados (¡). La comparación de los<br />
«tempi» del registro de Colonia con los posteriores revela a un<br />
Klemperer más animado, menos marmóreo, más «juvenil» que en años<br />
posteriores, pero igualmente grandioso.<br />
Muy buena también la Cuarta Sinfonía (tomada el 25 de octubre,<br />
siempre en 1954) que comparte con la Heroica un planteamiento<br />
clásico, severo, de sonoridad recia pero transparente, con maderas<br />
prominentes, fuertes contrastes dinámicos y «tempi» movidos que ponen<br />
de relieve la incomparable capacidad de Klemperer como arquitecto de<br />
los sonidos. Nueva sorpresa en el Segundo Concierto para piano de<br />
Brahms con Géza Anda, que estos dos artistas también tocaron en<br />
Londres en 1954. Novedad absoluta y muy bienvenida en la discografía<br />
oficial de Klemperer (Anda grabó dos versiones para DG, con Fricsay y<br />
Karajan), cuya colaboración es excelente, atentísima a equilibrar el<br />
diálogo del piano con la densa orquesta y sus solistas, y de una inusitada<br />
ligereza de «tempi». Rigor y transparencia se dan la mano en esta<br />
versión excelente en la que el movimiento más singular es el final, cuyo<br />
carácter vienés subraya complacido Klemperer acentuando la<br />
sensualidad tímbrica y el ondulante ritmo. Un Klemperer insólito que<br />
nos obliga a cuestionar su solemne imagen tradicional, como de profeta<br />
del Antiguo Testamento.<br />
Buena labor técnica y excelentes comentarios. Un gran servicio de<br />
Andante a la causa de Klemperer, cuya discografía enriquece, al tiempo<br />
que amplía nuestras perspectivas sobre su arte y su carrera. Esperamos<br />
impacientes la continuación que Andante anuncia.<br />
( 17 )<br />
R.A.<br />
KLEMPERER dirige BEETHOVEN: Sinfonías Tercera «Heroica» y Cuarta. BRAHMS: Concierto<br />
para piano nº 2. HINDEMITH: Nobilissima vissione. Orquesta de la Radio de Colonia. Géza<br />
Anda, piano (Grabaciones: Colonia, 1954) / ANDANTE / Ref.: AN 2130 (2 CD) D1
La Novena de Beethoven con Walter y el Requiem de Mozart con Böhm<br />
No todo fue ópera<br />
El pasado 5 de noviembre tuvo lugar en la Staatsoper de Viena<br />
un Festkonzert en celebración del cincuenta aniversario de la<br />
reapertura del famoso teatro del Ring. Se trataba de<br />
conmemorar un aniversario contando con los principales<br />
directores y cantantes del momento vinculados con la Ópera<br />
vienesa (Ozawa, Mehta, Gatti, Thielemann, Gruberova, Urmana,<br />
Domingo, Terfel o Hampson), pero también de emular en un sólo<br />
concierto lo sucedido medio siglo atrás cuando los vieneses<br />
pudieron escuchar en cuatro semanas Fidelio, Don Giovanni, Die<br />
Frau ohne Schatten o Wozzeck bajo la dirección del responsable<br />
musical del teatro, Karl Böhm, una Aida con Rafael Kubelik en el<br />
foso, Die Meistersinger von Nürnberg con Fritz Reiner o incluso un<br />
Der Rosenkavalier con Hans Knappertsbusch.<br />
En los últimos años ha habido varias ediciones de algunas de<br />
aquellas extraordinarias producciones vienesas de<br />
noviembre de 1955, pero ha sido en relación con el<br />
referido aniversario cuando sello bávaro ORFEO se<br />
ha propuesto rememorar aquel evento en toda su<br />
dimensión y con las mejores condiciones técnicas<br />
posibles. Para ello ha empezado editando un triple<br />
CD conmemorativo que incluye selecciones de las<br />
siete óperas cuyas cintas ha exhumando de los<br />
archivos de la Radio Austriaca a lo que ha seguido<br />
la edición íntegra de dos inéditos correspondientes<br />
al Die Frau ohne Schatten de Böhm (punto de<br />
partida de la famosa grabación en estudio de<br />
Decca) y Die Meistersinger von Nürnberg de<br />
Reiner.<br />
Pero no todo fue ópera en aquel festival de<br />
reapertura del coso vienés de 1955. Para las<br />
matinales dominicales de los días 13 y 20 de<br />
noviembre se programaron dos conciertos<br />
sinfónico-corales con programas de gran<br />
significado político, pues no olvidemos que Austria<br />
había vuelto a ser independiente tras la firma del<br />
Tratado de Estado que tuvo lugar el 15 de mayo de<br />
ese año. El primero de ellos incluyó el Te Deum de<br />
Bruckner y la Novena de Beethoven, convertidas<br />
ambas obras en verdadera música de Estado, y el segundo se<br />
centró, por su parte, en una interpretación del Requiem de Mozart<br />
bajo el título de «Im gedenken an unsere Toten» que pretendía<br />
recordar a las victimas austriacas durante la Segunda Guerra<br />
Mundial. De esos dos conciertos, Orfeo lanza ahora dos CDs que<br />
recuperan por vez primera tanto esa Novena política como ese<br />
Requiem conmemorativo.<br />
Al diseñar el programa de aquel festival vienés, Karl Böhm quiso<br />
contar con Bruno Walter para una de las óperas. No por<br />
casualidad, Walter le había precedido al frente del teatro vienés<br />
entre 1936 y 1938 e incluso había sido su maestro durante su etapa<br />
al frente de la Ópera Estatal de Múnich a comienzos de los años<br />
veinte. Sin embargo, el anciano director que contaba por entonces<br />
79 años, no estaba ya para los rigores del foso y prefirió participar<br />
con un concierto sinfónico en el magno festival de reapertura del<br />
teatro. Por ello, Böhm le cedió el concierto más representativo con<br />
el Te Deum y la Novena.<br />
Precisamente una semana antes de su concierto, el día 6, Walter<br />
actuó en la Musikverein con la Filarmónica de Viena en un<br />
programa que incluía la «Prager Symphonie» de Mozart y la Cuarta<br />
de Mahler junto a una selección de lieder con la soprano Hilde<br />
Güden como solista. Parte de ese concierto fue editado hace años<br />
por Deutsche Grammophon y ahora se encuentra disponible en lo<br />
que toca a Mahler en el sello Andante (AND 4973) y debo<br />
reconocer que siempre lo he tenido en una alta consideración,<br />
pues Walter y la Filarmónica de Viena forman un tándem ideal<br />
tanto para Mozart como para Mahler. Sin embargo, de su<br />
Beethoven con la Filarmónica de Viena tan sólo se habían editado<br />
hasta ahora sus grabaciones de los años treinta de la Pastoral, la<br />
tercera obertura Leonore y del quinto concierto para piano, por lo<br />
que el CD de Orfeo resulta indispensable para conocer cómo era<br />
su Beethoven vienés de los años de madurez.<br />
Como era de esperar, la versión de Walter de la Novena supera<br />
la dimensión histórica del evento vienés para convertirse en un<br />
disco de gran interés y desde luego indispensable para todos los<br />
admiradores del gran director americano de origen alemán. Su<br />
( 18 )<br />
lectura conjuga a la perfección un aire lírico y refinado con detalles<br />
expresivos que añaden fuerza y dramatismo a su Beethoven. Ya en<br />
los primeros compases podemos verificar también la precisión que<br />
consigue de la cuerda vienesa con unos enunciados de fusa y negra<br />
del tema inicial del primer movimiento realizados con una<br />
perfección inusitada. A ello se une además un sutil y elegante uso<br />
del rubato con el que subraya, por ejemplo, el final de la primera<br />
exposición completa del referido primer tema (corte 1; 0:33). Su<br />
forma de dirigir tiene un vigor impresionante y continúa en el<br />
Molto vivace, aunque sin renunciar nunca a la precisión y la<br />
transparencia.<br />
El Adagio molto e cantabile permite a Walter lucir su faceta más<br />
expresiva que lejos del puro sentimentalismo ahonda en la<br />
elegancia camerística vienesa que tiene esta música. Escuchen<br />
cómo cantan los violines comandados por el gran<br />
Willi Boskovsky en el Andante moderato o incluso<br />
dialogan con la madera, por ejemplo, en la coda<br />
final (corte 3; 12:38). El cuarto movimiento actúa<br />
de verdadero resumen de todo lo anterior y aquí<br />
escuchamos un equipo de solistas que incluye a<br />
tres destacados cantantes de la Ópera vienesa del<br />
momento, es decir, Hilde Güden, Elisabeth Höngen<br />
y Gottlob Frick, junto a un miembro del coro del<br />
teatro en la época en que Walter fue director<br />
artístico del mismo, el tenor Erich Majkut, que<br />
según nos cuenta Gottfried Kraus en sus<br />
fundamentales notas fue alistado por Böhm como<br />
homenaje al viejo Walter. El conjunto funciona<br />
bien, aunque Frick pase algunos apuros con los<br />
pasajes más agudos de su parte o a Majkut se le<br />
note su condición de secundario, si bien el coro de<br />
la Ópera resulta mejor que los solistas. La<br />
presentación y la calidad del sonido monoaural<br />
redondean este CD, pues las cintas utilizadas por<br />
Orfeo se han conservado en un estado excepcional<br />
en los Archivos de la Staatsoper, lo que permite<br />
escuchar con nitidez muchos detalles de esta<br />
extraordinaria interpretación.<br />
Karl Böhm se reservó para sí mismo el otro concierto con el que<br />
se recordaba a las víctimas de la Guerra a través del Requiem de<br />
Mozart. Para la ocasión contó con un cuarteto vocal de excepción<br />
formado por algunos de los mejores cantantes mozartianos de la<br />
Staatsoper, pero también con la declamación del Himno a la<br />
Humanidad de Johann Christian Friedrich Hölderlin que fue escrito<br />
el mismo año que el Requiem y que funcionó como prólogo en la<br />
voz del veterano actor del Burgtheater vienés, Raoul Aslan, quien<br />
precisamente acababa de rodar en esas fechas una de sus últimas<br />
películas que trataba sobre Mozart bajo la dirección de Karl Hartl.<br />
La versión de Böhm es a primera audición bastante similar a sus<br />
otras grabaciones más conocidas de los setenta para Deutsche<br />
Grammophon. Ello se debe a la natural capacidad que tenía el<br />
director de Graz para dotar de un tempo natural a todo lo que<br />
dirigía y especialmente a las composiciones de Mozart. Siempre se<br />
habla de su claridad como director, pero donde reside la clave del<br />
arte de Böhm es en su tempo lleno de tensión que no deja de fluir<br />
de principio a fin y ello en pocas composiciones puede verse tan<br />
claro como en el Requiem. Quizá esta versión se distinga de las<br />
posteriores por la fuerza dramática que consigue Böhm en esta<br />
obra de Mozart, algo que según parece aprendió del mismísimo<br />
Richard Strauss.<br />
La claridad y continuidad de su discurso musical permite tanto<br />
al coro como a los solistas saborear sus intervenciones y hacerlas<br />
disfrutar sobremanera al oyente. En el primer caso, el coro de la<br />
Ópera vienesa tiene dimensiones colosales y ello permite que<br />
desde su primera entrada cause gran impresión o que en los tutti<br />
nos deje literalmente boquiabiertos (por ejemplo, en el tremendo<br />
«Rex»). Sin embargo, también está perfectamente equilibrado<br />
como lo demuestra el Confutatis donde Böhm consigue representar<br />
a la perfección la oposición entre el mundo infernal y el celestial,<br />
o incluso funciona compacto como un solo cantante en esa<br />
extraordinaria aria coral que es la Lacrimosa.<br />
Los solistas son también algo destacado en esta versión tanto<br />
por separado como en conjunto. Empezando desde abajo hay que<br />
decir que Gottlob Frick aquí sí que luce una voz perfectamente
equilibrada en<br />
todos sus registros.<br />
Anton Dermota es<br />
posiblemente uno<br />
de los mejores<br />
tenores a los que he<br />
escuchado cantar<br />
la parte de tenor de<br />
esta obra.<br />
Hildegard Rössel-<br />
Majdan dispone de<br />
un timbre limpio y<br />
dramático ideal<br />
para la parte de<br />
contralto e Irmgard<br />
Seefried muestra<br />
sus extraordinarias<br />
dotes de soprano<br />
mozartiana.<br />
La grabación<br />
dispone de un<br />
sonido monoaural<br />
de gran limpieza<br />
que permite<br />
escuchar todos los<br />
detalles de la<br />
interpretación.<br />
Curiosamente,<br />
Gottfried Krauss<br />
cuenta en las notas<br />
del disco que las<br />
cintas que<br />
contenían esta<br />
grabación se<br />
conservaron por<br />
casualidad en los<br />
Archivos de la<br />
Staatsoper con la<br />
etiqueta que ponía<br />
«Mozart: Requiem»<br />
en una de las cajas,<br />
por lo que ha sido<br />
necesaria una labor<br />
detectivesca para<br />
identificar de qué<br />
versión se trataba.<br />
No cabe duda, de<br />
que el trabajo ha<br />
merecido la pena.<br />
Pablo-L. Rodríguez<br />
BRUNO WALTER dirige<br />
LUDWIG VAN<br />
BEETHOVEN (1770-<br />
1827): Sinfonía No. 9 en<br />
Re menor, op. 125 /<br />
Hilde Güden, soprano.<br />
Elisabeth Höngen,<br />
contralto. Erich Majkut,<br />
tenor. Gottlob Frick,<br />
bajo. Wiener<br />
Staatsopernchor. Wiener<br />
Philharmoniker. Dir.:<br />
Bruno Walter (Wiener<br />
Opernfest 1955) /<br />
ORFEO / Ref.: C669051B<br />
(1 CD) D4<br />
KARL BÖHM dirige W.<br />
A. MOZART: Requiem<br />
KV 626 (+ Oda a la<br />
humanidad de Friedrich<br />
Hölderlin, recitada por<br />
Raoul Aslan) / Irmgard<br />
Seefried, Hildegard<br />
Rössel-Majdan, Anton<br />
Dermota, Gottlob Frick.<br />
Coro de la Ópera de<br />
Viena. Orquesta<br />
Filarmónica de Viena.<br />
Dir.: Bruno Walter<br />
(Grabación en directo,<br />
Viena 20 de Noviembre<br />
de 1955) / ORFEO / Ref.:<br />
C670051B (1 CD) D4<br />
Un DVD revelador ilustra la edición que SUPRAPHON tributa al director Václav Talich<br />
Talichova Stezka (La senda de Talich)<br />
Artífice infatigable de su propia carrera directorial, el moravo oriundo de Kromeríz Václav Talich (1883-1961)<br />
fue forjándola con tenaz laboriosidad, sin precipitación ni fluctuaciones, esforzadamente consolidada al<br />
punto de irradiar un prestigio refulgente, hasta que resultó infamada por el arbitrario desvarío de la política.<br />
Mediante una recomendación de Dvorák estudió con Otakar Sevcík y Jan Marák en el Conservatorio de Praga,<br />
adquiriendo una formación de violinista de 1897 a 1903; lo cual le permitió ese año ser violín solista de la<br />
Filarmónica de Berlín. Una repentina enfermedad suspendió en 1904 su contrato berlinés, lo que le llevó a aceptar<br />
sucesivas ocupaciones como director en la Ópera de Odesa, profesor de violín en Tbilisi, regidor de la<br />
Filarmónica y la Ópera de Ljubljana, cursar breves estudios en Leipzig (con Max Reger y Arthur Nikisch) y Milán,<br />
y guiar de 1912 a 1915 a la Ópera de Plzen. El 12 de diciembre de 1917 tuvo Talich la oportunidad de dirigir su<br />
primer concierto con la Orquesta Filarmónica Checa, en sustitución del indispuesto Karel Kovarovic, integrado<br />
por un programa con obras de Ostrcil, Novák y Dvorák. También le llegó la ocasión de<br />
dirigir por vez primera la Ópera del Národní Divadlo (Teatro Nacional) el ulterior 3 de<br />
julio, que regentaría en calidad de director artístico desde 1935 hasta que los nazis lo<br />
cerrasen en 1944. Mientras tenía lugar el ensayo general de Zrání («Maduración»), obra<br />
inédita de Josef Suk estrenada el 30 de octubre de 1918, acaeció la caída de la monarquía<br />
austrohúngara el 28 de octubre y el consiguiente advenimiento de la libertad para el pueblo<br />
checo. Finalmente, en septiembre de 1919 Talich adquirió el rango de director principal de<br />
la Filarmónica Checa. Se enfrentaba al desafío de transformar una orquesta de calibre<br />
provinciano, carente de tradición, repertorio establecido y constituida por miembros<br />
mediocres, en otra de calidad y envergadura internacionales. Asumió el reto con tal<br />
entusiasmo que pronto la acreditó como una de las formaciones más apreciadas del<br />
mundo, merced a concentrar en su seno a los mejores instrumentistas nacionales y dotarla,<br />
metódica y sistemáticamente, de un peculiar estilo interpretativo y una distintiva sonoridad<br />
basada en el conjuntado equilibrio entre la belleza de las cuerdas y la precisa afinación de<br />
las demás secciones. Consagró y difundió Talich el merecido renombre de su orquesta en<br />
el transcurso de numerosas giras por el extranjero (Italia, Suecia, Inglaterra), atrayendo a la<br />
vez la atención sobre sus propias aptitudes personales. Desde su primera grabación de Ma Vlast («Mi Patria»), de<br />
Smetana, efectuada en Praga en 1929 por la británica H.M.V., logró imprimir su signatura de inconfundibles trazos<br />
personales a su posterior legado discográfico: autocontrol del ego a fin de servir y no ensombrecer al compositor,<br />
pulso fluyente, dominio dinámico, pujanza rítmica y ductilidad melodiosa y cantable; cualidades transferidas a<br />
sus discípulos Krombholc, Ancerl y Mackerras, entre otros, y por ellos diferentemente asimiladas.<br />
La Alemania nazi invadió Praga el 15 de marzo de 1939 y la convirtió en capital del denominado Protectorado<br />
de Bohemia-Moravia, pero Talich continuó desempeñando sus funciones. En 1941 el Ministro de Propaganda<br />
Joseph Goebbels asistió a una representación de La novia vendida, de Smetana, por él dirigida, y quedó tan<br />
impresionado que le invitó a dar un concierto en Berlín y otro en Dresde con la Filarmónica Checa, permitiéndole<br />
elegir el repertorio. Václav escogió Mi Patria, por entonces prohibida en Checoslovaquia. Al regreso del Reich<br />
germano, la obra pudo ser tocada en Praga sin problemas.<br />
El final de la guerra y el anuncio de la liberación los vivió Talich en su villa de Beroun, situada a treinta kilómetros<br />
de Praga, que había adquirido en 1935. El mismo 9 de mayo de 1945 se le prohibió la entrada al Teatro Nacional<br />
y subsecuentemente, el día 21, fue acusado de colaboracionismo, arrestado e internado en la prisión de Pankrác,<br />
al sur de la capital. Tras seis semanas de interrogatorios y ser sometido al veredicto de un tribunal de músicos<br />
checos, fue exculpado de la incriminación de la que no era reo gracias a su actitud de tenaz defensor de la música<br />
nacional durante la ocupación. Luego, en 1947, volvió a ser director del Teatro Nacional y pudo dirigir Mi Patria<br />
en el Festival de Praga. Sobrevenido en febrero de 1948 el «golpe de Praga» comunista, se le obligó a dimitir de<br />
la Ópera y el nuevo Ministro de Cultura le prohibió ofrecer conciertos en territorio bohemo. Sin llegar a verse<br />
sometido al ostracismo, fue denigrado y relegado en 1949 a Bratislava, donde creó la Orquesta Filarmónica<br />
Eslovaca y activó la vida musical hasta 1952. No obstante, se le autorizó la realización de una serie de<br />
grabaciones discográficas para el sello estatal SUPRAPHON entre 1948 y 1955; mal que la proverbial perversidad<br />
del régimen no tolerase que volviera a aparecer ante el público praguense al frente de la Filarmónica Checa hasta<br />
marzo de 1954, con un programa dedicado a Mozart y clamorosamente ovacionado. Con la salud seriamente<br />
quebrantada se retiró a su residencia de Beroun en 1956, y aún tuvo ocasión de recibir, en mayo de 1957, el<br />
nombramiento de Artista Nacional, antes de fallecer el jueves 16 de marzo de 1961, inexorable víctima de una<br />
época tenebrosa perturbada por el resentimiento y con la cordura ofuscada. Su Orquesta Filarmónica rindió<br />
homenaje a una relación que pervivió casi cuatro décadas, al interpretar para él en el Rudolfinum la Música<br />
fúnebre de Suk y el Largo de la Novena sinfonía de Dvorák.<br />
Como esclarecedora ilustración audiovisual a la Edición especial Talich en diecisiete compactos de<br />
SUPRAPHON, se edita un DVD en lengua checa con subtítulos en inglés, alemán y francés. Fundada la Televisión<br />
Checa en 1954 con el compositor eslovaco Stepan Lucky como responsable musical, en diciembre de 1955 el<br />
director Václav Kaslík filmó en estudio un concierto de las dos colecciones de ocho Danzas Eslavas (Op. 46 y 72)<br />
cada una, escritas originalmente por Dvorák para piano a cuatro manos y orquestadas, respectivamente, en 1878<br />
y 1887, pletóricas de elocuencia y encanto. Sirven de comunicativo vehículo a la cálida vivacidad de la<br />
Filarmónica y a la batuta de sutil e irresistible expresión plena de natural musicalidad de Talich, aparentemente<br />
algo anquilosado mas quizá sólo amedrentado ante la magnitud del acontecimiento que les congregaba en su<br />
postrer aparición conjunta. El mediometraje documental Confianza y Humildad, escrito y dirigido por Martin<br />
Suchánek en 2004, propone un recorrido por la biografía artística y privada de Talich con los testimonios de su<br />
hija Vita, su sobrino Jan, antiguos instrumentistas de la Filarmónica y Sir Charles Mackerras, iluminado por<br />
fascinantes localizaciones, imágenes y materiales de archivo. Incluye asimismo una galería de treinta fotografías<br />
y dibujos del entorno familiar y cultural del célebre homenajeado, cuya fama fue empañada por el nazismo y<br />
embrollada por el comunismo.<br />
( 19 )<br />
José Luis Gómez Lozano<br />
ANTONIN DVORÁK (1841-1904): Danzas Eslavas op. 46, B. 83 & op. 72 B. 147. BONUS: Documental Confidence and Humility sobre la vida<br />
y carrea de Václav Talich / Czech Philharmonic Orchestra. Václav Talich, dirección. Martin Suchánek, dirección del documental / SUPRAPHON<br />
/ Ref.: SU 7010-9 (1 DVD) D10 x 2
ANDANTE publica un doble CD que es en sí mismo una perfecta introducción a llamada Primera Escuela de Viena<br />
La primera madurez del Cuarteto Amadeus<br />
El Cuarteto Amadeus dio su primer concierto en 1948. El<br />
público londinense aclamó al conjunto recién creado por tres<br />
músicos de origen austriaco (el nombre no era casual) y un<br />
chelista inglés. Poco a poco, sus méritos musicales le fueron<br />
abriendo camino y en los años 50 comenzó a<br />
grabar, estableciendo pronto una fructífera<br />
relación con DG que duró hasta que, en 1987,<br />
el grupo se disolvió tras la muerte del viola,<br />
Peter Schidlof. (Este final se acaba de repetir con<br />
el Cuarteto Alban Berg). En el reciente Boletín<br />
de noviembre, Joaquín Martín de Sagarminaga<br />
se ocupó del Amadeus comentando dos DVD<br />
dedicados a Britten y Schubert, de nuevo<br />
protagonista en este álbum de Andante, con su<br />
cuarteto La muerte y la doncella, una de las<br />
cimas de su catálogo. El Amadeus da, en este<br />
registro de 1954, lo mejor de sí mismo, en una<br />
versión arrebatada, de intensidad febril<br />
mantenida admirablemente a lo largo de toda la<br />
obra. La dificultad, acaso no del todo aparente, que sus<br />
pentagramas plantean a los cuatro instrumentistas, es superada sin<br />
problemas y -lo que es más importante- con óptima calidad<br />
interpretativa: una versión que se sitúa entre las mejores de una<br />
discografía muy rica. Completa el segundo CD una preciosa<br />
versión del último Cuarteto beethoveniano, el Opus 135. El<br />
Amadeus fue para muchos aficionados -entre los que me incluyoguía<br />
casi único en los años 60 para el conocimiento de la<br />
colección beethoveniana (la actual riqueza de catálogo, pese a los<br />
vaivenes que imponen las leyes del «mercado», era inimaginable<br />
entonces) por lo que nuestra gratitud para el Amadeus será de por<br />
vida. Esta versión del Opus 135 conserva intacta su calidad y<br />
explica por qué DG confió en estos artistas y el éxito que<br />
obtuvieron. El «Lento assai, cantante e tranquillo» es todo eso que<br />
Beethoven requiere: un remanso de paz como conclusión de la<br />
batalla continua que fue su vida, una música sublime que los<br />
Amadeus recrearon conmovidos hace medio siglo en la sala<br />
Bismarck de Colonia sin que el resultado haya perdido un ápice de<br />
La Quinta de Dvorak por Karel Sejna en SUPRAPHON<br />
Autenticidad<br />
En la historia de la dirección orquestal en lo que hoy llamamos República<br />
Checa brillan los nombres de Vaclav Talich, Rafael Kubelik, Karel Ancerl y<br />
Vaclav Neumann; pero ello no debe relegar al olvido a grandes maestros<br />
como Belohlavek, Smetacek y el que hoy<br />
motiva estas líneas, Karel Sejna (1896-1982).<br />
Formado en el Conservatorio de Praga, en<br />
1921 era ya primer contrabajo de la<br />
Filarmónica Checa. Talich le recomendó<br />
como director de la Orquesta Sinfónica de los<br />
trabajadores del ferrocarril de Checoslovaquia<br />
(sic; algo así como la Sinfónica de la RENFE),<br />
puesto que ocupó durante 12 años. A partir de<br />
1938 y hasta 1972 dirigió a la Filarmónica<br />
Checa en centenares de conciertos y realizó<br />
con ella numerosas grabaciones,<br />
especialmente de los autores de su tierra natal,<br />
Mahler incluido, con cuya Cuarta Sinfonía se<br />
despidió de los Filarmónicos en 1972, es<br />
decir, con 76 primaveras. Su versión de la Quinta Sinfonía de Dvorák no tiene<br />
mucho que envidiar a las de Kubelik, Kertesz o Neumann: muy bien tocada y<br />
grabada, esta bella Sinfonía -no tanto, claro, como las cuatro que le siguen- un<br />
punto ingenua a veces, pero atractiva, suena, como debe ser, fresca, popular,<br />
comunicativa: auténtica, en suma. Similares virtudes adornan a las Tres<br />
Rapsodias Eslavas Op. 45, también muy atractivas musicalmente, para las que<br />
la competencia fonográfica es mucho menor y que pueden animar a más de<br />
un melómano a revisar la producción menos conocida del Dvorák sinfonista.<br />
( 20 )<br />
su impacto.<br />
Este variado panorama de la Primera Escuela de Viena incluye<br />
también la Gran fuga de Beethoven, primitivo final del Cuarteto<br />
Op. 130 que Beethoven reemplazó -con buen criterio, creo yo- por<br />
un movimiento más sencillo y adecuado. El<br />
Amadeus sale airoso de la terrible prueba que<br />
plantea esta Fuga gracias no solo a su buena<br />
forma técnica (estamos en 1957) sino, sobre todo,<br />
a su lucidez de criterio y rigor musical.<br />
Deslumbrante la interpretación del Quinteto K<br />
515 de Mozart, una de sus obras más radiantes y<br />
hermosas, en la que resalta la extraordinaria<br />
capacidad de diálogo del grupo, aumentado en<br />
esta ocasión con el viola sudafricano Cecil<br />
Aronowitz, compañero de los Amadeus en varios<br />
registros oficiales para DG. Es todo un placer<br />
escuchar el canto puro, de sonido bellísimo,<br />
auténticamente mozartiano, de Norbert Brainin,<br />
líder del Cuarteto y, en el final, el perfecto encaje<br />
del intrincado contrapunto mozartiano, urdido magistralmente con<br />
los materiales clásicos más sencillos, del que nos despedimos con<br />
pena, deseando que ese sublime juego polifónico no terminase<br />
nunca. El doble estuche se completa con un soberbio Cuarteto, el<br />
Opus 74.1 en do mayor, fruto de la madurez de Haydn, que los<br />
Amadeus tocan con una precisión, un dominio del estilo y un buen<br />
gusto que si hoy no sorprenden como debieron de hacerlo hace 50<br />
años es, precisamente, porque ellos contribuyeron a establecer<br />
esos requisitos que hoy son patrimonio de todos los intérpretes de<br />
estas obras maestras. Excelentes tomas monoaurales de la Radio de<br />
Colonia.<br />
R.A.<br />
EL CUARTETO AMADEUS interpreta HAYDN: Cuarteto en do mayor op 74.1.<br />
MOZART: Quinteto en do mayor K.515. BEETHOVEN: Gran fuga op. 133. Cuarteto<br />
en fa mayor op. 135. SCHUBERT: Cuarteto en re menor D.810, La muerte y la<br />
doncella / Cuarteto Amadeus. Cecil Aronowitz, viola (Mozart). Grabaciones: Radio de<br />
Colonia, 1953-57 / ANDANTE / Ref.: AN 2160 (2 CD) D1<br />
R.A.<br />
DVORAK: Sinfonía nº 5 en fa mayor, op 76. Tres Rapsodias Eslavas, Op 45. / Orquesta Filarmónica<br />
Checa. Dir.: Karel Sejna (Grabaciones de 1952-53) / SUPRAPHON / Ref.: SU 3852-2 (1 CD) D10<br />
ROLLOS DE PIANOLA: Obras de Albéniz, Falla, Turina, Granados,<br />
Alonso, Guervós, Ocón y otros / Ismael Ramos Jiménez, interpretación<br />
a la pianola (Pianola Weber de 88 notas de 1921 propiedad del Centro<br />
de Documentación Musical de Andalucía) / ALMAVIVA / Ref.: DS 0141<br />
(1 CD) D2<br />
ENRIQUE FERNÁNDEZ ARBÓS (1863-1939): Obra original completa /<br />
Ara Malikian, violín. Milagros Martín, Emilio Sánchez, Luis Álvarez,<br />
Celia Alcedo, Javier Franco / Orquesta Sinfónica de Madrid. Jesús López<br />
Cobos, José Luis Temes & Enrique Fernández Arbós, dirección / VERSO<br />
/ Ref.: VRS 2030 (6 CD) P.V.P.: 34.95 euros.- [Precio especial]
CPO comienza a revelar el mundo sinfónico<br />
de Eduard Erdmann<br />
El disco del desasosiego<br />
Hace ya más de tres años (Boletín <strong>Diverdi</strong> nº 104)<br />
apuntábamos algunos aspectos biográficos del pianista y<br />
compositor alemán Eduard Erdmann (1896-1958) a<br />
propósito de la grabación que para el desaparecido sello Koch<br />
hiciera Israel Yinon -el mismo protagonista de este magnífico<br />
registro- de sus dos primeras Sinfonías opp. 10 y 12. Gran<br />
intérprete de los clásicos pero también de los modernos<br />
Schönberg o Berg, Erdmann fue -como su coetáneo Artur<br />
Schnabel- un muy estimable compositor al que sólo en los<br />
últimos años se empieza a conocer.<br />
Alumno, al igual que Josef Tal<br />
y Sergiu Celibidache, de<br />
Heinz Tiessen (otro olvidado)<br />
y amigo de Krenek, de Hába y<br />
de Jarnach, el músico nacido<br />
en la localidad letona de<br />
Wenden fue autor de un<br />
reducido catálogo compuesto<br />
por 22 obras numeradas. Si las<br />
citadas partituras sinfónicas<br />
(dedicadas respectivamente a<br />
Berg y Krenek) o el Rondó, op.<br />
9 (estrenado el año 1921 en<br />
Berlín por Nikisch) reflejan<br />
esa tensión expresionista<br />
característica de la música alemana nacida en el convulso<br />
período de entreguerras, la Sinfonía nº 3, op. 19 pertenece ya a<br />
sus últimos años de actividad creadora. Concluida en<br />
noviembre de 1947 y estrenada cuatro años después, apenas<br />
encierra ya -si no es en su breve Scherzo y algunas secciones del<br />
Rondó final- esas sonoridades aceradas e incisivas que<br />
otorgaban asperezas al denso tapiz sonoro de sus hermanas<br />
mayores.<br />
Tras la audición de esta obra, Krenek confió a Tiessen que el<br />
movimiento lento constituía para él «el más bello adagio del<br />
siglo XX». Si hoy -y, sobre todo, después de conocer las<br />
estremecedores páginas homónimas de Wellesz, igualmente<br />
redescubiertas por CPO- parece arriesgado confirmar la tajante<br />
opinión del autor de Jonny spielt auf, no lo es corroborar la<br />
amarga tristeza, la belleza enrarecida y desolada de esta música<br />
desasosegante como pocas (y los Capricci, op. 21 dedicados a<br />
Jarnach y atravesados de fantasmales ecos mahlerianos, no<br />
contribuyen precisamente a despejar las dudas) que sólo pudo<br />
gestar un hombre profunda y dolorosamente atormentado.<br />
Ahora que CPO ha recuperado al excelente Yinon para esta<br />
causa, recordemos que el Concierto para piano, op. 15 (que<br />
estrenara su autor con Abendroth y más tarde dirigieron<br />
Klemperer y Walter), Ständchen, op. 16, la Konzertstück, op. 18,<br />
la Sinfonía nº 4, op. 20 y Monogramme, op. 22, su última obra,<br />
duermen aún el sueño de los justos. La música de Eduard<br />
Erdmann nunca podrá administrarse como antidepresivo pero,<br />
aunque sea con una pegatina que lo advierta, CPO ha adquirido<br />
ya el inexcusable deber cultural de dispensarla.<br />
Jean Marie Viardot<br />
EDUARD ERDMANN (1896-1958): Sinfonía No. 3, op. 19; Capricci (Eine kleine<br />
Kaleidoskop für Orchester), op. 21 / Brandenburgisches Staatorchester Frankfurt.<br />
Dir.: Israel Yinon / CPO / Ref.: 777068-2 (1 CD) D2<br />
FELIX WEINGARTNER (1863-<br />
1942): Sinfonía nº4 en Fa mayor<br />
op.61; Der Sturm (Obertura); Der<br />
Sturm (Suite); Serenata para<br />
orquesta de cuerda /<br />
Sinfonieorchester Basel. Dir.: Marko<br />
Letonja / CPO / Ref.: 777098-2 (1<br />
CD) D2<br />
Como en el caso de sus paisanos Jean Cras y<br />
Paul Le Flem, Joseph Guy Ropartz (1864-<br />
1955) enriqueció una sustanciosa herencia<br />
musical derivada de las enseñanzas de César<br />
Franck con el salutífero influjo del folclore de su<br />
Bretaña natal. Ropartz conoció a Fauré, Dukas y<br />
Chausson y contó entre sus mejores amigos a<br />
Magnard y d’Indy; estas referencias biográficas y<br />
estilísticas asoman por muchos de los rincones de<br />
una obra temprana como la Sinfonía nº 1 «Sobre<br />
un coral bretón», página casi de juventud (el músico contaba treinta<br />
años cuando la escribió en 1894-95) pero muy ambiciosa, al tiempo<br />
que adscrita a esa corriente de reivindicación regionalista que dará<br />
frutos plenamente granados en obras de autores más o menos<br />
coetáneos como d’Indy (Symphonie Cévenole), Séverac (En<br />
Languedoc), Canteloube (Chants<br />
d’Auvergne) o Emmanuel<br />
(Chansons bourguignonnes,<br />
Sinfonía nº 2 «Bretona»).<br />
La instrumentación organística,<br />
por grandes bloques al unísono, y<br />
la estructura cíclica revelan<br />
todavía una férrea dependencia<br />
franckista, si bien esa ensoñadora<br />
pátina nostálgica que asoma en el<br />
Lento central -y que domina los<br />
más melancólicos pasajes de su<br />
magistral ópera Le Pays,<br />
comentada ya en estas páginas<br />
(Boletín <strong>Diverdi</strong> nº 101)- y la perfecta asimilación del folclore bretón,<br />
sin asomo alguno de pintoresquismo, manifestada en el movimiento<br />
conclusivo, pertenecen sólo al talento del joven Ropartz. No es<br />
extraño que el certero juicio de Paul Dukas calificara a esta sinfonía<br />
primeriza como «de gran importancia y […] una de las más<br />
interesantes que hemos escuchado desde hace mucho tiempo».<br />
Pero si la Primera constituye ya una página de incuestionable<br />
estatura, quince años más tarde Ropartz alcanza con su Sinfonía nº<br />
4 (1910-11) las cumbres de la obra maestra. Sin abandonar el influjo<br />
de Franck, y tras un breve tema en la cuerda, luego retomado por las<br />
trompas, que curiosamente parece anticipar a Korngold, el rabioso,<br />
arrollador empuje alla Magnard que inaugura el Allegro moderato<br />
inicial, la fragmentación temática y la magistral instrumentación<br />
que, pese a su masividad, abunda en originales alianzas tímbricas, el<br />
finísimo aroma bretón (intervenciones de las maderas en Adagio)<br />
que destila una partitura que alía la elegancia de sus motivos<br />
melódicos con una vehemencia nunca grandilocuente, o la<br />
emocionante -casi mahleriana- unción con que se cierra la obra nos<br />
hablan, sin ninguna duda, de un sinfonista de enorme envergadura y<br />
experiencia, con unas ideas verdaderamente personales y una voz<br />
que sabe expresarlas, muy lejos de esa imagen de autor menor o<br />
epigonal con que Ropartz ha pasado a la historia. Se comprende que<br />
esta composición admirable conociera en su tiempo cierta<br />
celebridad en Norteamérica tras el estreno transatlántico a cargo de<br />
la Sinfónica de Boston bajo la batuta de André Caplet.<br />
Nada más lógico que sea la Orquesta Sinfónica y Lírica de Nancy<br />
-la ciudad cuyo conservatorio dirigiera el músico entre 1894 y 1919la<br />
encargada de reivindicar su memoria, con motivo del 50<br />
aniversario de su muerte. El presente volumen constituye el primero<br />
de los tres con los que Timpani incorpora a su catálogo el<br />
desconocido ciclo de sinfonías de Ropartz. Ya sabíamos por Plasson<br />
(EMI, 1985) las maravillas que encierra la Tercera; si Segunda y<br />
Quinta mantienen el nivel -altísimo- de estas dos primicias<br />
discográficas que tan formidablemente defiende Sebastian Lang-<br />
Lessing estaremos ante uno de los más hermosos legados sinfónicos<br />
de la escuela francesa que ningún amante de Franck, Duparc,<br />
Chausson, Magnard, Vierne o Tournemire deberá ignorar.<br />
( 21 )<br />
TIMPANI revela la magistral Cuarta Sinfonía de Ropartz<br />
Por siempre Bretaña<br />
J.M.V.<br />
JOSEPH-GUY ROPARTZ (1864-1955): Sinfonía nº 1 en La menor Sur un choral breton;<br />
Sinfonía No. 4 en Do Major / Orchestre Symphonique et Lyrique de Nancy. Dir.:<br />
Sebastian Lang-Lessing [Primera grabación discográfica] / TIMPANI / Ref.: 1C1093 (1<br />
CD) D2
Obras vocales de Rheinberger,<br />
en CARUS<br />
Para cantar en<br />
casa<br />
Al maestro (más aún:<br />
profesor) Josef Gabriel<br />
Rheinberger (1839-1901)<br />
le tocó vivir el apogeo y la<br />
consumación del romanticismo.<br />
Vivió, por decirlo sucintamente,<br />
entre Mendelssohn y Mahler. En<br />
estas obras corales se advierte la<br />
querencia que le corresponde.<br />
Hay en ellas el trasfondo social<br />
del protestantismo, la<br />
congregación que canta en el<br />
templo y que prolonga el gusto<br />
polifónico en casa, en reuniones<br />
de familiares y amigos.<br />
La primera serie, para coro<br />
con solistas y piano, lleva por<br />
título Del Cuerno de Oro y se<br />
vale de textos populares turcos,<br />
obviamente en versión alemana,<br />
esta vez de Bernhardine<br />
Schulze-Schmidt. Cuenta la<br />
historia de una pareja de<br />
enamorados a lo largo del día y<br />
no es la única obra del autor que<br />
evoca al Oriente. También lo<br />
hizo en alguna pequeña pieza<br />
teatral. El gusto romántico por la<br />
sencillez popular y la<br />
matización orientalista, hacen<br />
acto de presencia.<br />
Los otros ciclos, para coro a<br />
capella, responden más al gusto<br />
del romanticismo intimista.<br />
Jardín de amor, sobre textos de<br />
su mujer Franziska y de Robert<br />
Reinick, y Tormenta y paz, con<br />
poemas de Julius Sturm,<br />
recorren las atmósferas de la<br />
meditación solitaria, la<br />
contemplación de la naturaleza,<br />
el mundo inmediato y<br />
misterioso que está lleno de<br />
percepciones visibles y de<br />
sugestiones invisibles.<br />
Rheinberger luce en ellos su<br />
sabiduría polifónica, sus finas<br />
armonizaciones, su<br />
temperamento comedido que<br />
sujeta a una sensibilidad<br />
volcada sobre la variedad<br />
infinita del universo.<br />
Blas Matamoro<br />
JOSEF GABRIEL RHEINBERGER (1839-<br />
1901): Von Goldenen Horn op. 182<br />
(Liederspiel Turco); Liebesgarten op. 80,<br />
In Sturm und Frieden op. 170 / Silke<br />
Schwarz, soprano. Christine Müller, alto.<br />
Hans Jörg Mammel, tenor. Markus<br />
Volpert, bajo. Freiburger Vokalensemble.<br />
Chia Chou, pianoforte. Dir.: Wolfgang<br />
Schäfer / CARUS / Ref.: Carus 83.177 (1<br />
CD) D2<br />
Última remesa de obras sinfónicas de Peterson-Berger (1867-1942), en CPO<br />
Dulce compositor, amargo crítico<br />
Sibelius, Nielsen y hasta Stenhammar eran considerados por él compositores banales y demasiado<br />
revolucionarios, los violinistas virtuosos desafinaban e inventaban notas que no estaban en la<br />
partitura, los cantantes de ópera hacían «gallos» (parece ser que Jussi Bjorling apareció en su<br />
casa una noche con la sana intención de pegarle, tras una mala crítica, pero todo acabó en<br />
borrachera) , la Orquesta Filarmónica de Estocolmo estaba compuesta por palurdos...todo era motivo<br />
de crítica atroz para el terrible Wilhelm Peterson-Berger en sus famosas crónicas periodísticas, las<br />
cuales le valieron la enemistad y el odio de media Suecia, el veto a que sus óperas fueran estrenadas<br />
(todas ellas con nombres que suenan a sillas de IKEA: Adilis, Elisiv, Arnljot...), la obligación de<br />
abandonar la sala instada por solistas que no querían tocar en su presencia,<br />
e incluso alguna demanda judicial. (Atención, he escrito una de las frases<br />
más largas de la historia del boletín DIVERDI).<br />
La última de sus sinfonías fue bautizada como «Soledad», y es un<br />
monumental fresco en el que este sustantivo se supone sinónimo de<br />
felicidad. Por supuesto que «los otros» críticos se cebaron en ella,<br />
acusándola de ser una pura apología del romanticismo germano sin ningún<br />
tipo de originalidad. De nuevo nos encontramos con ese curioso aire<br />
oriental (señalado especialmente por el piano utilizado como xilófono), y<br />
esa opulencia al mismo tiempo bella y decadente que caracteriza toda la<br />
obra sinfónica de P.B., que a ratos puede emocionar y a ratos desagradar,<br />
pero objetivamente es magnífica y de solidísima construcción.<br />
El lenguaje pentatónico de esta epigónica creación del que fue conocido<br />
como Peterson-Arger (Arger significa «amargo» en sueco), así como el de su Concierto para Violín fue<br />
clasificado por «los otros» como descendiente directo del Turandot pucciniano. Quizás esto fue una<br />
treta hecha a propósito: P.B. odiaba a Puccini, y «los otros» sabían dónde debían atacar.<br />
Multitud de ideas temáticas se mezclan en este apasionado Concierto, que cuenta con una<br />
tortuosa cadenza en su largo primer movimiento, y culmina nada menos que con un rondó lapón.<br />
Además de ser uno de los poquísimos conciertos para violín y orquesta jamás escritos en Suecia<br />
(aunque mucha gente culta piense aún que en países como Suecia jamás ha habido compositores),<br />
estaría perfectamente justificada su incursión en el romancero de los grandes violinistas.<br />
Y por último un detalle más de la mala idea de P.B.: nótense en esta Quinta, en el primer<br />
movimiento, la aparición de las trompetas que parecen desafinar en la cuarta nota. Los que aquí<br />
presentes escuchamos por primera vez esta sinfonía, pensamos que realmente se trataba de una pifia<br />
de los trompetistas, lo cual extraña ya que la orquesta de Norrköping es una maravilla. Pero ese<br />
mismo mini tema es recogido posteriormente por diferentes secciones de la orquesta, y finalmente<br />
expuesto con todo descaro por todos «a tutti». Con lo cual se confirma que la pifia en sí es un leitmotiv:<br />
P.B. se antepone 100 años a Jobim al crear el primer tema desafinado de la historia.<br />
Su explicación fue la siguiente: «Estaba tan seguro de que los trompetistas de la orquesta de<br />
Estocolmo iban a desafinar al dar esa nota, que directamente la convertí en dos». Verdaderamente un<br />
crítico con mala leche, pero que sabía componer.<br />
( 22 )<br />
Mel Smith-Window<br />
WILHELM PETERSON-BERGER (1867-1942): Sinfonía No. 5; Concierto para violín / Ulf Wallin, violín / Norrköping Symphony<br />
Orchestra. Dir.: Michail Jurowski / CPO / Ref.: 999984-2 (1 CD) D2<br />
Yakob Kreizberg graba la tremenda Séptima de Bruckner<br />
al frente de la Sínfonica de Viena<br />
Un buen tándem<br />
Yakob Kreizberg es uno de los directores más prometedores de las<br />
últimas generaciones llegadas a los podios de las mejores<br />
orquestas del mundo. Hoy está al frente como titular de la<br />
Orquesta Filarmónica de Holanda y es primer invitado de la Sinfónica<br />
de Viena. Su trabajo con esta última no ha pasado desapercibido para<br />
la crítica europea, que ha alabado la flexibilidad de la formación para<br />
adaptarse a la personalidad de un maestro que ha sabido abrillantar su<br />
sonido y, en cierta manera, aumentar la autoestima de una orquesta<br />
cuyos últimos titulares han hecho recordar tiempos mejores y lejanos.<br />
Muestra del buen entendimiento entre la centuria vienesa y su director ruso-americano nos llega esta<br />
Séptima de Bruckner excelentemente planteada y magníficamente tocada por una orquesta que se<br />
siente, sin duda, muy a gusto. Kreizberg, que expone muy seriamente el Allegro moderato, se demora<br />
con intención bien expresiva en el Adagio, sabiendo alcanzar muy bien ese punto culminante de la<br />
sinfonía que lleva dentro ese segundo movimiento, aderezado aquí con timbales, platillos y triángulo,<br />
eso que a algunos les parece un sacrilegio y a otros les permite, como decía el inolvidable Angel<br />
Fernando Mayo, no quedarse a media ración. El Scherzo y el Finale llegan con el necesario guiño<br />
rústico aquél y con el poderío y la grandeza que le son propias éste. Una excelente versión, en suma,<br />
de una de esas obras que examinan de verdad a un director de orquesta.<br />
Pablo Batallán<br />
A. BRUCKNER: Sinfonía nº 7 / Orquesta Sinfónica de Viena. Dir.: Yakob Kreizberg / PENTATONE / Ref.: PTC 5186051 (1 SACD)<br />
D1
Obras para clarinete y orquesta de Magnus Lindberg en ONDINE<br />
Eficacia y transparencia<br />
Hacia finales de los ochenta la trayectoria de Magnus Lindberg (Helsinki, 1958), hasta entonces paladín<br />
de las propuestas de la vanguardia musical europea, colaborador de Gérard Grisey y seguidor de los<br />
cursos de Lachenmann, Ferneyhouhg o Donatoni, conoce si no un vuelco radical sí al menos un<br />
marcado giro. Lindberg descubre la posibilidad de una «tercera vía» en la creación contemporánea, un espacio<br />
poco transitado entre el post-serialismo y el neoclasicismo. De este modo recupera elementos casi marginados<br />
por los compositores más avanzados del siglo, en especial la melodía, al tiempo que acerca la armonía, el ritmo y el contrapunto a<br />
terrenos más cercanos a la tradición clásica. Su música, con todo, conservará en cierto modo memoria genética de las mutaciones<br />
operadas por las sucesivas vanguardias, adoptando rasgos de una moderada modernidad, de inmejorable acabado pero sin estridencias,<br />
en absoluto carente de atractivos. Ejemplo de ello: las tres piezas contenidas en este compacto del sello ONDINE, dirigidas por el<br />
impecable Sakari Oramo a la cabeza de una Finnish Radio Simphony Orchestra siempre equilibrada y flexible.<br />
Al clarinetista Kari Kriikku ha dedicado Lindberg desde 1979 varias obras, entre ellas el presente Concierto para clarinete (2002). Los<br />
cinco movimientos en que se estructura permiten múltiples ocasiones de lucimiento al solista, que despliega un amplio catálogo de tonos<br />
que van de lo emotivo y dramático hasta lo humorístico e irónico, apuntando en los mejores momentos a una civilizada disonancia y<br />
convocando incluso cierto espíritu jazzístico. Con alternancia de remansos de paz y agresivos ataques orquestales, el proteico espacio<br />
sonoro es definido con eficacia y transparencia. Gran Duo (2000), para trece instrumentos de madera y once de metal, de gran<br />
dinamismo y complejidad armónica, muestra una arquitectura elaborada mediante el fluido trenzado de microsucesos sonoros. Por<br />
último, Chorale (2001-2002), homenaje a Bach con un reconocible tema coral que surge y se desvanece, juega con los tiempos para<br />
alimentar gradualmente una tensión sólo resuelta en una elegante serie de compases finales.<br />
( 23 )<br />
Antón Piedrahita Tirado<br />
MAGNUS LINDBERG (1958): Concierto para clarinete; Gran Duo; Chorale / Kari Kriikku, clarinete / Finnish Radio Symphony Orchestra. Dir.: Sakari Oramo / ONDINE / Ref.:<br />
ODE 1038-2 (1 CD) D2<br />
Monográfico dedicado a Herbert Willi en WERGO<br />
Orografías abruptas<br />
Quizá por haber sido alumno de Olivier Messiaen, al alemán<br />
Herbert Willi (1956) le gusta llenar sus partituras de cantos<br />
de pájaros, representados por el fraseo locuaz y aleteante de<br />
trompetas, flautas y oboes; mientras, la orquesta se ensarza en<br />
obsesivos ostinati que abren<br />
espacios tan majestuosos como<br />
letales al vuelo de las cantarinas<br />
aves... Willi ha ido configurando<br />
una gramática orquestal coherente<br />
en sus silencios y explosiones, en<br />
sus densas armonías y bruscas<br />
rítmicas. Es un contemplador de la<br />
naturaleza, reconoce, pero sus<br />
obras no tienen demasiado de<br />
contemplativas; por lo general están<br />
plagadas de yuxtaposiciones sonoras,<br />
de disonantes contrapuntos<br />
y, sobre todo, de potentes<br />
estructuras que parecen querer<br />
rivalizar en grandeza con la abrupta orografía de su Vorarlberg<br />
natal, a la que ha dedicado el ciclo Montafon. A él pertenece Eirene,<br />
concierto para trompeta y orquesta cuyos volúmenes rotundos y<br />
enérgicos arriesgan aplastar las interesantes tentativas de elevación<br />
del instrumento solista, o los singulares amagos jazzísticos en que<br />
se resuelven algunas derivaciones; lo mismo sucede en ...geraume<br />
zeit..., concierto para flauta, oboe y orquesta perteneciente también<br />
a ese ciclo y que repite similares patrones rítmicos. Notables<br />
resultan, sin embargo, las atmósferas serenas que concitan una<br />
mayor sutileza tímbrica de la orquesta. Y notables igualmente<br />
resultan Räume, inspirada en Stalker de Andrei Tarkovski y quizá la<br />
mejor pieza del disco, y Rondino, ambas caracterizadas por sus<br />
complejas arquitecturas que alcanzan a integrar el desorden en<br />
tramas de gran transparencia, enfrentando varias líneas melódicas y<br />
manejando con soltura los más marcados contrastes.<br />
Günther Herbig, Michael Stern y Petri Sakari se turnan en la<br />
dirección de la magnífica Rundfunk-Sinfonieorchester Saarbrücken.<br />
Conde Fosco<br />
HERBERT WILLI (1956 -): Eirene (Concierto para trompeta y orquesta); Räume (para<br />
orquesta); … geraume Zeit … (Concierto para flauta, oboe y orquesta); Begegnung (para<br />
orquesta); Rondino (para orquesta; de la ópera « Schlafes Bruder») / Reinhold Friedrich,<br />
trompeta. Wolfgang Schulz, flauta. Hansjörg Schellenberger, oboe / Rundfunksinfonieorchester<br />
Saarbrücken. Günther Herbig, Petri Sakari, Michael Stern, dirección /<br />
WERGO / Ref.: 6673-2 (1 CD) D2<br />
Mazurkas op. 50 & 62 del autor polaco<br />
Bailando con Szymanowski<br />
Va de mazurkas, o sea de una mala traducción del polaco<br />
mazurek, una danza popular de las llamadas Tierras Bajas<br />
de Polonia, que en el siglo XVII, dado su predicamento, fue<br />
aceptada por la Corte y se convirtió en música culta. Desde luego,<br />
debemos a Chopin la universalidad de estas piezas pero fue Karol<br />
Szymanowski (1882-1937) el<br />
encargado de dar su versión, la<br />
propia del siglo XX. No estuvo<br />
solo en la tarea de adaptar el<br />
folclore al lenguaje de la<br />
revuelta centuria en la cual<br />
trabajaron Falla, Bartok y<br />
Stravinski, entre otros. Las<br />
obras que incluye este compacto<br />
datan de dos series, una<br />
de 1924-1926 y la otra de<br />
1933-1934.<br />
Dentro de compases con tres<br />
tiempos, las soluciones de<br />
nuestro músico son variables y se valen del antecedente<br />
chopiniano con cierta libertad, entre homenaje y actualización<br />
personal. Los ritmos tienden a desdibujarse hasta parecer el<br />
acompañamiento de danzas ideales en una lejana Corte fantasmal<br />
de leyenda. Las armonías recuerdan la deuda del polaco con la<br />
escuela francesa, pero a veces consiguen una acidez más propia<br />
del expresionismo, como si el autor se acordara de estar en<br />
campo eslavo, lo cual dramatiza la poética amabilidad que se<br />
atribuye vulgarmente a la mazurka.<br />
Algo parecido cabe decir en cuanto a las estructuras. Algunas<br />
son estróficas y simétricas: un tema cede el puesto a otro y vuelve<br />
al anterior. Otras abren paso a dos pares de temas repetidos. Otras<br />
son insistentes rondós. Otras, un tema único que se varía<br />
ligeramente y da lugar a una suerte de segundo tema dependiente<br />
y derivado. Como se ve, y más si se oye, estamos ante una<br />
propuesta variopinta, donde fórmulas sofisticadas de la moderna<br />
redacción musical se encuentran con ecos ancestrales y<br />
anónimos que suben de las Tierras Bajas a las alturas del Gran<br />
Arte en la Pequeña Forma. Ahí queda eso.<br />
B.M.<br />
KAROL SZYMANOWSKI (1882-1937): Mazurkas op. 50 & 62 / Anna Kijanowska,<br />
piano / DUX / Ref.: DUX 0417 (1 CD) D2
Monográfico de Witold Lutoslawski en DUX<br />
Vendavales orquestales<br />
Con este monográfico Witold Lutoslawski (1913-1994) a cargo del director Antoni Wit y la Orquesta<br />
Filarmónica de Varsovia nos adentramos en una de las regiones más interiores y centrales de la<br />
música polaca del siglo XX, ciertamente agitada por los disturbios y tumultos de la época. El<br />
Concierto para orquesta acusa en cierto modo el enfrentamiento con los comunistas de su país, a quienes<br />
no había convencido demasiado una composición anterior, la Sinfonía nº 1, juzgada opuesta a los<br />
criterios del realismo socialista. El autor se propuso entonces escribir una obra para amplios efectivos<br />
orquestales inspirada en el folklore polaco, idea que cristalizaría en este Concierto estrenado con gran éxito en 1954. Es verdad que más<br />
tarde veremos a Lutoslawski consolidar una gramática armónica y tonal más personal, más avanzada si se quiere, pero no es menos cierto<br />
tampoco que esta obra de influencia bartokiana supone una extraordinaria lección de exploración tímbrica, colorido orquestal y<br />
despliegue temático. Sus tres movimientos, que asignan sucesivamente a cada sección orquestal funciones concertantes, se articulan a<br />
partir de dinámicas estructuras de tensiones basadas en el constante juego de acumulación y liberación de energía. Anton Wit demuestra<br />
una profunda comprensión de esta pieza y contrasta con decisión dinámicas, ritmos y texturas, atacando por ejemplo el último<br />
movimiento, Passacaglia, Toccata e Corale, con un tiempo inusualmente lento y majestuoso, de enorme impacto emocional.<br />
Y como complemento de lujo el Concierto para violonchelo y orquesta (1970) creado a instancias de Mstislav Rostropovich, que les<br />
supondría a ambos más de un quebradero de cabeza con sus respectivos gobiernos. Ilustración del conflicto individuo-sociedad, esta<br />
iriscente y abrupta fantasía en un solo movimiento dividido en cuatro escenas comienza con un monólogo del instrumento solista que<br />
los metales intentan, sin conseguirlo, interrumpir; el violonchelo pretende dialogar en cuatro ocasiones con las demás secciones, que le<br />
responden siempre con aspereza, hasta la culminación de la pieza con un doloroso estallido. La presente versión de uno de los conciertos<br />
más significativos de la segunda mitad del siglo pasado pone de manifiesto la versatilidad y buena comunicación entre atriles de una<br />
Filarmónica de Varsovia en plena forma; el solista, Rafal Kwiatkovski, se defiende con dignidad de los vendavales orquestales que no<br />
dejan de sacudirle.<br />
WITOLD LUTOSLAWSKI (1913-1994): Concierto para orquesta (1954); Concierto para violonchelo (1970) / Rafat Kwiatkowski, violonchelo / Warsaw Philharmonic Symphony<br />
Orchestra. Dir.: Antoni Wit / DUX / Ref.: DUX 0499 (1 CD) D2<br />
Obras para dúo de piano de Gershwin, Copland y Bernstein<br />
América, América<br />
George Gershwin, Aaron Copland y Leonard Bernstein:<br />
¿los tres compositores americanos más populares del<br />
siglo XX? Seguramente. En cualquier caso, son los<br />
elegidos para conducirnos a un vibrante viaje al corazón<br />
musical norteamericano propuesto por el dúo pianístico<br />
Genova & Dimitrov (Aglika Genova y Liuben Dimitrov), cuyas<br />
grabaciones para el sello CPO de obras de Poulenc, Martinu,<br />
Schnittke o Shostakovich, entre<br />
otros autores, han sido recibidas<br />
con entusiástica algarabía por la<br />
crítica internacional. America for<br />
Two es un buen ejemplo de sus<br />
capacidades. Ambos teclistas<br />
demuestran una muy feliz<br />
compenetración -conseguida tras<br />
una década de constante<br />
colaboración-, una emocionante<br />
expresividad melódica y al mismo<br />
tiempo el más electrizante sentido<br />
rítmico.<br />
El programa, por otra parte, resulta<br />
ciertamente animado y placentero: en estos arreglos para dos<br />
pianos varias de las piezas reunidas, convertidas en dinámicas<br />
versiones camerísticas, parecen ganar en frescura y gallardía,<br />
en gracia sinuosa y aleteante. A este respecto, cabe señalar el<br />
vuelo lírico que atraviesa aquí la Porgy and Bess Fantasy de<br />
Gershwin, la expansiva impetuosidad que se apodera de El<br />
Salón México de Copland o el mundo de contrastes y denso<br />
cromatismo cristalizado en la presente lectura de West Side<br />
History de Bernstein. En cierto modo, las interpretaciones de<br />
Genova y Dimitrov sitúan estas conocidas obras en un<br />
interesante terreno, a mitad de camino de lo culto y lo popular,<br />
de lo clásico y lo moderno, haciendo circular por ellas una<br />
enérgica vitalidad. Un disco, por lo tanto, disfrutable no sólo<br />
por los aficionados a este repertorio, sino por cualquier oyente<br />
que quiera recordar algunas de las más conocidas páginas<br />
musicales del pasado siglo en intensas interpretaciones.<br />
A.P.T.<br />
AMERICA FOR TWO: Obras de Gershwin, Copland, Bernstein / Duo Genova &<br />
Dimitrov / CPO / Ref.: 777039-2 (1 CD) D5<br />
( 24 )<br />
Regresa el trombonista Christian Lindberg<br />
Mezclas sin complejos<br />
C.F.<br />
El carismático trombonista Christian Lindberg, para quien han<br />
compuesto obras autores de la envergadura de Xenakis, Berio o<br />
Gubaidulina, presenta un programa dominado en gran medida por<br />
el concepto de cross-over, por el cruce de géneros musicales<br />
diferentes. No puede ocultarse que las tres obras recogidas en esta<br />
grabación resultan bastante ligeras, lo<br />
cual no supone por supuesto ningún<br />
demérito. Se trata de composiciones<br />
dinámicas y vibrantes, alejadas de<br />
complejidades y resueltas con más o<br />
menos acierto. La primera y más<br />
convincente del lote tiene algo de<br />
insólita recuperación por cuanto se trata<br />
del Concierto para trombón y orquesta<br />
que Nathaniel Shilkret (quien dirigió la<br />
primera grabación de la Rhapsody in<br />
Blue de Gershwin) escribiera en 1945<br />
para ser interpretado por Tommy<br />
Dorsey, estrella popular en aquel<br />
entonces, y Leopold Stokowski, al frente<br />
de la Orquesta Sinfónica de Nueva York. Lindberg ostenta sus amplios<br />
recursos trombonísticos en esta partitura que mezcla jazz y clásica sin<br />
complejos, de rica instrumentación y evocadoras atmósferas. Por su<br />
parte, Concierto nº 1 para trombón y orquesta. El retorno de Kit Bones<br />
(2001) de Fredrik Högberg se inspira en los spaghetti-westerns de<br />
Sergio Leone, manejando con soltura un lenguaje, empalagosamente<br />
romántico a veces, tan cinematográfico como variado. Para finalizar,<br />
Helikon Wasp (2003), del propio Lindberg, que aquí dirige a una<br />
Orquesta Sinfónica de Sao Paulo muy bien engrasada y poseedora de<br />
una lujuriante tímbrica, versa sobre un personaje que «sólo confía en<br />
su instinto y que detesta la menor pretensión intelectual»... aunque lo<br />
cierto es que el autor recurre a la mitología griega para bautizar a su<br />
héroe: ¿quién entiende a los trombonistas modernos? En cualquier<br />
caso la pieza, un divertimento poliestilístico, convierte las sonoridades<br />
del trombón y de la orquesta en su mayor atractivo.<br />
A.P.T.<br />
CHRISTIAN LINDBERG interpreta NATHANIEL SHILKRET (1889-1992): Concierto para<br />
trombón y orquesta (1945); FREDRIK HÖGBERG (n. 1971): Concierto para trombón y<br />
orquesta No. 1 (The Return of Kit Bones); CHRISTIAN LINDBERG (n. 1958): Helikon Wasp<br />
(2003) para trombón director y orquesta / Christian Lindberg, trombón y dirección. Sao<br />
Paulo Symphony Orchestra. John Neschling, dirección / BIS / Ref.: BIS SACD 1448 (1<br />
SACD) D2
Eliahu Inbal nos propone la impresionante Sinfonía Alemana de uno de los grandes «comprometidos» del siglo XX<br />
Eisler, creyente<br />
No tiene que sorprendernos que a Eliahu Inbal le haya<br />
interesado tanto esta sinfonía como para tocarla con una<br />
orquesta en principio tan inadecuada como la Filarmónica<br />
de Radio France, y con el coro de la misma radio (y es cosa<br />
reciente, de noviembre de 2004, Cité de la Musique). No ha de<br />
sorprendernos porque aquí hay mucho de ese mundo sinfónico<br />
acaso crepuscular o quién sabe si «de crisis» que es el mahleriano.<br />
Y fue Inbal el gran renovador de las sensibilidades y la conciencia<br />
mahlerianas allá por los años 80. Todavía recuerdo aquel día que<br />
vino aquí con Frankfurt, nos dio aquella Quinta, y ¡Dios mío! nos<br />
caímos del caballo. Los que nos habíamos<br />
subido a alguno, quiero decir. Hay en esta<br />
Deutsche Sinfonie de Hanns Eisler mucho<br />
Revelge, mucho de la marcha «Soldaten» de<br />
Marie en Wozzeck, muchas de esas danzas<br />
infernales que a Mahler le gustaba hacernos<br />
bailar porque sin duda sabía que el infierno<br />
es cosa de este mundo.<br />
Pero también hay otras cosas. Hay una<br />
poética explícita, la de Bertolt Brecht, más un<br />
texto arreglado por Eisler a partir de otro de<br />
Ignacio Silote. Se nos dice que esta obra es<br />
de 1935 a 1947; si tenemos en cuenta que el<br />
Tercer Reich duró de 1933 a 1945, nos salen<br />
las cuentas de manera exacta. 1933 fue un<br />
año nefasto en todos los sentidos. 1947 fue<br />
feliz en muchos, y especialmente en algunos que el tiempo irá<br />
aclarando cada vez mejor. Y hay atisbos de heroísmo sinfónico, de<br />
realismo socialista. En la medida de lo posible, de buena ley. No<br />
responde todavía a consignas. El artista ha asumido la consigna y<br />
se dice: caramba, hay que arrimar el hombro, los camaradas y la<br />
causa me necesitan, a mí y a los que son como yo, maldita sea,<br />
somos unos pequeños burgueses, o no tan pequeños, así que hay<br />
que hacerse perdonar el estigma, el origen, la cuna, la cepa.<br />
Bueno, más o menos eso. Se nos dice en el libreto de presentación<br />
que también hay alguna crítica al estalinismo, pero nos da la<br />
impresión de que no es cierto. Eisler supo del XX Congreso; no así<br />
Brecht, que murió ese mismo año. Pero de lo que supieron ambos,<br />
sobre todo Eisler, fue del error y del horror de su generación, de la<br />
anterior y de las siguientes.<br />
Es lógico también que Eisler se fije en Mahler para su propio<br />
sinfonismo. Eisler es el rebelde de entre los discípulos de<br />
Schoenberg. Para éste, el arte era algo así como sagrado, y su causa<br />
también lo era, de manera que el arte era una cosa compleja que<br />
había que preservar en tiempos de auge, mas también, y sobre<br />
todo, en tiempos «malos para la lírica», por decirlo así. Para Eisler,<br />
la música tenía que dirigirse a un público amplio, al pueblo, que<br />
no sabía de cosas virgueras como la suspensión tonal, la<br />
emancipación de la disonancia, el serialismo y todas esas cosas de<br />
artista «separado» de las masas. Vaya, de modo que vamos a<br />
descubrir las bondades del dos por dos, amigo Eisler, podría haber<br />
dicho Schoenberg, y creo que en rigor algo así dijo. No, maestro,<br />
pero es que en su torre de marfil hace mucho frío, prefiero<br />
calentarme un poco con el pueblo ahí abajo, podría haber<br />
respondido Eisler, que tenía salidas por el estilo (aunque sabemos<br />
que la lengua más rápida y golpeante de todo el exilio era la del<br />
gordo Korngold).<br />
Cuando Eisler termina esta sinfonía, todavía vive ese oscuro y<br />
siniestro personaje llamado Zdánov, que no morirá hasta 1948,<br />
pero que tiene tiempo de hacer la gran purga de músicos soviéticos<br />
ese mismo año. Sin saberlo, Eisler da argumentos para esa purga<br />
con una obra como ésta. Que, sin embargo, hay que escuchar<br />
como lo que es, un fresco sinfónico impresionante. Por cierto, lo<br />
estrenó Eisler en abril de 1959 en la Staatsoper unter den Linden.<br />
La obra se compone de once partes o movimientos, unos<br />
puramente sinfónicos y otros vocales, para solistas, para coro, o<br />
para ambos. Por cierto, el tercero de estos fragmentos, de poco más<br />
de tres minutos, es un añadido de 1958. Esto indica, de paso, en<br />
qué medida valoró Eisler esta obra suya, cuánto la mimó, cuánto le<br />
acompañó en sus asendereados exilios y hasta qué punto la cuidó<br />
desde que éstos empezaron. Por cierto, esos exilios le trajeron a<br />
España, en cuya guerra civil luchó a favor del bando republicano<br />
en virtud de su adscripción comunista. Como militante, como<br />
( 25 )<br />
hombre honesto, Eisler no podía saber que la<br />
ayuda soviética a la España republicana era un<br />
ensayo general de dominación de un gobierno a<br />
través de un partido «filial». Comunista era Eisler<br />
y comunista siguió siendo. Ahí está esa justísima<br />
portada. Volveremos en seguida sobre ella.<br />
En sus andanzas, acaba en Estados Unidos. En<br />
Hollywood tiene problemas con la Comisión de<br />
actividades antiamericanas. Por una vez, Mac<br />
Carthy tenía razón: Eisler sí era comunista.<br />
Consiguió que le defendiera mucha gente,<br />
entre ellos Stravinski, que nunca se mojaba<br />
por nadie, al menos así como así, y menos por<br />
un «rojeras». Al menos, quedó de todo<br />
aquello el Hollywood Songbook (1938-43).<br />
Volvió Eisler a la Europa destruida por la<br />
guerra y se instaló en la parte de Alemania<br />
ocupada por la Unión Soviética, la que se<br />
convertiría en la República Democrática<br />
Alemana. Hans no podía saber que aquello<br />
iba a ser uno de los estados más siniestros de<br />
todos los tiempos, y compuso su himno. Allí<br />
se instalaba también su amigo y colaborador<br />
Bertolt Brecht, para el que había escrito la<br />
música de algunas piezas teatrales de gran<br />
importancia, como dos adaptaciones nada<br />
serviles como La madre y Schweik en la Segunda Guerra Mundial.<br />
Ambos, sobre todo, habían escrito numerosas canciones<br />
comprometidas con la causa, a menudo realmente vitriólicas.<br />
No duraron mucho ni uno ni otro en el nuevo y flamante país<br />
que fue capital de la guerra fría. Brecht tuvo la suerte de morir en<br />
1956 y no mancharse demasiado las manos; sólo un poco. Eisler<br />
murió en 1962: ¿del disgusto de ver que el camarada Walter<br />
Ulbricht y sus chicos levantaban un muro en Berlín?<br />
Vean la portada. Oigan la sinfonía. En ésta, Brecht y Eisler. En<br />
aquella, una militante del pueblo que une martillo y hoz para<br />
formar lo que ya sabemos. El comunismo tuvo mucha fuerza por<br />
eso, por la ingenuidad y generosidad del pueblo que lo defendió,<br />
por la ingenuidad y generosidad de los artistas e intelectuales que<br />
lucharon por él. El comunismo se diferencia del nazismo en que en<br />
éste tanto los intelectuales como los militantes de base, las<br />
juventudes y las senectudes están formadas por personas que son<br />
sacos inagotables de odio. En cambio, las élites, los dirigentes de<br />
un partido nazi y un partido comunista como aquellos dos que<br />
compadrearon en agosto y septiembre de 1939 y no se enfrentaron<br />
hasta la primavera de 1941; esas elites, digo, son más o menos<br />
intercambiables. Por eso hoy, pese a los males que el comunismo<br />
ha traido al mundo, se puede hacer una portada como ésta y<br />
entender su belleza. ¿Verdad que no se entendería lo mismo con<br />
una nena blonda que formara la cruz gamada?<br />
Si alguien quiere consultar las Memorias de Henze(1),<br />
encontrará allí el paisaje desolado en que se convirtió poco a poco<br />
y cada vez más deprisa la R.D.A., y lo que fue de algún que otro<br />
descendiente de Eisler. Y que conste que Henze ha sido de todo en<br />
esta vida, pero nunca agente de la CIA.<br />
Un bello disco. Hecho por franceses, curiosamente. Y por un<br />
israelí hierosolomitano, que es un artistazo, como saben bien los<br />
lectores de este insuperable boletín. Ya era hora de que esta obra<br />
saliera de las leyendas, de los archivos radiofónicos inaudibles (la<br />
verdad, no sé siquiera si se conserva algún registro de la vieja<br />
R.D.A.) y del ostracismo. Sí, del ostracismo de lo bienpensante. Es<br />
uno de esos interesantísimos discos a los que empieza a<br />
acostumbrarnos el tándem Radio France-Naïve.<br />
Santiago Martín Bermúdez<br />
NOTAS:<br />
(1) Hans Werner Henze: Canciones de viaje con quintas bohemias.<br />
Noticias biográficas. Antonio Amchado Libros. Fundación Scherzo.<br />
HANNS EISLER (1898-1962): Deutsche Sinfonie (Sinfonía alemana) / Koch, Masur,<br />
Schulte, Rydl. Jean-Louis Depoil & Pierre Roux, recitadores / Choeur de Radio France.<br />
Norbert Balatsch, director coral. Orchestre Philharmonique de Radio France. Myung-<br />
Whun Chung, dirección musical. Eliahu Inbal, dirección (Grabación en directo,<br />
19.11.2004, París) / NAÏVE / Ref.: V 5031 (1 CD) D1
El extraño y monumental Opus Clavicembalisticum de Kaikhosru Sorabji en BIS<br />
El palimpsesto y la incompletud<br />
La prueba de la existencia de una vanguardia se hace -su nombre lo indica- a posteriori, cuando tiene seguidores; y la aparición de<br />
seguidores anuncia ya que la vanguardia ha vivido, que es ya anacrónica. Entonces los ex-vanguardistas reivindican algunos títulos, el<br />
de «eterno enfant terrible» es muy requerido...<br />
Las pocas vanguardias que existieron con ese nombre estuvieron demasiado ligadas a los fascismos del siglo XX para seducirme; no<br />
quiero aquí, ni en otro lugar, cantar las virtudes de las músicas crapulosas (aunque...) sino recordar a un<br />
músico que no fue ni vanguardista ni enfant terrible; tampoco fue un músico de retaguardia, ni un epígono,<br />
creo. Tampoco sé si es un «gran» compositor, pero cuando lo escuché la última vez, para programarlo en La<br />
catedral vegetal (Radio Clásica, domingos 21h30, no se lo pierdan), pensaba en esas islas pacíficas, donde<br />
«lo actual se considera como algo carcomido, ajado, podrido; sólo lo antaño es joven y vigoroso; nosotros<br />
somos, seríamos, elementos del universo, y todo en nuestro cuerpo llevaría su traza. Traza -monte, fuente,<br />
orilla- hacia la que todos viajan, todos vuelven, traza que la admiración intensifica...»<br />
No hablo de Scelsi, sino de Sorabji, aunque, más allá de sus respectivas ideologías y estéticas -protozen y<br />
floridobudismo- tienen muchos sonidos en común. Para presentar ese Opus Clav, se puede decir que es un<br />
intento monstruoso por completar la Fuga a tres sujetos del Arte de la Fuga, a través del intento de Busoni<br />
con la no menos monstruosa Fantasía contrappuntistica (la marca musical B-A-C-H que interrumpe el último<br />
contrapunctus del Arte de la Fuga, se encuentra en el Opus Clav, y le da una estructura). Sorabji, al igual que<br />
Busoni y Ronald Stevenson (el compositor de la asombrosísima Passacaglia on D-S-C-H), actúa como si el<br />
compositor reescribiese unas notas que otros ya han escrito; como si el compositor fuese un transcriptor de<br />
transcriptores anteriores, como si la música fuese una escritura generalizada de si misma, como si la música fuese un inmenso palimpsesto<br />
teniendo por ineludible destino la incompletud. Por ello quizá, escuchamos estas obras como si se tratara de un esbozo (de obligada<br />
generosidad en la duración: unos 90 minutos para la Passacaglia; unas cuatro horas para el Opus Clav en esa versión de Madge y unas seis<br />
horas en la versión de John Ogdon) sobre el cual había que improvisar. Y, en esas falsas repeticiones de temas y situaciones, reapariciones<br />
de formas manipuladas a lo Wong Kar-Waï, el imaginario empieza a flotar.<br />
KAIKHOSRU SORABJI (1892-1988): Opus Clavicembalisticum / Geoffrey Douglas Madge, piano / BIS / Ref.: BIS 1062/1064 (3 CD) D2 x 3<br />
Monográfico dedicado al finlandés Pehr Henrik Nordgren, en BIS<br />
Cuando rock significa roca<br />
Que nadie se lleve a error (yo lo hice) al leer el título de la primera pieza de este<br />
disco para orquesta de cuerda, Rock Score; nada tiene que ver con la música<br />
rock, sino con lo que el término «rock» significa desde siempre: roca. La razón<br />
de este título equívoco es que esta primera obra está creada para su interpretación en una<br />
sala de conciertos tallada en la roca madre, excavada dentro de roca viva en el pequeño<br />
pueblo de Kaustinen. Quien encargó la composición al<br />
finlandés Pehr Henrik Nordgren (1944) no se equivocó en<br />
su elección. Al principio nos cortan la respiración silencios<br />
repentinos, insondables como simas, flanqueado por<br />
sonoridades armónicamente caóticas y agradabilísimas;<br />
texturas creadas con los colores de la cuerda, maleable<br />
como material onírico en manos de Nordgren. La segunda<br />
mitad de la obra resulta más convencional (dualidad que se<br />
repite en las tres piezas del cd), quizá porque entra en una<br />
región más comprensible para la mente pero más alejada<br />
del corazón, concluyendo con una especie de danza eslava<br />
dislocada, aunque sin la amargura con la que podría<br />
haberlo hecho Shostakovich.<br />
Silencio, pizzicatos y tersas manchas de sonido van<br />
adentrándonos en el paisaje de la segunda obra, el Concierto para violonchelo nº1.<br />
Atención al volumen en este cd, pues las composiciones pasan del tutti al silencio sin<br />
previo aviso. Es música sorpresiva, más que sorprendente; emocionada, que no<br />
emocionante; gesticulante pero no expresiva. Sin embargo, atravesados ya los escollos de<br />
una primera escucha, una segunda se convierte en una experiencia reveladora, que<br />
convierte los quiebros bruscos en viejos conocidos; sensaciones similares recuerdo<br />
cuando descubrí el Concierto de Berg a la memoria de un ángel. Marko Ylönen y su<br />
violonchelo no nos dicen nada, tan solo trazan líneas, escasas de ornamentación,<br />
ocupando el silencio, rumiando pensamientos sin intención de ser entendidos; como<br />
frases de las cuales se han sustraído los adjetivos y adverbios. Pero cada aparición de la<br />
orquesta en esa oscuridad nos despierta de tal modo que pensamos estar ante un<br />
concierto para orquesta y violonchelo más que para violonchelo y orquesta. También es<br />
una sensación que queda tamizada en una segunda escucha, en la que ambos, solista y<br />
conjunto, reequilibran sus posiciones aunque la orquesta siempre salga ganadora por una<br />
cabeza. Hay que apuntar que la Ostrobothnian Chamber Orchestra, dedicataria de las<br />
tres piezas del disco, suena de maravilla, con o sin su director Juha Kangas.<br />
( 26 )<br />
José Velasco<br />
PEHR HENRIK NORDGREN (1944 -): Rock Score; Concierto para violonchelo; Transe-Choral / Marko Ylönen<br />
(violonchelo). Ostrobothnian Chamber Orchestra. Juha Kangas, dirección / BIS / Ref.: BIS 1356 (1 CD) D2<br />
Pierre Élie Mamou<br />
MÉLANCOLIE: Obras de Samuel Barber, Gabriel Fauré,<br />
Wolfgang Amadeus Mozart, Henry Purcell, Christoph<br />
Willibald Gluck, Antonio Vivaldi, Ludwig van<br />
Beethoven, Pascal Dusapin, Claude Debussy, Stephane<br />
Grappelli, Georg Friedrich Haendel, Robert Schumann,<br />
Johann Sebastian Bach, Nicolò Porpora, Jean Sibelius,<br />
John Dowland, Frédéric Chopin, Claudio Monteverdi,<br />
Gustav Mahler, Ferenc Liszt, Philipp Glass & Piotr Ilych<br />
Tchaikovski / Varios intérpretes, orquestas y directores /<br />
NAÏVE / Ref.: V 5036 (2 CD) D1<br />
VIENA 1900: Obras de Richard Strauss, Johannes<br />
Brahms, Arnold Schoenberg, Anton Webern, Alban<br />
Berg, Alexander von Zemlinsky, Gustav Mahler &<br />
Franz Schrecker / Dawn Upshaw, soprano. Anne<br />
Gastinel, violonchelo. Andrea Bonatta, Louise<br />
Bessette, Pierre-Laurent Aimard, Stefan Litwin, pianos.<br />
Arditti String Quartet. Orchestre National de<br />
Bourdeux-Aquitane. Orchestre National de France.<br />
Alaine Lombard, Bernard Haitink, directores / NAÏVE /<br />
Ref.: V 5039 (2 CD) D1
Sylvano Bussotti y su Rara Requiem en COL-LEGNO<br />
La voluptuosidad de un réquiem<br />
No está de más apuntar aquí que la citada obra se escribió en 1969 -revisándose en 1970- porque,<br />
considerando que pertenece a una vanguardia pretérita y a una escritura en su momento nada<br />
convencional pero que ha caído un tanto en desuso, es, sin embargo, una obra que conserva una<br />
modernidad y un atractivo admirables. Razones hay. Sylvano Bussotti (Florencia, 1931) es, en primer lugar, ese<br />
uomo di teatro que conoce bien los recursos de la escena, su rica tradición -algo desdeñada por la vanguardia del momento- siendo él<br />
mismo escenógrafo, diseñador de vestuario, pintor y escritor. Pero al tiempo, por influencia directa de John Cage, se hace célebre desde<br />
1959 como pionero de la notación gráfica y el gesto sonoro, algo que no ha abandonado nunca.<br />
The Rara Requiem es una pieza en dos partes de carácter operístico, no obstante en su origen fue concebida como parte integrante<br />
de la ópera Lorenzaccio (1968-1972) y su tejido textual está formado por un collage de fragmentos y citas literarias de 23 autores<br />
diferentes de todas las épocas en el que los fragmentos se suceden de forma encadenada explorando al tiempo virtuosísticamente la<br />
tímbrica, la formas de emisión de voz sin disimular su tendencia esteticista, su propensión a la extravagancia ornamental, sin bien Bussotti<br />
es sabio a la hora de equilibrar el suntuoso color con una escritura musical refinada, elegante y contenida cuando se requiere.Y mientras<br />
que las voces obedecen a una distribución tradicional, la orquesta prescinde de la cuerda valorando la percusión y el viento, añadiendo<br />
arpa, guitarra, piano y un violonchelo solista.<br />
Dirige con excelente pulso un buen conocedor del trabajo del florentino: el madrileño Arturo Tamayo. La orquesta y el coro son los<br />
del veneciano Teatro La Fenice que dirigió tiempo ha el propio Bussotti.<br />
Afirmar la vida y sus placeres por encima de la muerte es volutad de este Rara Requiem. Nos quedaremos sin saber a ciencia cierta<br />
si el epíteto es, como se supone, el alter ego del compositor. No importa, ahí está en todo caso su extraordinario trabajo.<br />
( 27 )<br />
Manuel Luca de Tena<br />
SYLVANO BUSSOTTI (1931): The Rara Requiem / Alda Caiello, soprano. Luisa Castellani, mezzo. Ezio Di Cesare, tenor. Roberto Abbondanza, bajo. Vocal Sextet. Mario<br />
Brunello, violonchelo. Dario Bisso, guitarra. Orchestra e Coro del Teatro La Fenice. Giovanni Andreoli, dirección coral. Arturo Tamayo, dirección (Grabación en directo, Venecia<br />
1998) / COL LEGNO / Ref.: WWE 20221 (1 CD) D2<br />
¿<br />
Música contemporánea indonesia para piano en MDG<br />
El budismo Hinayana<br />
y Morton Feldman<br />
Música contemporánea indonesia para piano? ¡Diantre! ¿Y a<br />
qué puede sonar tal cosa? Es lo primero que uno, llevado por<br />
la excitación, piensa antes de escuchar este disco. Pero pronto<br />
se percibe que Asia Avantgarde Indonesia no calmará el ansia de<br />
exotismo de ningún oído inquieto, pues los cinco compositores<br />
que aquí se presentan han estudiado composición en Europa o<br />
bien se han formado en los<br />
departamentos de música occidental de<br />
su país. Es decir, que en sus creaciones<br />
no se realizan apenas concesiones a eso<br />
que podríamos denominar «color local»;<br />
es decir también, que sus obras suenan<br />
como las de cualquier otro autor nacido<br />
en Colonia o en Las Vegas, por ejemplo,<br />
constituyendo en conjunto un magnífico<br />
ejemplo de que la globalización afecta,<br />
ay, y en profundidad, al universo de la<br />
creación contemporánea. Y con todo,<br />
estas piezas, todas ellas ciertamente de<br />
inmejorable construcción sonora y sugestiva inspiración,<br />
comparten un aspecto muy especial: su mágica atmósfera de<br />
quietud, de inmovilidad, de contemplación. ¿Influencia del<br />
budismo Hinayana o de Morton Feldman? Quién sabe. El caso es<br />
que este rasgo aparece en Svara y Yu Taha, ambas composiciones<br />
del padre de la moderna música indonesia, Slamet A. Sjukur,<br />
caracterizadas por sus suaves disonancias armónicas y por unas<br />
estructuras rítmicas de atractiva complejidad dinámica, pero<br />
también en las de posteriores seguidores, cuyos nombres<br />
citaremos a efectos informativos: Paul Gutama Soegijo, Michael<br />
Asmara, Soe Tjen Marching y Dody Satya Ekagustiman.<br />
El pianista Steffen Schleiermacher, aplaudido intérprete de Cage<br />
(especializado al parecer en los repertorios menos frecuentados,<br />
como ya demostró en un anterior y excelente registro para el sello<br />
MDG, American Ultramodernist), transita entre estas obras a<br />
manera de presencia casi inmaterial, dejándolas elevarse en<br />
volutas como humo de incienso en el crepúsculo.<br />
A.P.T.<br />
ASIA PIANO AVANTGARDE: Indonesia. Obras para piano de Paul Gutama Soegijo,<br />
Slamet A. Sjukur, Michael Asmara, Soe Tjen Marching & Dody Satya Ekagustiman /<br />
Steffen Schleiermacher, piano / MDG / Ref.: MDG 1322 (1 CD) D2<br />
Dos exigentes obras en colaboración entre el poeta Edoardo<br />
Sanguineti y el maestro italiano en WERGO<br />
Berio toma la palabra<br />
Luciano Berio y el poeta Edoardo Sanguineti colaboraron con<br />
recíproco entusiasmo en la creación de distintas obras sobre<br />
todo durante los heroicos años 60; Passaggio, Esposizione,<br />
Laborintus II y A-Ronne, ya del año 74<br />
y que incluye este CD, son fruto de un<br />
espíritu rompedor y una imaginación a<br />
veces desbordante en donde el texto se<br />
explora a fondo hasta adivinar su<br />
potencial semántico y sonoro; es, en<br />
cierto modo, un laboratorio de<br />
investigación de la voz humana en el<br />
que se construye, se desconstruye, se<br />
analiza o sintentiza y se bucea en<br />
complejas situaciones no precisamente<br />
«fáciles» de escuchar en sus momentos<br />
más extremos. A-Ronne es un documental radiofónico para cinco<br />
actores en el que Berio dramatiza y musicaliza en directa<br />
colaboración con los intérpretes el texto escrito en cinco idiomas<br />
como una imagen dramática en forma de collage del nacimiento<br />
del mundo en sus balbuceos, onomatopeyas, locos desenfrenos y<br />
confusión. Obra, por tanto, hija de su época.<br />
Para Sanguineti no existe mejor contexto musical para sus<br />
textos que el que le proporciona su amigo Berio que encarna<br />
pura y simplemente cómo la música puede ser planteada y<br />
pensada hoy día, según sus palabras. Canticum Novisimi<br />
Testamenti (1989) es, por otro lado, un trabajo más homogéneo<br />
menos experimental y pretencioso, enteramente escrito en<br />
italiano actual. El poema nos habla de la edad madura, la muerte<br />
y lo efímero, no sin sus buenas dosis de alegre sarcasmo y<br />
vértigo. Ocho cantantes, cuatro clarinetes y cuatro saxofones<br />
participan estos quince Canticum cuyo significado se refiere<br />
hacia el final de la obra: «Estoy aquí cantando para cantar,<br />
diciendo para decir, hablando para hablar, haciendo mi<br />
testamento, no pasando el tiempo». Sin más comentarios.<br />
Un importante reto musical que llevan a cabo brillantemente<br />
los Neue Vocalsolisten Stuttgart, grandes investigadores y<br />
especialistas del género junto al director Peter Rundel y los ocho<br />
estupendos vientos.<br />
M.L.T.<br />
LUCIANO BERIO (1925-2003): Canticum Novissimi Testamenti; A-ronne / Neue<br />
Vocalsolisten Stuttgart. Newears4 clarinets. Xaxax, ensemble de saxophones<br />
modulable. Dir.: Peter Rudel / WERGO / Ref.: 6678-2 (1 CD) D2
Obras vocales de Lepo Sumera, en BIS<br />
Sortilegios estonios<br />
Cuando uno escucha estas piezas corales del estonio Lepo Sumera (1950-2000) parece de repente trasladarse<br />
a algún mundo pagano todavía regido por antiguos rituales chamánicos. Quizá sea una característica de los<br />
compositores de ese país báltico, influidos largamente por el folklore, pero lo cierto es que la misma<br />
sensación me asalta al escuchar a Veljo Tormis (aunque no a Arvo Pärt, tan inmerso él en la esfera del cristianismo<br />
ortodoxo): de inmediato me veo en mitad de una ceremonia para alejar toda suerte de espíritus malignos o, durante la primavera, para<br />
ayudar activamente a la fertilidad de la naturaleza... Estos trabajos de Sumera, quien por cierto en su última década de vida iba a<br />
demostrar cada vez mayor interés por la música electroacústica, despliegan en cualquier caso un vasto arsenal de efectos sonoros, más<br />
o menos polifónicos, más o menos modernos, o, por decirlo así, de una fascinante modernidad arcaica, que atrapan al oyente entre sus<br />
originales tramas vocales con la seguridad del más efectivo sortilegio amoroso o, en otra clave, con la fuerza de una trampa para osos.<br />
Concierto para voces e instrumentos (1997) revela una escritura coral e instrumental de enorme sutileza (que puede pasar<br />
desapercibida bajo su dinámica y vigorosa expresión), en donde la orquesta de cuerda desarrolla complejas y opalescentes estructuras<br />
que el coro mixto recoge con gran sentido dramático; la pieza, de una bárbara sofisticación y plagada de efectos cromáticos, pasa con<br />
facilidad del susurro a la explosión generando mágicos pero potentes paisajes sonoros. Por más que vuestra patria permanezca entre<br />
tinieblas mucho tiempo (1985), obra para coro mixto a capella, demuestra un tratamiento vocal algo más convencional, destacando en<br />
todo caso por su clima sombrío y desapacible. Por el contrario, de espléndida cabe calificar Seenekantaat, algo así como «Cantata a la<br />
seta», para coro mixto, flauta, piano y percusión, en la que podemos encontrar diversos tipos de canto y de declamación, desde el<br />
«suspiro rítmico» hasta el grito; la atmósfera, acorde con el tema, es altamente alucinatoria, remitiendo a veces al canto medieval con<br />
sus melismas y otras a las rítmicas tumultuosas de un Stepan Wolpe. Canto marino de la muchacha de la isla (1988), para coro mixto y<br />
varios instrumentos, es la otra gran pieza del disco, donde la idea de un canto traído por las olas se sugiere mediante deslizamientos<br />
tonales y cánones superpuestos, audaces saltos melódicos y unos recursos tímbricos vocales que recuerdan a enigmáticas lecturas<br />
rúnicas, cortesía de un magnífico Coro Filarmónico de Cámara Estonio dirigido por Tonu Kaljuste.<br />
LEPO SUMERA (1950-2000): Mushroom cantata & obras vocales / Andero Ermel, Guido Kangur, Jan Uuspõld, Külle Teetamm, Pille Lukin, Raivo E. Tamm, Ülle Kaljuste,<br />
actores. Janika Lentsius, flauta. Madis Metsamart, percusión. Kadri-Ann Sumera, piano. Estonian Philharmonic Chamber Choir. Tallin Chamber Orchestra. Tõnu Kaljuste / BIS /<br />
Ref.: BIS 1560 (1 CD) D2<br />
La nobel Elfriede Jelinek cede su verbo a Olga Neuwirth<br />
Las hijas de Thomas Bernhard<br />
Parece que soplan vientos con olor a rebelión. El Premio Nobel para Elfriede Jelinek no dejó de ser una<br />
sorpresa y, para algunos austriacos -yo entre ellos- incluso hasta muy agradable. Escribir con bisturí<br />
encuentra aliados donde uno menos se lo espera. Decían algunos que el premio tenía sabor a Thomas<br />
Bernhard. Quizá tengan razón. Es que Jelinek le debe mucho y, dicho sea de paso, no tanto por la<br />
innegable influencia formal o las analogías en los impulsos oscuros que deshojan a sus personajes sino por<br />
la radicalidad con la que «padre» e «hija» se niegan a aceptar la amnesia pragmática de un país con<br />
identidad errante.<br />
No es la primera vez qué la joven Olga Neuwirth utiliza textos de su compatriota Jelinek como fuente<br />
de inspiración para una de sus obras, siempre sorprendentes. Y hace bien,<br />
porque la sutileza con la que maneja y envuelve las complejas creaciones<br />
lingüísticas de la mordaz escritora hace entrever una afinidad, que apunta a<br />
logros aún mayores.<br />
En este encargo de la Radio de Baviera, una obra radiofónica (género todavía<br />
muy cultivado y querido en el mundo de habla alemana), Neuwirth consigue<br />
lo aparentemente imposible: encontrar los respiraderos en un texto cuyo<br />
equilibrio interior llega a rozar la perfección, para atar en ellos las cuerdas de<br />
su heterogéneo mundo sonoro que parece emerger del mismísimo aliento de<br />
los personajes.<br />
Basada en la aclamada y polémica pieza teatral «Sportstück» (Una pieza de<br />
deporte, Jelinek 1998), Todesraten (juego de palabras que podría traducirse<br />
como Los plazos de la muerte) contrapone en sendos monólogos dos casos auténticos: una señora madura<br />
que envenena a sus maridos ancianos para heredarles y un joven culturista que quiere imitar a su ídolo<br />
Arnold Schwarzenegger, lo que le lleva a la muerte. Para la señora mayor matar se convierte en deporte,<br />
para el joven culturista el deporte se convierte en trampa mortal.<br />
Ambas historias se entrelazan en una escalofriante denuncia de la soledad, contraponiendo las cadenas<br />
asociativas, juegos de palabras y paisajes interiores de Jelinek con la inquietante música de Neuwirth,<br />
articulada en un simple cuarteto instrumental, que se sirve con inspirado descaro de un abanico<br />
expresionista incorporando tanto elementos de música popular, como chirriantes insinuaciones del<br />
freejazz o las posibilidades para el misterio que ofrece la manipulación electrónica. Todo ello planteado<br />
con un sentido de dramatismo refinado que hace vislumbrar la lejana sombra de Alban Berg.<br />
El gran acierto de Neuwirth consiste en haber entendido que dentro de la terrible dureza de los textos<br />
de Jelinek se esconde la burlona sonrisa de la ironía sabia.<br />
Cabe destacar la muy acertada elección de las voces (Marianne Hoppe y Daniel Morgenroth,<br />
destacados actores de teatro) y la precisa interpretación de los integrantes del cuarteto, quienes ayudan<br />
mucho a convertir la escucha en una experiencia muy singular. Único pero: falta la traducción del libreto<br />
al castellano.<br />
( 28 )<br />
Günter Schwaiger<br />
OLGA NEUWIRTH (n.1968): Todesraten (Sobre dos monólogos de Elfriede Jelinek) / Marianne Hoppe y Daniel Morgenroth (voces), Uli<br />
Fussenegger (contrabajo), Pierre-Stephane Meugé (saxo), Ernesto Molinari (clarinete bajo), Burkhard Stangl (guitarra) / COL LEGNO / Ref.:<br />
WWE 20033 (1 CD) D2<br />
N.T.<br />
ENNO POPPE (1969 -): Música de<br />
cámara: Holz; 17 Estudios para el<br />
violín; Gelöchter Lieder; Tier; Rad /<br />
Christian Vogel, clarinete. Ensemble<br />
Mosaik. Chatschatur Kanajan, violín.<br />
Kairos Quartett. Ernst Surberg &<br />
Benjamin Kobler, teclados / COL<br />
LEGNO / Ref.: WWE 20237 (1 CD) D2<br />
EINOJUHANI RAUTAVAARA (1928):<br />
Sinfonía nº.1 (1955/1988/2003); Adagio<br />
Celeste (1997/2000); Book of Visions<br />
(2003/<strong>2005</strong>) / Belgium National<br />
Orchestra. Dir.: Mikko Frank / ONDINE<br />
/ Ref.: ODE 1064-5 (1 CD) D1
De la mano de Christoph Eschenbach, regresa la gran Philadelphia Orchestra a la arena discográfica<br />
El regreso de los 125 hijos pródigos<br />
Este registro, realizado en directo en mayo de <strong>2005</strong>, no solo es una sentida y emocionante<br />
conmemoración del final de la Segunda Guerra Mundial, sino todo un reencuentro, ya que marca la<br />
esperadísima vuelta de la Orquesta de Filadelfia al mundo de la fonografía. Guardo especial admiración<br />
por Christoph Eschenbach, titular de la formación desde 2003, tanto por su faceta de pianista como por la<br />
de director. Responsable como es de la resurrección discográfica de la<br />
mítica orquesta, esta admiración puede convertirse en devoción.<br />
El concierto se abrió con el Memorial a Lidice, una escalofriante<br />
composición de Bohuslav Martinu inspirada en un hecho no menos<br />
horrible. En 1942 la resistencia asesinó al gobernador nazi de<br />
Checoslovaquia, el temible Reinhard Heydrich; como represalia, el diez<br />
de junio el ejército alemán arrasó la pequeña población de Lidice,<br />
cercana a Praga. Desde su exilio norteamericano, Martinu expresó su<br />
desolación escribiendo esta impresionante elegía, una adagio sinfónico<br />
en el cual se asoma el motivo del destino de la Quinta Sinfonía de<br />
Beethoven, que utilizaba la BBC en sus emisiones durante la guerra.<br />
Eschenbach guarda para el segundo acto una composición que es todo un tesoro de un creador que<br />
poco a poco va emergiendo de las brumas del olvido, Gideon Klein. Su Partita para cuerdas es una<br />
orquestación de su trío realizada por Vojtech Saudek. La obra de cámara original fue compuesta en el<br />
campo de concentración de Terezín, cerca de Praga, donde Klein fue recluido por su condición de judío<br />
durante tres años, hasta que fue trasladado a Auschwitz, donde murió con veinticinco años.<br />
Como el director explica en las notas del cuadernillo, el nexo de unión de la composición de Bela Bartók con las otras dos es el carácter<br />
elegíaco de su tercer movimiento, el Intermezzo interrotto. Bartók escribió el Concierto para orquesta por encargo de Koussevitzky,<br />
aconsejado a su vez por Fritz Reiner y el violinista Joseph Szigeti. Recién exiliado y ya enfermo de leucemia, el húngaro compuso una obra<br />
de líneas nítidas y contornos comparativamente suaves respecto a su producción anterior, en un alarde a medio camino entre la humildad<br />
y la maestría, tomando la forma de un concierto del primer barroco, sin prevalencia de ningún instrumento solista sobre los demás. Fuerza<br />
y equilibrio como catalizadores de nervio y meditación hacen de ésta una de las composiciones básicas del siglo XX, esplendorosamente<br />
servida por Eschenbach al frente de esa máquina de precisión que sigue siendo la Orquesta de Filadelfia.<br />
Reunir estas tres composiciones supone un gran acierto, pues comparten, o desprenden, una peculiar intensidad emotiva, un sentimiento<br />
trágico que se manifiesta de diferentes maneras en las tres piezas; de modo patente en la obra de Martinu, de modo implícito en la de Klein,<br />
y de un modo más evanescente en el caso de Bartók.<br />
El sonido de este Super Audio CD es sencillamente espectacular y permite disfrutar en toda su brillantez del afamado «sonido<br />
Philadelphia», esa magia sonora que surgió ya con Stokowski, pero cuya paternidad debe atribuirse ante todo a Eugene Ormandy, quien<br />
durante casi cuarenta y cuatro años fue forjando a golpe de ensayo el empaste peculiar de esta centuria. Tras la larga ausencia, la nueva<br />
trayectoria discográfica de la orquesta incluirá tres grabaciones al año. Estamos, pues, de enhorabuena.<br />
J.V.<br />
BOHUSLAV MARTINU (1890-1959): Memorial to Lidice H.296; GIDEON KLEIN: (1919-1945) Partita para cuerdas (arr.Saudek); BÉLA BARTÓK (1881-1945): Concierto para<br />
orquesta Sz.116 / The Philadelphia Orchestra. Dir.: Christoph Eschenbach / ONDINE / Ref.: ODE 1072-5 (1 SACD) D1<br />
Nordic Spell, un disco que marca la irresistible ascensión de la flautista israelí Sharon Bezaly<br />
Flauta nórdica<br />
Sharon Bezaly es una de las flautistas más respetadas y de mayor versatilidad de la actualidad. Dentro de<br />
su discografía, siempre en el sello BIS, cabe citar preferentemente esa espléndida Antología para flauta.<br />
De la A a la Z de la que hasta el momento han aparecido tres volúmenes, y sus discos Aperitif. A french<br />
Collection (con trabajos de Gounod, Saint-Saëns. Fauré...) o Works of Duruflé. Hahn, Weinberg, Nicolayeva,<br />
acompañada por Nobuko Imai a la viola y por el inmenso Ronald Brautigam al piano. Bezaly domina sin<br />
duda los más abstrusos intríngulis del oficio (como esa técnica de respiración circular aprendida de Aurèle<br />
Nicolet, gracias a la cual alcanza espectaculares prestaciones sonoras),<br />
si bien sus mayores bazas son una nada usual profundidad expresiva y<br />
un innato sentido del tiempo y el fraseo, de cautivadora musicalidad.<br />
Para ella han escrito algunos compositores de peso, entre ellos y en<br />
especial el finlandés Kalevi Aho, cuyo Concierto para flauta y orquesta<br />
se incluye en este Nordic Spell, en el que se reúnen también piezas del<br />
islandés Haukur Tómasson y del sueco Christian Lindberg dedicadas a Bezaly.<br />
Las situaciones del concierto para flauta de Aho adoptan un carácter muy abstracto aunque<br />
reveladoras de una elevada plasticidad y lirismo. La percusión se descubre generadora de sugestivos<br />
ambientes, fluctuantes e inmateriales, requiriendo por lo demás el segundo movimiento del<br />
virtuosismo de la solista. La Lahti Symphony Orchestra, dirigida por un audaz Osmo Vänskä, pone<br />
en pie un variado y sugestivo universo tímbrico y cromático. Un tanto efectista, el Concierto para<br />
flauta nº 2 de Tómasson es una filigrana de secciones contrastantes, de atmósferas en constante<br />
cambio, de coloristas evocaciones, bien vertidas por Bernhardur Wilkinson a la cabeza de la Iceland<br />
Symphony Orchestra. Para finalizar tenemos The World of Montuagretta. Concierto para flauta y<br />
orquesta de cámara de Lindberg, fantasía sin excesiva enjundia pero de agradable escucha,<br />
presentada por el propio autor al frente de la Swedish Chamber Orchestra.<br />
Bezaly se muestra excelsa en estas composiciones que sirven, al menos, para poner de manifiesto su altísima categoría artística.<br />
SHARON BEZALY: Nordic Spell; Conciertos para flauta de Kalevo Aho (n. 1949), Haukur Tómasson (n. 1960) y Christian Lindberg (n. 1958) / Sharon Bezaly, flauta. Lathi<br />
Symphony Orchestra. Iceland Symphony Orchestra. Sweedish Symphony Orchestra. Osmo Vänskä, Bernhardur Wilkinson & Christian Lindberg, dirección (Primera grabación<br />
mundial)/ BIS / Ref.: BIS 1499 (1 CD) D2<br />
( 29 )<br />
A.P.T.
El nuevo trabajo de Uri Caine al frente de Bedrock<br />
Shelf-Life<br />
Conciliar las distintas facetas de Uri Caine es un trabajo arduo. No lo tiene fácil quien,<br />
viniendo de sus muy consideradas reconceptualizaciones de obras clásicas, se enfrente a sus Bedrock, una<br />
formación que hunde sus raíces en el funk y en el drum’n’bass. En cierto modo la fun band del pianista, sus<br />
producciones son infecciosamente rítmicas; por ejemplo, no hay nada en ella de secundario que no sea la<br />
consideración por parte del oyente de la inspiración en los lenguajes electrónicos actuales y el funk como<br />
material ligero, fungible, producto del tiempo. De hecho, hay poco de inocente en las elecciones Caine. En una<br />
entrevista manifestaba cómo su acercamiento al drum’n’bass provenía del «reto que supone para un músico de jazz la especie de vacío<br />
solista que hay en esta música, un vacío que ha de saber llenar a la par que mantener el toque de grupo». Empeño nada baladí que se<br />
saldó con un primer álbum tozudo en el compacto trabajo rítmico de la banda, la más densamente colaborativa del músico de Filadelfia,<br />
y cuyo único punto flaco era la estrechez de su sonido, que, espartano, percutiente y sin barniz, ilustraba bien la idea detrás del nombre<br />
de la formación, algo telúrico y sólido, hasta inamovible. Se esperaba la segunda entrega, pues no parecía esta una aventura circunstancial.<br />
Shelf-Life acaba de llegar, una evolución notable en tres años en un álbum que es tanto un enriquecimiento de las bases constituidas como<br />
un desarrollo impredecible.<br />
Aunque Shelf-Life aparece firmado por Caine, Tim Lefebvre y Zach Danziger, la formación ha arrojado la denominación de trío para<br />
denominarse sencillamente Bedrock en consonancia con el contenido del álbum. Sólo cuatro de sus diecisiete piezas son interpretadas a<br />
tres. Caine desembarca en él al frente de un arsenal de teclados, sus habituales, además de una buena cantidad de instrumentos retro, algo<br />
que refleja la dirección del álbum, por un lado contemporáneo pero por otro homenaje a la ciudad del pianista, a su sonido de música de<br />
baile, y a los 70, la década por la que el gusto pasó de largo. El kitsch de estos últimos es inofensivo, cabalgadas moogs burbujeantes en<br />
«Strom’s Theremin», postal tropical en «Defenestration», grueso B3 en «Watch Out!» . Por contra los cortes de drum’n’bass son oscuros,<br />
concentrados y de una soberbia pegada rítmica, como en su entrada, «Steak-jacket» y su preludio, el obsesivo «Murray» , o «Darker Bionic<br />
Cue», por no hablar de la clara intencionalidad de «Wolfowitz in Sheep’s Clothing». Descaradamente funky son el tema título, «Be<br />
Loose»con la voz de Barbara Walker, el tema policial de aullantes metales sintetizados de «Blakey» y el ruego soul a lo Marvin Gaye que<br />
cierra el disco, «Sweat» con la de Bunny Sigler, uno de los artífices del sonido de Filadelfia. El saxo es cortesía de otra de las leyendas<br />
locales, Bootsie Barnes. La idea de que Bedrock se basa en una aproximación muy libre a los intercambios del trío de jazz se sustancia<br />
aquí y allá en todo el disco, pero sobre todo en la desolada «Oder». «Keep the groove, understand the sweat» insiste el estribillo de<br />
«Sweat», y ese es el centro de este disco; formas de groove, formas de sudarlo.<br />
El título del álbum, Shelf-Life -que alude a la duración de un producto en los expositores antes de su retirada al fondo de catálogo, o<br />
más radicalmente, antes de su destrucción-, resulta irónico en un disco que como decíamos resulta contemporáneo y a la vez mira hacia<br />
detrás, a la década de la bola de espejo. Caine plantea burlonamente la pregunta de la durabilidad o no de las estéticas, la de sus<br />
resurgimientos, la de su disfrute. Como afirma, «puede que (esta) música no permanezca, pero el groove, el groove sí permanece».<br />
La música de Tim Berne genera<br />
extrañamiento. Abrupta, retorcida,<br />
impredecible, dilatada, por momentos<br />
áspera y provocativa, está llena de<br />
procedimientos poco familiares y heterodoxos en lo que llamamos<br />
jazz. Mucho proviene de su historia como músico pues en realidad<br />
la primera vez que Berne asió un alto con convicción estaba ya en<br />
la universidad y sus modelos no fueron ni Ellington, ni Parker, ni<br />
Monk ni Coltrane, sino Julius Hemphill, saxofonista paisano de<br />
Ornette Coleman, autor de obras extensas, óperas y ballets que<br />
sobrepasan la expresión jazzística, una obra numerosa y poco<br />
difundida al no encontrar medio adecuado (¿el club? ¿la sala de<br />
concierto?). Su escasa salud y desapego por los negocios hizo que<br />
el saxofonista alcanzase una notoriedad limitada dentro del World<br />
Saxophone Quartet y como influencia de un grupo de iniciados<br />
entre los que estaban el primer Bill Frisell y Marty Erlich.<br />
Venga este prolegómeno para intentar arrojar un poco de luz a<br />
la que es una de las entregas más duras y desconcertantes del<br />
corpus berneiano: la trilogía de directos que grabase en la<br />
residencia de su grupo Bloodcount en el festival Instant Chavirés de<br />
Montreuil, Paris, en 1994. Y no es que el aficionado al músico de<br />
Siracusa no esté acostumbrado a sus extraños emparejamientos<br />
instrumentales, ni a las serpenteantes formas discursivas que toman<br />
sus temas, ni a su longitud ( «The Maze» en Diminutive Mysteries<br />
llegaba los 25 minutos), piezas unas veces muy detalladas, otras<br />
raspantes explosiones sonoras. Pero aquí estalla todo por los aires<br />
y su grupo parece explorar un área gris entre una abstracta música<br />
de cámara y la improvisación libre, entre larguísimos episodios<br />
solistas y pasajes arreglados de enorme fuerza, entre el jazz y,<br />
como titula aquí uno de sus cortes, un jazz off. Así las piezas de<br />
Berne no tanto van a su destino como que después de mucho<br />
merodear, tomar desvíos, abandonar temas, apuntar estructuras<br />
demolidas de golpe - nada dura aquí mucho tiempo - y fomentar<br />
tanto el encuentro como el desencuentro, llegan a su fin tras haber<br />
sido movidas ya por una lógica retorcida como por una ilógica<br />
ebria, no se sabe muy bien en esta música de recorrido. Berne se<br />
toma su tiempo, y hay cortes que se acercan a los cuarenta minutos<br />
( 30 )<br />
Ángel Gómez Aparicio<br />
BEDROCK: Shelf-Life / Uri Caine (teclados), Tim Lefebvre (bajo, guitarra), Zach Danziger (batería, percusión), Ralph Alessi (trompeta), Bootsie Barnes (saxos), Rubén González<br />
(percusión), Arto Tunçboyaciyan (percusión), nnj (mezclas), DJ Olive (electrónica), Luke Vibert (mezclas y programación), Dan Zank ( programación cuerdas), Bunny Sigler (voz),<br />
Barbara Walker (voz) / WINTER & WINTER / Ref: WIN 910112-2 (1 CD) D1<br />
Paso a paso, la colección JMT se acerca a su fin<br />
La trilogía parisina de Tim Berne<br />
(el detonante «The Brown Dog Meets The Spaceman», en el<br />
volumen 1, los supera, como la conjunción de varios que forma el<br />
segundo corte del segundo volumen, o sobrepasan los cincuenta,<br />
como «Eye Contact» en el tercero). Con un planteamiento como el<br />
antes descrito hay inevitables lagunas, momentos muertos e<br />
instantes en los que la inspiración flaquea y la fuerza se hace con<br />
su lugar. También otros de toque desorbitante y poderosa<br />
compenetración e invención que dan con un extraordinario Low<br />
Life, su volumen 1, de nivel sostenido, pero se hace más episódico<br />
en el segundo y vuelve a tomar más cuerpo en el tercero en el que<br />
Berne rescata de su estuche su rugiente barítono e incluye el<br />
descomunal, fracturado y en última instancia inconstante, pero<br />
cuajado de pepitas valiosas, «Eye Contact» ya citado. El recorrido<br />
en esta música sin certezas es un incesante atar cabos para<br />
perderse después y acabar en el desconcierto.<br />
Berne siempre manifestó el escaso interés mostrado por JMT en<br />
la promoción de este triple directo. Ante ello maravilla el acto de<br />
fe que supone lanzar tres horas y media de música ferozmente<br />
anticomplaciente, de difícil deglución y de dimensiones poco aptas<br />
para la escucha doméstica. Pero no hay que olvidar que parte de<br />
lo que hace único, e incluso grande a Berne, es su talento siempre<br />
inconformista que le impulsa a adentrarse donde nadie lo ha<br />
hecho.<br />
Á.G.A.<br />
JMT vol.74: TIM BERNE: Low Life - The Paris Concert I / Tim Berne (saxo alto y<br />
barítono), Chris Speed (saxo tenor y clarinete), Marc Ducret (guitarras), Michael<br />
Formanek (contrabajo), Jim Black (batería) / WINTER & WINTER / JMT Edition / Ref:<br />
JMT 919074-2 (1CD) D1<br />
JMT vol.75: TIM BERNE: Poisoned Minds - The Paris Concerts II / Tim Berne (saxo alto<br />
y barítono), Chris Speed (saxo tenor y clarinete), Marc Ducret (guitarras), Michael<br />
Formanek (contrabajo), Jim Black (batería) / WINTER & WINTER / JMT Edition / Ref:<br />
JMT 919075-2 (1CD) D1<br />
JMT vol.81: TIM BERNE Memory Select - The Paris Concert III / Tim Berne (saxo alto<br />
y barítono), Chris Speed (saxo tenor y clarinete), Marc Ducret (guitarras), Michael<br />
Formanek (contrabajo), Jim Black (batería) / WINTER & WINTER / JMT Edition/ Ref:<br />
JMT 919081-2 (1 CD) D1
Diapason d’Or<br />
DIAPASON<br />
Parade<br />
RITMO<br />
Excepcional<br />
SCHERZO<br />
5 de Goldberg<br />
GOLDBERG<br />
Ha sido necesaria la tenacidad de J.-P.<br />
Combet, director del sello Alpha, la energía<br />
del Poème Harmonique de V. Dumestre y la<br />
mirada de M. Fraudreau, que lo ha filmado<br />
en DVD, para poder disfrutar El burgués<br />
gentilhombre, comedia-ballet creada en<br />
1670 por Molière y Lully, tal como se<br />
concibió, como fusión de las artes del siglo<br />
XVII. Un retorno a los orígenes de radical<br />
modernidad (...) Sustentado por un reparto<br />
joven y fogoso, este Burgués confirma el<br />
talento de una generación de actores y<br />
músicos tan entendida como versátil, digna<br />
continuadora de la herencia barroca.<br />
CLASSICA-RÉPERTOIRE<br />
¿Cuánto hacía que los fastos del Gran Siglo<br />
no eran revividos de manera tan sugestiva?<br />
No se trata aquí sólo de soñar con este<br />
mundo tan próximo y lejano, sino de<br />
experimentar, con apoyo de textos teóricos,<br />
lo que fue en el momento de su estreno esta<br />
comedia-ballet celebérrima, pero por lo<br />
general aligerada de sus divertimentos. LE<br />
MONDE DE LA MUSIQUE<br />
Interpretada en su totalidad, la obra supone<br />
un dispendio de música de la mayor belleza<br />
que prolonga la del texto (...) El reparto es<br />
estupendo. Dumestre dirige con vitalidad a<br />
un Poème Harmonique al cual se han<br />
añadido los músicos del excelente conjunto<br />
Musica Florea. Una propuesta realmente<br />
seductora: con este su primer DVD ALPHA<br />
ha conseguido una obra maestra. ¿A quién<br />
podría sorprenderle? DIAPASON<br />
JEAN-BAPTISTE LULLY, MOLIÈRE: Le Bourgeois<br />
Gentilhomme / Le Poème Harmonique y Musica<br />
Florea. Dir.: Vincent Dumestre. Puesta en escena:<br />
Benjamin Lazar / ALPHA / Ref.: ALPHA 700 (2<br />
DVD) P.V.P.: 35,95 euros.-<br />
Sin duda Domingo no habría cogido la<br />
batuta sin asegurarse antes de que se trataba<br />
de una gran producción y los hechos le<br />
dieron la razón porque tanto la dirección<br />
artística como el vestuario resultaron ser<br />
innovadores y sorprendentes. Visualmente<br />
impactante y musicalmente perfecta.<br />
GOLDBERG<br />
GIACOMO PUCCINI: Madama Butterfly /<br />
Daniela Dessì, Fabio Armiliato, Juan Pons, Rossana<br />
Rinaldi. Orchestra e Coro Città Lirica. Dir.: Placido<br />
Domingo / DYNAMIC / Ref.: CDS 33457 (1 DVD)<br />
D2 x 2<br />
¡Impresionante discografía la de la joven<br />
flautista Sharon Bezaly! Impresionante<br />
también su generosidad e interés por los<br />
compositores contemporáneos, muchos de<br />
los cuales le han dedicado alguna obra. Así,<br />
el primer CD recoge conciertos para flauta<br />
especialmente compuestos para ella por tres<br />
músicos nórdicos, entre ellos Kalevi Aho. El<br />
mismo Aho ha escrito también las cadencias<br />
del segundo disco, consagrado a los<br />
conciertos de Mozart, que sirve a Bezaly<br />
para desentumecer los dedos por completo.<br />
LE MONDE DE LA MUSIQUE<br />
FLAUTA NORUEGA: Conciertos para flauta y<br />
orquesta de Kalevi Aho, Haukur Tómasson y<br />
Christian Lindberg. Conciertos para flauta y<br />
orquesta de Mozart / Sharon Bezaly, flauta. Lahti<br />
Symphony Orchestra. Dir.: Osmo Vanska. Iceland<br />
Symphony Orchestra. Dir.: Bernhardur Wilkinson.<br />
Swedish Chamber Orchestra. Dir.: Christian<br />
Lindberg. Ostrobothnian Chamber Orchestra. Dir.:<br />
Juha Kangas / BIS / Refs.: BIS 153901 (1 SACD +<br />
CATÁLOGO) D6 y BIS 1499 (1 CD) D2<br />
La prensa<br />
( 31 )<br />
10 de Classica<br />
Repertoire<br />
CLASSICA REPERTOIRE<br />
Recomendado<br />
CD COMPACT<br />
En esta ocasión Jordi Savall se rodea de su<br />
grupo Hesperion XXI, sí, pero con el<br />
concurso de Manfredo Kraemer y Mauro<br />
Lopes a los violines (...) consiguiendo en esta<br />
interpretación no sorprender (no hay salidas<br />
de tono ni decisiones especulativas<br />
arbitrarias como hacen otros) sino tocar lo<br />
que hay escrito con una delicadeza,<br />
virtuosismo y un gusto por el sonido redondo<br />
y bello. CD COMPACT<br />
ALTRE FOLLIE 1500-1750: Obras de Antonio de<br />
Cabezón, Alonso Mudarra, Vincenzo Ruffo,<br />
Alessandro Piccinini, Andrea Falconiero, Bernardo<br />
Storace, John Playford, Francesco Corbetta, Gaspar<br />
Sanz; Arcangelo Corelli; Joan Cabanille; Henrico<br />
Albicastro; Santiago de Murcia, Antonio Vivaldi &<br />
Compositores anónimos / Manfredo Kraemer,<br />
violín. Rolf Lislevand, tiorba. Michael Behringer,<br />
clave. Mauro Lopes, violín. Arianna Savall, arpa.<br />
Hespèrion XXI. Jordi Savall, violas y dirección /<br />
ALIA VOX / Ref.: AV 9844 (1 CD) D2<br />
Las tomas de la ORF recogen con claridad<br />
meridiana un carrusel de momentos<br />
memorables, incluido el debut de Dieskau en<br />
Salzburgo: escúchese su Dichterliebe<br />
(plenamente madurado ya a los 31 años) o su<br />
Der Doppelgänger y que dude de los<br />
milagros quien pueda. Complemento ideal a<br />
sus grabaciones de estudio. RITMO<br />
DIETRICH FISCHER-DIESKAU & GERALD<br />
MOORE: Recitales de lieder en Salzburgo (1956-<br />
1965), con lieder de Schubert, Schumann, Brahms,<br />
Wolf, Busoni, Mahler, Pfitzner, R. Strauss y<br />
Beethoven / Dietrich Fischer-Dieskau (barítono),<br />
Gerald Moore (piano) / ORFEO / Ref.: C339050T<br />
(11 CD) D2 x 6<br />
Apenas suelen escucharse las piezas para<br />
viola sola de M. de Sainte-Colombe<br />
registradas por Pandolfo en este disco. Se<br />
trata sencillamente de las más hermosas<br />
suites jamás grabadas dentro de este<br />
repertorio francés para bajo de viola solista<br />
previas a Marais. Pandolfo, que se atreve con<br />
todo tipo de contrastes y efectos, extrae a la<br />
luz el temperamento de cada composición<br />
(...) Sus opciones son siempre convincentes.<br />
Un disco apasionante de principio a fin.<br />
DIAPASON<br />
M. DE SAINTE-COLOMBE: Piezas de viola / Paolo<br />
Pandolfo: bajo de viola. Thomas Boysen: tiorba y<br />
guitarra barroca / GLOSSA / Ref.: GCD 920408 (1<br />
CD) D2<br />
Fechadas en 1951 y 1954, estas dos obras<br />
«de juventud» de Luigi Nono se encuentran<br />
entre las más hermosas de lo que diera en<br />
llamarse escuela de Darmstad. Se trata de<br />
una música dotada de una verdadero<br />
capacidad de seducción y, al mismo tiempo,<br />
admirablemente interpretada. LE MONDE<br />
DE LA MUSIQUE<br />
LUIGI NONO: Composizione per orchestra nº 1.<br />
Der rote Mantel / Angelica Luz: soprano. Jörg<br />
Gottschick: barítono. RIAS-Orquesta Sinfónica<br />
Alemana de Berlín. Dir.: Peter Hirsch / WERGO /<br />
Ref.: 6667-2 (1 CD) D2<br />
A pesar de la economía de medios, la prevista<br />
por Vivaldi y la seguida fielmente por Giorgio<br />
Tabacco, es música de una tremenda fuerza y<br />
de una expresividad aún mayor. Y, sobre<br />
todo, es música que sirve para desterrar esa<br />
absurda creencia de que Vivaldi escribió<br />
siempre el mismo concierto. La voz de la<br />
mezzo-soprano italiana Laura Polvarelli<br />
cautiva por su intensidad y por su teatralidad.<br />
CD COMPACT<br />
ANTONIO VIVALDI (1678-1741): Conciertos y<br />
cantatas de cámara, vol. III: Conciertos RV 87, 98 &<br />
103; Cantatas RV 680, 682 & 683 / Laura Polverelli,<br />
mezzosoprano. L’Astrée. Sergio Tobacco, dirección<br />
/ OPUS 111 / Ref.: OP 30381 (1 CD) D1<br />
Choc<br />
LE MONDE DE LA MUSIQUE<br />
Choice<br />
GRAMOPHONE
COL LEGNO dedica un monográfico a una de las fifuras capitales de la vida musical española de nuestros días<br />
El viaje de Panisello:<br />
desde la estructura a la expresión<br />
La trayectoria musical de Fabián Panisello (1963) es reflejo en buena<br />
medida de su itinerario vital: desde el Buenos Aires donde nació y se<br />
formó, al Salzburgo del Mozarteum y al Madrid de pujante creatividad<br />
musical donde vive hoy. Las enseñanzas de Francisco Kröpfl y después las<br />
de Boguslaw Schaeffer, Elliott Carter, Franco Donatoni, Brian Ferneyhough<br />
y Luis de Pablo, han dado al compositor Panisello la atalaya desde la que<br />
contemplar el siglo. Por su parte, el Panisello director nació con Peter<br />
Eötvös, ha formado su propio grupo -el Plural Ensemble- y ha trabajado muy<br />
de cerca con Luciano Berio y Karlheinz Stockhausen. en el estreno de cuyo<br />
«Hoch-Zeiten» participó como co-director.<br />
Cuando ganó el Premio Rodolfo Halffter de composición, el jurado<br />
encontró en su obra a la vez «solidez técnica» y «lenguaje personal», una<br />
mezcla poco frecuente. Todas las notas que suenan en este disco tienen una<br />
razón estructural sólida (y casi siempre brillante) para estar donde están<br />
pero, al mismo tiempo, llegan al oyente con una naturalidad musical que<br />
no requiere explicaciones.<br />
Dicho de otra manera: la música de Panisello evoluciona desde la<br />
estructura a la expresión. Esto se ve tanto en la génesis de cada partitura -<br />
que siempre parte de supuestos técnicos y siempre alcanza resultados<br />
expresivos- como en la progresión de su catálogo que, obra a obra, va<br />
abriéndose al oyente.<br />
En este disco, la evolución comienza con las Presencias transparentes<br />
(1991), para grupo de trece instrumentos. La polifonía de estratos, los juegos<br />
con el tiempo y el virtuosismo estructural producen una complejidad sonora<br />
que requiere una escucha militante.<br />
Al salir de Salzburgo, Panisello emprende caminos nuevos que tienden a<br />
aligerar la densidad de su música. En el Trío II para piano, violín y<br />
violonchelo Panisello escapa de la densidad de los estratos recuperando la<br />
idea de una línea única, desplegada en polifonías tipo hoquetus y<br />
decantada en figuras repetitivas que el autor gusta en llamar «patterns». Para<br />
Panisello, los «patterns» no son recurrencias de ritmos, sino de pulsaciones;<br />
no tienen que ver con el mundo voluntario, arbitrario e individual, que es<br />
donde viven los ritmos, sino con el universo casi litúrgico de las<br />
pulsaciones.<br />
En Fulgurar (1997), para piano solo, se inaugura una perspectiva<br />
«espectral» que da lugar a diatonismos, pentatonismos, microtonos<br />
ornamentales y juegos de octavas y quintas de gran capacidad expresiva.<br />
Todas estas técnicas («patterns», hoquetus, espectros) aparecen también<br />
en los Cuatro poemas de Alejandra Pizarnik (1996). Oímos en ellos esa<br />
búsqueda de la claridad, ese afán de salir del bosque hacia la dehesa<br />
abierta, que caracteriza la evolución de Panisello y la de casi todos sus<br />
compañeros de generación, si bien cada cual busca por su lado y a su<br />
manera.<br />
I don’t feel low (1995) , para piano solo, está dedicada a Ema Alexeeva<br />
y surge de dos versos de una canción del grupo Yes. En Japanese Pictures<br />
(1999), también para piano solo, los gestos formales de Panisello muestran<br />
su dimensión más delicada y expresiva.<br />
En Moods II (2001), para piano y trece instrumentistas, predomina una<br />
figura retórica peculiar, una especie de anábasis sin clímax, una ascensión<br />
hacia... el vacío que al habitante del siglo XXI ha de resultarle perfectamente<br />
familiar.<br />
Álvaro Guibert<br />
FABIÁN PANISELLO (1963 -): A portrait / Plural Ensemble. Ensemble Varianti (Presencias<br />
Transparentes I + II). Dir.: Fabián Panisello [Primera grabación discográfica] / COL LEGNO / Ref.:<br />
WWE 20209 (1 CD) D2<br />
«...He escuchado su CD: lleno de ideas, fogoso y rebosante de energía, siempre musical.<br />
Estoy muy feliz de ver que el espíritu de Webern de un modo transformado continúa viviendo<br />
La interpretación es excelente.»<br />
«Ahora lo he conocido como director y compositor y estoy MUY agradecido por esto...»<br />
Karlheinz Stockhausen<br />
Extracto de una carta de K.S. a Fabián Panisello<br />
La discografía incluida en este Boletín se puede adquirir en los centros de El Corte Inglés, Fnac y en las principales tiendas del país.<br />
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