Diciembre Nº 85 - Biblioteca Virtual El Dorado

noc~etuena
Por OCTAVIO FABREGA
Nochebuena!.. Algarabia...
En los labios de las madres, la sonrisa;
en los pechos de los niños, la alegría.. .
En las vidrieras fastuosas.
esas cosas primorosas
que ha pedido el Niño Dios:
y paseando entre los lindos' arbolitos de esmeralda
con un mundo de juguetes suspendidos en la espalda
la figura bonachona del ingenuo Santa Claus. . .
Nochebuena! Nochebuena!
Los chiquilos se adormecen con la puerta
medio abierta,
para ver cuando la media se les llena
con las lindas cosas que
encar¡iaron muy juiciosos en la carta a San José..
y a la aurora
el imperio candoroso del engaño;
las insignias miltares a granel:
Comandante! Coronel!
Cañonero! Artilero! General I
Napoleones
a montones
dirigiendo un ilusorio regimiento colosal!..,
Enfermeras de alb'o sayo:
Lavanderas; cocineras, que trabajan con tesón
restregando los pañuelos con el rayo
y avivando con cerilas el fogón.
Delicioso anacronismo de los tiernos nacimientos
infantiles:
en Belén,ferrocarriles
que se enroscan en casitas de ceinento:
los leopardos y los tigres que hacen nido
a tres pasos de Jesús Recién Nacido;
el establo; el mulo; el buey;
y ent,re sus padres, el R.ey
de las almas que retoza
en el fondo de una cuna primorosa
de carey...
LoS chiquilos ante el tierno Nacimiento se enloqut'cen:
los ancianos palidecen;
sus recuerdos vuelan lejos;
un vivir retrospectivo sus conciencias martiriza;
y la niñez va pasando por la mente de los viejos
con sus frescas ilusiones y sus sueños y sus risas,
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