Diciembre Nº 85 - Biblioteca Virtual El Dorado

to espiritual, de suspicacia, de propia desestimaciÓn. La institución del
Club ha establecido entre nosotros una forma de vida en común que
ha acabado con la verdadera sociabildad panameña tal como antes la
entendíamos y practicábamos. Tenemos que aprender de nuevo a conocernns,
frecuentarnos, reunirnos en ágapes frat.ernales y hacer que revivan
los afectos, atrofiados por falta de cultivo.
Hay un episodio. en Werther que me causó, cuando lo leí en mi primera
juventud, la impresión intensa que indefectiblemente produce en
todo ado.lescente. Apasionadamente enamorado de Lotie y a un paso de
resolver por el suicidio el conflcto de sentimiento de que es presa su
alma, Werther escucha de súbito los cantos de Navidad, regocijados y
puros, que los hermanitos de Lotte eni,onan en torno del árbol de Navidad
en aquella noche fría de Diciembre en que cae la nieve sobre la
tierra y estalla la tempestad en su corazón desesperado. Violenta untetítesis,
la de este himno de pa7. y beatitud que se al;m tranquilo entre el
fragor de la pasión desencadenada!
Aquella impresión de mis lecturas juveniles, aunque amortiguada,
no ha muerto y revive al contacto del más lejano estímulo.
Felices noiiotros sI, más afortunados que el pobre suicida de novela
a.lemana, alcanzáramos la redención de nuestras proclividades pesimistas
bajo el hechizo de la inocencia y la gracia infantil!
Felices si de las ramas y de las hojas del Arbol de Navidad de 1923
emanara para nosotros la onda de paz, de concordia y de justicia que
ha de Infundirnos una noción más profunda y más cristiana del amur
del prÓjimo y del amor de nosotros mismos!
Navidad de 1923.
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navidad'
Por NICOLAS VICTORIA JAEN
Cuando esta voz resuena en los hogares cristianos, el corazón se
expande colmado de las más puras y santas alegrías. Todos los recuerdos
tristes, o alegres y placEnteros. vienen en tropel a agolparse en las
mentes. Por una parte se suscitan las inefables ideas religiosas de la
regeneración humana con el nacimiento del Mesías, enlazándo~e en una
armonía maravilosa con los recuerdos, siempre gratos, dulces siempre,
de la famila; por otra la Navidad marca una de esas épocas en que
los deudos se reúnen, y en que los abuelos se ven rodeados de sus hijos,
de los amigos y de la fiel servidumbre de la casa, como esos árboles
del Desierto de cuyas ramas penden festones de lianas marchitas y a
cuyo pie crecen los nuevos retoños.
Navidad. Oh!! tn:s veces venturosos los que ven llegar este día, y no
hallan vacio el silón que ocupaba antes en el hogar una madre querida,
o el lugar en que ~e sentaba una hermana o una esposa tan buenas
y tan festivas! ¡Venturosos los que no cuentan ese día algún ser querido
ausente, viajero en' remotas comarcas atravesando acaso el Océano
barrido por las tempestades del invierno!
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