El País

critica de la argentina
Jueves 13 de noviembre de 2008
SPENCER ELDEN RECREO LA PORTADA DE NEVERMIND, IMÁGEN ÍCONO DEL ROCK DE LOS 90
La misma tapa diecisiete años después
Tenía pocos meses cuando en 1991 su foto bajo el agua ilustró el disco de Nirvana que marcó a una generación. A
pedido del canal MTV, se sumergió nuevamente para demostrar que el espíritu adolescente no ha muerto.
Probablemente Spencer
Elden haya sido el bebé
más famoso de la historia
del rock. Con sólo cuatro meses,
lo metieron desnudo en una
pileta con un billete de un dólar
como señuelo y esa imagen se
convirtió en la tapa del disco
emblema de los 90: Nevermind,
de Nirvana, lanzado
el 24 de septiembre de 1991.
Diecisiete años después
se tiró solito a la misma
pileta, pero esta vez con
sus partes tapadas. “Tanta
gente me vio desnudo que
tengo la sensación de ser
la estrella porno más grande
del mundo”, declaró en un
programa de MTV.
Cuenta la historia que un día
Kurt Cobain y Dave Grohl esta-
ban mirando por televisión un
documental de niños que nacían
en el agua y de ahí sacaron la
idea para el arte de tapa. En ese
entonces no eran los rockeros
grunge millonarios que serían
luego y la sesión de fotos fue
de lo más casera: el encargado
de tomar las imágenes fue Kirk
Weddle, amigo de los padres del
pequeño Spencer y hoy minifamoso
por seguir haciendo retratos
de personas bajo el agua, y a
la familia Elden le pagaron sólo
$190 dólares por aportar a su hijo
como modelo. “Me balancearon
en la piscina, tomaron todo
“El anzuelo y el dólar los
agregó con fotomontaje,
luego, el propio Kurt
Cobain”, cuenta Spencer.
El encargado de tomar las fotos
fue Kirk Weddle, amigo de los
padres de Spencer. A la familia
Elden le pagaron sólo $190
dólares por aportar a su hijo.
La pileta es la del centro
acuático de Rose Bowl, en
California
un rollo de fotos y listo”, contó
Spencer. El anzuelo y el dólar los
agregó con fotomontaje, luego,
el propio Cobain.
Lo que siguió a esa escena ya
es parte de la leyenda del grunge,
ese movimiento de jeans rotos,
remeras sucias y camisas leñadoras
descosidas nacido en Seatle
que marcó a toda una generación
que sabía que no iba a cambiar el
sistema pero que al menos podía
mantenerse al margen y fuera de
las reglas diciendo “nevermind”
(expresión que podría traducirse
Andrés Calamaro: “¿El bebe
anfibio va detras del dinero
?Quizas las importancia del
disco nos hace suponer que la
portada es igualmente ...grosa”.
LA POTENCIA DEL TIEMPO
como “no le des importancia”).
La cuestión es que Nirvana vendió
10 millones de copias sólo en
los Estados Unidos y la década
de los noventa tuvo su disco inaugural
que luego se convertiría
en ícono. Tres años después, en
1994, Cobain se suicidaba y el
mito escalaba a niveles inimaginables.
Al punto de que
Gus van Sant haría una película
sobre él:
Last Days.
Nevermind alcanzó el
primer puesto en la lista
Billboard, fue votado como
el mejor álbum del año
en muchas de las revistas
especializadas. Charly García
definió Nevermind con una
expresión que lo dice todo: “Es,
sencillamente, el álbum blanco
de los noventa”.
No es extraño, entonces, que la
famosa foto del bebé en la pileta
se volviera un emblema no sólo
de una década sino de la historia.
Y es, quizás, una de las tapas más
citadas. Hasta Homero Simpson
tuvo su versión para la edición 50
de la Rolling Stone norteamericana,
en la que en lugar del dólar
aparecía una rosquilla.
Con el tiempo, mientras tanto,
el pequeño Elden –que tenía la
imagen colgada en su habitación
como póster– se hizo más grande,
empezó a recibir invitaciones
para programas y, obviamente,
para reeditar aquella tapa: en
2001, al cumplirse los diez años
del lanzamiento del disco, esta
vez la Rolling Stone lo llamó para
reiterar la escena.
Siete años después de aquella
vez, Elden volvió a meter las patitas
en la fuente, ya con cuerpo
de adolescente y con una malla
que le llegaba hasta las rodillas.
La pileta es la misma: la del centro
acuático de Rose Bowl, en
Pasadena, California, que obviamente
se ganó el mote de paso
23
obligado para todos aquellos que
emprenden el tour Kurt Cobain.
No sabemos cuánto le pagaron en
esta oportunidad, pero sin dudas
el joven seguirá aprovechando su
fama de refilón que, según confesó,
lo obliga a tomar su pasado de
bebé exhibicionista con humor,
especialmente frente a las chicas:
“Me tengo que servir de fórmulas
completamente hechas, realmente
estúpidas, como ‘¿quieres ver
mi pene por segunda vez?’”.