Artículo - Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental

Artículo Gaceta
Resolución Alternativa de Conflictos
Negociación y Mediación
Podemos concebir la vida como una sucesión de ciclos y en cada uno de ellos tendremos algo
por ganar y algo por dejar o perder.
Frente a las pérdidas necesitamos hacer un permanente aprendizaje, un trabajo interior para
atravesar el dolor.
Las pérdidas producen dolor. La actitud natural evitación del mismo nos ha llevado a sobrevalorar
el procedimiento judicial, desarrollando la idea de que:
1. Rápidamente nos desembarazaremos del problema al ponerlo en manos del abogado.
2. No perderemos, sino que ganaremos.
Cuando nos hallamos frente a un conflicto de tales características que sentimos que no podremos
resolver solos y nos embarcamos en un juicio, lo hacemos con la idea de ganar.
Todo el procedimiento, desde las primeras entrevistas con nuestro abogado nos llevan a desarrollar
la idea de que ganaremos, entonces, no perderemos, por lo tanto no sufriremos.
Como un atajo habitual para evitar el dolor es la pelea, el juicio nos permitirá pelear y en
muchos casos, hasta disfrutar con el supuesto sufrimiento del otro.
Así es que tenemos que una respuesta habitual “frente al dolor, es la pelea”. Canalizamos así
el dolor, la rabia, la frustración, la impotencia y producimos así una descarga.
Esto es muy interesante, puesto que esta catarsis debería permitirnos idealmente recuperar la
capacidad de pensar. Pero idealmente no es realmente. Si quedamos atrapados en la pelea, es
difícil recobrar la serenidad necesaria para pensar en formas inteligentes y saludables de resolver
el conflicto.
La propia estructura del proceso judicial nos lleva a quedar aún más instalados en una pelea,
que aunque formal, es pelea al fin; en la que finalmente el juez, como si fuera el padre de niños
en disputa, “administrará justicia” dándole a cada parte en conflicto lo que le corresponde, con lo
que quedarán finalmente ganadores perdedores.
La mediación procura superar esta instancia tradicional, invitando a las partes a “crecer” en el
acto de “hacerse cargo” responsablemente de crear, como adultos, una solución al conflicto.
En cualquier orden de la vida, cuando nuestros propios recursos no son suficientes para resolver
un problema, acudimos en busca de ayuda al especialista. Una mediación es una negociación
asistida por un tercero, un especialista que aportará el recurso del que están carentes las partes
y que por ello no logran establecer el acuerdo que dará por tierra con el conflicto
Desde el punto de vista de la salud, se trata de una alternativa ampliamente superadora de la
dinámica del juicio, ya que en este “hacerse cargo” de la responsabilidad por crear una solución,
está presente la posibilidad de crecer y ganar autonomía, evitando la dependencia de un tercero
para la resolución del conflicto, el juez.
Estoy convencido que el aporte de los juristas que impulsaron la creación de la mediación,
trasciende los propósitos que se mencionaron al inicio, de menor tiempo y menor coste en la
resolución de los conflictos.
En realidad su mayor contribución radica en el esfuerzo por instalar en la sociedad, una alternativa
para resolver los conflictos que contiene una propuesta valiosa de crecimiento personal.
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