Artículo - Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental
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<strong>Artículo</strong> Gaceta<br />
tura científica: la especificidad-globalidad. Según esta última teoría, resulta adaptativo<br />
atribuir los éxitos a causas globales, así como atribuir los fracasos a causas específicas.<br />
La relevancia <strong>de</strong> la globalidad para el fracaso vendría dada por su gran po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> generalización<br />
en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la ansiedad y la <strong>de</strong>presión.<br />
Weiner (1974) opina que las atribuciones <strong>de</strong>l alumno <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n tanto <strong>de</strong> la información<br />
proveniente <strong>de</strong> los profesores y el comportamiento <strong>de</strong> éstos, como <strong>de</strong> los datos<br />
informativos que se recogen en el aula. Así, existen referentes informativos importantes<br />
como la calidad <strong>de</strong> la tarea realizada, los datos obtenidos por otros alumnos (consenso),<br />
la historia <strong>de</strong> resultados (éxitos o fracasos), el nivel habitual, la naturaleza <strong>de</strong>l problema,<br />
el esfuerzo empleado en la tarea y los mensajes que reciben <strong>de</strong> sus padres cuando<br />
consiguen un éxito o fracaso (Bar-Tal, 1982). Respecto a los docentes, Alonso Tapia y<br />
Huertas (1986) consi<strong>de</strong>ra que las indicaciones o “feedback” que los profesores ofrecen a<br />
los alumnos al término <strong>de</strong> la actividad influyen directamente en las atribuciones <strong>de</strong> los<br />
estudiantes. Menor y más diluida repercusión presentan las indicaciones <strong>de</strong>l profesor<br />
cuando éstas prece<strong>de</strong>n o se presentan durante la actividad. Al margen <strong>de</strong> lo anterior, en<br />
opinión <strong>de</strong> Bar-Tal (1982), existen diferentes conductas <strong>de</strong> los profesores que contribuyen<br />
a la formación <strong>de</strong> percepciones causales en los alumnos: refuerzos verbales, refuerzos<br />
tangibles, instrucciones, retroalimentación verbal y referencias directas a la<br />
causalidad. Para Black (1992) la alabanza <strong>de</strong>l docente <strong>de</strong>be poseer características como:<br />
ser contingente, personal, sincera y creíble, evitando las comparaciones y la competición<br />
con otros alumnos. Brophy (1981) aña<strong>de</strong> que la alabanza <strong>de</strong>be ser infrecuente,<br />
aunque consi<strong>de</strong>ra que los profesores <strong>de</strong>ben conocer las respuestas individuales a los<br />
refuerzos verbales y que únicamente éste discernimiento <strong>de</strong>be guiar la práctica.<br />
Aplicando la teoría <strong>de</strong> Weiner a la experimentación se han obtenido datos muy relevantes<br />
sobre el entramado <strong>de</strong> interacciones que se produce en el subsistema social que<br />
conforma el aula <strong>de</strong> clase:<br />
• Disponemos <strong>de</strong> abundante apoyo empírico respecto <strong>de</strong> la relación entre la dimensión<br />
atribucional <strong>de</strong> internalidad y las consecuentes reacciones afectivas (Weiner<br />
et al., 1971; Weiner, 1974, 1977, 1979; Abramson et al., 1978; Weiner et al., 1978,<br />
1979; Peterson, 1992). Algo semejante suce<strong>de</strong> con la dimensión atribucional <strong>de</strong><br />
estabilidad y la posibilidad <strong>de</strong> cambio en las correspondientes expectativas<br />
(Rosenbaum, 1972; Weiner, 1972, 1974, 1976; Weiner et al., 1976; Covington y<br />
Omelich, 1979 a; Covington, 1983; Peterson, 1992; Stevens et al., 1997). Del mismo<br />
modo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace varias décadas, abundantes investigaciones vienen relacionando<br />
la dimensión <strong>de</strong> controlabilidad con el éxito y fracaso académico (De Charms, 1968;<br />
Weiner, 1976, 1979; Wambach, 1993; Cooley et al., 1994; Benham, 1995). Ello viene<br />
explicado por el hecho <strong>de</strong> que ante una experiencia <strong>de</strong> incontrolabilidad, la<br />
motivación para iniciar respuestas voluntarias y controlar la situación queda reducida<br />
(Abramson et al., 1978). Igualmente, la persistencia en la tarea se ve limitada<br />
y no se indaga sobre información complementaria que permita subsanar los errores<br />
habidos (Rotter, 1966; Kukla, 1970). Por último, el tiempo <strong>de</strong> latencia se hace mayor<br />
(Hiroto, 1974) y el número <strong>de</strong> omisiones <strong>de</strong> respuesta se acrecienta (Albert y<br />
Geller, 1978), dando como resultado una disminución en la totalidad <strong>de</strong> respuestas<br />
con éxito. La dimensión <strong>de</strong> controlabilidad también está relacionada con los juicios<br />
interpersonales. Así, si un actor <strong>de</strong>spliega escaso esfuerzo en la realización <strong>de</strong> una<br />
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