Artículo - Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental

Gaceta Artículo
Factores Internos Factores Externos
F. Estables F. Inestables F. Estables F. Inestables
F. Incontrolables Capacidad Estado de Dificultad Suerte
ánimo de la tarea
F. Controlables Esfuerzo Esfuerzo Profesor Ayuda no
típico inmediato esperada
de otros
Cuadro 1.: Causas para el éxito y fracaso ante una tarea en función de los factores internos-
Cuadro 1.: Causas para el éxito y fracaso ante una tarea en función de los
factores internos-externos, estables-inestables y controlables-incontrolables
(Weiner, 1979). El esfuerzo típico es el que los sujetos manifiestan normalmente
en la realización de las tareas y el inmediato aquél que es realizado de forma
adicional ante una tarea infrecuente o de dificultad superior. Si un alumno, por
ejemplo, considera que la culpa de su fracaso en una tarea la tiene su falta de
capacidad, entonces estaría atribuyendo su fracaso a un factor interno, estable
e incontrolable.
Igualmente considera que lo realmente relevante no es la causa que ciertamente
provocó el fracaso de un sujeto, sino lo que esa persona piensa que lo causó. Por tanto,
la causa a la que se atribuya un determinado suceso es importante, pero lo verdaderamente
relevante es la forma en que se dimensionalice dicha causa en el sistema
tridimensional: interno-externo, estable-inestable y controlable-incontrolable (ver cuadro
1). La dimensión de internalidad alude al lugar interno o externo, según las consecuencias
se perciban como debidas a propiedades internas o ajenas a sí mismo (de ella
dependen la reacciones afectivas). La dimensión estabilidad se refiere a la duración en
el tiempo de una determinada causa (de ella dependen las expectativas). Finalmente, la
dimensión controlabilidad hace mención a si la causa está o no controlada por alguien
(de ella depende el esfuerzo y la motivación).
Así, la atribución del éxito a causas internas produce emociones positivas, en tanto
que la atribución del fracaso a causas internas produce emociones negativas. Por el
contrario, si el éxito o el fracaso se atribuyen a causas externas, las emociones sufrirían
escasos cambios. Según Weiner, cuando el sujeto atribuye el éxito o el fracaso a causas
estables tenderá a generar expectativas de que en el futuro continuará experimentando
éxito o fracaso respectivamente. Sin embargo, si las causas se consideran inestables,
tanto en caso de éxito como de fracaso, el sujeto albergará dudas sobre lo que ocurrirá
en el futuro, ya que podría darse tanto éxito como fracaso. Por último, la atribución del
éxito y el fracaso a causas controlables (v.g., el propio esfuerzo) produce motivación y
persistencia, lo que contribuye a incrementar el rendimiento. No ocurrirá así en el caso
de adscribir los resultados a factores incontrolables (v.g., la suerte).
La teoría reformulada de la indefensión aprendida (Abramson, Seligman y Teasdale,
1978) aporta una nueva dimensión que también está bastante documentada en la litera-
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