Artículo - Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental

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disminución de la misma (el organismo puede amplificar pequeños estímulos sensoriales
para llamar la atención y alertar sobre la necesidad de entradas sensoriales). Respecto a
la información entrante, se considera que una estimulación que cambia excesivamente
puede hacernos perder la capacidad de controlar nuestra entrada de información, por lo
que buscaremos cierta dosis de estabilidad (un ejemplo sería la habituación olfativa que
se produce en los sujetos que trabajan en ciertas fábricas de productos químicos). Igualmente
podemos perder el control si la situación se hace excesivamente monótona, en
cuyo caso el organismo se organizará para buscar cierta variación que impida a los sistemas
sensoriales desactivarse (alucinaciones visuales en transportistas de EE.UU. y pilotos
de aviación).
1.2. Teoría Psicoanalítica
La teoría psicoanalítica se fundamenta en los motivos inconscientes, concediendo
gran importancia a las tendencias primarias como el sexo y la agresión. En esta teoría la
tarea básica del sistema nervioso es facilitar, mediante un aumento de la pulsión, la
consecución del placer y la evitación del dolor. Es por tanto un modelo hedonista.
1.3. Teoría Humanista
Según esta teoría las motivaciones adultas se desarrollan partiendo de sistemas
motivacionales antecedentes, manteniendo una autonomía funcional respecto a dichos
antecedentes, por lo que el valor actual de las motivaciones puede diferir de su origen
histórico. Admite que aunque en un principio puede no existir motivación para realizar
una determinada actividad, la ley del placer hace que por el mero hecho de realizarla se
produzca placer y satisfacción.
1.4. Teorías Cognitivas
Estas teorías admiten que el hambre y la saciación pueden explicarse de manera
biológica o mecanicista, pero también es cierto que a veces comeremos algo porque nos
agrada su olor o sabor aun cuando no tengamos necesidad fisiológica de ello. Además,
muchas de nuestras necesidades secundarias no van asociadas a las primarias (por ejemplo
poseer un gran cúmulo de joyas). Ante el problema de si la mente estimulaba el
sustrato biológico o a la inversa, la solución hasta ahora venía dada por la idea de que el
cuerpo casi siempre actuaba primero y las emociones serían la forma de hacer consciente
la información que recibimos del cuerpo, por ejemplo: “estamos asustados porque
corremos y no corremos porque tenemos miedo”. Si bien podemos aceptar lo anterior en
situaciones de emergencia, normalmente ante una situación, primero la evaluamos y
luego se produce una reacción que integra componentes biológicos, cognitivos y emocionales.
Para las teorías cognitivas las emociones pueden ser agradables o desagradables y
son la parte central de la motivación. Dichas emociones están influidas por nuestras
percepciones y evaluaciones de lo que nos sucede.
1.5. Teorías sociales.
Hemos hablado sobre cómo las emociones condicionan las motivaciones y a su vez las
percepciones a las emociones, pero no ha sido comentado de dónde proceden las percepciones.
Las percepciones, en gran medida, se aprenden en las relaciones con otros
seres humanos, así vemos lo que esperamos ver y esperamos ver lo que nuestra experiencia,
en diferentes situaciones sociales y con otras personas, nos ha inducido a ver.
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