Ley 31/2003 - Zoo de Barcelona
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y qué comer, con quién asociarse, dón<strong>de</strong> dormir,<br />
etc. Todas estas circunstancias no sólo comprometían<br />
el bienestar <strong>de</strong> los animales, sino también la propia<br />
función <strong>de</strong> los parques zoológicos. La constatación<br />
<strong>de</strong> estos hechos puso <strong>de</strong> manifiesto la necesidad <strong>de</strong><br />
introducir modificaciones en las instalaciones y las<br />
técnicas <strong>de</strong> manejo empleadas con el fin <strong>de</strong> crear<br />
ambientes más naturalizados (es <strong>de</strong>cir, ambientes<br />
en los que se simula el entorno físico y social que<br />
una especie encuentra en la naturaleza) <strong>de</strong>stinados<br />
a minimizar los efectos potencialmente adversos<br />
<strong>de</strong> la cautividad. En esencia, se trataba <strong>de</strong> adaptar<br />
las condiciones <strong>de</strong> la cautividad a las necesida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> los animales, más que adaptar los animales<br />
a las limitaciones <strong>de</strong> la cautividad.<br />
El conjunto <strong>de</strong> modificaciones que pue<strong>de</strong> introducirse<br />
en las condiciones ambientales que experimenta un<br />
animal cautivo y que, en último término, contribuye<br />
a potenciar su funcionamiento eficaz como sistema<br />
biológico se conoce habitualmente con el nombre<br />
<strong>de</strong> enriquecimiento ambiental.<br />
Las opciones para el enriquecimiento <strong>de</strong>l ambiente<br />
que experimenta un animal cautivo son múltiples.<br />
Se podrían citar, entre otras muchas, las siguientes:<br />
el aporte <strong>de</strong> aparatos y accesorios que los<br />
individuos pue<strong>de</strong>n explorar, alterar o manipular con<br />
diversas funciones; la introducción <strong>de</strong> estructuras<br />
<strong>de</strong>stinadas a actuar como barreras visuales, vías <strong>de</strong><br />
escape alternativas, refugios y áreas <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso;<br />
la modificación <strong>de</strong>l tamaño y la estructura <strong>de</strong> los<br />
grupos sociales; el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> programas <strong>de</strong><br />
adiestramiento dirigidos a favorecer la adquisición<br />
<strong>de</strong> pautas <strong>de</strong> comportamiento que contribuyan<br />
a incrementar la supervivencia <strong>de</strong> los animales<br />
liberados en la naturaleza. En general, este amplio<br />
conjunto <strong>de</strong> actuaciones suele agruparse en<br />
las <strong>de</strong>nominadas técnicas <strong>de</strong> enriquecimiento<br />
estructural (tamaño, diseño y complejidad <strong>de</strong> los<br />
alojamientos), social (composición y tamaño <strong>de</strong><br />
los grupos) e instrumental (tubos <strong>de</strong> alimentación,<br />
presas artificiales, sonidos biológicamente<br />
relevantes, plataformas <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso, etc.).<br />
ARTÍCULO 3 • EL BIENESTAR DE LOS ANIMALES<br />
Para que resulten eficaces, las técnicas<br />
<strong>de</strong> enriquecimiento ambiental <strong>de</strong>ben aplicarse<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un programa integrado <strong>de</strong> actuaciones<br />
ajustado a la problemática concreta <strong>de</strong> cada<br />
situación. De otro modo, las actuaciones<br />
emprendidas podrían no tener una contribución<br />
real sobre la promoción <strong>de</strong>l bienestar y <strong>de</strong><br />
la competencia comportamental <strong>de</strong> los animales.<br />
La Figura 9 muestra los pasos que <strong>de</strong>berían<br />
seguirse en la planificación y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un<br />
programa <strong>de</strong> enriquecimiento ambiental. De ella<br />
conviene <strong>de</strong>stacar dos elementos fundamentales.<br />
El primero es la necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir con claridad<br />
los objetivos que se <strong>de</strong>sean alcanzar con la puesta<br />
en marcha <strong>de</strong>l programa (una tarea que resulta<br />
imposible realizar sin un análisis previo <strong>de</strong><br />
la situación <strong>de</strong> las instalaciones que se quieren<br />
mejorar). El segundo se refiere a la necesidad<br />
<strong>de</strong> evaluar los resultados obtenidos tras<br />
la aplicación <strong>de</strong> las alternativas seleccionadas<br />
(ya que, <strong>de</strong> otro modo, no sería posible conocer<br />
hasta qué punto se ha tenido éxito en la<br />
consecución <strong>de</strong> los objetivos planteados).<br />
Figura 9. Pasos que <strong>de</strong>ben seguirse en la planificación y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un programa<br />
<strong>de</strong> enriquecimiento ambiental. (Tomado <strong>de</strong> Guillén-Salazar, 2002) 1 .<br />
Aunque su propósito original fue la promoción <strong>de</strong>l<br />
bienestar animal, las técnicas <strong>de</strong> enriquecimiento<br />
ambiental aportan en la actualidad otros beneficios<br />
igualmente importantes y legítimos. Por ejemplo,<br />
1 Guillén-Salazar, F. (2002). El papel <strong>de</strong> los parques zoológicos en la conservación <strong>de</strong> los primates: un reto para la etología. En: Primates: evolución, cultura y diversidad. (J.<br />
Martínez y J.J. Veà, Eds.), pp. 227-252. México: Centro <strong>de</strong> Estudios Lombardo Toledano.<br />
¿Cómo?<br />
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