Historia y Arte del Convento de San Gil - Cortes de Castilla-La ...

M. Maroto
Co r t e s d e Castilla-la Ma n C h a
Parte de suministro de alimentos de la prisión provincial (Gilitos) un día cualquiera de 1917.
Este mismo año, a pesar de ser insuficiente el presupuesto para la total y cabal
adaptación del exconvento, los presos ya están en él, propiciando que, por la
deficiencia de las instalaciones, se puedan dar a la fuga varios reclusos por la parte
del río. Esto trae como consecuencia que se ordene tapiar las puertas y se repongan
cerrojos y candados, así como que se proceda al blanqueo, enlosado e instalación de
excusados. No obstante la urgencia de las obras, para su ejecución se sigue un complicado
tramite con numerosos informes y redacciones que van del Ayuntamiento al
Gobierno Civil, de aquí al Juzgado y de éste al arquitecto municipal. Todo este trámite
durará más de un año y en él se replantea la construcción de un foso para defensa
de la cárcel en la parte orientada hacia el río. Este sistema de seguridad se amplía en
1870 con la construcción de varias garitas y la reparación del cuerpo de guardia.
Hasta 1875 no se resolvió el problema del abastecimiento de agua corriente,
que se hacía hasta entonces con los transportes de agua de la fuente de El Cardenal
y de la de Cabrahigos; la acometida de agua se hace desde la calle Santo Tomé
hasta el edificio.
96
Co n v e n t o, C á r C e l, C u a rt e l...
En 1877 se acometen nuevamente obras generales que atañen a la consolidación
y mejora del edificio el presupuesto asciende a 2.163 pesetas y 92 reales. Por
estas obras sabemos de la existencia de un patio chico con sus galerías altas (hoy
desparecido), además de un departamento especial para mujeres. El antiguo convento
de Gilitos se estructura, en términos generales, como se desprende del plano
realizado por el Instituto Geográfico Nacional de 1881: En una nave de tres tramos
correspondiente a la iglesia, dos patios, uno grande y otro chico, con sus correspondientes
galerías, y dos alas en varios pisos, formando ángulo, que corresponderían a
las celdas, refectorio, cocinas, enfermería y otras dependencias conventuales. A ello
se les unían tres grandes corrales en donde estaría situada la huerta.
La reestructuración del edificio para cárcel respeta su configuración original,
si bien sus dependencias se adaptan al nuevo uso. Así, la tribuna de la iglesia y su
parte inferior se adaptan al cuerpo de guardia, respetándose el atrio que antecedía en
la entrada principal, hoy desaparecido, punto de entrada a dicho cuerpo. El ala que
daba al callejón de Gilitos se acondiciona para el alcalde y empleados, audiencia,
habitación del carcelero y retretes.
Entre el claustro grande y chico, unidos por unas salas de comunicación, se
sitúa la capilla de los sentenciados a muerte.
En un ángulo entre el claustro chico y el ala que mira al corral grande (hoy
aparcamiento), se instalan otros retretes con un total de cuatro evacuatorios. Este
ala está ocupada por los calabozos de los sentenciados a muerte, salas y celdas de
presos. Una garita se sitúa próxima al ángulo formado por el muro del presbiterio y
el del lado del evangelio de la iglesia y otra en el vértice formado en la unión de los
corrales grande y pequeño, a la que se accede por un pequeño paseo de ronda que a
su vez comunica con el otro corral situado al otro lado del callejón de Gilitos.
La capacidad de la cárcel era de unas doscientas personas. La ocupación en
1871 es de setenta presos, siendo alcalde don Julián Martínez, distribuidos entre las
autoridades siguientes: 50 al juzgado de Toledo, 2 al gobernador civil, 4 al gobernador
militar, 5 cumpliendo condena y 12 cárcel segura. El alcalde no tenía por estas
fechas ningún preso.
7. El regimiento carcelario
El Gobernador Civil de Toledo, don Santiago Luis Dupuy, en circular de 10 de
agosto de 1863, ordena la formación de comisiones inspectoras de cárceles para el
97