Historia y Arte del Convento de San Gil - Cortes de Castilla-La ...

Co r t e s d e Castilla-la Ma n C h a
más notable se el patio o claustrillo interior, que forma el núcleo de la construcción.
Este patio o claustro se desenvuelve en cuatro alturas: la baja, con pequeños huecos
rectangulares, las dos siguientes con huecos de medio punto y la última con huecos
rectangulares de nuevo. Toda la construcción es de ladrillo muy bien aparejado con
impostas y cornisas que tienen una calidad semejante a la de la obra de la iglesia.
El cuerpo añadido o secundario que arranca verticalmente hacia el Oeste desde
el cuerpo principal hemos dicho que es de una calidad secundaria pero, por tratarse
de materiales semejantes, entona perfectamente con el conjunto.
2. Estado del edificio antes de la restauración
Hecha esta somera descripción, tenemos ahora que declarar el lamentable
estado en que se encontraba cuando se iniciaron las obras de reconstrucción y de
adaptación de este edificio a los programas de las Cortes de Castilla-La Mancha.
La historia del edificio había sido la de una constante degradación, deterioro
y casi destrucción de su estructura primitiva. Suponemos que, con motivo de la exclaustración
y desamortización de la época de Mendizábal, el convento fue desafectado
y, naturalmente, abandonado por la comunidad que la ocupara, y destinado a
usos diversos de carácter utilitario. No conocemos perfectamente las etapas de esta
degradación paulatina, pero parece ser que una de las primeras utilizaciones que
tuvo el edificio fue la de albergar la vieja cárcel de Toledo, con anterioridad a la
construcción de una prisión especialmente proyectada para este uso.
Esta dedicación alteró sobre todo la fachada del cuerpo conventual que mira
al Oeste y que, sin duda, en origen, fue aquella a donde se abrían los huecos de luz
de las celdas de los frailes, que se convirtieron en celdas de reclusos, disminuyendo
el tamaño de los huecos originales, colocando rejas y rompiendo totalmente la composición
y el ritmo de esta fachada.
Más tarde hemos conocido el edificio como cuartel de la Guardia Civil, lo que
entrañaría también grandes y desconsideradas reformas que vinieron a culminar en la
casi destrucción del templo, lo más valioso, como hemos repetido, de este conjunto.
Cuando pudimos entrar en el templo, sufrimos la sorpresa de contemplar una serie
de locales que, en parte, estaban ocupados por un absurdo garaje, donde se guardaban
los coches-bomba del Servicio de Bomberos de Toledo; por unos talleres de carpintería;
por unos dormitorios improvisados para los miembros del Cuerpo de Bomberos y por
otra serie extraña de servicios que desfiguraban completamente la antigua iglesia.
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re s ta u r a C i ó n pa r a sede pa r l a M e n ta r i a
La historia del edificio se caracteriza en el último siglo por una paulatina y constante degradación.
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