Historia y Arte del Convento de San Gil - Cortes de Castilla-La ...

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Co r t e s d e Castilla-la Ma n C h a
Exteriormente, la restauración, como hemos dicho, ha consistido en devolver a
todas las fachadas un aspecto correcto, ordenado y armonioso, restituyendo y salvando
en lo posible la situación de los antiguos huecos de ventanas, completando las grandes
cornisas, cuando éstas habían sido degradadas o dañadas y, sobre todo, volviendo a
todas las superficies su antigua textura y calidad.
En esto se ha sido sumamente exigente, pues uno de los encantos de este tipo
de construcciones reside en la belleza de sus fábricas mixtas de ladrillo y mampostería.
Se ha buscado la restitución del antiguo aspecto de estas fábricas utilizando,
donde hacía falta, ladrillo viejo de la misma calidad del antiguo y tratando la mampostería
con el mismo sentido que tenía la original. Todo esto le ha dado al conjunto
exterior del edificio una gran calidad y le ha devuelto su primitiva nobleza.
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La iglesia se ha devuelto a su
primitivo aspecto sin forzar para nada
su adaptación al nuevo uso, puesto
que en la tradición parlamentaria
española a menudo las iglesias han
servido para reuniones y asambleas
políticas.
re s ta u r a C i ó n pa r a sede pa r l a M e n ta r i a
En cuanto al interior, se ha tenido un especial cuidado en el tratamiento de la
vieja iglesia, destinada, como ya hemos repetido, a Salón de Sesiones del Parlamento
o Cortes de Castilla-La Mancha. La iglesia se ha devuelto a su primitivo aspecto, sin
forzar nada su adaptación al nuevo uso, puesto que en la tradición parlamentaria
española no es la primera vez que una iglesia sirve para reuniones y asambleas políticas.
Desde las Cortes de Cádiz, que se celebraron en la iglesia de San Felipe Neri,
de aquella población, hasta las primitivas Cortes, que en Madrid tuvieron asiento en
el convento de Doña María de Aragón o en el convento, posteriormente, del Espíritu
Santo, en la Carrera de San Jerónimo de Madrid, esta tradición tiene gloriosos
precedentes. Por lo tanto, no es ninguna novedad que las futuras Cortes castellanomanchegas
se establezcan en un edificio religioso, que se adapta perfectamente a
este cometido.
Salvo los escaños, que se han colocado a ambos lados de un pasillo central,
ocupando el espacio de la nave, y salvo la mesa presidencial, situada en lo que podemos
llamar el presbiterio del templo, el resto se ha mantenido sin ninguna variación.
Es más, la tribuna pública se ha colocado en un coro alto sobre el vestíbulo de
entrada al templo, de tal manera que la función deseada se asimila a la que tenían
estas iglesias cuando se disponía en ellas un coro en alto y a los pies, cosa que sucedía
en nuestro caso. Los muebles que constituyen los escaños y que se desarrollan
longitudinalmente, como los sitiales de un coro, se han hecho de madera según un
diseño muy sobrio, muy sencillo y que no rompe la armonía del viejo templo.
La iluminación es mixta, en parte indirecta con luz oculta en las cornisas
y en parte directa, mediante unos velones y una gran lámpara holandesa en el
espacio de la cúpula.
El colorido de este salón de Asamblea es fundamentalmente el blanco, con
recuadros de un gris muy suave, como, sin duda, debía de ser la policromía primitiva.
Destaca, al fondo de la nave y al respaldo de la mesa presidencial, un gran
frontis arquitectónico decorado por un repostero de terciopelo y oro con las armas
de Castilla-La Mancha.
En cuanto a la restauración del edificio conventual, ya hemos dicho lo suficiente
en lo que se refiere a la conservación de los techos envigados y a otras
circunstancias, pero queremos destacar que nuestra idea fue darle al edificio una
máxima sobriedad y solemnidad. Todas las galerías del claustro se han reconstruido
con sus arcos antiguos, muy sencillos, por supuesto, donde no se ha querido hacer
ninguna innovación. Solamente nos hemos permitido construir una nueva escalera
para acceso a la galería de público, que se ha proyectado tomando modelos de otros
conventos de la misma época. Por otra parte, ha sido necesario construir una segunda
escalera que comunica, de abajo arriba, todos los pisos, puesto que no existía una
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