MAYOMBE - Marxistarkiv
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– Y por lo tanto, incapaz de luchar correctamente ¿No es así? – Dijo Sin Miedo.<br />
Mundo Nuevo lo miró de frente. Bajó la cabeza murmurando<br />
– Es así.<br />
Luego los ojos de Mundo Nuevo se iluminaron, y continuó más firme:<br />
– Para luchar de una manera coherente, es necesario un mínimo de optimismo, y confianza<br />
en los hombres. ¡Esto vale para mi y quizás no valga para tí, Comandante! Yo tengo<br />
confianza. Si no fuera optimista, no podría combatir.<br />
– ¿Qué hago yo?<br />
– No niego que combates, no. Pero puedes abandonar todo si las dificultades fueran<br />
grandes, puedes cansarte más facilmente que otros que sean más optimistas. Es necesario<br />
tener una gran fe, para poder soportar todas las adversidades.<br />
Recién llegas a la guerrilla, pensó Sin Miedo. Con que derecho hablas como si ya hubieras<br />
pasado innumerables vicisitudes. Todavía no has visto la verdarera guerra y ya tienes el coraje<br />
de decir que aguantarás más que yo. Estos jóvenes vienen de Europa con la idea que los<br />
estudios teóricos del marxismo es una poción mágica que los hará ser perfectos en la práctica.<br />
Pero, de todas formas es un tipo que puede hablar de frente con su Comandante, lo que ya es<br />
una buena base para comenzar; el resto vendrá con el tiempo y con los puntapie que le de la<br />
vida.<br />
– Pienso que es como la religión – Dijo Sin Miedo – Hay algunos que la necesitan. Hay<br />
otros que necesitan creer en la generosidad abstracta de una humanidad abstracta, para<br />
poder seguir por el camino duro, como lo es el camino revolucionario. Opino que ellos, o<br />
son débiles, o son espíritus jóvenes que todavía no han visto la realidad de la vida. Los<br />
débiles abandonan la lucha sólo porque sus ideales se derrumban cuando ven a un<br />
dirigente engañando a los militantes. Los otros se acomodan, se vuelven más relativos,<br />
menos exigentes. O mantienen la fe encendida. Ellos mueren felices, aunque hayan sido<br />
unos inútiles.<br />
– Pero hay hombres que no necesitan de la fe para poder soportar los sacrificios; son<br />
aquellos que, racionalmente, con una perfecta independencia, escogen ese camino,<br />
teniendo en claro que los objetivos sólo serán alcanzados en un cincuenta por ciento, lo<br />
cual significa un progreso inmenso. Es evidente que ellos también tienen un ideal, todos lo<br />
tienen, pero en ellos este ideal no es abstracto ni irreal. Yo sé, por ejemplo, que todos<br />
tenemos bien allá, en el fondo, un lado egoísta que pretendemos ocultar.<br />
Así es el hombre, por lo menos el hombre actual. ¿Para que sirvieron siglos y milenios<br />
de economía individualista, sino que para construir hombres egoistas? Negarlo es huir de<br />
la dura verdad. En fín, sé que el hombre actual es egoista. Por eso, es necesario mostrarle<br />
siempre que lo poco conquistado no alcanza y que es necesario continuar. ¿Y esto, podría<br />
ser para mi un impedimento para continuar? Esto lo sé así, a sangre fría, y sin embargo<br />
continuo luchando, continuo pretendiendo ayudar a los pequeños egoistas, contra los<br />
grandes egoistas que acaparan todo, entonces no veo cuál sería la causa para desistir<br />
cuando hay muchos que continuan. Solo me detendré, y ahí racionalmente, cuando vea<br />
que mi acción es inutil, que es gratuita, esto es, si la Revolución fuera desviada de sus<br />
objetivos fundamentales.<br />
Luchamos había dejado se seguir la discusión y se fue hacia la ribera del río. Los novatos<br />
cansados de sus piruetas, esperaban órdenes del Comandante. Mundo Nuevo, pensativo no<br />
respondió. Sin Miedo, levantándose le dijo:<br />
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