Sermones - Iglesia Cristiana Cimiento Estable
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1. Una gran multitud de todas las naciones. - Cuando Juan vivía en la tierra vio sólo unos<br />
pocos creyentes. "Nosotros somos de Dios -decía- y todo el mundo está puesto en maldad". La<br />
iglesia era como un lirio en un desierto, Heno de cardos y espinas, como unos pocos corderos en<br />
medio de lobos; pero he aquí que ahora, en su visión, ve algo completamente diferente. Los<br />
espinos han sido desarraigados y echados fuera y los lirios son innumerables. "De todas las<br />
naciones". Quizá llegó, en su visión, a descubrir a los restantes apóstoles, sus compañeros a su<br />
mismo hermano Santiago, al muy santo Pablo, la faz como de ángel de Esteban; el curtido<br />
egipcio, el eunuco, Niger, el de ondulado cabello y tez oscura; también quizá a los lejanos<br />
chinos, a los birmanos e hindúes, como así mismo a los germanos de ojos azules, o latinos de<br />
ojos oscuros, e incluso quizá a numerosas multitudes de distantes islas. Cada país tenía allí su<br />
representante, algún redimido de cada nación se hallaba allí. Y todos eran semejantes a Cristo,<br />
aunque manteniendo sus propias peculiaridades que les permitía distinguirlos.<br />
Se nos enseña en el texto que Cristo tendrá una corona gloriosísima. Verá del fruto de su<br />
alma y será saciado. A menudo, cuando contemplo una gran ciudad como Dundee. y veo tan<br />
escaso número de convertidos a Cristo, mi corazón se entristece; tengo muchas veces la<br />
sensación de que estamos trabajando para nada y en vano. Aunque ha habido tanta bendición,<br />
¡hay, sin embargo, tales masas de familias lejos de Cristo! Aunque nadie más fuese salvado de<br />
los que estamos aquí, sin embargo, Cristo en la gloria---suponiéndola ya llegada- estaría<br />
satisfecho. Cristo tiene la corona completa, sin faltarle a alguna. Así lo contempla Juan en su<br />
visión. Estaremos completamente satisfechos cuando veamos todo. Él tiene misericordia del que<br />
tiene misericordia.<br />
Contemplemos también el poder de su sangre. Quita el pecado de toda aquella multitud,<br />
limpia pecados de todo nombre e índole. ¿Por qué no los vuestros? Oh, habiendo tan glorio8a<br />
compañía de pecadores salvados, ¿por qué habéis de continuar vosotros perdidos? Si hay tantos<br />
que acuden a tan excelso lugar, ¿por qué no habéis de ir vosotros?<br />
2. Su posición. - La multitud que nadie puede contar "estaba delante del trono" es decir, más<br />
próxima al trono que los ángeles, ya que cada uno de los que la componía, se nos dice más<br />
adelante, estaba alrededor del mismo. Los redimidos están cerca del trono; los ángeles alrededor<br />
de los redimidos. Es esto una indicación clara de su completa justicia, o por mejor decir,<br />
justificación Y sabemos que los impíos, que los inconversos no podrán permanecer en el juicio.<br />
Si Dios llevase ante su presencia al hombre no regenerado, éste ciertamente moriría ante ni.<br />
Erráis grandemente al pensáis que Dios necesita desplegar su omnipotencia para destruiros. Del<br />
mismo modo que una nube se desvanece por la presencia y calor de los rayos del sol, así<br />
vosotros pereceríais en la presencia de Dios, como una mariposa queda consumida ante una<br />
llama de fuego. Pero notamos que esta inmensa muchedumbre permanece cerca del trono, ante la<br />
plena mirada de Dios. Ellos permanecen en Cristo, no en al mismos. Están más próximos que los<br />
ángeles; los ángeles tienen solamente su propia justicia, la justicia que ellos mismos han<br />
guardado; los redimidos tienen sobre si la justicia del Creador. La justicia de Cristo es un millón<br />
de veces más preciada que la del más encumbrado ángel. Por esto sus redimidos están más cerca<br />
del trono. La justicia de Dios posa sobre ellos, ¿quién los condenará? Si vosotros deseáis ser<br />
hechos cercanos a Dios, podéis acudir libremente a Cristo ahora. ¿Por qué permanecer lejos?<br />
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