Imperialismo y teoría marxista en América Latina - Socialismo o ...
Imperialismo y teoría marxista en América Latina - Socialismo o ...
Imperialismo y teoría marxista en América Latina - Socialismo o ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Teoría - Historia<br />
<strong>Imperialismo</strong><br />
Contra semejantes exageraciones, corresponde, a la vez que se da cu<strong>en</strong>ta de<br />
lo verificable, reafirmar los límites precisos de las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias señaladas, que<br />
hac<strong>en</strong> a la perman<strong>en</strong>cia de la contradicción <strong>en</strong>tre economía y política, <strong>en</strong>tre<br />
capital y fronteras nacionales. No se trata sólo de que es más fácil transferir<br />
billones de dólares vía electrónica que radicar la décima parte de esa cifra <strong>en</strong><br />
plantas productivas <strong>en</strong> el extranjero, sino que la dominación política se sigue<br />
ejerci<strong>en</strong>do vía los estados, que a difer<strong>en</strong>cia del capital “transnacional” cargan<br />
historias, tradiciones y relaciones de fuerza <strong>en</strong>tre las clases que se procesan <strong>en</strong><br />
la política (y también, aunque de manera más mediada, <strong>en</strong> la economía).<br />
Por otro lado, más fecundo que divagar con una nueva estructura del capitalismo<br />
a partir del aum<strong>en</strong>to de la masa de capital especulativo, por ejemplo, es<br />
contextualizar ese f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o como parte de las “vías de escape” a los límites de<br />
la valorización del capital, como advierte la <strong>teoría</strong> <strong>marxista</strong>. Que la espiral especulativa<br />
y “aj<strong>en</strong>a a la producción” de plusvalor no puede ext<strong>en</strong>derse indefinidam<strong>en</strong>te<br />
tuvo <strong>en</strong> la última década dos confirmaciones categóricas. La primera<br />
fue hacia el cambio de siglo, con el derrumbe de las tecnológicas “puntocom”,<br />
cuya valorización bursátil había perdido toda correlación con la “economía<br />
real” pero había alim<strong>en</strong>tado todo tipo de teorizaciones superficiales y ad hoc<br />
sobre la “nueva economía inmaterial”, etc. La segunda, naturalm<strong>en</strong>te, es la<br />
actual crisis mundial, cuyo elem<strong>en</strong>to detonante fue el estallido de la burbuja<br />
especulativa inflada a partir de las hipotecas <strong>en</strong> EE.UU. Es significativo que precisam<strong>en</strong>te<br />
ese tipo de mecanismo especulativo haya sido señalado por la <strong>teoría</strong><br />
<strong>marxista</strong> como un recurso desesperado del capital para retomar la valorización<br />
(véase H. Grossmann, cit., pp. 349 y ss.).<br />
La globalización-mundialización pres<strong>en</strong>ta otros rasgos específicos como el<br />
creci<strong>en</strong>te parasitismo y desigualdad, el militarismo, la depredación del medio<br />
ambi<strong>en</strong>te, nuevas formas productivas y otros, sobre los que no podemos ext<strong>en</strong>dernos<br />
aquí. Pero, <strong>en</strong> su mayor parte, tales rasgos no son completam<strong>en</strong>te nuevos,<br />
sino una profundización o modificación no necesariam<strong>en</strong>te funcional de<br />
elem<strong>en</strong>tos pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> fases previas.<br />
Es materia de debate si la primera década del siglo XXI repres<strong>en</strong>ta la continuidad<br />
de esa fase o si está s<strong>en</strong>tando las bases de una nueva fase de destino aún<br />
incierto. Por lo pronto, ya se verifica un cambio sustancial con el período abierto<br />
a fines de los 70: la crisis de la hegemonía de EE.UU., aun sin vislumbrarse<br />
una pot<strong>en</strong>cia imperialista de recambio.<br />
En todo caso, el fin de la transitoria “unipolaridad”, como hemos señalado<br />
<strong>en</strong> el punto anterior, no necesariam<strong>en</strong>te debe desembocar <strong>en</strong> una “multipolaridad”<br />
que abriría el juego a un ord<strong>en</strong> imperialista distinto, con cambios sustanciales<br />
<strong>en</strong> la cantidad y ubicación de actores <strong>en</strong> ese esquema. El hecho de que<br />
no aparezca <strong>en</strong> el horizonte un firme candidato a sucesor de EE.UU. como<br />
pot<strong>en</strong>cia imperialista hegemónica no es <strong>en</strong> sí mismo contradictorio con la <strong>teoría</strong><br />
<strong>marxista</strong>. Ésta, lejos de exigir siempre una pot<strong>en</strong>cia dominante, por el contrario,<br />
nace justam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un período <strong>en</strong> que esa hegemonía no era definida.<br />
Las guerras mundiales aclararon el panorama, pero es un error suponer que para<br />
Diciembre 2009<br />
<strong>Socialismo</strong> o Barbarie 249