Descargar PDF - Fundación Elegir
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nas, y creo que Ángela es una de ellas, encuentran<br />
casi imposible eliminar ciertas experiencias, sin importar<br />
cuán autodestructivas sean, de sus mundos de calidad.<br />
Ángela, por ejemplo, ha puesto la imagen de<br />
no comer y volverse más delgada en su mundo de<br />
calidad. No quiere pagar el precio de eliminar dicha<br />
imagen. Para ella el precio es muy alto; perderá demasiado<br />
poder. La única forma de ayudarla es que<br />
alguien, en su caso podrían ser sus padres, la convenza<br />
de que vale la pena pagar el precio de sacar esta<br />
imagen de su mundo de calidad.<br />
El precio es aceptar que hay formas de sentirse<br />
bien que son satisfactorias e incluso pueden ser mejores<br />
para ella que la experiencia adictiva. El precio<br />
que tienen que pagar los drogadictos es estar bien sin<br />
el alcohol u otra droga. El precio que los fisicoculturistas<br />
tienen que pagar es sentirse bien sólo con los músculos<br />
que pueden obtener sin esteroides. Los apostadores<br />
tienen que estar dispuestos a aceptar que hay<br />
otras maneras de sentirse bien, sin apostar.<br />
Pareciera que el precio que tiene que pagar Ángela<br />
es más bajo; todo lo que tiene que hacer es empezar<br />
a comer más. Pero no es así. Para ella es un precio<br />
alto, al igual que para cualquier adicto, porque la<br />
experiencia de la adicción está firmemente grabada<br />
en su mundo de calidad. Algunas anoréxicas, al igual<br />
que algunos drogadictos, preferirían morir que eliminar<br />
la adicción de su mundo de calidad, y es difícil saber<br />
con anterioridad quién será así de extremista. La<br />
única manera de averiguarlo es tratar de ayudarlos<br />
y ver qué sucede. En el caso de Ángela, incluso si lo<br />
que le sugeriré a sus padres no funciona, vale la pena<br />
intentarlo. No causará ningún daño.<br />
Para todos nosotros, por su puesto incluyendo a Ángela,<br />
nuestro mundo de calidad se construye a partir<br />
de la manera en la que nos imaginamos o percibimos<br />
tres experiencias de vida muy comunes pero diferentes.<br />
La primera, y más importante, es la forma en la<br />
que Ángela ha interactuado con las personas importantes<br />
de su vida, en su caso, lo más probable es que<br />
sean sus padres. La segunda, es la manera en la que<br />
interactúa con las cosas en su vida, por ejemplo, su<br />
comida y su balanza. La tercera son los sistemas de<br />
creencias que rigen su comportamiento. Si ella fuera<br />
una monja, sería su creencia en Dios. En su caso, es<br />
su creencia, aparentemente inquebrantable, de que<br />
debe pesar menos de lo que señale la balanza, o que<br />
debe ser más delgada que cualquier imagen que se<br />
refleje en el espejo. Comer es perder poder.<br />
Las imágenes en nuestro mundo de calidad son<br />
tan importantes y tan difíciles de cambiar porque están<br />
cimentadas en sentimientos muy positivos: bien<br />
sea como nos sentimos en el pasado, como nos sentimos<br />
ahora, o como anticipamos que nos sentiremos<br />
en el futuro. Sin importar cómo elegimos vivir nuestras<br />
vidas, esas elecciones están gobernadas por nuestro<br />
deseo de sentirnos tan bien como podamos, ahora o<br />
en el futuro; nuestro deseo de evitar tanto dolor como<br />
nos sea posible, en el presente y más adelante. Muchos<br />
están dispuestos a sufrir una gran cantidad de<br />
dolor en el presente si creen que en el futuro habrá<br />
una recompensa placentera por lo que están haciendo.<br />
Podemos ver un ejemplo de esto en las personas<br />
jóvenes que entrenan para los Olímpicos.<br />
Insertamos en nuestro mundo de calidad las imágenes<br />
de las personas, las cosas, y los sistemas de<br />
creencias que hemos disfrutado en el pasado, disfrutamos<br />
en el presente, o esperamos disfrutar en el futuro.<br />
Bajo la mayoría de circunstancias, aquellas imágenes<br />
permanecerán allí hasta que encontremos algo<br />
más en esa categoría, que se experimente mejor. Por<br />
ejemplo, los expertos en vinos continuamente agregan<br />
y, en ocasiones, eliminan vinos de su mundo de<br />
calidad. Después de un divorcio, las personas pueden<br />
eliminar a su ex de su mundo de calidad e introducir<br />
un nuevo amor. Pero algunas personas no lo hacen;<br />
hay quienes permanecen enamorados de su ex por<br />
el resto de su vida y sufren por esto, creyendo todo el<br />
tiempo que se sentiría peor eliminar al ex, del mundo<br />
de calidad.<br />
El criterio clave para mantener una imagen en<br />
nuestro mundo de calidad, sin importar cuán difícil<br />
pueda ser satisfacerla, o cuán autodestructiva pueda<br />
ser, es lo bien que se haya sentido la experiencia<br />
cuando elegimos agregarla. No sabemos lo bien que<br />
se siente la imagen que tiene Ángela, de ser más delgada<br />
de lo que es, en su mundo de calidad. Puede<br />
sentirse muy bien. Pero sí sabemos que se sintió lo suficientemente<br />
bien antes, en su esfuerzo por perder<br />
peso, como para que ahora no pueda aceptar eliminarla,<br />
incluso si en realidad no se siente tan bien.<br />
La mantendrá en su mundo de calidad y continuará<br />
dejándose morir de hambre con la esperanza de que<br />
una sensación, nueva y positiva, triunfará por encima<br />
de las demás. No debemos subestimar la fuerza de<br />
esta esperanza.<br />
Alcohólicos que están muriendo de cirrosis o fumadores<br />
que están muriendo de enfisema, me han dicho<br />
que la imagen de beber o fumar placenteramente,<br />
todavía se encuentra en su mundo de calidad. Por<br />
supuesto, estas personas no saben más sobre el concepto<br />
del mundo de calidad que la mayoría de lectores.<br />
Lo explico aquí porque es algo que personas<br />
como Eduardo y Sara necesitan saber. De otro modo,<br />
el comportamiento de Ángela sería inexplicable.<br />
La primera persona que la mayoría de nosotros<br />
metemos a nuestro mundo de calidad es nuestra<br />
madre. Al nacer teníamos la capacidad, no sólo de<br />
sentir, sino también de reconocer, la diferencia entre<br />
sentirse bien y sentirse mal, y de aprender de esta diferencia.<br />
Al nacer, no sabíamos acerca de sentirse bien<br />
o mal, pero pronto aprendimos. Con mucha rapidez,<br />
ELEGIR Volumen 15 Diciembre de 2010 - Página 11