Descargar PDF - Fundación Elegir
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Cuando Sara y Eduardo me llamaron, me dijeron<br />
que estaban buscando un consejo sobre cómo lidiar<br />
con Ángela, su hija anoréxica de 15 años. Estaban<br />
desesperados. Durante casi un año, Ángela se había<br />
dejado morir de hambre justo en frente de ellos,<br />
y todo el tiempo insistía en que estaba muy gorda.<br />
Había estado yendo a una clínica especializada en<br />
anorexia, recomendada por su pediatra, pero sus padres<br />
querían más información sobre la enfermedad y<br />
sobre cómo debían tratar a Ángela en casa.<br />
Les dije que no era experto en materia del tratamiento<br />
de la anorexia, y que no interferiría con lo que<br />
la clínica estaba haciendo. Les expliqué que mi experiencia<br />
se enfocaba en enseñar a los padres cómo<br />
lidiar con adolescentes problemáticos y, todos estuvimos<br />
de acuerdo en que una niña con anorexia es<br />
el epítome de una adolescente problemática. Estaba<br />
completamente dispuesto a atenderlos pero, antes<br />
de que llegaran, quería que leyeran los primeros dos<br />
capítulos de este libro, para que así tuvieran una comprensión<br />
básica de la teoría de la elección que les<br />
enseño a los padres.<br />
Además de esos capítulos, también incluí material<br />
adicional sobre la teoría de la elección, y les dije<br />
que, cuando terminaran de leerlo, me llamaran y los<br />
atendería de inmediato. Regresaré a mi reunión con<br />
ellos más adelante en este capítulo, pero ahora quiero<br />
introducir algo de material adicional sobre la teoría<br />
de la elección, que considero ofrece una perspectiva<br />
importante sobre la anorexia y algunos problemas similares<br />
de los adolescentes. Considero que la Teoría<br />
de la Elección es especialmente adecuada para enfrentar<br />
este problema porque, si elegimos todo lo que<br />
hacemos, elegir morir de hambre es probablemente<br />
la elección más desconcertante y autodestructiva<br />
que toman las adolescentes.<br />
A pesar de que, por lo general, se le considera<br />
una enfermedad, sería mejor describir la anorexia<br />
como una adicción o un comportamiento adictivo.<br />
A diferencia de lo que usualmente ocurre con aquello<br />
que consideramos una enfermedad, no hay ninguna<br />
patología en el cerebro de los adolescentes ni<br />
Teoría de la Elección en la adolescencia<br />
(Capítulo 8 de Para padres y docentes: Cómo romper las barreras entre usted y su adolescente)<br />
Abstract: En este capítulo, el Dr. Glasser explica<br />
la manera de tratar decisiones destructivas de adolescentes<br />
en cuanto a su forma de alimentarse. Está<br />
basado en la Teoría de la Elección y le sirve tanto a<br />
padres como a docentes.<br />
William Glasser<br />
(Traducido por Laura Muñoz Bonilla)<br />
en ninguna otra parte<br />
de su cuerpo. Morirse<br />
de hambre no destruye<br />
ningún grupo particular<br />
de células que ayude a<br />
explicar algo. Todas las<br />
células en el cuerpo de<br />
una anoréxica empiezan<br />
a descomponerse hasta<br />
que la vida misma se ve<br />
amenazada. Asimismo,<br />
en contraste con cualquier<br />
enfermedad que<br />
yo conozca, cuando se<br />
trata de adicciones la<br />
cura es obvia. Todo lo<br />
que un alcohólico debe<br />
hacer para estar razonablemente saludable es elegir<br />
dejar de tomar. Todo lo que Ángela debía hacer era<br />
elegir comer más.<br />
Para comprender el comportamiento de Ángela,<br />
tengo que profundizar en el capítulo 2, y así explicar<br />
otro elemento importante de la teoría de la elección.<br />
Para repasar por un momento, la teoría de la elección<br />
explica que elegimos todo lo que hacemos en un esfuerzo<br />
por satisfacer una o más de cinco necesidades<br />
genéticas: supervivencia, amor y pertenencia, poder,<br />
libertad y diversión. Claramente, Ángela no está satisfaciendo<br />
su necesidad de supervivencia, y no creo<br />
que morir de hambre sea muy divertido. En la primavera<br />
de 2001, vi un programa científico sobre anorexia<br />
en televisión, y puedo afirmar que no había ni un rastro<br />
de diversión en ninguna de la anoréxicas que vi en<br />
la pantalla. Pocas sonreían, ninguna reía.<br />
Por lo tanto, de alguna manera deben estar matándose<br />
de hambre en un intento por satisfacer alguna,<br />
o algunas, de las otras tres necesidades: amor<br />
y pertenencia, poder o libertad. Sin duda, la excusa<br />
que muchas de ellas ofrecen es que no comer las<br />
hará más atractivas, estarán más cerca de cumplir<br />
con el ideal mediático de la delgadez extrema. Pero<br />
que las mujeres quieran ser muy delgadas para sentirse<br />
atractivas no es nada nuevo. Hace setenta años,<br />
la duquesa de Windsor, ciertamente una mujer impulsada<br />
por su deseo de poder, dijo: “una mujer nunca<br />
puede ser demasiado rica ni demasiado delgada”.<br />
ELEGIR Volumen 15 Diciembre de 2010 - Página 9