08.05.2013 Views

Dragón Dorado

Dragón Dorado

Dragón Dorado

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Estaba el sol bien en lo alto del cielo, cuando empezamos a divisar el curvilíneo cauce<br />

del Río Agua Negra. Una alegría nos acompañó hasta que aterrizamos en un pequeño claro,<br />

junto al río.<br />

Desde el aire había divisado un pequeño acantilado, sin duda un antiguo cauce de río.<br />

Era el mejor lugar donde poder esconder a Diatros. No había que olvidar su gran tamaño, al<br />

mismo tiempo, no quedaba demasiado lejos del actual cauce del río, seguramente algún<br />

animal iría a beber en sus márgenes, por lo que la caza no sería gran problema.<br />

Habíamos ahorrado bastante tiempo, en el viaje, tanto como para que me pudiera<br />

permitir el ir a cazar y descansar lo suficiente y emprender el nuevo camino hacia otra misión,<br />

misión sí cabe, más alocada que la anterior, pero mucho más justa la que ahora emprendía.<br />

Aunque no menos peligrosa, pues tenía que pasar a ser un desconocido en mi propio país, en<br />

mi propia casa.<br />

El ocaso no tardó en aparecer en el horizonte, la tarde había sido apacible y cada uno<br />

de nosotros estuvo atento a sus propios quehaceres. Diatros, encontró una especie de cueva,<br />

tallada por el pasar del antiguo río. Era lo suficientemente amplia para acomodarse ambos<br />

hermanos y se entregó afanosamente a limpiar su interior con sus poderosas garras. Arrancó<br />

unas cuantas rocas del suelo para no tropezar, sobre todo él, en las paredes hizo un similar<br />

trabajo alisando su superficie con gran esmero. Lo más llamativo fue cuando se colocó al<br />

fondo de la cueva e hizo batir sus poderosas alas, creando tal torbellino en el interior que toda<br />

la arena y pequeños escombros producidos por su anterior trabajo, salieron despedidos al<br />

exterior acomodándose en el paisaje, como si siempre hubieran estado en ese lugar en<br />

concreto.<br />

Salió de la cueva dando unas sonoras palmadas y con una sonrisa de satisfacción,<br />

ante un trabajo bien hecho en el rostro. Candy, había estado recogiendo leña y hierba para<br />

hacer unos lechos donde poder dormir los próximos días. Cuando regresé de mi cacería, traía<br />

conmigo unos conejos, unos cuantos peces y una especie de ciervo, que la verdad me salió al<br />

paso y del susto que me dio, desenvainé mi espada. Más cuando reaccioné del susto, vi que le<br />

había dado un profundo corte en el cuello. Pensé en ese momento que no era nada bueno<br />

tener los nervios en tal estado, podía haber sido Candy, u otra persona ajena a nosotros o<br />

cualquier cosa, que se Yo. El caso es que no es bueno. La cabeza ha de permanecer fría si<br />

quieres vivir en estos tiempos tan extraños, tan duros y desagradables en la mayoría de las<br />

cosas.<br />

¿ Será por esto mismo, que lo que siento por Candy, es a la vez tan desconcertante<br />

como placentero?. Solo sé que me gustaría pasar hasta el ultimo de mis días junto a Ella y que<br />

imagino que sería la mejor madre del mundo para mis hijos, nuestros hijos.<br />

Página - 29

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!