08.05.2013 Views

CATECISMO CATOLICO (pdf) - Arquidiócesis de San José

CATECISMO CATOLICO (pdf) - Arquidiócesis de San José

CATECISMO CATOLICO (pdf) - Arquidiócesis de San José

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

lleva a la violencia y la injusticia prohibidas por el quinto precepto (cf Mi 2,2). La codicia tiene<br />

su origen, como la fornicación, en la idolatría con<strong>de</strong>nada en las tres primeras prescripciones <strong>de</strong><br />

la ley (cf Sb 14,12). El décimo mandamiento atañe a la intención <strong>de</strong>l corazón; resume, con el<br />

noveno, todos los preceptos <strong>de</strong> la Ley.<br />

I EL DESORDEN DE LA CODICIA<br />

2535 El apetito sensible nos impulsa a <strong>de</strong>sear las cosas agradables que no tenemos. Así,<br />

<strong>de</strong>sear comer cuando se tiene hambre, o calentarse cuando se tiene frío. Estos <strong>de</strong>seos son<br />

buenos en sí mismos; pero con frecuencia no guardan la medida <strong>de</strong> la razón y nos empujan a<br />

codiciar injustamente lo que no es nuestro y pertenece, o es <strong>de</strong>bido a otro.<br />

2536 El décimo mandamiento proscribe la avaricia y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> una apropiación inmo<strong>de</strong>rada<br />

<strong>de</strong> los bienes terrenos. Prohíbe el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado nacido <strong>de</strong> lo pasión inmo<strong>de</strong>rada <strong>de</strong> las<br />

riquezas y <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r. Prohíbe también el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> cometer una injusticia mediante la cual<br />

se dañaría al prójimo en sus bienes temporales:<br />

Cuando la Ley nos dice: "No codiciarás", nos dice, en otros términos, que apartemos<br />

nuestros <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> todo lo que no nos pertenece. Porque la sed <strong>de</strong>l bien <strong>de</strong>l prójimo es<br />

inmensa, infinita y jamás saciada, como está escrito: "El ojo <strong>de</strong>l avaro no se satisface con su<br />

suerte" (Si 14,9) (Catec. R. 3,37)<br />

2537 No se quebranta este mandamiento <strong>de</strong>seando obtener cosas que pertenecen al prójimo<br />

siempre que sea por justos medios. La catequesis tradicional señala con realismo "quiénes son<br />

los que más <strong>de</strong>ben luchar contra sus codicias pecaminosas" y a los que, por tanto, es preciso<br />

"exhortar más a observar este precepto":<br />

Los comerciantes, que <strong>de</strong>sean la escasez o la carestía <strong>de</strong> las mercancías, que ven con<br />

tristeza que no son los únicos en comprar y ven<strong>de</strong>r, pues <strong>de</strong> lo contrario podrían ven<strong>de</strong>r más<br />

caro y comprar a precio más bajo; los que <strong>de</strong>sean que sus semejantes estén en la miseria<br />

para lucrarse vendiéndoles o comprándoles...Los médicos, que <strong>de</strong>sean tener enfermos; los<br />

abogados que anhelan causas y procesos importantes y numerosos... (Cat. R. 3,37).<br />

2538 El décimo mandamiento exige que se <strong>de</strong>stierre <strong>de</strong>l corazón humano la envidia. Cuando<br />

el profeta Natán quiso estimular el arrepentimiento <strong>de</strong>l rey David, le contó la historia <strong>de</strong>l pobre<br />

que sólo poseía una oveja, a la que trataba como una hija, y <strong>de</strong>l rico, a pesar <strong>de</strong> sus<br />

numerosos rebaños, envidiaba al primero y acabó por robarle la cor<strong>de</strong>ra (cf 2 S 12,1-4). La<br />

envidia pue<strong>de</strong> conducir a las peores fechorías (cf Gn 4,3-7; 1 R 21,1-29). La muerte entró en<br />

el mundo por la envidia <strong>de</strong>l diablo (cf Sb 2,24).<br />

Luchamos entre nosotros, y es la envidia la que nos arma unos contra otros...Si todos<br />

se afanan así por perturbar el Cuerpo <strong>de</strong> Cristo, ¿a dón<strong>de</strong> llegaremos? Estamos <strong>de</strong>bilitando el<br />

Cuerpo <strong>de</strong> Cristo...Nos <strong>de</strong>claramos miembros <strong>de</strong> un mismo organismo y nos <strong>de</strong>voramos como<br />

lo harían las fieras (S. Juan Crisóstomo, hom. in 2 Co, 28,3-4).<br />

2539 La envidia es un pecado capital. Designa la tristeza experimentada ante el bien <strong>de</strong>l<br />

prójimo y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado <strong>de</strong> poseerlo, aunque sea in<strong>de</strong>bidamente. Cuando <strong>de</strong>sea al<br />

prójimo un mal grave es un pecado mortal:<br />

<strong>San</strong> Agustín veía en la envidia el "pecado diabólico por excelencia" (ctech. 4,8). "De la<br />

envidia nacen el odio, la maledicencia, la calumnia, la alegría causada por el mal <strong>de</strong>l prójimo y<br />

la tristeza causada por su prosperidad" (s. Gregorio Magno, mor. 31,45).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!