EL REFORMADOR JUSTO RUFINO BARRIOS
EL REFORMADOR JUSTO RUFINO BARRIOS
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Soñaba con la unión de Centro América. El se consideraría muy dichoso, si pudiera dejar una<br />
Centro América unida, y con ello un país más grande, más poderoso y por eso de más<br />
importancia. El consideraba el trabajar por la unión la razón de su existencia. En eso, creo yo,<br />
consistía la grandeza heroíca y la fragilidad de Barrios. Él podía haberse dedicado a su trabajo<br />
presidencial en Guatemala, acrecentar su fortuna y finalmente retirarse a contemplar sus<br />
laureles con tranquilidad y paz. Pero no, Barrios, el héroe de la Reforma, permaneció fiel a su<br />
ideal por imposible que fuera, a su sueño de lograr la unión de Centroamérica, aunque le<br />
costara la vida, la cual él sacrificó sin titubear en un último esfuerzo sobrehumano por alcanzar<br />
la unión. Pero antes de intentar realizar esos sueños, llevó a cabo numerosas reformas en<br />
Guatemala. Sin duda, Barrios que gobernó como dictador entre 1873 y 1885, impulsó una<br />
reforma agraria acelerada y radical que expropió los bienes eclesiásticos en 1873; suprimió el<br />
censo enfitéutico en 1877, el cual otorgaba derechos perpetuos de arrendamiento y vendió o<br />
distribuyó los terrenos baldíos que entre 1871 y 1883 alcanzaban a unas 387,775 hectáreas. Por<br />
otro lado, hay que decir que Barrios sometió a los indígenas a trabajos forzados y persiguió con<br />
encono a la oposición, forzando a que muchos guatemaltecos patieran al exilio. Esto último le<br />
quita un poco de lustre a la figura del Reformador, pero examinemos algunas de sus reformas en<br />
más detalle.<br />
Fundamental para su programa era disminuir la influencia de la iglesia y eliminar también la<br />
influencia de la misma en la vida pública. Barrios era católico, pero atendió los servicios<br />
religiosos solamente una vez, y esto fue, cuando fue inaugurado como presidente en 1873. Él<br />
estaba convencido de que la iglesia había sido responsable por la caída del gobierno liberal de<br />
Morazán y que había dado un apoyo total a la dictadura de Carrera. Esto, decía él, no debería<br />
repetirse jamás. Sus sentimientos anticlericales y liberales ya se habían manifestado antes de su<br />
presidencia. El 3 de septiembre de 1871, los jesuitas fueron expulsados de Guatemala, después<br />
de un plazo de un día. Setenta y dos de ellos salieron del puerto de San José hacia Corinto,<br />
Nicaragua. El arzobispo y obispos fueron también expatriados por complicidad en los<br />
movimientos reaccionarios en el Oriente. Pero Barrios continuaba diciendo que él no deseaba<br />
mal a la religión, una que había sido heredada de nuestros padres. El 22 de diciembre de 1871,<br />
los diezmos de la iglesia fueron suprimidos por decreto y el 24 de mayo de 1872 cuando Barrios<br />
servía como presidente provisional declaró a los jesuitas y otras órdenes suprimidas en<br />
Guatemala. Las propiedades de algunas sociedades religiosas fueron confiscadas. Y cuando los<br />
católicos se levantaron en protesta, Barrios respondió con el decreto del 7 de junio de 1872, que<br />
abolía a todos los monasterios y nacionalizaba sus propiedades. El ejercito ocupó edificios de las<br />
órdenes y los monjes que desearan permanecer en el país, fueron ordenados a secularizarse.<br />
En marzo de 1873 se decretó de que el clero estaría sujeto a las cortes civiles y se declaraba la<br />
libertad de religión. Poco después las donaciones a las órdenes religiosas fueron puestas bajo el<br />
control del gobierno.<br />
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