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Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

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El inconstante Siegbert Tarrasch, que también era médico, bautizó<br />

como amaurosis schacchistica la ceguera repentina en el<br />

ajedrez, ese insidioso lapsus en que el jugador pierde la conciencia<br />

de una pieza o de una zona <strong>del</strong> tablero con desenlaces casi<br />

siempre lamentables. ¿Habría tal vez que abordar este bloqueo<br />

profundo desde el punto de vista de la medicina y entonces<br />

bautizarlo como apoplejía schacchistica, es decir, como una<br />

variante de la parálisis que deja girando a la mente alrededor<br />

de sí misma? ¿No puede ser, simplemente, un revoloteo inoportuno<br />

<strong>del</strong> ala de la imbecilidad ensañándose con aquellas mentes<br />

que han pretendido ir más allá de lo que les permite su genio?<br />

¿Y qué es exactamente lo que cruza por la cabeza de los grandes<br />

maestros durante tanto tiempo de meditación, qué los subyuga<br />

o hechiza con tal improcedencia y los mantiene a kilómetros<br />

de distancia <strong>del</strong> tablero, de ese mismo tablero que sin embargo<br />

escrutan de arriba abajo con aire de perplejidad como si se tratara<br />

de un jeroglífico?<br />

Mikhail Tal, amo de las combinaciones fantásticas y de los<br />

sacrificios deslumbrantes, capaz de encontrar vetas inexploradas<br />

en las posiciones, en apariencia más anodinas y estancadas,<br />

solía dejar que su mirada planeara como una ave de rapiña<br />

sobre el tablero en busca <strong>del</strong> salto de la liebre de lo extraordinario,<br />

lo cual sucedía con frecuencia, pero también lo llevaba a<br />

internarse en callejones sin salida con los que él mismo se obstaculizaba<br />

el análisis. No por nada conocido como El mago de<br />

Riga, durante una de esas fugas intempestivas a los márgenes<br />

de la realidad, Tal se las ingenió para que su mente se deslizara<br />

<strong>del</strong> frío escenario de Kiev a un pantano <strong>del</strong> África, y de la<br />

tentación de un sacrificio intrépido se sacara de la chistera un<br />

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